Siguiendo la evolución del acceso abierto

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Ignasi Labastida
CRAI
Universitat de Barcelona


Monitoring the transition to open access (2017). London: Universities UK. Disponible en: <http://www.universitiesuk.ac.uk/policy-and-analysis/reports/Pages/monito.... [Consulta: 21/03/2018].


En el año 2012 se publicó en la Gran Bretaña el informe Finch. En este informe, comisionado por el Gobierno británico a un grupo de expertos liderados por la socióloga Janet Finch, se apostaba claramente por la vía dorada como estrategia preferente para conseguir el acceso abierto, diez años después de la Declaración de Budapest. Recordemos que la vía dorada propone, por una parte, la creación de nuevas revistas de acceso gratuito que faciliten la libre reutilización de los contenidos publicados sin tener que pedir ningún permiso y, por otra, la transición de las revistas existentes hacia este modelo. El principal reto de la vía dorada ha sido el de encontrar un modelo de negocio para asumir los costes de publicación y muchas veces ha sido, injustamente, identificada como la opción de pagar por publicar. Esta identificación se da por el hecho de que las revistas de acceso abierto más relevantes utilizan este modelo de negocio, aunque la mayoría de revistas no lo utilizan, según los últimos datos del DOAJ (Directory of open access journals).

La principal crítica al informe Finch fue, justamente, el coste que supondría esta elección para el sistema de investigación. Un coste estimado de unos 60 millones de libras esterlinas anuales durante el período de transición. Sin embargo, las instituciones y los organismos de financiación adoptaron las recomendaciones del informe Finch y fomentaron que los investigadores publicasen en acceso abierto en lugar de seguir la vía verde que propone el autoarchivo de cualquier publicación en un repositorio.
 
La principal consecuencia de esta opción hacia la vía dorada ha sido el fortalecimiento del llamado modelo híbrido, que es aquel que ofrecen las editoriales para que los autores abran individualmente sus publicaciones en una revista de acceso restringido. En general, este modelo tiene un coste superior a publicar en una revista de acceso abierto completo, cuando es preciso pagar por publicar.
Para hacer un seguimiento de la transición hacia el acceso abierto, la organización Universities UK creó un grupo de coordinación que ha publicado un par de informes: el primero en agosto de 2015, y el segundo a finales de 2017 con resultados bastante interesantes.

El informe de 2017 se estructura en seis partes: una introducción, donde se presentan los principales resultados del estudio, y cinco capítulos. Los dos primeros están dedicados a los autores. En el primero se muestran las opciones disponibles para publicar en acceso abierto mientras que en el segundo se analiza el comportamiento de los autores con respecto a la elección de estas opciones. En el tercer capítulo se recogen los datos del uso de los artículos en acceso abierto, mientras que en el cuarto se analiza el coste que ha supuesto la publicación en acceso abierto. Finalmente, en el quinto capítulo se hace un análisis del impacto que ha tenido el acceso abierto en las sociedades científicas.

A partir de datos obtenidos de Scopus, puede verse cómo han variado las revistas donde publican los autores británicos. Mientras que en 2012 las revistas que solo ofrecen acceso restringido suponían el 38 % del total, en 2016 este porcentaje ha bajado hasta el 27 %, mientras que las revistas que ofrecen el modelo híbrido representan el 57 %, diez puntos per encima del que representaban en 2012. Esta tendencia también se ve a nivel global aunque los porcentajes son diferentes. Si tan solo se miran los 40 editores donde más publican los autores británicos, el porcentaje de revistas «híbridas» aumenta hasta el 73 %, mientras que las revistas de acceso abierto representan el 18 %. Cuando se separan estos datos por disciplinas se ve cómo en ciencias sociales y ciencias experimentales las revistas que solo ofrecen acceso restringido son residuales.
En relación al precio que debe pagarse por publicar, el informe nos ofrece datos de las revistas de acceso abierto y de las revistas «híbridas». En el primer caso, un 15 % de revistas no cobran por publicar, un porcentaje que ha disminuido ligeramente en los últimos dos años, mientras que un 30 % tiene una tarifa inferior a las 500 libras. Sin embargo, hay una tendencia a incrementar estas tarifas, aunque prácticamente no hay ninguna revista que pida más de 2.000 libras por publicar. Por lo que respecta al modelo híbrido, un 70 % de las revistas pide entre 1.500 y 2.000 libras por abrir un artículo. Este porcentaje ha disminuido desde 2015 a favor de la franja de 2.000 a 2.500 que supera ya el 10 %.

