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Texts de l'Era de la Perla

Presentació de la Revista DUODA

Revista DUODA 60. Perdem perquè guanyem

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MARÍA-MILAGROS RIVERA GARRETAS

Revista DUODA 60. Perdem perquè guanyem

El 22 de octubre de 2021 tuvo lugar, en la Sala Vallespir de La Bonne, en Barcelona, la presentación del número 60 de la revista “DUODA. Estudios de la Diferencia Sexual” que tiene como tema monográfico “Gobernar sin legislar: La obligación del Bien”. Fue también una gran fiesta de celebración de los 60 número publicados durante los 30 años de vida de la revista que posibilitó, una vez más, la circulación de saberes, autoridad y amor entre mujeres. Intervinieron Laura Mercader Amigó, Isabel Ribera Domene, Alba Ramos Martín, Vilma Eugenia Penagos Concha, Susanna Pruna Francesch y María-Milagros Rivera Garretas.

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Ofrecemos aquí el texto de María-Milagros Rivera Garretas

Perdemos porque ganamos

Cuando en 1991 unas pocas historiadoras de Duoda fundamos la revista con mucho más amor y entusiasmo que dinero, yo recuerdo pensar que si conseguíamos publicar tres o cuatro números, habríamos triunfado. En Duoda hemos sido siempre pocas: pocas, entregadas y abiertas al misterio y a la buenaventura. Aquellos tres números soñados se han multiplicado por veinte. Recientemente, una de nosotras, Isabel Ribera Domene, se preguntaba qué era lo que habíamos hecho para durar tanto, para que la revista siguiera saliendo década tras década sin que el proyecto caducara por sí solo al cabo de unos años, dándose a sí mismo por concluido, como parece que suele ocurrir.

Yo creo que puede haber sido así porque nos hemos mantenido abiertas al misterio y a la buenaventura. El misterio y la buenaventura multiplican, acrecientan, reavivan, desechan lo muerto y lo aburrido, lo rutinario. Y dan placer. Para mí, el ver salir cada nuevo número de la revista, y verlo salir a tiempo, dos veces al año, milagroso y perseverante, me ha dado placer siempre, y me lo sigue dando. Sin motivo ni razón. Solo porque cada número se hace amar, te mira, te refleja y te saca de la boca y de los ojos una sonrisa ancha que dura, que se deja disfrutar como risa de las entrañas, como placer del alma corporal, placer completo e indiviso. Nunca hemos hecho estadísticas de impacto o de otra cosa ni, que recuerde, estudios de mercado. Hemos confiado en que amor con amor se paga. Y así ha sido, y con creces.

Porque cada número de la revista es una apuesta. Una apuesta jocosa, de juego, de ilusión también. Nos gusta jugar, a las de Duoda, y jugar apostando alto, para recibir lo que merecemos y, sobre todo, lo que no nos merecemos. Jugar y apostar te mantiene abierta al misterio, al misterio del acierto, de ese instante en el que se dirimen en un mundo otro el acierto y el desacierto, la pérdida y la ganancia, no como antinomia del pensamiento sino como coetáneas y amigas de las que nadie sabrá nunca por qué sale la que sale, sabiendo la jugadora muy bien que ella pierde porque gana. Esto yo lo he aprendido de dos místicas, Teresa de Jesús y Emily Dickinson. De Emily Dickinson, en la poesía 28, que dice:

Perdemos – porque ganamos –
Las Jugadoras – recordándolo –
¡Agitan sus dados otra vez!

De Teresa de Jesús, en estos tres versos de su Vivo sin vivir en mí:

vida, no seas molesta,
mira que solo te resta,
para ganarte, perderte; (7.2-4)

Cada vez que las de Duoda hemos empezado a preparar un nuevo número de la revista, hemos agitado otra vez nuestros dados y nos hemos vuelto a enamorar de la vida, perdiéndola para ganarla. Hemos intentado incluso enamorarnos cada vez de la realidad 1, también cuando la realidad era fea o dura; recuerdo, por ejemplo, el número dedicado al alquiler de úteros, o los números que hemos dedicado a la violencia contra las mujeres. Aquí nos ha ayudado mucho el recordar y recordarnos, creo, que lo único radical es el Bien, que el Bien y el Mal no son nunca, para una mujer, una antinomia del pensamiento, como sabía Herralda o Herrada de Hohenburg y sabían otras muchas mujeres del pasado y de hoy.

A enamorarnos de la realidad y de la vida y, así, seguir vivas y vivientes publicando la revista, nos ha ayudado también la práctica de la relación: una práctica de la relación que incorpora siempre el sentir, el sentir que María Zambrano llamó sentir originario y Candela Valle Blanco llama sentir propio. El sentir ha ocupado el lugar de las estrategias y los cálculos de interés. La gran mayoría de los textos que hemos ido publicando han nacido ahí, en la relación sentida que una tenía ya con otra, o en la que deseaba entablar o sostener con una autora o creadora que le gustaba. No hemos buscado el prestigio, ni hemos buscado tampoco la indización en elencos poderosos que, en realidad, dan rangos que se obtienen pagándolos o vendiéndose a lo políticamente correcto. Últimamente, por ejemplo, hemos renunciado a un sistema de indización que nos podía convenir, y hemos renunciado porque nos obligaba a admitir que los sexos son iguales, y esto, para nosotras, habría sido autodestructivo. ¿Da lo mismo tener un hombre en casa o en un equipo que no tenerlo? Pues no. ¿Da lo mismo leer a un hombre que a una mujer? Pues tampoco. Todo ello lo hemos hecho sin entrar en controversia y sin dejar de apoyar la carrera académica de nuestras amigas, autoras y alumnas, y la propia. En otras palabras, intentando tener independencia simbólica.

La energía que se suele dedicar a la controversia, nosotras la hemos dedicado a evitar los errores, a anticiparnos a ellos, a corregirlos lo antes posible si ya los habíamos cometido, a no cultivar el pensamiento de la desgracia. Anticiparse al error y evitar la fijación en la desgracia te mantiene en la estela de Amor, de Dama Amor, como decían las místicas beguinas. También esta es una apuesta alta.

A que la revista DUODA haya llegado a su número 60, han contribuido mucho las autoras. Poquísimas veces nos han dicho que no cuando les hemos pedido un texto, puede ser que nunca. De modo que cada sí a una petición de colaboración, y cada recepción de un texto, sobre todo dentro de plazo y no demasiado largo, han sido un placer, una alegría compartida y una ganancia grandes para nosotras, las editoras, las miembras de la comisión permanente, las directoras, las lectoras de la revista, sus suscriptoras.

A todas ellas, vosotras, muchísimas gracias. Nos habéis dado placer y vida.

1 Tomo de Antonietta Potente, Il miele e l’amaro. Lettura mistico-sapienziale dell’Apocalisse, Milán, Paoline, 2021, dedicatoria: A tutte e tutti coloro che guardando la realtà fanno fatica a innamorarsene.

Universitat de Barcelona
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