Documentos librarios
Textos históricos: Utilizamos como fuente de la Historia fuentes escritas de tipo librario; algunos de los libros están escritos con intencionalidad histórica, como por ejemplo: Anales, autobiografías, crónicas, biografías, épica, genealogías, hagiografías, historias ...
Legislación: También son fuentes importantes para la Historia todos los textos legislativos y de jurisprudencia: Códigos, constituciones, usos, comentarios...
Obras de carácter religioso: Los libros religiosos fueron los más difundidos a lo largo de los tiempos medievales, por ello son los que encontramos documentados más veces y de los que quedan más ejemplares, algunos de ellos muy ornamentados y bien conocidos. Su utilidad como fuente de la Historia es muy diversa: para la historia de las religiones, las mentalidades, la lectura y escritura , los rituales...
Entre estos libros encontramos de finalidad muy diversa:
Textos fundamentales, como por ejemplo: La Bíblia (Antiguo y Nuevo Testamento) y el Coràn.
Comentarios y ediciones de parte de estos textos: “Beatus”, evangeliarios, salterios.
Libros litúrgicos: De benedicciones, misales, sacramentarios, graduales, antifonarios, himnarios, oracionales.
Otros libros religiosos: breviarios, sermonarios, penitenciales, manuales de confesores, reglas monásticas, Libros de Horas, Ars moriendi.
Tratados de disciplinas y artes diversas: Nos pueden ser muy útiles tratados de carácter científico o recopilatorio sobre: Geografía, filosofía, gramática, retórica, medicina, agricultura, teología, educación, moral, política, cocina, cosmética y salud, juegos, etc…
La literatura: Es una fuente interesante de la Historia especialmente para la historia de las mentalidades, formas de vida, descripción de los espacios; podemos aplicar el método histórico al estudio de poesía (culta y popular), teatro, libros de viajes, novela, cuentos…
Encontraréis algunos ejemplos a la base de datos “Construimos Historia”