Las comunidades de aprendizaje: ¿una nueva oportunidad para la supervivencia de las bibliotecas escolares?

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Mònica Baró
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona
 

Ontario School Library Association (2010). Together for Learning. School Libraries and the Emergence of the Learning Commons.  A Vision for the 21st Century. Ontario: Ontario School Library Association; Literacy and Numeracy Secretariat of the Government of Ontario's Ministry of Education: 2010. 54p. [Consultado el: 23/10/2013]. Disponible en: <http://www.accessola.com/data/6/rec_docs/677_OLATogetherforLearning.pdf>.

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El documento que presentamos fue elaborado en 2010 por la Ontario School Library Association, con el apoyo del Ministerio de Educación del Gobierno de Ontario, en un contexto de crisis en el sistema educativo canadiense que hacía peligrar la supervivencia de los programas de las bibliotecas de los centros educativos, y que se acompañaba de despidos de profesionales bibliotecarios y de cierre de las bibliotecas.
 
En la redacción del texto han contribuido, con funciones diversas, más de veinte personas entre profesores, directores de escuela, maestros bibliotecarios, bibliotecarios asesores, representantes de asociaciones bibliotecarias, representantes de la administración educativa de la región, profesores universitarios de el área de biblioteconomía y ciencias de la información y también del área de pedagogía, y responsables de los servicios de bibliotecas. Esta diversidad, que es un valioso indicador de la cultura del consenso en otros países, se manifiesta en la indefinición del documento final, a medio camino entre una reflexión crítica y una estrategia de acción que combina conceptos de la pedagogía actual con el que denominan "pistas de reflexión" y que, en el fondo, no son más que simples enumeraciones de actividades.
 
 
El texto parte de una revisión de los cambios que ha sufrido el mundo educativo en los últimos años y, en especial, en el auge de las llamadas comunidades de aprendizaje como alternativa a los modelos docentes tradicionales. Estas comunidades se entienden como entornos de colaboración en el que participa toda la comunidad educativa —profesorado, alumnado, maestros-bibliotecarios y familiares— que favorecen y estimulan la exploración y el descubrimiento por parte de los alumnos y potencian las alfabetizaciones múltiples (digitales e informativas, especialmente) en entornos físicos y virtuales. Según los autores, en esta nueva realidad educativa la biblioteca escolar tiene un papel indispensable siempre y cuando sea capaz de adaptarse al nuevo contexto, caracterizado por:
 
  • • Una nueva concepción del espacio físico y virtual, que debe acoger y dar respuesta a una variedad cada vez mayor de prácticas y de actividades de aprendizaje, bien sea por medio de espacios reales o virtuales, que favorecen y facilitan una mayor participación por parte de los miembros de la comunidad.
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  • • El acceso equitativo a fin de asegurar que todos puedan utilizar recursos de calidad y actuales y, también, pueda acceder a personal cualificado que asesore en los procesos de búsqueda y uso de información.
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  • • El cambio de rol del maestro, que de transmisor pasa a ser tutor de los aprendizajes del alumnado, debe incrementar el papel de la biblioteca en los procesos de planificación, docencia y evaluación.
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  • • La integración de las tecnologías de la información en la educación, en facilitar su uso y en incentivar y explotar las utilidades de los entornos colaborativos, del juego y de otras herramientas como los marcadores sociales, en especial, por medio de los dispositivos móviles.
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  • • Una enseñanza diferencial, para dar respuesta a las necesidades generadas por la diversidad de los estudiantes y potenciar su autonomía en los aprendizajes.
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  • • La participación activa en la lectura, en establecer mecanismos para motivar y fidelizar a los lectores, facilitando el acceso a colecciones de calidad, orientando las lecturas, haciendo difusión y facilitando la creación de redes y comunidades de lectura.
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  • • Las alfabetizaciones múltiples, para ir más allá de las competencias en información y mejorar las habilidades de los chicos en el uso con cierta pericia de tecnologías diversas.
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  • • El desarrollo del pensamiento crítico y creativo en el alumnado, que hay que potenciar en un contexto de fácil acceso a grandes cantidades de información en formatos diversos, para asegurar la capacidad de formación a lo largo de la vida.
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  • • El trabajo en torno al proceso de investigación, como conformador de una nueva cultura educativa y como método para favorecer la autonomía del alumno.
 
Precisamente en este último punto se concentran las aportaciones más interesantes del documento, que se basan en las contribuciones de la profesora C. Khulthau1, y en especial de su concepto de búsqueda guiada (guided inquiry). En este sentido, se propone que el profesorado y los profesores bibliotecarios cooperen para asegurar que la investigación guiada sea un elemento esencial de los aprendizajes para que los alumnos adquieran las competencias a partir de su propia experiencia en un contexto en el que esta biblioteca renovada deberá ser imprescindible. En un anexo se detallan los pasos de este proceso (exploración del tema, definición de los objetivos y planificación del proceso, análisis y evaluación de la información de la información, y creación y elaboración de los productos) y las competencias que debe adquirir el alumno en este nuevo modelo de trabajo.
 

1Directora del Department of Library and Information Science, de la Rutgers University i Directora del Center for International Scholarship in School Libraries (CISSL).