17. Sobreprotección familiar y dificultades de aprendizaje

Presentación

Alumna de segundo de primaria, de origen chino, adoptada, que presenta dificultades de lenguaje y comportamiento. Son los propios padres de la alumna quienes detectan y comentan con el centro educativo la posibilidad de un retraso en la niña, en la adquisición del lenguaje y dificultades emocionales.

Síntesis del caso →

Contexto

Nos situamos en una escuela ordinaria concertada en una población capital de comarca. Es una escuela de dos líneas, desde P3 hasta 4º. de ESO, que entiende la educación como un proceso integral. Pretende formar los niños y niñas intelectual, físicamente y moralmente. Sus principios de identidad que la definen son los siguientes: confesionalidad, pluralismo, coeducación e integración. El catalán es la lengua vehicular.

Su línea metodológica se caracteriza por potenciar una enseñanza activa, basada en el aprendizaje significativo, fomentando la actividad y la iniciativa como medio de investigación del conocimiento. A la vez pretende educar niños con un espíritu de cooperación, solidaridad y respecto a los derechos humanos. Respeta la diversidad, dependiendo de la evolución y la capacidad intelectual de cada niño y favorece la integración de los alumnos con problemas de aprendizaje. Se propone educar alumnos para el presente y futuro, capacitándolos en el uso de las nuevas tecnologías y desarrollando el espíritu crítico, la capacidad de discusión, de decisión y la voluntad colectiva de transformación de la realidad social.

Planteamiento de la situación

Aina es una niña adoptada, proveniente de la China. Los padres son testigos de Jehová. Su nivel socioeconómico es medio-alto. Es hija única. Desde su llegada al núcleo familiar ha sido muy aceptada y sobre protegida. Los padres (sobre todo la madre) se implican en el proceso de aprendizaje de la hija. Están muy interesados en cómo poder ayudar su hija en el contexto familiar, pidiendo bibliografía, materiales, técnicas, estrategias.

Aina asiste a la escuela desde la etapa de Educación Infantil. En general, el contexto educativo es favorable en la intervención con la alumna. La maestra tutora está muy predispuesta a la colaboración y ayuda en el aula. En estos momentos Aina se encuentra en un grupo de refuerzo de Educación Especial (EE) con cuatro compañeros más con dificultades similares.

Aina presenta un desarrollo normal en las áreas cognitiva, motriz, de socialización y de interacción social. Las dificultades más marcadas se encuentran en el lenguaje oral, cosa que le dificulta la comunicación con los otros, a pesar de esta situación, presenta una importante intención comunicativa. Otro de los problemas que presenta se encuentra en el área del comportamiento, puesto que es una niña muy movida con dificultades de atención que interfieren en su aprendizaje académico. Debido a los problemas de lenguaje, presenta retraso en algunas de las áreas escolares básicas.

Desarrollo de la experiencia

Desde el inicio de su escolaridad los padres se han mostrado muy preocupados por el aprendizaje de Aina. Son ellos quien detectan un retraso en la adquisición del lenguaje y dificultades de atención y son ellos mismos quienes en una revisión médica, solicitan una derivación al servicio de neurología pediátrica. De este modo, Aina empieza un tratamiento de logopedia desde los 3 años y se inicia un tratamiento con metilfenidato (por las dificultades de atención) con resultados positivos.

Actualmente cursa 2º. de educación primaria y a pesar de aprobar las asignaturas, su rendimiento académico es justo. Sobre todo presenta problemas de lectoescritura, por lo cual recibe refuerzo tanto en el ámbito escolar como extraescolar. Asiste al aula de Educación Especial (EE) dos veces por semana, donde recibe atención por parte de la maestra responsable de esta aula, junto con un pequeño grupo de alumnos con dificultades parecidas.

A mediados del primer trimestre la familia solicita una entrevista con la psicopedagoga de la escuela, a quien reiteran su preocupación por el retraso de lectura y escritura de Aina y también por su vocabulario limitado. Se muestran angustiados ante el cambio de ciclo del próximo curso y las dificultades no resueltas de su hija. La psicopedagoga toma el compromiso de hablar con la maestra tutora y la maestra de EE y a la vez decide hacerle un diagnóstico de TDAH.

En la reunión entre las maestras y la psicopedagoga, la tutora comenta que es cierto que Aina continúa teniendo problemas de lenguaje expresivo y una carencia de vocabulario pero su actitud ante su aprendizaje es positiva y considera que va progresando. Ambas maestros sospechan que algunos de los problemas provienen de la excesiva preocupación de la familia hacia Aina. El exceso de atención y sobreprotección por parte de la familia hace pensar que quizás es esta situación lo que está dificultando realmente el aprendizaje de la niña. Parece que va tomando conciencia de que nunca conseguirá responder a las expectativas de los padres.

Desde esta perspectiva se cuestiona la atención que recibe por parte de los diferentes recursos y servicios específicos, tanto de la escuela como externos y se hace un replanteamiento global de la intervención educativa.

Desenlace

El replanteamiento de la atención que se ofrece a Aina implica revisar los acuerdos tomados por parte de todos los implicados incluida la familia. Es en este sentido los profesionales toman como decisión la de priorizar la mejora de su autoestima. Para este objetivo se acuerda mantener una actitud similar por parte de todo el mundo en relación a su aprendizaje, como por ejemplo: Ser tolerantes y tener paciencia respecto a sus aportaciones, intentar hablar en privado en situaciones que la pueden avergonzar ante el grupo, valorar su nivel de respuestas e ir identificando sus fortalezas y debilidades, promover las actividades en pequeño grupo, proporcionarle la compañía de compañeros más tranquilos, ofrecerle pautas claras y ordenadas para facilitarle la comprensión, ofrecerle refuerzo positivo.

