La libertad de culto, la asociación voluntaria y la neutralidad política son elementos que ayudan a reducir los riesgos de la diferencia religiosa. En países como Estados Unidos, la tolerancia religiosa funciona bien porque todos los grupos religiosos son muy similares, se dio una "protestantización" de todos los grupos. Los católicos y los judíos de los Estados Unidos cada vez se parecen menos a los católicos y judíos de otros países; la tolerancia se ha adaptado a la diferencia, pero, al mismo tiempo, entre los diferentes grupos hubo una adaptación al modelo protestante que facilitó la convivencia.

Un rasgo interesante de la tolerancia inicial norteamericana fue el hecho de permitir no hacer el servicio militar a miembros de ciertas sectas protestantes con convicciones pacifistas. En la actualidad, la objeción de conciencia es un derecho individual, pero en sus inicios, la objeción era un derecho de grupo. También debe tenerse en cuenta que casi todas las religiones tolerantes tienden a limitar la libertad individual con restricciones como la prohibición del aborto, la censura de libros, la discriminación de los homosexuales, la exclusión de las mujeres de ciertos trabajos... teniendo en cuenta que la mayoría de religiones quieren controlar las conductas de sus partidarios, no pueden suprimirse los objetivos o los medios para conseguirlo sin provocar una transformación que no puede definirse a priori.