Aragón y Navarra

Durante el reinado de Sancho Garcés III de Navarra (1000-1035) se produjo la sustitución del rito mozárabe por la liturgia romana. Por otra parte, a partir de este momento, la llegada de peregrinos europeos que se dirigían a Compostela propició el intercambio de ideas y culturas.

En la misma época en el pequeño condado de Aragón, incorporado a Navarra durante el siglo X y convertido en reino independiente a partir de Sancho Ramírez (1063-1094), se produjo la introducción del rito romano al tiempo que se convertía en una vía comercial importante, abierta a Europa.

En uno y otro reino, a pesar de la facilidad con la que podía recibir la influencia cultural del imperio franco, tal como había sucedido con Catalunya y en Castilla y León, la letra carolina no llegó inmediatamente. Se siguió utilizando la escritura visigótica, e incluso podemos hablar de cierta resistencia de ésta frente a la carolina en el reino aragonés aún después de la unión con Catalunya. Parece evidente que la influencia de los usos escriturarios catalanes se manifestara también en Aragón, pero no fue así.

En Navarra se produjo la transición de la visigótica a la carolina hacia finales del siglo XI, con una escritura mixta de trazado carolingio pero formas visigóticas. La letra carolina pura no aparece en los documentos reales navarros hasta el reinado de Sancho el Sabio (1150-1194), momento en que también se consolida en la documentación privada.

En Aragón se aceptó la letra carolina durante el reinado de Ramiro II (1134-1137), pero con la presencia de elementos visigóticos. A partir de la unión entre Aragón y Catalunya se manifiesta una dualidad de costumbres en la documentación según su procedencia: en los documentos de ámbito aragonés predomina la visigótica redonda, en cambio, en los de ámbito catalán domina, como ya sabemos, la carolina, dándose una situación de multigrafismo relativo. Aún debemos sumar otra diferencia notable en la documentación a partir de la unión: los usos cronológicos (sistema de los reyes francos en los documentos catalanes y era hispánica en los aragoneses). La dualidad gráfica se mantendrá hasta el reinado de Alfonso el Casto (1162-1196), durante el cual la escritura carolina desbancará a la visigótica en Aragón.