A la vez se desestima el diagnóstico en TDAH y se considera adecuado coordinar las actuaciones establecidas al resto de profesionales con quienes tiene relación Aina, incluyendo a la propia familia.

Se confía que con un periodo de tiempo sin ejercer tanta presión, Aina pueda adquirir mayor confianza en sus posibilidades. El hecho de tener todo el curso por adelantado da espacio suficiente para poder ver algún cambio y tomar otras decisiones si fuera el caso.

Síntesis del caso

ContextoEscuela concertada en una población capital de comarca
Nivel educativoPrimaria
ÁmbitoAula
Estudiante
AcciónAtención a la diversidad
ParticipantesAlumna y familia, Maestra tutora, Maestra de Educación Escolar, Psicopedagoga
Desarrollo• Desarrollo normal en las áreas cognitiva, motriz, de socialización y de interacción social
• Dificultades en el área de lenguaje sobre todo a nivel de expresión y comunicación oral
• Problemas de comportamiento y dificultades de atención
• Resultados de aprendizaje poco satisfactorios en general
• Insistencia por parte de la familia por una atención específica
• Intervención de recursos y servicios específicos
DuraciónUn curso académico

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13. Hiperactividad

Presentación

El profesor y el equipo docente de un Instituto de Secundaria Obligatoria (ESO) se ven en la necesidad de plantear y trabajar estrategias diferentes que permitan la integración de un alumno magrebí, con un posible trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), en un aula con problemas de conducta y dificultades de aprendizaje.

Síntesis del caso →

Contexto

Población básicamente industrial, que ha cambiado notablemente durante los últimos años, tanto por el número de habitantes cómo por su procedencia: recién llegados otros países y familias del cinturón de una gran ciudad que se han trasladado al pueblo o la cercanía buscando una calidad de vida mejor. Hay una cierta reticencia, muy sutil, a la aceptación de los recién llegados por parte de los habitantes «de siempre».

Es un instituto de educación secundaria, saturado de alumnas en relación con el espacio disponible: 500 alumnos en cuatro líneas de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y dos bachilleratos. La ratio es muy alta al primer ciclo de ESO. En el primer año se hace un grupo de refuerzo de lengua y matemáticas, donde se agrupa alumnado con dificultades de aprendizaje y alumnado con problemas de conducta.

Hay un equipo directivo nuevo, con ilusión y predisposición por el trabajo en equipo. La prioridad es que se pueda «dar clase», puesto que se venía de una situación bastante descontrolada en las aulas. Se está elaborando un nuevo PAT (Pla de Acción Tutorial) para trabajar en las tutorías, a pesar de que no todo el mundo cree que el PAT sea un documento que pueda dar respuesta a los problemas de comportamiento y disciplina existentes.

Planteamiento de la situación

Hamza es un chico magrebí que cursa 1er de ESO al grupo C (los grupos C y D comparten equipo docente, no se reúnen con el equipo docente de los grupos A y B). El alumno habla perfectamente en catalán y en castellano, puesto que está escolarizado desde pequeño, por lo tanto, no tiene que ir al aula de acogida y por edad tampoco puede ir al aula abierta. Proviene de un centro pequeño y llega con antecedentes de absentismo y problemas de conducta y autocontrol.

Desarrollo de la experiencia

Empieza el curso y Hamza, que tiene una gran facilidad de palabra (habla muy de prisa), empieza a utilizar equívocos que él mismo provoca, para justificar varias cosas: Conflictos con compañeros, no traer los deberes hechos, dejarse el material, etc. En el ámbito motriz es extraordinariamente inquieto, no puede estar sentado un rato seguido sin moverse. Aparece en otra aula en cuestión de segundos. Durante los cambios de clase se escapa a ver amigos más grandes de segundo ciclo, esto comporta problemas dentro y fuera del aula. A menudo tiene peleas, esconde cosas de los otros, etc. Algunos padres de los alumnos potencialmente buenos empiezan a mostrar inquietud por la situación.

Hamza empieza a acumular expulsiones del aula y se le abre el primer expediente. Él se defiende, acepta algunas cosas, pero es incapaz de controlar su comportamiento.

No quiere que lo expulsen y nuevamente miente para ver si puede salvar la situación. Todo ello va agravando la situación. Las relaciones con la familia son casi nulas, puesto que no asisten a las entrevistas y no contestan el teléfono. El niño no hace ausencias porque viene en autobús y se queda en el comedor; no tiene opción de marchar a casa como cuando iba en primaria.

El equipo docente se reúne ante los problemas que generan el alumno y el grupo en general. Algunos profesores —pocos— manifiestan que lo saben controlar y que no les ocasiona problemas. Otros muestran preocupación porque el control del aula se va perdiendo. En algunos momentos se mezclan conceptos, puesto que aquellos que dicen controlar el aula ponen en entredicho si el resto tiene las habilidades necesarias para hacerlo. Y, al revés, aquellos que dicen mostrar honestamente sus dificultades ponen en entredicho si este supuesto control se utiliza para que su práctica educativa no sea cuestionada.

En una reunión posterior, el coordinador pedagógico propone al equipo docente cambiar al niño de grupo —del C al D— y de tutora (final del primer trimestre). Los motivos que justifican la propuesta son los siguientes: El grupo D parece más tranquilo y tendrá una tutora durante más horas, hablarán en catalán, y además es psicopedagoga con experiencia con alumnos difíciles (el profesor anterior era de tecnología y sólo lo veía dos horas a la semana dentro del aula). Entre las tutoras hay acuerdo y el equipo lo acepta.

