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Gloria Luis Peralvo

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TEXTO DE PRESENTACIÓN DEL LIBRO EL CUERPO PARTIDO. POEMAS SIN PIEL DE SUSANNA PRUNA FRANCESCH

Gloria Luis Peralvo

Presentación del libro El cuerpo partido. Poemas sin piel, de Susanna Pruna Francesch. Colección A mano. Edición independiente, enero 2021. Verona, Madrid y Barcelona. ISBN: 978-8409265657. - 17 € Por Gloria Luis Peralvo.
Si quieres ver la presentación completa haz clic aquí: https://youtu.be/KA9XGgCDejM


Haré un pequeño preámbulo y os contaré una historia verdadera.
Cuando llegó este libro de poemas a mis manos lo abrí con miedo y culpa.
Me explico. Por un lado, miedo, porque sus palabras me señalaban daños y heridas semejantes a las mías. Por otro, culpa porque había despertado en mi alma otra de esas heridas: la envidia, ese desorden con una misma y con las demás1 . Ahora me tocaba reconocerla y hacerme cargo de ella, guiada por Candela Valle Blanco, que como ella dice en su artículo de la Revista Duoda 58 tenía que atreverme “a ser una señora de la vida, dueña de mi presente y de mi sentir, capaz de asumir la responsabilidad que me corresponda” 2.
Así que venciendo la vergüenza y la culpa, me puse a la tarea. No podía hacer otra cosa. Máxime cuando una de las secciones del librito de poemas de Susanna Pruna Francesch desgranaba con su audacia poética el sentir de la envidia entre mujeres. Esa labor de hacerme cargo de ese mal que podía destruirme me llevó poco a poco, con mucha dificultad, a reconocer a Susanna como mi semejanta, mi hermana (y ver también precisamente, como es en ese plano de hermandad entre mujeres, donde se produce dolorosamente la envidia).

Me dije, suelta tu vergüenza y lee los poemas sin miedo y sin prejuicio. Y eso fue lo que hice. Leer, absorber cada poema dejándome llevar en volandas. Después de acabar, me atreví a hablar con ella, en una conversación telefónica, de la envidia que me había provocado la publicación de su libro, su naturalidad para expresar poéticamente algo tan difícil, sobre todo, el atreverse a publicarlo. Le conté el confuso malestar que eso me había provocado; se habían desatado en mi alma los siete males… porque yo amaba la poesía y amaba escribirla, pero no podía hacerlo con esa soltura; primero se lo confesé balbuceando, y luego con la verdad entera. Ella me escuchó y acogió mi sentir, entendiéndolo. Sin juzgar ni enredarse en ello.

Después de eso pude compartir con ella mi entusiasmo por sus versos. Y en esas estábamos cuando me propuso presentar el libro. Así comencé a salir de ese mal sagrado (quizá lo llamó así María Zambrano por la prohibición tácita de nombrarlo) y al soltarlo me desplacé a otro lugar. Un lugar que me permite reconocerlo en mi presente nada más asomar sus garras, tanto en mí como en las otras. Porque este mal no se erradica de una vez, hay que lidiar con él mirando primero al fondo de una misma; y después, estando atenta para cuando se detecta en las otras, evitarlo y guardarse de él.

Contándolo parece sencillo el remedio, pero como decía María-Milagros Rivera Garretas el otro día en el coloquio del seminario3 este “es un camino pedregoso” y lleno de dolor de alma y de cuerpo. Pero el andar ese camino y seguir haciéndolo ahora, me ha conectado con mi potencia, con la de mi genealogía femenina y además me ha permitido ver y disfrutar de la potencia poética de Susanna Pruna.

[Aquí se acaba el preámbulo y comienzo a compartir con vosotras la fuerza de los poemas de Susanna.]

