Amenazas sobre los individuos

En esta categoría se incluyen las amenazas que causan la muerte de las águilas, tanto de individuos adultos como de jóvenes en dispersión, o bien que afectan al éxito reproductor de las parejas.

Apoyo eléctrico muy peligroso (Foto: Albert Tintó)

Mortalidad

Uno de los principales problemas que sufren las poblaciones de águilas-azor perdiceras es la elevada mortalidad adulta y juvenil, que son las responsables directas de la regresión de la especie.

En el caso de los adultos, la muerte de un animal durante la época de cría comporta el fracaso reproductor de la pareja, y si acontece de manera reiterada en un mismo territorio, puede acabar propiciando su abandono. La mortalidad juvenil dificulta la recolonización de territorios abandonados o el reemplazo de las bajas.

Las causas de mortalidad son principalmente de origen humano.


La electrocución
La colisión
La persecución


(Foto: Joan Real)

Disminución de la productividad

La productividad también se puede ver afectada de manera directa por molestias en las áreas de nidificación provocadas por determinadas actividades humanas como la obertura de nuevas pistas y la realización de trabajos forestales en época de cría, o el aumento incontrolado de actividades de ocio en la naturaleza.La disminución de la productividad (jóvenes que vuelan anualmente), a pesar de tener un efecto mucho menor sobre la evolución de las poblaciones, sí que puede dificultar el rejuvenecimiento de la población si llega a niveles extremos. De esta manera, las poblaciones disminuyen porque el número de jóvenes producidos que sobreviven a los tres primeros años de vida, llegando por lo tanto a la madurez sexual, no son suficientes para compensar las muertes de adultos.


Molestias en las áreas de nidificación


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