La tutora se pone a trabajar para preparar al grupo para el cambio. Intenta que lo acepten como un compañero más y que valoren sus actitudes positivas. Hamza entra en el nuevo grupo con cierta normalidad. Se intenta que haga alguna actividad del plan de entorno (estudio asistido y deporte), pero no es posible, porque como no es del pueblo perdería el transporte de vuelta a casa y la familia no lo puede recoger al finalizar las actividades.

Llegan algunas quejas de padres, refiriéndose a los argumentos pedagógicos del centro de una escuela inclusiva. No todo el mundo lo acepta, preferían que fuera al otro grupo. Algunos miembros del equipo docente no tienen esperanzas que estos cambios sirvan para nada. Hay apoyo de una gran parte del equipo y del coordinador pedagógico.

Se intercambia información con el EAP: Al alumno le hacen las pruebas de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y no está claro que sea hiperactivo.

Aun así, desde la dirección se envía el niño a casa después de una expulsión y se le solicita a la familia que lo lleve al médico, como condición para que pueda volver al centro. La tutora se entera de esto cuando ya está preparando una alternativa para el chico.

A la reunión siguiente, la tutora presenta una propuesta que previamente ha comentado con la psicopedagoga del centro, la de la EAP y el coordinador pedagógico: Se trata de ofrecer al alumno la posibilidad de salir del aula unos ratos al día, ir a la sala de guardia (no es lo más conveniente, pero no hay otro espacio), pero no como expulsión, sino como espacio donde él tendrá un material y tiempo para calmarse. El objetivo, en pocas palabras, es ofrecer a Hamza un espacio y unas pautas para la auto regulación. Si supera las veces máximas de salida diaria, entonces sí que se considerará expulsión. Esta técnica, denominada «tiempo fuera» o «time out» se utiliza para niños hiperactivos.

Algunos profesores consideran que no se puede dejar salir un niño sin expulsión y en estas condiciones y se cuestionan sobre el origen de la “técnica”. A pesar de que se ha dado información y bibliografía sobre la técnica, hasta que el coordinador pedagógico no lo explica, no lo aceptan. Y algunos lo aceptan con cierto escepticismo.

Se aplica el «tiempo fuera» y el chico consigue estar ciertos ratos más tranquilo y trabajando en el aula. A pesar de los resultados positivos que se van obteniendo, Hamza continúa teniendo momentos y situaciones conflictivas, que se reconducen recordándole su compromiso y hablando. Él tiene la posibilidad de salir del aula, pero tiene que identificar el momento en que cruza la línea que hay entre el control y el caos. Esto es difícil y no se puede hacer en poco tiempo, tiene que ser un trabajo a largo plazo.

La tutora sufre en las reuniones, porque no se pueden esperar resultados a corto plazo ni un cambio total en la actitud del niño. Hay que convivir con esta actitud, intentar controlarla e integrarla en la dinámica del grupo con adaptaciones. Lo vive como un reto demasiado personal y siempre se queda con la sensación de no haber transmitido a los compañeros aquello que verdaderamente quería transmitir.

Desenlace

La visita al médico da como resultado un diagnóstico TDAH, con lo cual es probable que el niño —como tantos otros— tenga que tomar medicación. Se plantea la posibilidad que no vaya al centro si no toma la medicación, pero se concluye que este es un aspecto delicado y no suficiente para no aceptarlo en el aula. El equipo psicopedagógico acepta los informes externos, a pesar de que no habían hecho un diagnóstico de hiperactividad.

El acuerdo que se tomó como equipo docente (todos aplicaban el «tiempo fuera»), se aplica de manera irregular, pero en general prospera. Hamza continúa sintiéndose «cercado» y necesita moverse. Al cabo de unos días empieza a faltar y el centro se entera que la familia ha marchado del pueblo.

Queda la duda de saber cómo hubiera continuado este chico en la escuela, saber también  cómo habría continuado el trabajo del equipo docente. Lo cierto es que se plantearon una serie de cuestiones interesantes para el equipo docente y para el propio centro.

Síntesis del caso

ContextoInstituto, saturado de alumnos (en relación con el espacio disponible) con dificultades de aprendizaje y con problemas de conducta
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoEquipo educativo
Aula
AcciónAtención a la diversidad
ParticipantesUn niño magrebí, Profesorado de 1er de ESO, Equipo psicopedagógico del centro, Coordinador pedagógico, Equipo directivo, EAP
Desarrollo• Escolarización de un alumno de 1o. de ESO con posible trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
• Problemas con el alumnado a causa del comportamiento del alumno, problemas de gestión del aula
• Cambio de impresiones del equipo docente respecto a la situación del grupo: Decisión de cambiar al alumno de grupo. Propuesta de técnica específica para la autorregulación (tiempo fuera del aula)
• Reacciones diversas frente a la propuesta. Intervención del coordinador pedagógico.
• Implementación de la técnica. Informe médico
DuraciónPrimer y segundo trimestre del curso y parte del tercer trimestre

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11. ¿Qué puede cambiar en la gestión y organización de aula?

Presentación
En un instituto público, el ambiente de aprendizaje de un aula cambia favorablemente sin variar las condiciones institucionales, de infraestructura general, ni económicas. La variación, que afecta a varios elementos de la vida del aula, parece que vienen de la mano de una profesora nueva.

Síntesis del caso →

Contexto

Características del barrio

Se trata de una población (37.000 habitantes) del cinturón de una gran ciudad, con fuerte crecimiento demográfico y urbanístico a partir del 1950. La mayoría de los habitantes son de segunda y tercera generación de inmigración del resto de España, y está poco integrada culturalmente. El tejido asociativo es débil. La ciudad se dedica sobre todo a la industria y los servicios. Las familias ocupan una gran parte de su horario en los quehaceres laborales.

