Principios de justicia


Rawls pretende asegurar las libertades democráticas proponiendo un concepto de justicia que sea tan independiente como sea posible de toda doctrina filosófica o religiosa. Esta concepción pública de justicia ha de ser política no metafísica, y debe de basarse en principios que aseguren la realización de los principios de libertad y igualdad. Para conseguir sus propósitos Rawls recurre a dos principios: el principio de la igualdad y el principio de la diferencia.

El principio de la igualdad supone que cada persona tiene un derecho igual al más extenso sistema de libertades, compatible con un sistema de libertades equitativo para todos.

El principio de la diferencia supone que toda desigualdad social y económica tiene que cumplir dos condiciones: 1/ las desigualdades deben derivar en todo caso de funciones o posiciones a les que todo el mundo pueda tener acceso, dentro de unas condiciones de igualdad de probabilidades. Es decir, que nadie podrá disponer de un trabajo o ocupar un puesto que le aporte beneficios económicos sin que este les sea atribuido por méritos personales y 2/ la sociedad debe buscar mecanismos que aseguren el apoyo máximo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

Para Rawls el principio de la igualdad tiene prioridad sobre el de la diferencia. Lo más importante es asegurar la máxima libertad para todos los individuos, esta libertad se antepone a la garantía del máximo bienestar para todos ellos.



           




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