En el título de este libro ya está la esencia de su decir, es un acierto poético al expresar simbólicamente su contenido.
Susanna Pruna Francesch usa con libertad en sus versos los guiones y las palabras mayúsculas para gritarnos su verdad, su fervor o su miedo; y nos va dejando generosamente páginas en blanco entre un apartado y otro, donde ella nos invita a respirar, a tomar una taza de té, a escribir, dibujar, o tomar notas … un vacío para reposar el sentir que nos despierta cada poema.

En mí los versos han ido levantando capas mudas de mi cuerpo y de mi alma, cicatrices escondidas que al avivarse me soliviantaban; y que después del vacío de las páginas en blanco donde descansaba, me pedían abrirme, confiar en el temblor y la incerteza; así, hoja a hoja, me han ido impulsando a salir del miedo y la culpa.

Después del atinado e intenso prólogo de María-Milagros Rivera Garretas, nos encontramos con el apartado que Susanna Pruna Francesch llama con modestia Notas, donde nos relata el origen de su deseo, desde muy niña, en la mesa de la cocina de su abuela, donde su madre artista se sentaba poco; un deseo impetuoso de escribir, de dibujar, de pintar. Un anhelo que surge de la tensión de lo no dicho, de la falta de escucha de la madre muda, dolorida ella también por la violencia masculina.

Luego sigue la primera sección o capítulo propiamente dicha, llamada La soledad.
Susanna nos advierte que la soledad es su amiga, aunque ella apenas lo sepa. En este apartado, como en los siguientes, hace un continuo ejercicio de expresar su sentir, sin evasiones ni distracciones, sintiendo lo sentido. Y se permite expresarlo con palabras verdaderas, desnudas. Haciendo espacio al silencio interior a pesar del vértigo, porque en cada poema, al final, deja una puerta abierta.

Empieza con un poema corto que hace gala de la sencillez poética que es el eje de todo el libro: 00718

La soledad
Me oprime –
el alma.
Todavía no sé
Que estoy –
Conmigo.

En otro poema titulado No tengas miedo4 , muestra sus temores, y a la vez permite que la Susanna interior, la sabia maestra que lleva dentro la vaya guiando para salir de la extrañeza de sí, y poder nacer a la acción y la relación.
Termina con otro poema, ejemplo de naturalidad y soltura. Cito sus últimos tres versos:

Hay luz detrás de la ventana
Puedes salir
¡No es un cuadro!

La siguiente sección se titula El poder. Solo tiene un poema que es más largo de lo habitual en ella. Son imágenes oníricas que nos hablan del peso y de la sombra del patriarcado en nosotras, para en su final acabar saliendo a la luz.

La tercera (que presta el subtítulo al libro, Poemas sin piel) es una de las más densas. Se abre con una cita del artículo publicado en la Revista DUODA 575 de Candela Valle Blanco, y con un aforismo que le da sentido: “Mi voz es tu miedo. No callaré, no callaremos”.
Son poemas con una fuerza poética tremenda, donde Susanna se pone entera, con una mirada honesta, profunda, potente para decir lo indecible cuando has sufrido el incesto y la violación, precisamente porque ha comenzado un camino de amor hacia sí, de aceptación del dolor y la fragilidad. Pero no se queda identificada con el sufrimiento, dando vueltas al daño, perpetuándolo, sino que se atreve a mirar de frente al dolor y al que lo causó.
Por eso Susanna al tomar conciencia del daño y de las consecuencias en su vida, se permite expresar un estado de ser en el que puede; cito unos versos

[…]
Decir lo indecible
Hablar a los Ojos del patriarca
Que despedaza el cuerpo al usarlo
-NIÑA DE ALMA ROBADA-
Hacer partitura naciente
Llena de notas que rescatan el grito-
Por un arte que llene la vida6

Algunos de los poemas respiran con un aliento entrecortado que muestra a la niña sin apenas voz – ahora adulta – y su memoria del daño atroz cometido por el incestuoso y su secreto terrible; cito unos versos del poema número 01976 Ser especial cuando las sombras duermen:

[…]
Ser Especial es la mentira que se ordena
Sin palabras
Regalos de hueco
Y lazos Rojos

Padre
Padre
Padre
Para la niña -Para la niña-

[…]
Quién soy lo sabría
Sabiendo que nunca más me visitaría en la noche
La sombra despierta.