El barrio donde se ubica el caso es muy diverso, con un nivel sociocultural y económico medio o medio bajo. Actualmente hay nueva inmigración, sobre todo sudamericana.

Características del centro

Es un instituto de enseñanza secundaria que funciona desde 1989-90, actualmente tiene más de 10 años de existencia. Hay 350 alumnos, en tres líneas de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y dos de bachilleratos. El claustro está constituido por 47 profesores, 30 con plaza definitiva.

Según las necesidades, se desdoblan internamente uno o dos cursos de ESO. El primer ciclo de ESO tiene una ratio muy alta. En el segundo ciclo se da un porcentaje alto de abandono a los 16 años, a pesar de no tener el graduado escolar.

Tiene los valores de la escuela pública: gestión democrática, apertura al entorno, igualdad de oportunidades, participación, educación de calidad, escuela inclusiva, modelo integrador y flexible. Los principales valores que hay que trabajar, recogidos en el Proyecto Educativo de Centro (PEC) son los siguientes:

  • Conectar el centro con el entorno.
  • Contribuir a la cohesión social (aceptación de las diferencias) y la equidad; escuela inclusiva.
  • Convivencia y aprendizaje.
  • Currículos dinámicos y abiertos que se puedan adaptar.
  • Promover la innovación y formación.

Estos valores se recogen también en el Plan de Acción Tutorial (PAT), el Proyecto Lingüístico y el Plan de Acogida de alumnado recién llegado.

Planteamiento de la situación

El alumnado cursa la materia de educación visual y plástica en segundo y cuarto de ESO; es de dos horas semanales. La profesora de esta materia tiene plaza definitiva en este centro.

Desde que existe esta profesora, se ha detectado un grave problema en el aula respecto al comportamiento del alumnado. Hay mucha algarabía y el alumnado se queja de que no hace nada, que trabaja poco y no aprende.

Después de un tiempo de observación, la persona encargada de realizar un desdoblamiento en esta asignatura (respuesta dada por el instituto para intentar reducir los problemas de comportamiento y disciplina) comenta que:

  • La materia se trabaja de manera muy conceptual (libro de texto, apuntes, ejercicios y actividades escritas).
  • El ambiente en el aula es de total indisciplina: el alumnado habla, se levanta, grita, no sigue ninguna norma.
  • La profesora no impone sus normas, y como toda respuesta cuando el ambiente es insoportable, aplica el protocolo de disciplina al alumnado: expulsión del aula, «letras de mal comportamiento».

Después de estas observaciones, el equipo directivo (en concreto, la coordinadora pedagógica), ha hablado reiteradamente con esta profesora, le ha comentado estos aspectos y le ha ofrecido alternativas de mejora en relación a la organización del aula, el enfoque de la materia y el control del comportamiento del alumnado; pero no se ha observado ninguna mejora. Por lo tanto, el centro sigue ofreciendo horas del profesorado de atención a la diversidad para el desdoblamiento en esta hora.

Desarrollo de la experiencia

A finales del segundo trimestre, por un problema personal, la profesora coge la baja, y el Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña envía una nueva profesora, hasta finales de curso. La sorpresa de todo el mundo es que desde el primer día que llega la nueva profesora se observa un cambio importantísimo, en sentido positivo, en el comportamiento de todo el alumnado. Están contentos, les gusta la profesora, dicen que aprenden mucho y trabajan en un entorno muy calmado.

El profesor que hace el desdoblamiento (y que a partir de ese momento ya no lo hará más por decisión conjunta de la profesora y el equipo directivo del centro) y la misma profesora comentan como cambios que:

    • El aula está siempre preparada con el material y el trabajo que hay que hacer cuando llega el alumnado.
    • La profesora explica sólo durante los 5-10 minutos iniciales, y siempre con uno o varios modelos colgados en el aula lo que pide al alumnado que haga, luego les pasa los modelos (más de uno para toda el aula) y el alumnado comienza a trabajar.
    • Hay material adecuado para la asignatura: colores, papeles, cartulinas.
    • La distribución física del alumnado es diferente a la de las otras aulas (en forma de U). La profesora comenta que lo hace porque es bueno que el alumnado observe que esta asignatura es diferente de las otras (aparte que mejor para observar los modelos que hay que hacer).
    • Cuando el alumnado trabaja hay música de fondo.
    • Los trabajos que hacen decoran el aula y los pasillos del centro.
    • Cada alumno tiene una carpeta en el aula con los trabajos que va haciendo, y la profesora los revisa entre clase y clase y si puede los «arregla» un poco para que el alumno los valore positivamente cuando los vea el día siguiente (sobre todo los de aquellos alumnos a los que les cuesta más).
    • La profesora, el primer día que entró en el aula, ya se había mirado la fotografía del todos los alumnos, había intentado memorizar algunos nombres y comenta también que los primeros días intentó observar algo positivo de cada uno de los alumnos y comentárselo.
    • Considera muy importante una buena relación personal, mirar a los ojos, conocer algo suyo, comentar aspectos positivos… de todos los alumnos de cada grupo.
    • Comenta que los primeros días dedicaba muchísimo tiempo a todos estos aspectos (conocer los alumnos, tener el material preparado, el aula preparada siempre), pero que a medida que pasan los días, el esfuerzo disminuye.
    • Evidentemente, tiene la programación muy clara y preparada.

Desenlace

El cambio positivo se mantiene hasta final de curso y, aunque aparecen algunas dificultades, en general la evolución es buena.

