La crítica feminista a estas tipologías.


Los análisis feministas han subrayado como estas tipologías se han hecho desde la perspectiva de clase, pero no de género, por lo que no permiten pues evaluar sus consecuencias para las mujeres. Así por ejemplo, el concepto de de-commodification, que pone el énfasis en la idea de emancipación del bienestar de los trabajadores respecto a su situación en el mercado y por tanto a los efectos igualitaristas de los modelos social-demócratas, no sirve para analizar la situación de las mujeres, pues para éstas es precisamente su inscripción en el mercado lo que las hace sujetos de los derechos sociales y les permite emanciparse de su dependencia como esposas y de su estatuto de madres.

Para las mujeres su emancipación sería en todo caso respecto al trabajo de la reproducción que no es un trabajo mercantil. De igual modo, al fijarse fundamentalmente en las relaciones entre mercado y estado, descuidando a la familia, no pueden valorar ni el papel del trabajo de la reproducción realizado por las mujeres en la creación de bienestar, ni las diferentes repercusiones de las políticas sociales para hombres y mujeres. A partir de estas observaciones, los análisis feministas han planteado la necesidad de una reelaboración de las tipologías clásicas sobre el Estado del Bienestar incluyendo las relaciones entre familia, estado y mercado, así como valorando la autonomía de los individuos no en relación al mercado, como en el modelo de Sping Andersen, sino del trabajo de la producción y de la reproducción.

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