¿Hasta qué punto el hombre blanco de clase media sin ninguna discapacidad es representativo del conjunto de la sociedad? ¿puede éste representar a los grupos más desfavorecidos históricamente como son las minorías étnicas, las mujeres, los pobres, los discapacitados...? Frente a estos problemas Kymlicka propone las llamadas "candidaturas equilibradas". Estas "candidaturas equilibradas" serían una representación de grupo, en las que lo importante son los atributos personales de género, raza o clase. La representación de grupo pretende que las instituciones políticas sean un reflejo del conjunto de la sociedad, que en ellas este reflejada la población en su pluralidad. Esta posición lleva a su vez a plantear el porque puede representarnos mejor alguien con el que compartimos ciertos atributos. El hecho de compartir ciertas experiencias, junto a los límites de la capacidad de empatia que puede tener el ser humano y a posibles "conflictos de intereses" fundamentan para Kymlicka la conveniencia de estas candidaturas equilibradas. Esta propuesta no es tanto un modelo específico de representación, como una forma de conseguir regularizar una situación de desventaja.



Textos sobre Derechos especiales de representación: