Joseph Raz


"El valor del pluralismo competitivo que es del tipo necesario para el respeto de la autonomía genera conflictos entre las personas que buscan formas de vida valiosas aunque incompatibles. Dada la necesidad de que estas formas de vida devengan asequibles para obtener la autonomía, es necesario refrenar las acciones de la gente y sus actitudes en esos conflictos mediante principios de tolerancia. El deber de la tolerancia, y de la doctrina de libertad más amplia de la que forma parte, constituye un aspecto del deber de respeto hacia la autonomía. Para juzgar su alcance y sus límites debemos, por lo general, mirar el alcance de nuestros deberes basados en la autonomía.

Como la autonomía es moralmente valiosa, existen razones para que todo el mundo se haga a sí mismo y haga a los demás autónomos. Pero el carácter especial de la autonomía impide hacer autónomo a otro. Se puede dar un consejo a alguien, pero no se le puede obligar a aceptarlo. Se es autónomo si se decide por uno mismo el curso de la vida. Esto no quiere decir que los demás no puedan ayudar, pero su ayuda se limita por lo general a asegurar las condiciones preparatorias que permiten a una persona ser autónoma. Es por ello que los filósofos que consideran lo moral fundamentalmente como el tener en cuenta "lo otro" tienden a centrarse en la autonomía en cuanto capacidad para llevar una vida autónoma. Los deberes que tenemos hacia nuestros semejantes consisten en garantizarles la autonomía en el sentido de capacidad. En lo que algunos de estos autores se equivocan es en pasar por alto la razón para el valor de la autonomía como una capacidad que reside en el uso que sus poseedores quieran hacer de ella; a saber, en la vida autónoma que les permite tener.

Se pueden hacer otras cosas para ayudar a que otro tenga una vida autónoma además de mantenerse a distancia y abstenerse de coaccionarlo o manipularlo. Existen otras dos categorías de deberes para con otra persona basados en la autonomía. La primera consiste en ayudar en la creación de las capacidades interiores necesarias para llevar una vida autónoma. Algunas de ellas conciernen a las facultades cognitivas tales como la capacidad de absorber, recordar y utilizar la información, la facultad de razonamiento, etc. Otras conciernen a la propia estructura emocional e imaginativa. Y todavía hay otras que atañen a la salud, y a las habilidades y capacidades físicas. Por último, hay rasgos del carácter que son esenciales o útiles para llevar una vida autónoma. Entre ellos destacan la estabilidad, la lealtad y la capacidad de establecer vínculos personales y mantener relaciones íntimas. El tercer tipo de deberes para con los demás basados en la autonomía concierne a la creación de una gama adecuada de opciones de entre las que puedan escoger."

  • Joseph Raz: The morality of freedom. Oxford University Press, 1986. P. 407, 408.