Finalmente, hay un par de datos interesantes respecto a las políticas de las revistas. Por una parte, se generaliza la opción de permitir el uso de la licencia de Reconocimiento de Creative Commons (CC BY), que permite una reutilización sin restricciones de los contenidos siempre que se reconozca adecuadamente la autoría. El uso de esta licencia ya estaba bastante generalizado en las revistas de acceso abierto pero no en las «híbridas». Y por otra parte, es relevante ver las políticas editoriales en relación a la vía verde, es decir las políticas de autoarchivo que marcan lo que puede depositarse y ofrecer en un repositori cuando se publica en una revista. El principal elemento de las políticas de autoarchivo es el período de embargo, es decir el período de tiempo que hace falta esperar para ofrecer acceso al público después de ser publicado. Recordemos que la mayoría de financiadores han establecido períodos de seis a doce meses como máximo para poner a disposición del público el texto completo. En cambio, con los datos del informe vemos que las editoriales, en un 80 %, establecen períodos superiores a los doce meses. Un porcentaje que ha aumentado en los últimos años. Esta diferencia entre lo que piden los financiadores y lo que permiten los editores hace que los investigadores escojan la vía híbrida, que generalmente se financia a través de los proyectos.

Un vez vistas las opciones que tienen los investigadores, en el segundo capítulo del informe encontramos los datos referentes al comportamiento de los investigadores a la hora de publicar en los últimos cinco años (de 2012 a 2016). Globalmente, se ha pasado del 12 % al 19 % en lo relativo al porcentaje de artículos que se encuentran en acceso abierto inmediato, es decir que se han publicado en una revista de acceso abierto o se ha optado por el modelo híbrido. Este incremento es mucho más pronunciado en el Reino Unido dado que ha pasado del 12 % al 30 %.

En relación a la accesibilidad de los artículos en los repositorios, también se observa un incremento notable en el Reino Unido, comparando con el resto del mundo, sobre todo en relación con la versión enviada o preprint y la versión del autor, que es la que mayoritariamente autorizan las editoriales que publican revistas en acceso restringido. Sin embargo, es relevante observar que la versión final publicada se encuentra en porcentajes bastante significativos (por encima del 25 % incluso antes de los 12 meses después de la publicación) pero cabe señalar que, mayoritariamente, esta versión se publica en ResearchGate, que últimamente ha tenido algún conflicto con las editoriales respecto a la infracción de derechos de propiedad intelectual. Finalmente, de este último capítulo es importante indicar que más de un 50 % de las publicaciones de autores británicos se encuentran disponibles en acceso público (ya sea porque se han publicado en abierto o porque están depositadas en un repositorio) doce meses después de su publicación. Globalmente, este porcentaje supera ligeramente el 30 %.

En el tercer capítulo se ofrecen los datos respecto al uso de los artículos. Hay que destacar que, de media, los artículos en acceso abierto se descargan más que los artículos publicados en acceso restringido, según datos ofrecidos por las bibliotecas universitarias británicas. También aumentan las descargas de los documentos disponibles en los repositorios institucionales y en PubMed central, como ejemplo de repositorio temático.

En el cuarto capítulo se entra en el terreno más controvertido: el económico. Tal y como apuntaba el informe Finch, la transición hacia el acceso abierto tiene un coste importante y el informe de seguimiento recoge datos relevantes. Tomando una muestra de diez universidades británicas puede verse que el número de artículos por los que se ha pagado por publicar se ha quintuplicado desde 2013 llegando a la cifra de 4.200 artículos anuales en 2016. De estos 4.200, unos 3.000 son artículos publicados según el modelo híbrido. También es remarcable comparar las cifras del coste medio para publicar un artículo, que en el caso del híbrido es de 2.095 libras mientras que en las revistas de acceso abierto baja a las 1.640. Con la misma muestra de diez universidades se ofrece un análisis de gasto en publicaciones, incluyendo el gasto de acceso a los recursos y el destinado a la publicación. El incremento total ha sido de unos cinco millones de libras anuales (de 14 a 19 millones). Este incremento se ha producido por una subida del 20 % en el gasto de acceso a los recursos y del 350 % en el gasto para publicar.
 
El informe finaliza con un capítulo dedicado a la situación de las sociedades científicas, algunas de las cuales tienen un papel relevante en el ámbito de la publicación. En los últimos años ha aumentado el número de sociedades que muestran pérdidas debidas al mayor incremento en los gastos de publicación que en los ingresos.

Como conclusión me gustaría destacar que es fundamental la publicación de estos tipos de informes para analizar la evolución del acceso abierto en un determinado país o una determinada área geográfica. Si cuando apareció el informe Finch muchos pedimos la realización de un informe similar en nuestro país, ahora, de nuevo, me sumo a la petición de hacer un seguimiento similar al que se hace en el Reino Unido respecto al acceso abierto. De hecho, en muchas instituciones ya estamos recogiendo datos para poder analizar el comportamiento de nuestros autores y poder hacer un seguimiento de la evolución a lo largo del tiempo. La mayoría de universidades catalanas tienen políticas de acceso abierto pero, en general, nos ha faltado hacer el seguimiento, fundamental para valorar si la política consigue los objetivos perseguidos. Este documento británico puede servirnos como modelo para elaborar un informe similar y podernos comparar con otros países.