También está la madre presente en algunos poemas. Esa madre encerrada en su propio dolor que no supo o no pudo ver lo que pasaba: 03619. Nacer con ocho años7

[…]
Aquella que plegó el tiempo
Mater – Mater – Mater
Olvidó que no hay vida
que una niña no guarde
en el cuerpo que es su historia
-Tatuada está la Memoria-

O en el 01968. Nos quiso muertas8, donde la mujer adulta inquiere a la madre, una madre de mirada cegada y contraída en el pozo de su alma:

[…]
Quien te quiso matar
ME MATÓ-
Quien te quiso borrar
ME BORRÓ-
¿Por qué tiene tanto miedo el León si deja de Ser el Rey?

Te dejó para que vivieras muerta
Tú no supiste hacer más
Yo no veía más allá de la ventana de Tu alma-
Las dos fuimos Una
Y en la fusión Desaparecí-
[…]
HOY SOMOS DOS
Necesité alejarme
Para acercarme a Ti-
Estoy Aquí ¡Mírame!

Pero a veces el cuerpo se contrae para no experimentar más dolor. Y como no puede vivir contraído al final se abre al instante presente donde las estrellas le ofrecen resguardo.

01218. El cuerpo duele9

[…] El alma desquebrajada
Escapó un día
Ojos Aquellos de doble mirada-
Hoy es otra
Hoy mira la noche del cielo
En las estrellas secretos
Luz y Calor
-ESCONDITE EN EL CIELO-

Hay un poema en esta sección que me ha tocado especialmente, porque habla del Secreto guardado. De una palabra encriptada, que ni siquiera el poema nombra, aunque lo describe con claridad: el incesto. El poema habla de un agujero negro que nos ha robado tiempo de Ser, de expresión de sí mismas. Ese agujero lo podemos ver ahora por todo lo que se ha tragado, aunque sigamos tartamudas para decir el secreto, porque es grande y aprieta la garganta:

18220. El secreto del mundo

[…] Tres soplos tiene mi corazón
El de la Angustia -el del Asco y el de la Muerte-
Hoy la Tierra se ha puesto de pie
Para nombrar la palabra ENCRIPTADA

Por ello a veces la poeta necesita una tregua, acallar esa angustia. Así lo dice en el poema 01987. No pienses más en ello.
Enajenarse del horror innombrable para seguir adelante no es la solución, ni el cuerpo ni el alma pueden seguir viviendo enajenados, muertos, y como dicen los últimos versos del poema, el alma sedienta de verdad y de paz grita Sí a la vida, aunque duela.
Así lo expresa Susanna en otro poema:

10886 Olvida

Olvida
Olvida
Olvida
Ahora ya está
Preparado mi cuerpo
Para no olvidar
Ese -Ahora Ya está-
OLVIDA TÚ QUE VOY A OLVIDAR

Zurcir - Zurcir y zurcir10, dice el poema siguiente, eso es lo que necesita el cuerpo fragmentado, separado de sí, que con aguja e hilo, se sostiene en el Amor, creando, obedeciendo al ser sin deshilacharse ni perderse en otro.

En el cuarto capítulo, El tiempo va desgranando en poemas cortos las vivencias que modifican la duración del tiempo según el sentir de cada momento. Algunos de ellos contienen imágenes oníricas que finalizan el poema con gracia y desenvoltura, como el titulado Baldosas de piedra11 .

