52. Expediente disciplinario a un profesor y reacción corporativa de un sector del equipo docente

Presentación

Debido a una denuncia formulada por los padres y madres del Consejo Escolar respecto de las actuaciones de un profesor, se inicia un trámite informativo y la incoación de un expediente disciplinario. Se produce entonces una reacción de un sector importante del Claustro docente, que se posiciona a favor del expedientado, cuestionando el procedimiento y la actuación de la dirección.

Síntesis del caso →

Contexto

Los hechos se producen en un Instituto de Enseñanza Secundaria, situado en el barrio periférico de una gran ciudad, cuya población procede de provincias limítrofes, atraída por la oferta de trabajo, entre los años 1960 y 1970.

El Instituto supera los 1200 alumnos, los 100 profesores, y tiene turnos diurno y nocturno. El nivel sociocultural de las familias es medio-bajo y en el barrio existe una amplia tradición de movimiento vecinal asociativo.

Planteamiento de la situación

Se produce una denuncia por escrito de los padres del Consejo Escolar en relación con unos presuntos hechos, a su juicio muy graves, relativos al comportamiento de un profesor del centro en sus clases: favoritismo con alumnas, expresiones soeces, críticas a la dirección, incumplimiento de la programación, etc. El director, novel, registra la denuncia, da copia a los interesados y la traslada a los Servicios Territoriales. Transcurrido un tiempo más que prudencial (un mes) y al no recibir respuesta, los padres formulan su denuncia directamente al Departamento de Educación, que inmediatamente pone en marcha un procedimiento.

El Servicio de Inspección elabora una información reservada, a partir de la cual la Administración incoa al profesor un expediente disciplinario y es suspendido cautelarmente en sus funciones, nombrándose un Inspector de Servicios como Instructor del mismo.

Un grupo de profesores se erige en defensor del compañero, hace al director responsable de la incoación del expediente (por no obviar la denuncia) y recogiendo un tercio de las firmas del profesorado, solicita un Claustro Extraordinario para tratar, como orden del día, el expediente disciplinario.

El director pone en conocimiento del Instructor del expediente la solicitud del Claustro, ante lo cual éste manifiesta la inconveniencia de tal convocatoria; pero dado que la competencia para realizar dicha convocatoria corresponde al presidente del órgano colegiado, de manera velada, amenaza al director si accede a convocar dicho claustro.

El director deniega por escrito y de manera razonada la convocatoria, alegando que el Claustro de profesores no es competente para manifestarse en este asunto y que, además, estando en fase de instrucción le ha sido prohibido acceder a la convocatoria por parte del Instructor.

Desarrollo de la experiencia

A partir de ese momento, se entra en una situación irrespirable, ya que un día sí y otro también el “grupo opositor” envía escritos casi diariamente a la dirección, a la inspección y finalmente al departamento de Educación; a este último, denunciando las actuaciones del director. El director, previamente, había trasladado a los Servicios de Inspección Educativa los escritos mencionados, en los que fundamentalmente se cuestionaba su actuación en el expediente y la indefensión del compañero. No se recibe respuesta.

El director, abrumado y harto, solicita formalmente que se realice una investigación sobre su actuación, por parte de la Inspección de Servicios. Ante la resistencia de la Administración a realizar dicha investigación, plantea formalmente su dimisión, lo que ocasiona -no con reticencias- la apertura de dicha investigación por parte de un Inspector de Servicios, distinto del Instructor. En dicha investigación se toma declaración a todos y cada uno de los firmantes de la denuncia y, finalmente, al director.

Desenlace

El Departamento, dos días antes de finalizar el curso, remite dos escritos, uno a la dirección y otro a los profesores denunciantes, similares salvo en el párrafo final.

En ambos se pone de manifiesto que, como resultado de la investigación llevada a cabo, “la actuación del director ha sido la correcta en todo momento”, e incluso se valora la discreción y el sentido común de la misma.

Añadiéndose, en el escrito remitido a los denunciantes que, “de persistir en su actitud de falsas denuncias”, se tomarían las medidas disciplinarias adecuadas.

El curso siguiente más de veinte profesores, básicamente los denunciantes, se trasladan voluntariamente de centro. La situación del centro se normaliza.

Síntesis del caso

ContextoInstituto de Educación Secundaria de una gran capital
Nivel educativoSecundaria obligatoria
Secundaria postobligatoria
ÁmbitoComunidad educativa
Equipo directivo
AcciónOrganización y gestión
ParticipantesDirector, profesorado, Departamento de Educación
Desarrollo• Denuncia de padres del consejo escolar a un profesor por sus actuaciones
• Inicio de trámite informativo e incoación de expediente disciplinario
• Reacción de un sector importante del Claustro que se posiciona a favor del docente denunciado, cuestionando el procedimiento y la actuación de la dirección
• Intervención de la Inspección de Educación y de Servicios
• Se confirma que la dirección ha actuado correctamente y se advierte al profesorado por falsas denuncias contra el director. Los profesores denunciantes se separan del centro
DuraciónUn curso

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5. Una expulsión indefinida

Presentación

Un alumno de 3º de ESO es expulsado reiteradamente del instituto y, a pesar de las intervenciones del profesorado y los especialistas, el Consejo Escolar determina su inhabilitación hasta final de curso.

