48. “Lo criticamos para que lo mejores”: una experiencia que potencia el trabajo colaborativo

Presentación

En este caso se comparte el rol de un docente de secundaria que trabaja desde los errores para construir aprendizajes colectivos. Cuando en el aula se potencia la participación de los estudiantes muchos factores influyen en la motivación, y convierten los errores en fuente de aprendizaje.

Síntesis del caso →

Contexto

Este caso se sitúa en un instituto público de Barcelona que es parte de la red de institutos innovadores y que destaca por promover la participación en el aula de sus estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de una manera diferente. Se trata de buscar experiencias de aprendizaje delante de posibles respuestas erróneas y verlas como oportunidad para aprender.

Planteamiento de la situación

Se considera que el hecho de equivocarse es una oportunidad para el aprendizaje. Autores como Claparède y Dewey presentaban la necesidad de «permitir» a los estudiantes «cometer errores». Así, se cuestiona la percepción de los errores en educación para abrir paso a un rol del docente visto como alguien que ayuda a la superación de inconvenientes.

Desarrollo de la experiencia

Se observaron clases de un profesor de secundaria. Primeramente, hay que tener en cuenta que el instituto público cuenta con el apoyo de las tecnologías y que cada alumno/a tiene un Ipad. Las observaciones fueron en 1º de ESO y en una materia donde se trabaja de manera transdisciplinar llamada «Trabajo Globalizado». Se narra una situación vivida en una clase sobre patrimonio en el marco de la unidad «Montamos una exposición» como ejemplo para ver los errores como oportunidad de crecimiento.

Desde el comienzo, el elemento clave era la participación. El profesor invitó a que los estudiantes discutieran sobre qué era el patrimonio familiar. Llamaba la atención el interés de todos/as en exponer su opinión. Más de la mitad de la clase levantaba la mano para participar, mientras el resto escuchaba atentamente.

Después de un participativo coloquio, el profesor propuso una pequeña actividad escrita, prevista para 15 minutos. Las instrucciones eran:

Elige un elemento del patrimonio familiar:

1. Descríbelo
2. Explica qué valor tiene para tu familia
3. Clasifica qué tipo de patrimonio es, según sea tangible o intangible (estos dos conceptos fueron explicados).

El docente especificó que la actividad debía hacerse en silencio para conectarse con las propias reflexiones. La ubicación de las mesas permitía que el docente pudiese desplazarse con facilidad por el aula y acompañar el trabajo de sus estudiantes.

Al terminar la actividad el profesor pidió que intercambiaran los Ipads para leer el trabajo del compañero. Se explicó que el objetivo era que cada uno/a pudiera hacer recomendaciones sobre la tarea del otro. Posteriormente a las correcciones, el docente realizó un ejercicio oral para rescatar todas las ideas y conclusiones sobre el patrimonio familiar de sus estudiantes, los cuales, levantaron las manos para compartir su tarea. Sin tener la seguridad de si estaba bien el trabajo escrito, todos y todas participaban con mucha motivación. Los jóvenes no sentían miedo a dar respuestas erróneas.

Se veían muchos brazos levantados con la intención de poder expresarse. El docente le dijo a un estudiante que explicase la vivencia que había tenido con la compañera con la que había corregido el trabajo, sin procurar que sea aquel que lo haya hecho “bien”. El objetivo era valorar las respuestas y dar el mensaje de que para participar no era necesario tener la seguridad de que la redacción estaba bien hecha. La actividad concluyó con la frase del docente: «Lo criticamos para que lo mejores», de ahí el título de esta experiencia.

Desenlace

Saber cómo superar los errores que influyen en el aprendizaje es complejo, pero con este ejemplo podemos convocar a una reflexión sobre el tema. Si realizamos prácticas en las que proporcionamos espacios para participar sin miedo, podríamos facilitar y descubrir nuevas respuestas y nuevos encuentros con nuestros estudiantes. Con el error, los estudiantes se dan cuenta de que no pueden tener actitudes pasivas y superficiales, por lo tanto, ofrece un ambiente para la autocrítica y para aprender de los errores y los fracasos.