Un suelo.
Baldosas de piedra
[…]
Cada pisada
Un momento de vida
Cada GIRO -un encuentro con la Herida-
La importancia no está en el Giro
Sino en volver siempre a Girar
Para CONTINUAR

Otros reflejan el miedo que a veces nos da seguir adelante, ese deseo de parar el tiempo para no seguir padeciendo. El recuerdo de estar encarnadas en nuestro cuerpo nos salva de la fuga.
El quinto capítulo lleva el título Entre mujeres. Poemas de la envidia. Y es por lo que me he expuesto así en el preámbulo de esta presentación, para ser coherente conmigo misma y con los poemas valientes de Susanna, que expone con firmeza y con libertad las trampas de la envidia entre mujeres. Porque la envidia, como dice ella, es una corrosiva huésped, va, contrae el deseo y regresa a casa12.
La sección comienza con una adivinanza preciosa:

01019 Como roedora hambrienta

Como roedora hambrienta
Devora
A aquella
Que sin saberlo
Le muestra su falta

¿Quién es?

En este otro revela la dificultad de nombrarla y reconocerla en una misma:

00392 13
En ella está
-ESA-
Hace camino de cuerpo a cuerpo
Y se veda cuando es presencia-
En el Entre ¿quién se expone a nombrarla?
En el cuerpo ¿quién dice que es mía?

Y claro está, todas nos queremos quitar de encima la envidia (¡No es mía, No es mía! dicen con ironía dos versos de Susanna) .

Los dos últimos capítulos, El deseo y La presencia, abren a la esperanza del renacer del alma desde las profundidades abisales de la violencia del incesto como si de un pececillo se tratara. Porque el dolor que ha causado se puede mitigar – una vez se ha tenido conciencia de él – con palabras verdaderas, con la confianza en la vida, transbordando al Canal de Salida, como dice ella; Susanna lo hace así en poemas que a veces se visten de cancioncillas infantiles, otras de alegría de vivir, de intensidad y deseo por volver a estar presente y entera en el mundo, de ser capaz de hacer volar las palabras como cometas en el cielo despejado con frío, con viento o con sol. Y siempre, siempre, acunar en nuestro pecho con amor a la niña que fuimos.

Susanna Pruna Francesch ha vertido en estos poemas, determinación y ligereza. Atrevimiento e inocencia. Trayendo así al presente parte de la alegría y la pureza de esa niña herida que no pudieron arruinar ni la falta de atención ni el incesto.

Como escribe María-Milagros Rivera Garretas al final de su prólogo a este libro, al poder poner palabras y expresar públicamente la violencia y el daño del incesto, las mujeres destapamos el engaño y ponemos patas arriba la cultura machista para que así pueda desaparecer de la historia de una vez por todas.
Como ella dice en otro lugar, al hacer esto las mujeres estamos ya en la Era de la Perla15.
¡Gracias!

1 Ver Candela Valle Blanco, que trató el tema en su artículo de la revista DUODA 58. 2019. Tema monográfico: La envidia de las mujeres.
2 Ibídem DUODA 58, p. 74
3 Último verso del poema 01010, pág. 29
4 Lo dijo durante el coloquio del XXXII Seminario público internacional de Duoda, hablando del no reconocimiento de la madre a su hija –que está precisamente en el origen del desorden de la envidia, aparte de ser origen también de otros desórdenes–. Ver su conferencia y coloquio entero en la Revista DUODA 61, en prensa.
5 Pág. 30-31
6 Revista DUODA 57, 2019. Tema monográfico El cuerpo se confiesa: El incesto. El artículo de Candela Valle Blanco se titulaba Decir lo indecible. Escuchar lo verdadero. Pág. 64-81
7 Pág. 55
8 Pág. 60-61
9Pág. 64-65
9 Pág. 62-63
10 Pág. 73-74
11 Pág. 95
12 Poema 00919. A veces la envidia solo va. Pág. 111
13 Pág. 108
14 Pág. 112
15 El placer femenino es clitórico. Colección A mano. María Milagros Rivera Garretas. Edición independiente, 2020. Madrid, Barcelona, Verona

Universitat de Barcelona
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