Escritora y destacada figura intelectual de la etapa de entre siglos, denunció la situación de las mujeres en España y propuso nuevos modelos femeninos en algunas de sus novelas. Tradujo y publicó La esclavitud femenina, de John Stuart Mill. Participó en el Congreso Pedagógico de 1892, abogando por una educación igualitaria para hombres y mujeres, y en 1910 fue nombrada Consejera de Instrucción Pública. En 1916 llegó a ser Catedrática de Lenguas y Literatura Neolatinas en la Universidad Central, por nombramiento directo del Ministerio de Educación, convirtiéndose en la primera mujer Catedrática de Universidad en España. Aunque en 1891 se mencionó su nombre para la Real Academia de la Lengua, no obtuvo el nombramiento.

Consecuente con el convencimiento de que era necesario educar a las mujeres si se pretendía consolidar una auténtica modernización de la sociedad española, participó en el Congreso Pedagógico de 1892. Se opuso a las teorías que defendían una supuesta inferioridad intelectual de la mujer basándose en las diferencias orgánicas entre ambos sexos, y exigió el libre acceso de las mujeres a la educación.