Síntesis del caso →

Contexto

El equipo directivo observa que el centro recibe pocas solicitudes de plaza en el periodo oficial de preinscripción y que un tercio de la matriculación en 1º de ESO procede de alumnado no preinscrito. Buena parte de estas matriculas fuera de plazo son a propuesta de la Inspección Educativa, ya que quedan plazas vacantes y es un centro que sabe tratar al alumnado problemático.

La dirección del centro analiza las escuelas de procedencia de la zona y observa que una escuela envía casi la totalidad del alumnado —es la escuela que tiene escolarizada una buena parte del colectivo gitano del barrio—, y que las otras dos escuelas de la zona envían únicamente un tercio del alumnado que ha acabado el último curso de Primaria, que manifiesta necesidades educativas especiales o actitudes de rechazo escolar.

En las primeras semanas de clase, se observa una conflictividad muy intensa en todas las aulas de primero, que se manifiesta en expulsiones de clase, en la incomunicación ante la actividad lectiva en la mayoría de asignaturas y en una tensión extrema entre el profesorado para gestionar el aula.

En cuanto a la acción tutorial, el seguimiento y la orientación del alumnado, el tutor del grupo clase y el equipo docente se reúne semanalmente. Hacen una entrevista inicial a cada alumno y les pasan unos ejercicios sobre competencias lingüísticas y matemáticas. Los datos se comentan en las reuniones del equipo docente. También siguen regularmente la dinámica de la clase y de cada alumno.

En la asamblea semanal, el tutor procura analizar con el grupo el funcionamiento de la clase. El equipo docente se comunica las incidencias y procura coordinar las actuaciones de aula. Ante situaciones de conflicto, en primer lugar el tutor habla con el afectado. Después lo hace todo el equipo docente, que establece un pacto con el alumno correspondiente. En caso de persistir el conflicto, el jefe de estudios convoca a la familia de acuerdo con el tutor.

Respecto a los seminarios, equipos o departamentos de área, los equipos docentes consideran que el currículum organizado en 10 áreas curriculares (más materias optativas, de refuerzo…) dispersa excesivamente los referentes del alumnado, sobretodo porque es excesivo el número de profesores que los atienden. La estructura horaria y el espacio del aula no se adaptan al estilo de aprendizaje de algunos alumnos.

En cuanto a la programación y el trabajo de aula, algunos profesores manifiestan que un sector del alumnado no aprende a través de la lectura y la explicación del profesor, sino que necesitan hacer actividades variadas, cambiantes e interesantes. El equipo docente también ha identificado que el alumnado tiene poca autonomía y una bajísima autoestima, y que necesita mucha guía y ayuda del profesorado. También manifiestan que es muy importante que el profesor dirija y controle el ritmo de la clase.

El psicopedagogo del centro lleva a cabo diferentes tareas: adaptaciones curriculares de alumnos con dificultades, asesorar a los tutores y los equipos educativos cuando estos le envían alumnos para hacer una valoración psicopedagógica, entre otras. La profesional del Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico (EAP) se reúne semanalmente con el psicopedagogo de centro, el cual le comenta los casos problemáticos, los analizan conjuntamente y entrevista aquellos alumnos que le solicita el tutor o el equipo docente. Sobre todo se trata de alumnado con baja motivación, dificultades para concentrarse, hábitos de trabajo insuficientes, deficiencias importantes en los aprendizajes básicos, o con una estructura familiar poco estable. En ocasiones también se le pide que asista a la reunión de algún equipo docente cuando se habla de algún caso o situación conflictiva, por ejemplo: faltas de respeto al profesorado, cuestionamiento de su autoridad, dificultades para seguir las indicaciones o necesidades de un seguimiento más individualizado.

Planteamiento de la situación

Kevin es un alumno de 14 años que ha ingresado en 3º de ESO en el Instituto. Muestra más interés por las actividades de aprendizaje en que el trabajo que hay que llevar a cabo parten de unas pautas iniciales, es más autónomo, y tienen una carga teórica más reducida, como por ejemplo las áreas curriculares de tecnología, informática y educación física.

En las primeras cuatro semanas del curso Kevin ha estado expulsado trece veces de clase por siete profesores diferentes por las razones siguientes: interrumpe continuamente la marcha de la clase hablando, gritando y no haciendo caso al profesorado, falta al respeto al profesor y se mofa, escribe en las mesas con el lápiz y no hace caso a las advertencias de la profesora, o se pelea con los compañeros de clase. La descripción que hace el tutor de su comportamiento es:

  • Desde el inicio de curso Kevin presenta una conflictividad constante. Es nervioso, no controla sus acciones y es irreflexivo y agresivo ante la autoridad del profesorado.
  • Provoca a los demás de manera constante: grita a los compañeros, se cambia de silla, no para quieto, pinta las mesas, recorta papeles, dibuja, no presta atención.
  • Se niega a hacerme caso y me desafía ante toda la clase.
  • Los gritos, las amenazas, las peleas y el juego con adhesivos son las actividades habituales en mi clase.
  • Es inteligente, desobediente y mal educado.
  • Provoca tu reacción y así se divierte.
  • No tiene ningún interés por el trabajo académico.