Síntesis del caso

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39. Nueva estrategia de trabajo colaborativo

Presentación

Se describe una experiencia de trabajo colaborativo en el grado de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universidad de Barcelona. Además de procurar el desarrollo de la competencia transversal de trabajo en equipo y su evaluación, se han reformulado las actividades dirigidas a los estudiantes para mejorar su motivación, su implicación en el proceso formativo y los resultados de aprendizaje.

Síntesis del caso →

Contexto

La experiencia se ha llevado a cabo en la asignatura Economía Política del grado de Ciencias Políticas y de la Administración de la UB, en los cursos 2013-2014 y 2014-2015. Se trata de una asignatura de formación básica, dirigida a estudiantes de primer curso, que se imparte en el segundo semestre. Tiene una carga lectiva de 6 créditos, con dos sesiones presenciales a la semana de una hora y media de duración cada una, aparte del trabajo no presencial del alumnado. La asignatura se imparte en dos grupos de mañana, que tienen entre 50 y 60 estudiantes.

Además de la competencia transversal de trabajo en equipo, la competencia específica que desarrolla la asignatura es el conocimiento de los fundamentos de la actividad económica en el marco del sistema de producción capitalista, con los siguientes objetivos: analizar la producción de bienes y servicios y la distribución de la riqueza generada; analizar el funcionamiento del mercado; analizar el papel del dinero y el funcionamiento de las instituciones financieras; y conocer los fundamentos de las relaciones económicas internacionales.

Planteamiento de la situación

En cursos anteriores había planteado una metodología de trabajo basada en la introducción de los temas en clase y en la realización posterior de actividades por parte de los estudiantes, organizados en grupos de 4-5 personas. Cada grupo se hacía responsable de exponer en el aula una de las actividades realizadas a lo largo del curso, con la posibilidad de que los estudiantes de los otros grupos plantearan las dudas generadas por la actividad. Además, se proponían cuatro actividades de evaluación, con un doble componente: en primer lugar cada grupo tenía que llevar a cabo un ejercicio fuera del aula, el cual se entregaba en papel y era objeto de exposición y comentario en el aula con el conjunto de los estudiantes; a continuación, cada estudiante, individualmente, tenía que contestar unas preguntas de validación de los contenidos y las actividades trabajadas a raíz del ejercicio en grupo. Las cuatro actividades de evaluación más el trabajo de los grupos a lo largo del curso, determinaban el 50% de la nota de la asignatura. El 50% restante venía determinado por el resultado de una prueba de síntesis, tal como requiere el Protocolo académico-docente aprobado por la Facultad de Derecho. La prueba de síntesis tenía tres partes: un test de 20 preguntas, una pregunta de desarrollo de alguno de los temas esenciales trabajados (a elegir entre dos preguntas formuladas) y un ejercicio práctico, similar a los planteados durante el curso.

En cuanto al trabajo en equipo, se pudo comprobar que muchos de los grupos no llegaban a generar una dinámica adecuada de trabajo colaborativo, que faltaba compromiso con el grupo por parte de algunos estudiantes y que no siempre se conseguía una interacción satisfactoria entre los miembros del grupo. A diferencia de lo esperado, el trabajo colaborativo fuera del aula no terminó de favorecer el aprendizaje del alumnado, y los resultados, medidos en términos de calificaciones obtenidas, no fueron satisfactorios en muchos casos . Las tasas de rendimiento (aptos / matriculados) superaban escasamente el 50%. Además, las sesiones para la presentación y comentario de las actividades no generaron la participación esperada y se creaba un cierto clima de tensión en el aula si se ponía en evidencia que las actividades no habían sido suficientemente trabajadas previamente a la exposición, lo que ocurría a menudo.

Al inicio del curso 2013-2014 asistí a un curso de formación del ICE, Aprendizaje basado en equipos (grupos grandes), impartido por el profesor Daniel E. Moraga Muñoz, ex-director general de Mejora Docente de la Universidad de Viña del Mar (Chile). A raíz de este curso, me propuse implantar en el segundo semestre del curso 2013-2014 una metodología de trabajo en equipo innovadora respecto de la que había estado aplicando en los cursos precedentes. La manera de organizar el trabajo en equipo que proponía el curso del ICE me pareció que presentaba ventajas respecto de la estrategia docente que yo usaba, por lo que me animé a definir un proyecto de innovación docente (PID ) que me fue reconocido por el Programa de Mejora e Innovación Docente de la Universidad[1].