Síntesis del caso

ContextoAula de la asignatura de Educación Visual y Plástica
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoAula
AcciónAtención a la diversidad
Metodologia
ParticipantesProfesora de aula, Profesor de apoyo en el aula, Coordinadora pedagógica, Equipo educativo
Desarrollo• Problemas de falta de control y de aprendizaje en un aula de instituto
• Desdoblamiento de profesorado en el aula de la asignatura (Educación Plástica y Visual). Situación estable: mantenimiento de la situación
• Cambio de profesora (finales segundo semestre, por baja de la titular). Con la nueva profesora, nuevos criterios de gestión y organización de aula. Variación positiva en convivencia y aprendizaje
• Anulación de desdoblamiento. Situación de nuevo estable: con variaciones habituales, pero valoración general positiva
DuraciónUn curso escolar, especialmente tercer trimestre

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6. Buscando el compromiso del estudiante

Presentación

Un profesor aplica los principios del contrato didáctico con un estudiante en dificultades. Busca para hacerlo cumplir con las características básicas del contrato de aprendizaje: que sea un acuerdo formalizado, que exista una relación de contraprestación recíproca, una implicación personal y un marco temporal de ejecución.

Síntesis del caso →

Contexto

Nos situamos en un instituto de la periferia de Barcelona, con un alto porcentaje de alumnado inmigrante, un 25% aproximadamente. En este conjunto de alumnado inmigrante, la mayoría son alumnos que hace años que viven en Cataluña, incluso algunos han nacido aquí. Por otra parte, una minoría (los llamados inmigrantes de incorporación tardía o reciente) van llegando  y se incorporan al centro a medida que avanza el curso escolar.

La organización particular del área de Matemáticas, con grupos heterogéneos a partir del 2º curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), hace que la mayoría de alumnado inmigrante principalmente concluya el curso con un bajo rendimiento académico. Estos alumnos suelen tener un nivel más bajo de éxito, pero no quiere decir que tengan un nivel inferior de capacidades, evidentemente. A los alumnos de incorporación tardía o con bajo nivel de adquisición de la lengua se les asigna el aula de acogida.

Planteamiento de la situación

Maikel hace ya cuatro años que llegó de Ecuador y actualmente cursa 1º de ESO. En general, podríamos decir que no le gusta la escuela, ni tampoco le motiva estudiar. Este primer trimestre suspendió  6 asignaturas. Además de no estudiar y no trabajar, últimamente está tomando un rol negativo respecto al resto de la clase. Interrumpe la clase, hace demasiadas bromas, no hace caso al profesor, lo han expulsado de clase varias veces, no lleva el material que se le solicita, no tiene cuaderno de trabajo, etc.

Me incorporé al trabajo de profesor de matemáticas en este instituto y con este grupo de alumnos principalmente durante el mes de diciembre, concretamente la tercera semana.

La profesora que hacía la sustitución anterior me pasó el cuaderno de notas y unas cuantas indicaciones de cómo era el grupo y quién era Maikel. “No será fácil”, pensé.

Desarrollo de la experiencia

Las primeras clases con el grupo no fueron demasiado bien. Incluso tuve que echar a algunos alumnos de la clase, entre ellos a Maikel. Yo sentía que como profesor podía hacerlo mejor. La expulsión debe ser el último recurso (de supervivencia) cuando ya no tienes más recursos (los productivos). No es ninguna solución. Aplazar un problema es “pan para hoy y hambre para mañana”.

El punto de inflexión en la situación no llegó hasta enero, fuera de la clase de matemáticas, con una conversación. Estaba de guardia y Maikel llegó a la sala de profesores con un Comunicado de Expulsión de la asignatura de Lengua Castellana. Estos momentos de comunicación, tarde o temprano, llegan, se han de buscar y estar preparado, pero no se deben forzar.

Los elementos más relevantes de aquella conversación los escribo a continuación. Le pregunté qué pasó, aunque yo ya sabía que me diría que la culpa era del profesor. Lo importante era que él fuera consciente de que me interesaba por él y que le estaba escuchando. Tenía que hablar quitando tensión a la conversación. A continuación le expliqué anécdotas mías, de cuando tenía su edad y también tenía problemas con los profesores de lengua o de matemáticas. Lo más importante no es si estas anécdotas son reales o medio inventadas, lo importante es si son adecuadas o no.

Dada la buena acogida de mis palabras, continuamos hablando de algún aspecto y de alguna ciudad típica de su país que yo conocía, para pasar después a interesarme por la escuela en Ecuador. Incluso me contó un método diferente para hacer divisiones, que aprendió en la escuela primaria de su país.

Con esta conversación lo que estaba haciendo era abrir una puerta y crear un espacio de complicidad con Maikel. Este es el paso previo si quieres que te escuche y te haga caso. Además, durante estas conversaciones, siempre hay algún elemento personal del alumno que te puede ayudar a conseguir tus objetivos como profesor de matemáticas mediante un acuerdo con él. El elemento personal que usaría en el caso de Maikel sería el sentimiento de agradecimiento que él tenía hacia su padre. Siempre había trabajado mucho para llevar dinero para su madre y sus hermanos y se levantaba a las 5:30 h. cada día para ir a trabajar.

En cuanto a los objetivos, debían priorizarse y, con respecto a los acuerdos, deberían ser realistas. En este caso, los objetivos eran por orden de importancia: no ser expulsado de la clase, llevar el libro y el cuaderno, estar callado cuando hay que estar callado y hablar cuando se debe hablar, prestar atención a las explicaciones en clase, trabajar en clase, hacer deberes y estudiar en casa.

