Conclusión.

El movimiento sufragista inglés fue el movimiento sufragista más combativo y duro del sufragismo a escala mundial.

A lo largo de este documento se ha tratado de reflejar la situación y el contexto en el que se desarrolló.

En concreto, la consecución de la plenitud de derechos civiles de las mujeres, en Inglaterra y en el resto de países se vislumbraba una consecuencia lógica de los avances que las revoluciones políticas y económicas del siglo XIX habían planteado.

Sin embargo la traslación de los avances obtenidos por los hombres durante este periodo no fue automática a sus contemporáneas. Esto fue debido fundamentalmente a los prejuicios de los dirigentes políticos y sociales del momento que, naturalmente, eran de sexo masculino, y colocaban a la mujer, por tradición en un papel al margen de la acción política y social.

No debe olvidarse tampoco que eran momentos en que la universalidad de los derechos civiles de los hombres tampoco estaban totalmente conseguidos o afianzados. Lo cual restaba fuerza de acción para la resolución del problema concreto de las mujeres.

Todo ello obligó a que algunas mujeres, obligadas por la situación y también por sus propias convicciones acabaran por tomar la iniciativa y tomaran en sus propias manos y de manera independiente la lucha por la consecución sus derechos civiles. En definitiva, actuaron tal y como esperaban que el estado y la sociedad las tratase, sin subordinación al sexo masculino, con voz propia y utilizando todos los mecanismos posibles sin ningún tipo de restricción por motivos de sexo. Esta postura es en definitiva la principal causa de la fuerza, tenacidad y combatividad del movimiento sufragista inglés.

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