La intención era hacer crecer la motivación de los estudiantes para implicarse en las actividades del grupo, conseguir un mayor nivel de participación en el aula y mejorar los resultados. 

Desarrollo de la experiencia

El curso de formación al que asistí planteaba una dinámica de trabajo en equipo basada en los siguientes puntos:

–        Creación aleatoria de los grupos de trabajo (en vez de dejar que los estudiantes elijan sus compañeros).

–        El trabajo indicado para hacer fuera del aula es individual y consiste en hacer lecturas previas a las clases presenciales. En el aula se hace un test para comprobar que el estudiante ha obtenido los conocimientos básicos necesarios a partir de las lecturas. El test se contesta primero individualmente y luego en grupo, lo que da lugar al contraste de opiniones y permite reforzar y mejorar los aprendizajes iniciales. Por otra parte, la puesta en común de las respuestas con el conjunto del grupo permite una retroalimentación inmediata en el aula. Los tests, tanto los individuales como los grupales, determinan una parte de la evaluación final.

–        Aparte, en el aula se proponen actividades de trabajo colaborativo que buscan la aplicación de los aprendizajes iniciales, para obtener un aprendizaje más profundo y más sólido. A partir de un determinado planteamiento de las actividades se da lugar a la discusión entre los miembros del grupo y entre grupos.

Partiendo de este planteamiento, desarrollé la experiencia pasando por las fases que se indican a continuación:

  1. Modificación del plan docente, para reflejar los cambios de metodología y sistema de evaluación que comportaba la nueva estrategia.
  2. Preparación de los materiales necesarios, concretamente: a) lecturas propuestas al alumnado como documentación básica para un aprendizaje inicial; b) tests sobre los aprendizajes iniciales; c) nuevas actividades de trabajo colaborativo para hacer en clase; y d) cuestionarios para recoger evidencias para la evaluación de las experiencias de trabajo colaborativo, a partir de las rúbricas disponibles.
  3. Aplicación de la metodología prevista, primero en el curso 2013-2014 y posteriormente en el 2014-2015, con algunos ajustes (por ejemplo en el sistema de evaluación).

En cuanto al desarrollo de la experiencia a lo largo de los dos cursos, en relación a los puntos esenciales establecidos en el curso de formación, destacaría los siguientes aspectos:

–        La formación de grupos de forma aleatoria fue uno de los aspectos que me replanteé en el segundo año, a raíz de la valoración que hicieron los estudiantes al final del curso 2013-2014. Algunos se quejaron de que se habían visto penalizados por el hecho de formar grupo con estudiantes poco comprometidos, por lo que al año siguiente dejé a su elección los compañeros de grupo.

–        En cuanto a la preparación de lecturas previas, a pesar de la voluntad de ofrecer textos muy introductorios, se me planteaba la duda de si eran lo suficientemente asequibles para un alumnado que no ha recibido ninguna explicación previa. Opté por programar una sesión introductoria al inicio de cada tema, para orientar el aprendizaje y aclarar los aspectos más difíciles de entender sin ayuda. Cabe decir que esta decisión conlleva una modificación de la metodología propuesta en el curso del ICE referido, que pretende que el alumnado se vea forzado a la lectura. Hay que admitir que desde el momento que se da cierta información en el aula, la lectura de los materiales se hace menos necesaria y la sospecha es que desgraciadamente no siempre se hacen las lecturas propuestas para el aprendizaje inicial de los contenidos.

–        En cuanto a los tests de validación, la percepción es que la dinámica propuesta de respuesta primero individual y luego en grupo favorece la implicación de los miembros del equipo y los aprendizajes. Se elaboraron tests de entre 6 y 8 preguntas sobre conceptos básicos, con cuatro opciones posibles y sólo una válida. En el segundo año de la experiencia se ha incorporado, para la respuesta en grupo, el uso de un impreso en el que hay que rascar la respuesta que se considera correcta y que permite descubrir al momento si se ha acertado o no la respuesta. Este método tiene la ventaja de que permite dar una retroalimentación inmediata que alimenta el debate entre los miembros del grupo. Además, da información sobre cuántas respuestas ha fallado el grupo antes de acertar la respuesta correcta y permite modular la calificación en consecuencia. Finalmente las respuestas se ponen en común en el aula, lo que contribuye a la aclaración de posibles dudas.

