Los factores explicativos del desarrollo de la ciudadanía.


El factor religioso.

Según una rica corriente de pensamiento, los conflictos religiosos tuvieron una influencia importante en la expansión de los derechos civiles y políticos y en el crecimiento de la tolerancia debido a la imposibilidad de imponer una cultura religiosa homogénea. El Act of Tolerarion de 1689 (Gillermo III) puede considerarse el acto inicial de una nueva cultura. Cultura sobre la que se funda el nuevo mundo norteamericano.


El factor económico.

La relación con el sistema y el desarrollo económico. Un ejemplo lo tenemos en la teoría de Marshall que enuncia una fuerte relación entre ciudadanía y desarrollo del capitalismo. Así, ve el origen de los derechos civiles en la necesidad de libre circulación de personas y mercancías; el estado social respondería a las nuevas necesidades de seguridad que derivan de la expansión de los trabajos más insalubres e inseguros, de las necesidades de higiene y sanidad de las concentraciones urbanas; de la necesidad de paliar los conflictos de clase derivados de la concentración de la riqueza, en fin, de la necesidad de amortiguar los nuevos conflictos.


La relación con los conflictos sociales.

Existen dos teorías al respecto: los derechos de ciudadanía como conquista o como cesión.

  • Resultado de lucha de clase obrera. Queridos y obtenidos por sus destinatarios, que son quienes los conquistaron. Se pueden considerar pues no como amortiguadores de conflictos sociales, sino como un motivo y un objeto de conflicto (Giddens, 1983; Goldthorpe, 1967; Korpi, 1978 y 1983; Castles, 1978 y 1981; Wilensky, 1983; y Wood, 1986).

  • Resultado de una concesión desde lo alto, concesión de la clase dirigente que lo concede:

    1. Para atajar posibles protestas (Briggs, 1967; Rimlinger, 1971; Parkin, 1971; Thane, 1986).

    2. Porque están deseosos de atraerse apoyos en conflictos con otros grupos dirigentes (Bendiz, 1964 y 1980; Middlemas, 1979; Rokkan, 1982; Therborn, 1977; Vobruba, 1978 y 1980).

    3. La vertiente marxista considera que los derechos de ciudadanía son efectivamente derechos de capital, privilegios y favores para desarrollarlo porque pagan en realidad la instrucción profesional, la reconstitución de la fuerza de trabajo, la posibilidad de despedirla a través de medidas de rédito durante el paro, etc. (O`connor, 1977; Offe, 1977; Piven y Cloward, 1980; Ginsburg, 1979). Para Therborn la ciudadanía política es además un medio de obtención de la pacificación política para las clases dirigentes.


  • Combinación de acciones desde lo alto y desde abajo (Alber, 1985 y 1986). Por ejemplo, un régimen autoritario puede afrontar con el desarrollo del welfare las movilizaciones de las clases subalternas. Éxito de la clase dirigente surgidas de la necesidad de afrontar movilizaciones populares.


La relación con las teorías y las culturas políticas y sociales.

Para unos la ciudadanía es resultado de la aplicación de los principios igualitarios (Dahrendorf, 1971 y 1984; Turner, 1986), es decir, de la Revolución francesa. Para otros tiene fundamento en el principio de solidaridad que se desarrolla hacia la mitad del XIX, para saldar la contradicción planteada por el sufragio universal entre estado de todos y estado de la mayoría, entre derecho al voto universal y el derecho al trabajo particular exigido por la mayoría de los ciudadanos, pero impracticable. Para otros, sustitución de las antiguas solidaridades naturales que derivaban de la fuerte identidad nacional. Pueden ser importados de países limítrofes como lo fue el régimen liberal italiano (Collier y Messick) o la democratización de los países del este (Bendix, 1964; Kuhlne, 1978 y 1991) o como resultado de una guerra.


La influencia de las relaciones internacionales.

Tal caso lo muestra la Italia liberal o Alemania y Japón después de la II Guerra mundial.


Producto de la baja conflictualidad entre clases.

A su vez de causas varias: no haber usado la violencia en la confrontación con las clases subalternas por no haber dispuesto de medios, por no darse altos grados de concentración de la riqueza y no haber existido grandes conflictos, favoreciéndose el desarrollo de derechos (Dahl, 1971; Moore, 1966).


Las diferencias nacionales como resultado de diversos tipos de coalición o clases hegemónicas.

Procesos de modernización económica diferenciados dan lugar a clases sociales diversas y a coaliciones así mismo diversas que darán lugar a distintos tipos de ciudadanía. Para Moore, EE.UU. y Gran Bretaña se diferencian de Alemania, Japón o Rusia por la coalición que guía la industrialización. Así mismo, Rimlinger (1971) sugiere que debe tenerse en cuenta el momento y el modo en que se desarrolla la industrialización: en EE.UU., Francia o Gran Bretaña los empresarios privados pretenden representación política frente al estado; en Alemania y Rusia la industrialización la hace el estado, y las clases dominantes seguirán siendo agrarias, cargando con el coste del welfare a los grupos industriales. El modelo escandinavo, desde esta perspectiva, vería el welfare como resultado de una coalición democrática de productores agrícolas y trabajadores industriales. En Gran Bretaña son los terratenientes quienes retardarían el desarrollo del welfare (Ashfrod, 1986). A esta última hipótesis "voluntarista" subyace un punto de partida determinista económico en cuanto capaz de determinar el distinto peso de las clases sociales.

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