Los alumnos de la escuela "El Turó" aprenden con el águila perdicera

Este último trimestre, la escuela El Turó de Bigues i Riells (provincia de Barcelona) se ha convertido en un zoo repleto de animales. Cada uno de los cursos escolares ha estado estudiando un animal y las paredes del recinto han sido decoradas con murales de todos los trabajos realizados.

La especie escogida por las clases de quinto y sexto curso ha sido el águila perdicera. Se da la circunstancia que el enclave donde está situada la escuela queda dentro del territorio de una pareja de águilas perdiceras que habitualmente sobrevuela la zona para ir a cazar.


Las labores de investigación realizadas por los alumnos han sido exhaustivas. Para empezar realizaron una excursión para dibujar los cortados donde nidifica la pareja de águilas perdiceras que vive junto a su pueblo; a continuación se documentaron a conciencia mediante recopilación de material gráfico, consultas en internet, una entrevista a un técnico municipal de medio ambiente y una charla de un miembro del Equip de Biologia de la Conservació – Àliga Perdiguera en la escuela, que la Fundación Miquel Torres y el ayuntamiento del municipio se encargaron de organizar.

Los resultados de su trabajo han sido plasmados en los magníficos murales que pueden apreciarse en las fotografías y en la revista de la escuela.


Algunas de las recomendaciones que los niños y niñas de la escuela El Turó citan en su trabajo son las siguientes:

- Deben protegerse los nidos y los espacios naturales en donde viven las águilas, e impedir que sus territorios se transformen irreversiblemente.

- Es necesario que los cazadores respeten la normativa de caza y que se sensibilicen de la importancia de preservar el águila perdicera y sus presas.

- Es preciso que se lleven a cabo trabajos para mejorar las poblaciones de conejo y perdiz, que son el principal alimento de las águilas.

- Para evitar la electrocución y colisión con tendidos eléctricos, es necesario que éstos no se instalen en los lugares en donde viven o por donde vuelan habitualmente las águilas.

- Los parques eólicos deben situarse en zonas alejadas de las áreas en donde las águilas crían o pasan para ir a cazar.


- Las actividades recreativas que suponen una molestia para las águilas deben realizarse lejos de los sitios en donde éstas tienen sus nidos.

- Y finalmente, lo que todos nosotros podemos hacer para ayudar a las águilas es dar a conocer sus problemas para que todo el mundo las respete.

Así pues, desde este momento el águila perdicera tiene un montón de nuevos amigos y de jóvenes y fervientes defensores de su conservación. 

Queremos también felicitar al profesorado del centro por su extraordinaria labor pedagógica.