–        Con relación a las actividades de aprendizaje para realizar en el aula de manera colaborativa, se facilitan antes los materiales necesarios para su preparación (vídeos, lecturas, enunciados de ejercicios, etc.) mediante el campus virtual y se indica a los estudiantes que hay que trabajar los materiales indicados previamente a la sesión en grupo. Una vez en el aula, las actividades se proyectan en soporte Power Point, articuladas en formato de preguntas con respuestas de opción múltiple, identificadas por colores (azul, amarillo, verde y rojo). A cada grupo se le reparte una cartulina de cada color y, después de dejar un tiempo para la reflexión en grupo, se pide a los grupos que alcen, todos al mismo tiempo, la cartulina del color de la respuesta que consideran correcta. De esta manera se puede comprobar si las respuestas de los grupos coinciden o no. En este último supuesto se da a los grupos la oportunidad de argumentar los motivos de su elección, hasta que se aclaran las dudas que puedan plantear las diferentes opciones. A diferencia de los tests, en estas actividades no necesariamente se plantean cuatro opciones de respuesta; además, se puede dar el caso de que más de una de las respuestas que se plantean sean válidas, todo ello, para favorecer la reflexión.

–        Más allá de la propuesta metodológica del curso del ICE, se han explorado vías para poder hacer el seguimiento del trabajo individual de cada uno de los miembros de grupo y poder evaluar finalmente el grado de progreso en el desarrollo de la competencia según lo previsto en las rúbricas.

Desenlace

En relación con los objetivos buscados, la nueva estrategia de trabajo pienso que ha favorecido la motivación de los estudiantes para implicarse en las actividades del grupo y se ha conseguido un mayor nivel de participación en el aula. En cuanto a la mejora de los aprendizajes, no se ha podido apreciar una mejora significativa de la tasa de rendimiento.

[1] El informe final sobre el proyecto está publicado en INNOVADOC: http://hdl.handle.net/2445/65271

Síntesis del caso

ContextoDos grupos de 55 estudiantes de la asignatura Economía Política, de primer curso del grado de Ciencias Políticas y de la Administración
Nivel educativoSuperior
ÁmbitoAsignatura
AcciónMetodología
Evaluación
ParticipantesAlumnado de primer curso del grado de Ciencias Políticas y de la Administración, Profesora
Desarrollo• Cambio de metodología para trabajar de manera colaborativa
• El trabajo en equipo se hace en el aula, en grupos estables de 4-5 estudiantes
• Se realizan tests de validación de conocimientos básicos y actividades de aplicación de estos conocimientos
• Hay un trabajo previo individual: lecturas para adquirir conocimientos básicos y materiales para preparar las actividades
• Se busca la interacción entre los estudiantes en el aula y la participación como forma de resolver dudas y contribuir a un aprendizaje significativo
DuraciónTodo el semestre en que se imparte la asignatura

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38. Trabajo en grupo colaborativo conjunto para diversas asignaturas

Presentación

Este caso describe un trabajo conjunto para dos asignaturas que tiene continuidad en dos asignaturas más del siguiente semestre. El trabajo consiste en realizar un diagnóstico socioeducativo en grupo colaborativo, con tutorías de seguimiento, un informe de proceso y la presentación final.

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Contexto

La experiencia se desarrolla desde hace algunos cursos en la titulación de Educación Social de la Facultad de Educación en el tercer semestre del grado con grupos-clase de aproximadamente 60-65 estudiantes. Se trata de la realización de un trabajo en grupo a lo largo del semestre conjuntamente para dos asignaturas impartidas por dos departamentos de la Facultad. Las conclusiones de este trabajo servirán a los estudiantes para diseñar proyectos en el siguiente semestre en otro trabajo conjunto para dos asignaturas más. La experiencia, por tanto, supone la coordinación de cuatro asignaturas obligatorias, de 6 créditos y 4 horas semanales cada una (clases de 2 horas).

