F. A. Von Hayek - Biografía


(1899-1992) Economista y filósofo de la política austriaca. Hayek nació en Viena en una familia de académicos. En su juventud se sintió atraído por el socialismo. Estudió economía con Wieser y derecho en la Universidad de Viena. También estuvo interesado por la filosofía y por la psicología teórica.

Tras la Primera Guerra Mundial, trabajó con Ludwing von Mises, primero como funcionario y después en un instituto para la investigación de los cielos económicos. Hayek aplicó lo fundamental de la teoría de la Escuela Austriaca de economía a los problemas de los cielos económicos. Aunque no estaba completamente de acuerdo con la economía o la política de Mises, estuvo profundamente influido por su obra crítica Socialism. En 1931 fue nombrado catedrático de la London School of Economics. Durante la década de los cuarenta Hayek continuó su trabajo técnico en economía. Después escribió mucho sobre filosofía política y sobre metodología de las ciencias sociales. Fue catedrático de la University of Chicago desde 1950 hasta 1962 y posteriormente trabajó en Friburgo y en Salzburgo. En 1974 se le concedió el Premio Nobel por sus trabajos en economía.

En una serie de artículos (recogidos en su obra Individualism and Economic Order [Individualismo y orden económico] 1948), Hayek amplió el trabajo de Mises sobre la planificación económica bajo el socialismo. Afirmaba que, diferencia de una economía de mercado, una economía dirigida de manera centralizada no podía utilizar el conocimiento tácito de los individuos. Posteriormente, la obra de Hayek acentuó la importancia del conocimiento disperso y tácito y de los mercados como instituciones que nos ayudan a utilizar este conocimiento, a hacer frente a la ignorancia y a aprender practicando el método del ensayo y el error.

Las ideas de Hayek sobre el cálculo económico cimentan su obra Road to Serfdom (Camino de servidumbre, 1944). Esta obra presenta el totalitarismo como una consecuencia involuntaria del intento de perseguir la planificación económica. Contiene también una poderosa redefinición del liberalismo clásico. Hayek admite un grado razonable de actividad gubernamental, pero limitada a las formas compatibles con su concepción del Imperio de la Ley (Rechtsstaat).

El liberalismo de Hayek supone la valoración de muchas instituciones sociales útiles que se consideran productos de la acción humana, pero no de la intencionalidad humana. Esta ideal que se desarrolla subrayando la importancia de Hume y de la Escuela Histórica Escocesa como sus Precursores, adquiere una importancia creciente en la obra de Hayek La buena sociedad no consiste simplemente en la búsqueda del auto-interés dentro de una estructura legal proporcionada por el gobierno, sino que más bien se basa en una estructura compleja de tradición legal, moral y normas de comportamiento cuyo carácter es -y puede ser- conocido sólo tácitamente por el grueso de sus miembros. Todo ello le da un sesgo burkeniano a la obra de Hayek. Le condujo a la cuestión de la evolución social y de selección grupal, y a ciertos problemas complicados. La relación entre su concepto de las características de los mecanismos de selección y su liberalismo no queda siempre clara. El carácter no racionalista de estos temas contrasta con sus esquemas altamente racionales y casi utópicos para una nueva formulación liberal. Pero, a su vez, estos esquemas reflejan la inspiración de las ideas de Hayek sobre el carácter del «orden espontáneo» de los mercados y de otras instituciones.

Hayek no es un teórico de los derechos en el sentido en el que lo es, por ejemplo Nozick. Su liberalismo se basa fundamentalmente en la creencia de que un orden social de carácter clásico y liberal es el que hace más posible que el ciudadano individual satisfaga sus preferencias e impide la coerción por parte de otros. Su argumento atiende a las consecuencias y su carácteres generalmente utilitarista. Pero todo ello está caracterizado por el requisito casi kantiano de que las leyes deben tratar a todos los ciudadanos por igual. El acento que pone Hayek sobre la ignorancia de los individuos y sobre su incapacidad para juzgar las consecuencias futuras de acciones particulares le condujo mucho más lejos de las formas de utilitarismo más conocidas.

Hayek escribió también sobre la metodología de las ciencias sociales. Defiende el individualismo metodológico. Para él, los fenómenos del mundo social deben ser comprendidos como productos, intencionados o no, de la acción humana significativa. Hayek también señala que la acción humana está orientada hacia objetos clasificados por criterios humanos «subjetivos», más que por propiedades «objetivas» que se puede decir que corresponden al científico natural. Cuando se analizan fenómenos complejos tanto en las ciencias naturales como en las sociales, nuestro conocimiento se limita a una explicación del principio» sobre los que aquéllos funcionan y a hacer «predicciones de modelos». Estas últimas contrastan con las predicciones detalladas que son posibles en algunas áreas de la ciencia natural.

Esta línea es, en parte, una reacción al fisicalismo de los miembros del Círculo de Viena (Neurath, Carnap) y al «cientifismo» en las ciencias sociales. Esta reacción también es visible en la obra de Hayek sobre la psicología cognitiva de la percepción y en su pensamiento político. Para él, estas ideas metodológicas erróneas impiden a la gente considerar los méritos del mercado y de los órdenes sociales «desarrollados» y el tipo de conocimiento que podemos tener de tales instituciones.

En 1960 Hayek publicó su obra más importante, The Constitution of Liberty (Los fundamentos de la libertad). Expone en ella un orden social liberal clásico que minimiza la coerción y proporciona beneficios materiales a sus ciudadanos. Analiza también los problemas prácticos de las políticas públicas, y admite explícitamente que el gobierno debe proporcionar una red segura de bienestar al margen del mercado. A esta obra le siguió una trilogía, Law, Legistation and Liberty (Derecho, legislación y libertad, 1973-1979), que combinaba un liberalismo clásico con temas «evolutivos», y atacaba el positivismo legal. Hayek critica el ideal de justicia social -para él irrealizable en una economía de mercado-, sus consecuencias perjudiciales y las políticas pluralistas de los grupos de interés. Discute también el problema de la estabilidad de un orden de mercado y ofrece propuestas radicales de una nueva constitución que suponga una nueva división de poderes. Sugiere que si los ciudadanos se atuvieran a ella, dejarían de tomar medidas que finalmente provocarán la destrucción de la libertad y del bienestar humano.

Recientemente Hayek ha regresado al análisis de problemas políticos y económicos. Ha propuesto la «desnacionalización de la moneda» y ha criticado la política económica keynesiana que se desprende de sus primeros escritos económicos.

Los escritos de Hayek son complejos y cubren una amplia variedad de temas, históricos y teóricos, a través de los cuales se plantean problemas de la vida normal. Deben ser apreciados como ensayos de economía política, que se centran en la libertad individual y en el orden de mercado y sus prerrequisitos funcionales, y quizás no como ejercicios de filosofía analítica de la que ocasionalmente Hayek se declara partidario. Aunque la obra de Hayek plantea muchos problemas de consistencia e interpretación, ha ejercido una gran influencia en los jóvenes especialistas y, sobre todo, en el resurgimiento del interés del liberalismo clásico en el pensamiento político británico.