Las mujeres empresarias


Las mujeres son minoría entre los creadores de empresas en la Unión Europea. De entre los 16 millones de PYME con que cuentan los estados miembros, entre un 20% y 30% son administradas por mujeres. Si tenemos en cuenta que más del 70% del empleo creado proviene de las pequeñas y medianas empresas, las mujeres que han participado en dicha creación de empleo no representan más del 21%. La creación de empresas no es tan sólo una forma de acceder al empleo, sino también una forma de generarlo.

Un estudio realizado por el Programa ILDE (Iniciativas locales de desarrollo económico), muestra cómo las empresas creadas por mujeres responden mejor a la necesidad de conciliar la vía profesional y la familiar. Se caracterizan, en general, por un mejor reparto de las responsabilidades en la gestión y se sitúan esencialmente en el sector servicios (estadística), sobretodo, en el terreno de las actividades relacionadas con el tiempo libre y la vida cotidiana.
 
"Por lo general, las mujeres tienden a crear menos empresas que los hombres, y cuando lo hacen, las empresas suelen ser pequeñas. Las mujeres encuentran una serie de problemas, especialmente por lo que se refiere a la financiación." (Igualdad de oportunidades ente mujeres y hombres, Informe anual 1997, Comisión europea)
Una de las dificultades principales con que se encuentra la mujer emprendedora es el acceso a los créditos bancarios para financiar sus proyectos; la gran mayoría de entidades financieras consideran de alto riesgo los proyectos emprendidos por mujeres. Esto provoca que la mayoría de mujeres utilicen los bienes familiares como fuente principal de financiación. Por tanto, las empresas creadas por mujeres se encuentran entre aquellas menos capitalizadas, sin fondos ni soporte bancario. Esta debilidad financiera explicaría el gran número de quiebras entre las empresas creadas por mujeres durante el primer mes de existencia.
 

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