Este trabajo conjunto tiene un valor del 40% sobre el total de la calificación, para cada una de las asignaturas implicadas. En cuanto a la asignatura que imparto, las otras evidencias de evaluación son el análisis de un caso (30% de la calificación) y una prueba de conocimientos (también un 30% de la calificación). Mediante este trabajo se pretenden desarrollar las competencias transversales de trabajo en equipo y de capacidad comunicativa, así como las competencias específicas de identificar y valorar las necesidades y los intereses de los sujetos de la educación social, y de analizar, evaluar e investigar los contextos sociales, culturales y educativos.

Planteamiento de la situación

En la asignatura que imparto se pretende que los estudiantes realicen el diagnóstico socioeducativo de una institución, estudiando su contexto y las características institucionales y llevando a cabo un análisis de necesidades y potencialidades socioeducativas. Las conclusiones del diagnóstico serán el punto de partida para diseñar proyectos de intervención socioeducativa en una asignatura del semestre siguiente.

Desde hace algunos años, esta tarea la realizan conjuntamente para dos asignaturas. Esta opción pretende da respuesta a las siguientes problemáticas:

–        Exceso de trabajos de evaluación

–        Visiones parciales y no sistémicas sobre la realidad por parte de los estudiantes

–        Dificultad de entender la necesidad de un proyecto de institución cuando la propia universidad no tiene proyectos de este tipo y no muestra trabajo conjunto entre las diferentes asignaturas.

Por otra parte, el trabajo debe realizarse en grupo colaborativo tratando de responder de esta manera a las dificultades que tienen los y las estudiantes para trabajar de esta manera.

Desarrollo de la experiencia

Curso tras curso la experiencia se ha ido fortaleciendo, gracias al intercambio y al contraste entre el diferente profesorado implicado y al análisis de cómo ha funcionado en cada curso. La experiencia comienza el segundo día de clase con una presentación conjunta del proyecto formativo compartido por parte de todo el profesorado del grupo-clase implicado. En esta presentación se expone la justificación del proyecto y los principios en que se fundamenta, la aportación de cada una de las cuatro asignaturas y cómo se concreta el proyecto. Después de esta presentación que suele durar una media hora, el profesorado del primer semestre presenta las pautas del trabajo a realizar en este semestre.

El trabajo consiste en la realización y presentación oral y escrita de un diagnóstico socioeducativo que incluya los análisis y reflexiones conceptuales y teóricas que correspondan. Este trabajo se debe realizar y presentar en pequeño grupo de 5 componentes (aceptamos algunos grupos de 4 y de 6).

El funcionamiento de los grupos se entiende como colaborativo. En este tipo de grupos los objetivos de los participantes están íntimamente ligados, de tal manera que nadie puede alcanzar sus objetivos si los otros componentes del grupo no los consiguen. Se trata de que el grupo alcance unos objetivos compartidos, en este caso realizar el diagnóstico socioeducativo. Por lo tanto, se evaluará la labor del grupo como tal, no la de cada persona en particular. El reto de cada componente es colaborar y conseguir que el grupo funcione bien y haga su trabajo. En los grupos colaborativos son los estudiantes los que diseñan la estructura de las interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su aprendizaje.

Esta concepción de trabajo en grupo a menudo choca con los hábitos que han ido adquiriendo los estudiantes cuando trabajan en grupo y, por tanto, es muy importante desarrollar en el aula este concepto de grupo y asegurar que queda clara su importancia para aprender realmente a cooperar con los demás en la realización de tareas complejas. Entre otras actividades, en la clase se pide que los grupos analicen sus puntos fuertes y débiles, tanto internos del propio grupo como del contexto, y que elaboren propuestas para mejorar las debilidades y aprovechar las potencialidades. Asimismo, en clase se trabaja sobre los diferentes roles que pueden desarrollar las personas en un grupo, tanto roles que facilitan la tarea a realizar, roles que facilitan el mantenimiento del grupo como roles individuales que dificultan el trabajo o la cohesión grupal.

Una vez formados libremente los grupos, cada uno de ellos busca un centro o institución donde hacer el diagnóstico. Una vez puestos en contacto con el centro y establecido un acuerdo de colaboración, se diseña y pone en marcha un proceso de análisis del contexto, de la institución y, posteriormente, de las necesidades y potencialidades socioeducativas. Al cabo de unos días, el profesorado cuelga en el campus virtual una lista de control o checklist para orientar a los grupos, como información complementaria de las pautas iniciales del trabajo a realizar.