Desarrollo de la experiencia

Antes de empezar el siguiente curso, Kevin es entrevistado por una de las profesoras de atención a la diversidad del instituto, y la información que obtiene es que el pasado curso fue expulsado del instituto anterior durante la mayor parte del curso. Sus expectativas de futuro son cursar un cicle formativo de grado medio de una rama tecnológica.

En el ámbito familiar, el chico vive con la madre, su pareja y el abuelo materno. Se muestra muy crítico con el compañero de su madre y en cambio mantiene un fuerte vínculo afectivo con ella. El padre hace cuatro años que se fue de casa. Desde hace tres meses también vive con el nuevo compañero de la madre con el cual no tiene buena relación, se enfrentan constantemente y ni el abuelo ni él lo acaban de aceptar. Kevin tiene una fuerte relación de dependencia con la madre y no acepta ninguna figura masculina entre él y la madre.

Durante las dos primeras semanas de clase, diversos profesores hablan con el para hacerle reflexionar sobre su comportamiento. La tercera semana, conversa nuevamente con la profesora de atención a la diversidad durante una hora. El chico dice que el compañero de su madre lo pone nervioso y que muchos días, cuando llega del instituto, ya está muy alterado y no puede controlarse. Reconoce algunos malos comportamientos hacia el profesorado y niega otros. Se queja de una expulsión injusta. Dice que está en el instituto para conseguir el título, que no le gustan las clases que tiene que escribir todo el rato. El chico no quiere que se avise a la madre.

El profesorado le propone un pacto y un plazo de 15 días para comprobar que lo cumple. Se acuerda no avisar a la madre si en los próximos tres días el comportamiento mejora, y, en el caso que haya que hablar con ella, se le hará saber que el chico manifiesta que está nervioso por el ambiente de casa. En los 3 días siguientes a la reunión, se le expulsa tres veces de clase. Habla con el jefe de estudios, le expulsan 6 días y se le dice que vuelva al instituto con la madre para mantener una entrevista.

El tutor habla con la madre después de la primera expulsión. La madre defiende al hijo y no reconoce los comportamientos que expone el profesorado. El chico vuelve a clase y firma un nuevo contrato. Al día siguiente de haber hablado la madre con el tutor, es expulsado de una clase y el alumno dice que ha sido sin motivo. Se le expulsa hasta la reunión del próximo Consejo Escolar.

En el Consejo Escolar comparece la madre, que niega las afirmaciones del profesorado, y se inicia el proceso de expediente disciplinario. A partir de este, un profesor instruye el expediente: entrevista al chico, a la madre, al profesorado, al psicopedagogo del centro y pide a la psicopedagoga del EAP que haga un informe y que hable con el chico. La psicopedagoga se niega a hacer un informe para el expediente, pero acepta entrevistar al chico. La madre dice al instructor que en poco tiempo han muerto dos de sus hijos y hermanos de Kevin, que se ha separado del marido y que vive con un compañero, con quien el chico está enfrentado.

Desenlace

Pasado el Consejo Escolar, y mientras actúan los psicopedagogos, el equipo de profesores considera que, después de dos meses y medio desde el inicio de curso, es evidente que Kevin no ha cambiado nada su comportamiento, que no se puede esperar que mejore en el futuro, que es un elemento muy negativo para la clase, ya que muchas veces impide que se pueda trabajar, y que no reconoce ninguna autoridad en el profesorado. En el Consejo Escolar, el instructor propone inhabilitar al alumno para asistir al centro hasta final de curso y se aprueba.

Síntesis del caso

ContextoInstituto, con 1/3 de la matriculación en 1º de ESO que procede de alumnado no preinscrito y a propuesta de la Inspección Educativa
Nivel educativoSecundaria obligatoria
ÁmbitoCentro
AcciónAtención a la diversidad
ParticipantesAlumno de 3r de ESO y familia, Tutor del grupo de clase y equipo docente, Profesora de atención a la diversidad, Psicopedagogos del centro y del EAP, Profesor instructor del expediente de expulsión
Desarrollo• Alumno de 3r de ESO expulsado 13 veces de clase durante las primeras 4 semanas de curso
• Diversos profesores hablan con Kevin durante las dos primeras semanas de clase para que reflexione sobre su comportamiento
• Profesora de atención a la diversidad le entrevista
• Propuesta de pacto para un plazo de 15 días. Expulsiones reiteradas
• El tutor entrevista a la madre y el caso pasa al Consejo Escolar
• Intervención de los psicopedagogos del centro y del EAP
• El Consejo Escolar determina la inhabilitación definitiva
Duración2 meses y medio una vez iniciado el curso escolar

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