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Textos de la Era de la Perla

La violencia de tantos hombres contra las mujeres

Ocultar lo inocultable

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PATRICIA MEZA RODRÍGUEZ

Ocultar lo inocultable

En México las nombramos porque las amamos, las nombramos porque nos hacen falta, las nombramos porque ellas tenían una vida, las nombramos porque ellas tenían sueños: Diana, Valeria, Lesvy, Viviana, Norma, Mariana, Fátima, Gisell, Graciela, Sol, Mariana, Karla, Eugenia, Evelyn Fabiola, Fernanda, Pamela, Vanessa, María Fernanda, María José, Natali, Nohemí, Serymar, Aideé, Tania, Mitzy, Debanhi, Irlanda, Irma, Brisa, Ingrid, Jenifer, María Fernanda, María Jessica, Sofía…
Esta noche quisiera no pensar para no sentir este nudo en el estómago, y tampoco sentir este dolor profundo o llorar toda la noche para que en cada lágrima brotada de mis ojos se fuera el dolor de cada madre, hermana o amiga de todas ellas, las que nos arrebataron. ¿A quiénes? A nosotras, a las mujeres, ellas no debían morir, ni estar desaparecidas, ellas debían de vivir con toda su excelencia femenina.
Esta noche cientos de mujeres nos encontramos con el corazón oprimido una vez más, una nieta, una hija, una hermana, una amiga quien había sido buscada por trece días, ha sido localizada sin vida, tan sólo tenía 18 años, una víctima más de la violencia dicen en cada uno de los noticiarios que han seguido cada día la nota porque para ellos no es una vida, nuevamente tienen el sigilo de ocultar lo inocultable, la violencia que estamos viviendo las mujeres en México como en el resto del mundo es de los hombres sobre nuestros cuerpos. Esta noche pesa aún más, en el transcurrir de la búsqueda la violencia machista queda expuesta al localizar otras cinco chicas en la misma ciudad que se encotraban desaparecidas con vida y cuatro más sin ella ¡Es devastador!

Es una falla humana masiva dice el secretario de seguridad pública del estado de Nuevo León Aldo Fasci Zuazua, refiriéndose al no hallazgo con vida de la joven localizada, en una búsqueda obligada por la presión de la familia y no porque quisieran encontrarla. Definitivamente es una falla humana masiva de los hombres para encubrir a otros hombres, porque no les creemos ¡Es la mentira más grande dicha!
Las mujeres lo sabemos, que son ellos quienes ejercen violencia sobre nuestros cuerpos, sabemos que no toleran que las mujeres seamos libres, no iguales a ellos, sino libres del patriarcado, porque ya no controlan nuestros cuerpos como el patriarcado domina el de ellos, porque los ha mutilado y ahora no saben qué hacer, cómo vivir, porque se han dado cuenta que las mujeres no somos iguales a ellos, ni queremos serlo, porque nuestra grandeza femenina nos hace libres y felices.
Y esa misma grandeza y sabiduría femenina a pesar de tanto dolor ha hecho y hace que cada abuela, madre, hermana y amiga preserven la memoria, los deseos y sueños de cada una de nuestras hijas como si fueran nuestros porque las amamos, nos amamos y amamos la vida, tanto, que algunas tuvimos que salir de casa y encontrarnos para acompañarles y con ello también encontramos justicia al no permitir su olvido, porque ellas no son sólo la estadística que dice que en este país asesinan a once mujeres al día, ellas tenían un nombre y una vida, eran madres, hijas, hermanas y amigas. No las conocimos, pero serían nuestras amigas.
Hoy esta noche te pienso a ti que no lograste volver a casa y a mi tantas veces expuesta en la oscuridad de la noche y aún de día, hoy esta noche todos los grupos de redes sociales han guardado silencio, nos duele el alma.

Universidad de Barcelona
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