Pasados unos días desde el inicio de esta actividad, se pone en marcha un calendario de tutorías que se realizan algunos días en la primera o última media hora de clase, mientras los otros grupos pueden aprovechar para avanzar su trabajo. Cada tutoría reúne tres grupos y el profesor de la asignatura, con la intención de que se facilite el intercambio entre los propios grupos. El calendario de tutorías prevé unas con el profesor de una de las asignaturas y otros con el profesor de la otra asignatura.

A medio semestre, cada grupo debe entregar un informe de seguimiento del trabajo a los dos profesores. Al cabo de aproximadamente una semana, se dedican las sesiones de clase de las dos asignaturas a tutorías de retorno del informe, grupo por grupo. Estas tutorías las hacen conjuntamente los dos profesores.

Al final del semestre, los grupos deben presentar el diagnóstico realizado al conjunto de la clase (15 minutos por grupo) y, pocos días después, entregarlo al profesorado.

La evaluación la hace cada profesor tomando como referencia los indicadores de evaluación incluidos en la pauta del trabajo. Estos indicadores hacen referencia al proceso de realización del trabajo, la presentación oral, los aspectos formales de la presentación escrita, los componentes de ésta y su contenido (coherencia y aportaciones complementarias). Cada profesor evalúa focalizando la atención en aquellos aspectos más directamente relacionados con los contenidos de cada asignatura y cada profesor califica el trabajo, una vez hecha una reunión entre los dos profesores para contrastar sus evaluaciones.

Desenlace

El trabajo conjunto para dos asignaturas (y su continuidad en el semestre siguiente) es valorado por la mayoría de estudiantes como coherente y como fuente de aprendizaje, a pesar de las dificultades (o quizás gracias a ellas) que han tenido que ir superando durante su realización. Desde el punto de vista del profesorado hacemos también una valoración muy positiva y constatamos que la coordinación es cada curso mejor, a medida que vamos compartiendo la experiencia.

Síntesis del caso

ContextoTrabajo conjunto de dos asignaturas obligatorias en la titulación de educación social. El grupo-clase está formado por 60 estudiantes
Nivel educativoSuperior
ÁmbitoAula
AcciónMetodología
ParticipantesEstudiantes del grupo-clase, Profesorado de cuatro asignaturas
Desarrollo• Planteamiento de un trabajo conjunto de dos asignaturas que tendrá continuidad el semestre siguiente en dos asignaturas más
• Constitución de grupos colaborativos, diseño de la tarea y realización: estudio y diagnóstico de una institución socioeducativa
• Apoyo tutorial en sesiones de tres grupos
• Informe de seguimiento y devolución conjunta por parte de los dos profesores
• Presentación oral del trabajo en clase y presentación del trabajo escrito al profesorado
DuraciónUn semestre

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34. El dibujo en el aula presencial como estrategia para entender la tridemensionalidad

Presentación

En mi disciplina es imprescindible que los estudiantes conozcan diversos elementos y que aprendan a situarlos en el espacio. Al inicio de curso les digo que haremos un puzle 3D, que estudiaremos las piezas una a una y las montaremos al final. Para que alcancen estos objetivos, dibujamos juntos todos los elementos y los situamos en el lugar que deben ocupar, generando por planos la estructura tridimensional final.

Síntesis del caso →

Contexto

Se trata de una asignatura del ámbito de ciencias de la salud de primer curso de grado universitario. Es una asignatura de formación básica de 12 créditos ECTS que se imparte en el segundo semestre. El número de horas semanales de la asignatura oscila  entre 4 y 6. La experiencia se lleva a cabo en el aula presencial y el número de estudiantes es de alrededor de 90. El objetivo es que los alumnos comprendan la tridimensionalidad y las relaciones topográficas que se establecen entre los diferentes elementos que se estudian en la asignatura. Para nuestros estudiantes es imprescindible adquirir estas competencias para poder desarrollar en un futuro su tarea profesional. La experiencia la realizo en el aula a medida que voy avanzando en el temario.