El acuerdo fue que Maikel haría un esfuerzo extra para no ser expulsado y que llevaría el libro y el cuaderno a clase. Maikel aceptó este acuerdo después de oír algunas de mis palabras: “¿A tu padre le gustaría saber que no llevas el libro?”, “Yo no llamaré ahora mismo a tu padre para decirle lo que está pasando porque tengo confianza en ti”, “El próximo día sí que llevarás el libro y la libreta”, “Si no los llevas el próximo día no me dejarás otra opción que hablar con él”.  Finalmente él mismo vio que no estaba haciendo las cosas bien en la clase de matemáticas, no ya sólo por su padre, sino por él mismo.

Desenlace

Naturalmente, los cambios no suceden de la noche a la mañana, sino que es un proceso con sus propios altibajos. En cualquier caso, decidí no volver expulsar a Maikel de la clase  nunca más y prácticamente todos los días llevaba el libro y el material. Él fue progresando. Poco a poco comenzó a participar de una manera positiva en la dinámica de la clase, a pesar de sus carencias de conocimientos en matemáticas. Incluso un día fue el protagonista positivo de la clase, porque aceptó mi ofrecimiento de explicar en la pizarra al grupo el método de división que aprendió en su país y que me contó durante la conversación que tuvimos, meses atrás.

Síntesis del caso

ContextoInstituto, en la periferia de una gran ciudad, con un 25% alumnado inmigrante
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoAula
Estudiante
AcciónAtención a la diversidad
ParticipantesMaikel y profesor de matemáticas sustituto
Desarrollo• A Maikel no le gusta estudiar / tiene problemas de comportamiento (interrumpe clases, no hace caso al profesor, no lleva material)
• Expulsiones de aula reiteradas
• Punto de inflexión de la situación, al margen de la clase de matemáticas: conversación en horario de guardia. El profesor muestra interés y escucha al alumno
• En base a la confianza y la complicidad, se llega a acuerdos sobre unos objetivos realistas y alcanzables a corto plazo
DuraciónPrimeras clases e intervención a finales del primer trimestre del curso

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2. Mejorando el clima de una aula abierta

Presentación

A partir de la observación de dos clases, una de matemáticas y otra de ciencias sociales en un Instituto, se plantean diversas realidades dentro del aula con los estudiantes y las diferentes formas de trabajar de cada uno de los profesores que imparten estas asignaturas.

Síntesis del caso →

Contexto

En el marco de la investigación realizada sobre las estrategias de acogida de alumnado extranjero en los institutos de educación secundaria, se ha solicitado al profesorado de un centro de los alrededores de una gran ciudad, la posibilidad de observar como gestionan en el aula la atención a la diversidad. Una vez aceptada la petición se establece día y hora para hacer la observación, y se determinan los grupos clase y el profesorado participante.

Planteamiento de la situación

Son las 11.15h de un martes del mes de mayo. Llego al instituto. Voy a observar dos clases: una de matemáticas de 1º de ESO y la otra de ciencias sociales de 4º de ESO. Hemos informado al profesorado que queremos hacer estas observaciones para ver como gestionan el aula, como atienden la diversidad y  en especial la diversidad que conlleva el alumnado extranjero.

Desarrollo de la experiencia

Cuando entro en la escuela me dirijo a Conserjería y pregunto por el profesor con quien había establecido el contacto. Mientras espero, hablo con el conserje sobre como agrupan los alumnos (me explica que están agrupados por niveles: buenos, medianos, malos), la duración de las sesiones de clase, el horario de los alumnos… Después de unos 10 minutos se me dirige a la profesora que he de observar. Es una chica muy joven. Parece un poco cansada. Me dice: “Ya te había visto, pero he salido a fuera a tomar el café, porque todo el día aquí dentro…”

De camino hacia el aula me explica que hoy le toca matemáticas con el grupo medio, con los alumnos que no son buenos, pero que aún se puede hacer alguna cosa.

Me explica también que tiene una alumna inmigrante que no entiende casi nada ni el castellano ni el catalán, y que le da hojas con multiplicaciones, porque aún no sabe multiplicar bien. Entro en el aula y le pregunto dónde le va bien que me siente. No tiene tiempo para responderme, que ya entran gritando los alumnos de primero de ESO. Ella, también grita, les pide que se sienten. Muchos de ellos y ellas continúan hablando y no se sientan. Mientras, ella da al alumno inmigrante, situado en una mesa individual en el extremo derecho  de la clase, la hoja con multiplicaciones. El resto de los alumnos van sentándose poco a poco. Las mesas están dispuestas de dos en dos. Empieza diciendo: ¿“recordáis el que hicimos ayer? (…) Hoy haremos la mediatriz y la bisectriz. ¿Habéis traído el compás?” Muchos chicos y chicas gritan: “Nooooo”. Yo pregunto a un chico que tengo al lado: “¿cómo es que no lo has traído?” y me contesta: “¡porque no tengo y no me lo quiero comprar!”. Ella va explicando y haciendo la mediatriz y la bisectriz en la pizarra, con compás, mientras el resto va charlando. Pocos escuchan y sobre todo los de detrás hacen burla, se tiran el estuche…

Cuando acaba dice: “haced el ejercicio 7 y 8 del libro”. Algunos van haciendo los ejercicios, pero muchos no los hacen. Como que muchos no llevan compás no lo pueden hacer y ella sugiere que lo hagan a mano alzada. Los chicos y chicas siguen quejándose en voz alta: “¡profe esto es un rollo! ¡Yo no lo pienso hacer! ¡Me aburro!”, y con otros comentarios parecidos.

Yo digo al mismo chico que le había preguntado antes porque no había traído el compás si quiere que le ayude a hacer el ejercicio. Como no ha traído ni compás ni libreta, le propongo calcar en una hoja el ángulo y que dibuje la bisectriz a mano alzada.

