COMPETENCIA INTERESPECÍFICA


En circunstancias de escasez de hábitats favorables y molestias debidas a la acción humana, puede aparecer también un factor de carácter natural adicional que afecte también a las poblaciones de águilas-azor perdiceras: la competencia interespecífica.

Tanto en lo que se refiere a los recursos alimentarios como a los lugares de nidificación, los competidores más directos del águila-azor perdicera son otras rapaces como el halcón peregrino (Falco peregrinus), el buho real (Bubo bubo) y sobre todo el águila real (Aquila chrysaetos). El azor (Accipiter gentilis) presenta también una dieta similar a la del águila-azor perdicera pero ocupa un ambiente de nidificación diferente. En cambio, el buitre (Gyps fulvus) no compite con las águilas por el alimento pero sí por los lugares de nidificación. También son frecuentes las peleas territoriales con otras especies como el cuervo (Corvus corax) y el cernícalo (Falco tinnunculus).

Águila real (Aquila chrysaetos) (Foto: Vicenç Bros)

Buho real (Bubo bubo) (Foto: Vicenç Bros)

Halcón peregrino (Falco peregrinus) (Foto: Vicenç Bros)

Buitre común (Gyps fulvus) (Foto: Vicenç Bros)

Si bien la competencia con otras especies de rapaces no explica por sí sola la disminución generalizada de las poblaciones de águila-azor perdicera, en determinados casos sí que puede tener un cierto efecto a la hora de dificultar la reocupación de territorios abandonados. Por este motivo es importante evitar las actuaciones humanas que favorecen que las águilas acaben de abandonar sus territorios.

La mejor solución para evitar que la competencia interespecífica afecte al águila-azor perdicera es mantener poblaciones saludables del predador en cuestión. Ello se consigue reduciendo la mortalidad y conservando hábitats ricos en presas.

 

Cuervo (Corvus corax). Clica para aumentar la imagen (Foto: Albert Tintó)

Los buitres compiten por el área de nidificación. Clica para aumentar la imagen. (Foto: Albert Tintó)


Volver a "Amenazas sobre el hábitat"