Planteamiento de la situación

Hace muchos cursos que imparto la asignatura y detecté que los estudiantes tenían grandes dificultades en entender la tridimensionalidad y la disposición en el espacio de los diferentes elementos. En nuestra asignatura es primordial comprender las relaciones de los elementos entre ellos, cuál es más profundo, qué es más superficial, que se sitúa más lateral, más medial, que está por delante o por detrás… No es suficiente aprender los nombres de los elementos estudiados, hay que integrarlos en un todo que es tridimensional y esto les generaba y genera grandes dificultades. Son estudiantes de primer curso y creo que están muy acostumbrados a ver imágenes de gran calidad que muchos vez simulan la tridimensionalidad (y más ahora con todo los serie de dispositivos que tienen a su alcance) pero no están acostumbrados a imaginarse como es una estructura tridimensional a partir de sus proyecciones. Tal vez esto se debe a que disponen de imágenes de gran calidad que ya les dan todo hecho.

En nuestro caso, es necesario que entiendan perfectamente donde está cada elemento. Cuando miran un dibujo muy bien elaborado, sólo ven el plano que se muestra, pero no los planos que pueden estar por debajo de él. Esto hace que tengan que visualizar mentalmente que hay detrás de este plano e imaginar cómo es la estructura completa. Por ello, construimos en el aula, juntos los estudiante y yo, varias regiones: partimos del plano más profundo y vamos situando de profundidad a superficie cada elemento allí donde corresponde y con la forma que tiene. De esta manera, los estudiantes pueden seguir el razonamiento que nos lleva a obtener la imagen final y pueden ver todo lo que queda oculto por el plano más superficial y donde está dispuesto con relación a los otros elementos que integran el todo.

Desarrollo de la experiencia

Se crean en el aula unos 10-12 grupos de estudiantes. Empiezo la experiencia dibujado en la pizarra el plano más profundo del espacio que vamos a crear. Una vez hecho este dibujo base, pregunto a los estudiantes, señalando el dibujo: ¿qué elemento va aquí? (previamente hemos visto todos los elementos y sus características por separado, ahora los ponemos juntos en  su contexto). Dejo que los grupos discutan entre sí unos minutos y entonces me dan su respuesta. Si hay unanimidad y es correcto, dibujo del elemento. Si no hay unanimidad y hay varias respuestas, pido a cada grupo que defienda su respuesta, que explique el porqué de la misma. Esto me permite ver los errores de concepto e irlos corrigiendo.

Una vez han explicado la opción correcta, dibujo el elemento. Con este ejercicio todo el grupo-clase puede seguir los razonamientos de los compañeros, tanto los que son correctos como los que son erróneos y las indicaciones que yo les doy en cada caso. Vamos procediendo así hasta que la estructura global queda finalizada. No se trata de hacer un dibujo bonito, como les digo a los estudiantes dado que esto ya está en los libros, sino de dibujar juntos, de razonar juntos y de ver juntos cómo podemos crear un espacio tridimensional y colocar todo lo que lo integra, tanto lo que es superficial y queda a la vista, como lo que es más profundo y queda oculto en una imagen convencional.

Recomiendo a los estudiantes que en su casa hagan lo mismo, que dibujen de memoria, intentando situar cada cosa allí donde va, ya que sólo entonces sabrán exactamente dónde está todo.

Desenlace

Hace ya muchos cursos que llevo a cabo esta estrategia y la experiencia me dice que es muy útil. Los estudiantes aprenden a mirar y pensar de otra forma los espacios importantes de nuestra materia. También varios estudiantes me han dicho que han dibujado en su casa siguiendo las pautas vistas en clase y que esto les ha ayudado a entender y superar la asignatura.

Síntesis del caso

ContextoAula con aproximadamente 90 estudiantes en una asignatura de ciencias de la salud
Nivel educativoSuperior
ÁmbitoAsignatura
AcciónMetodología
ParticipantesGrupo clase, Profesora
Desarrollo• Para entender la tridimensionalidad, formación de grupos dentro del aula
• Dibujar el plano profundo de la estructura en la pizarra
• Preguntar a los estudiantes sobre diversos elementos, que se han visto previamente en clase, y su disposición en el espacio
• Situar de profundidad a superficie los elementos, una vez discutidos con los estudiantes
DuraciónUn semestre

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