La maestra los riñe y les dice que ya les había avisado y que tenían que haber traído el  compás. A los que se portan mal les hace separar la mesa y sentarse delante.  Después les manda hacer en la pizarra unos ejercicios. Salen preferentemente los chicos y castiga los que “no se han portado bien” dejándolos sin hacer el ejercicio en la pizarra. Luego corrigen los deberes del día anterior en la pizarra (¡que muchos no han hecho!).

Antes de que suene el timbre recogen, y cuando suena salen todos y todas muy rápidamente. Al salir me comenta: “ya ves como son… hacemos lo que podemos… con este grupo no se puede hacer mucho más”.

La profesora me acompaña a encontrarnos con el profesor de ciencias sociales de 4º de ESO. Nos encontramos en el pasillo. Me da la sensación que éste profesor está mucho más relajado y contento que la profesora anterior. En la entrada me habla de los chicos y chicas extranjeros que tiene. Se queda en la puerta y saluda a los alumnos que entran. Cuando ya han entrado casi todos entra él. Los alumnos se van sentando. Me presenta y dice que vengo a observar la clase y que con mi feedback le ayudaré a mejorar la clase.

El profesor empieza diciendo que hoy explicará la revolución francesa. Lo hace con pasión. Después muestra un Power Point, con cuadros sobre la revolución francesa, esquemas y pequeños fragmentos de texto de los núcleos más importantes. Va haciendo preguntas a los alumnos, va relacionando el tema con películas, con libros, con la situación política de los países de donde provienen los alumnos…

El alumnado está sentado, de dos en dos y de cuatro en cuatro, todos mirando a la pizarra. Parece que están atentos y atentas. Muchos van copiando los pequeños fragmentos de texto del Power Point. Suena el timbre y todos continúan sentados, escuchando hasta que el profesor acaba de hablar. Luego van saliendo tranquilamente.

Al acabar la sesión, me pregunta qué me ha parecido y me comenta que desde hace unos años ha probado hacer las clases con Power Point con muchas imágenes y que le funciona muy bien. Ahora bien, me dice que hace pocos trabajos en grupo, que le gustaría hacer más. También me comenta que los alumnos están distribuidos por su conducta y que este es el grupo más alto. Que a él no le gusta, pero que en el centro hay una corriente antipedagógica muy fuerte y que no puede oponerse a esta distribución del alumnado. Eso sí, él intenta que la mayoría estén en el grupo más elevado. Nos despedimos y se pone a mi disposición para cualquier cosa que necesitemos.

Desenlace

Mientras me dirijo al metro voy dando vueltas a las observaciones realizadas, a los profesores y a las diferencias. No puedo evitar compararlos y me surgen ideas que quiero contrastar con mi equipo de investigación en cuanto pueda. Entre estas, aparece la influencia de las expectativas del profesorado hacia el grupo de alumnos, la experiencia de los docentes o los recursos didácticos utilizados (la bienvenida a los alumnos, la presentación de una persona que se incorpora al grupo, las preguntas a los alumnos, entre otras). Pero lo que más me ha impactado ha sido la pasión, en contra de la desmotivación, con la que los docentes viven y sienten su profesión.

Síntesis del caso

ContextoInstituto, en zona metropolitana de una gran ciudad, con mayoría de población inmigrante
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoAsignatura
Aula
AcciónCurrículum
Metodología
Atención a la diversidad
ParticipantesProfesor novel, grupo de estudiantes
Desarrollo• El alumnado muestra dificultades de aprendizaje, de autoimagen y de relación
• El profesor programa 10 sesiones considerando las características del grupo de estudiantes
• Los alumnos responden positivamente, aunque a veces con dificultades de atención
• El trabajo realizado es presentado a alumnos de las aulas comunes
Duración10 sesiones de clase

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1. Dos formas de gestionar el aula

Presentación

A partir de la observación de dos clases, una de matemáticas y otra de ciencias sociales en un Instituto, se plantean diversas realidades dentro del aula con los estudiantes y las diferentes formas de trabajar de cada uno de los profesores que imparten estas asignaturas.

Síntesis del caso →

Contexto

En el marco de la investigación realizada sobre las estrategias de acogida de alumnado extranjero en los institutos de educación secundaria, se ha solicitado al profesorado de un centro de los alrededores de una gran ciudad, la posibilidad de observar como gestionan en el aula la atención a la diversidad. Una vez aceptada la petición se establece día y hora para hacer la observación, y se determinan los grupos clase y el profesorado participante.

Planteamiento de la situación

Son las 11.15h de un martes del mes de mayo. Llego al instituto. Voy a observar dos clases: una de matemáticas de 1º de ESO y la otra de ciencias sociales de 4º de ESO. Hemos informado al profesorado que queremos hacer estas observaciones para ver como gestionan el aula, como atienden la diversidad y  en especial la diversidad que conlleva el alumnado extranjero.

Desarrollo de la experiencia

Cuando entro en la escuela me dirijo a Conserjería y pregunto por el profesor con quien había establecido el contacto. Mientras espero, hablo con el conserje sobre como agrupan los alumnos (me explica que están agrupados por niveles: buenos, medianos, malos), la duración de las sesiones de clase, el horario de los alumnos… Después de unos 10 minutos se me dirige a la profesora que he de observar. Es una chica muy joven. Parece un poco cansada. Me dice: “Ya te había visto, pero he salido a fuera a tomar el café, porque todo el día aquí dentro…”

De camino hacia el aula me explica que hoy le toca matemáticas con el grupo medio, con los alumnos que no son buenos, pero que aún se puede hacer alguna cosa.

