El efecto negativo de determinadas actividades de ocio durante la época de cría de las águilas

Una vez finalizado el seguimiento anual de la población catalana de águila perdicera que realiza el Equip d'Estudi de l'Àliga Perdiguera, se puede concluir que la temporada de cría de 2006 no ha sido especialmente buena. Este hecho se ha podido constatar nuevamente en determinados núcleos poblacionales de las provincias de Tarragona y Barcelona donde el año pasado el éxito reproductor también fue bastante bajo.

Es preocupante que muchas de las parejas que los últimos años criaban con regularidad hayan fracasado dos años seguidos o que, en el mejor de los casos, únicamente haya nacido un pollo. En algunos territorios, la causa ha sido la desaparición de alguno de los progenitores durante el periodo reproductor, la presencia de ejemplares sexualmente inmaduros o la existencia de molestias cerca de sus nidos. En este último caso, cabe destacar que existen territorios donde el incremento de la frecuentación humana y la proliferación de determinadas actividades de ocio están siendo las responsables de estos fracasos reproductores año tras año.

Es preciso recordar que una reiterada presencia humana o la existencia de determinadas actividades, sobre todo en puntos situados por encima de donde las águilas tienen los nidos, pueden ocasionar molestias importantes que pueden llegar a hacer fracasar la cría. En los últimos años se han realizado esfuerzos muy remarcables para solucionar los problemas derivados de la escalada pero, actualmente, la práctica de deportes realizados con diferentes tipos de aparatos voladores o el aumento de pistas y caminos cerca de las áreas de cría han tomado el relevo como principales causas de este problema.

Es imprescindible que las administraciones responsables de la conservación del águila perdicera y las que gestionan los espacios naturales donde cría apliquen las medidas necesarias para solucionar este problemas. Algunas de estas medidas son:

- restringir el acceso o la práctica de determinadas actividades en las zonas más frágiles durante el periodo de cría de las águilas (enero - junio),

- facilitar itinerarios alternativos que tengan una incidencia menor sobre los valores naturales de la zona, y

- realizar campañas de sensibilización directamente dirigidas a los colectivos que pueden ocasionar este tipo de problemas.