Israel es un Estado profundamente dividido. Esta segmentación se manifiesta de tres maneras diferentes:

1. El contemporáneo Estado de Israel es un Estado nacional que incorpora una importante minoría nacional que son los árabes palestinos. Los miembros de la minoría son ciudadanos del Estado, pero sin que se sientan identificados con la historia y la cultura de la vida pública.
   
   
2. Israel es uno de los Estados que proceden del Imperio Otomano. La variedad de culturas que lo componen ha hecho necesario el mantenimiento de diferentes religiones (judíos, musulmanes y cristianos) y también el mantenimiento de unos programas educativos parcialmente diferenciados.
   
   
3. La mayoría judía de Israel es una sociedad de inmigrantes de procedencias diversas. Un "reagrupamiento" de hombres y mujeres que, aunque sean judíos, tienen historias y culturas muy diferentes. Son una mayoría segmentada que se une, y no siempre, ante la actividad militante de las minorías. El sionismo, aunque sea una fuerza nacionalizadora, no tiene la potencia asimiladora del republicanismo francés.

Estas tres situaciones se sobreponen de manera compleja y producen tensiones y conflictos mucho mayores que los inherentes a cada uno de ellos.