Me explica también que tiene una alumna inmigrante que no entiende casi nada ni el castellano ni el catalán, y que le da hojas con multiplicaciones, porque aún no sabe multiplicar bien. Entro en el aula y le pregunto dónde le va bien que me siente. No tiene tiempo para responderme, que ya entran gritando los alumnos de primero de ESO. Ella, también grita, les pide que se sienten. Muchos de ellos y ellas continúan hablando y no se sientan. Mientras, ella da al alumno inmigrante, situado en una mesa individual en el extremo derecho  de la clase, la hoja con multiplicaciones. El resto de los alumnos van sentándose poco a poco. Las mesas están dispuestas de dos en dos. Empieza diciendo: ¿“recordáis el que hicimos ayer? (…) Hoy haremos la mediatriz y la bisectriz. ¿Habéis traído el compás?” Muchos chicos y chicas gritan: “Nooooo”. Yo pregunto a un chico que tengo al lado: “¿cómo es que no lo has traído?” y me contesta: “¡porque no tengo y no me lo quiero comprar!”. Ella va explicando y haciendo la mediatriz y la bisectriz en la pizarra, con compás, mientras el resto va charlando. Pocos escuchan y sobre todo los de detrás hacen burla, se tiran el estuche…

Cuando acaba dice: “haced el ejercicio 7 y 8 del libro”. Algunos van haciendo los ejercicios, pero muchos no los hacen. Como que muchos no llevan compás no lo pueden hacer y ella sugiere que lo hagan a mano alzada. Los chicos y chicas siguen quejándose en voz alta: “¡profe esto es un rollo! ¡Yo no lo pienso hacer! ¡Me aburro!”, y con otros comentarios parecidos.

Yo digo al mismo chico que le había preguntado antes porque no había traído el compás si quiere que le ayude a hacer el ejercicio. Como no ha traído ni compás ni libreta, le propongo calcar en una hoja el ángulo y que dibuje la bisectriz a mano alzada.

La maestra los riñe y les dice que ya les había avisado y que tenían que haber traído el  compás. A los que se portan mal les hace separar la mesa y sentarse delante.  Después les manda hacer en la pizarra unos ejercicios. Salen preferentemente los chicos y castiga los que “no se han portado bien” dejándolos sin hacer el ejercicio en la pizarra. Luego corrigen los deberes del día anterior en la pizarra (¡que muchos no han hecho!).

Antes de que suene el timbre recogen, y cuando suena salen todos y todas muy rápidamente. Al salir me comenta: “ya ves como son… hacemos lo que podemos… con este grupo no se puede hacer mucho más”.

La profesora me acompaña a encontrarnos con el profesor de ciencias sociales de 4º de ESO. Nos encontramos en el pasillo. Me da la sensación que éste profesor está mucho más relajado y contento que la profesora anterior. En la entrada me habla de los chicos y chicas extranjeros que tiene. Se queda en la puerta y saluda a los alumnos que entran. Cuando ya han entrado casi todos entra él. Los alumnos se van sentando. Me presenta y dice que vengo a observar la clase y que con mi feedback le ayudaré a mejorar la clase.

El profesor empieza diciendo que hoy explicará la revolución francesa. Lo hace con pasión. Después muestra un Power Point, con cuadros sobre la revolución francesa, esquemas y pequeños fragmentos de texto de los núcleos más importantes. Va haciendo preguntas a los alumnos, va relacionando el tema con películas, con libros, con la situación política de los países de donde provienen los alumnos…

El alumnado está sentado, de dos en dos y de cuatro en cuatro, todos mirando a la pizarra. Parece que están atentos y atentas. Muchos van copiando los pequeños fragmentos de texto del Power Point. Suena el timbre y todos continúan sentados, escuchando hasta que el profesor acaba de hablar. Luego van saliendo tranquilamente.

Al acabar la sesión, me pregunta qué me ha parecido y me comenta que desde hace unos años ha probado hacer las clases con Power Point con muchas imágenes y que le funciona muy bien. Ahora bien, me dice que hace pocos trabajos en grupo, que le gustaría hacer más. También me comenta que los alumnos están distribuidos por su conducta y que este es el grupo más alto. Que a él no le gusta, pero que en el centro hay una corriente antipedagógica muy fuerte y que no puede oponerse a esta distribución del alumnado. Eso sí, él intenta que la mayoría estén en el grupo más elevado. Nos despedimos y se pone a mi disposición para cualquier cosa que necesitemos.

Desenlace

Mientras me dirijo al metro voy dando vueltas a las observaciones realizadas, a los profesores y a las diferencias. No puedo evitar compararlos y me surgen ideas que quiero contrastar con mi equipo de investigación en cuanto pueda. Entre estas, aparece la influencia de las expectativas del profesorado hacia el grupo de alumnos, la experiencia de los docentes o los recursos didácticos utilizados (la bienvenida a los alumnos, la presentación de una persona que se incorpora al grupo, las preguntas a los alumnos, entre otras). Pero lo que más me ha impactado ha sido la pasión, en contra de la desmotivación, con la que los docentes viven y sienten su profesión.

Síntesis del caso

ContextoInstituto
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoAula
AcciónAtención a la diversidad
ParticipantesProfesora de matemáticas, profesor de ciencias sociales, alumnado agrupado según rendimiento académico, observador
DesarrolloEn dos situaciones de aula, se observa:
• Tipos de interacción entre profesor/a / alumnado y contenidos
• Criterios de agrupamiento interno
• Formas de presentación de los diferentes tipos de contenidos de aprendizaje
• Uso del material didáctico
• Maneras de cerrar la sesión
• Percepción del docente
DuraciónUna sesión de clase (fase previa, interactiva, posterior)

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