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Textos de la Era de la Perla

Presentaciones de libros

 Jessica Gamboa Valdés

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TEXTO DE PRESENTACIÓN DEL LIBRO EL CUERPO PARTIDO. POEMAS SIN PIEL DE SUSANNA PRUNA FRANCESCH

Jessica Gamboa Valdés

El cuerpo partido. Poemas sin piel, de Susanna Pruna Francesch. Colección A mano. Edición independiente, enero 2021. Verona, Madrid y Barcelona. ISBN: 978-8409265657. - 17 €
Si quieres ver la presentación completa haz clic aquí: https://youtu.be/KA9XGgCDejM

21.05.2021
Santiago de Chile

Agradezco la invitación que me has hecho Susanna para la presentación de tu libro - que es tu fiesta- sacando a la luz tu creación El cuerpo Partido. Poemas sin piel. La invitación que recibí -que hemos recibido- es un regalo muy preciado porque esta creación tuya durante todos estos meses nos ha acompañado, especialmente, a mi abuela Zoila, siendo apertura y el paso jamás antes dado a la conversación entre mujeres que, si bien ha sido dolorosa, también trajo de retorno la palabra en lengua materna, mediación femenina para nombrar la experiencia común que ha vivido la niña dañada por el incesto ahora sin temor a no ser creída y a dudar de sí, porque al fin se dice lo que ha sido y lo que es.
Les quiero contar brevemente cómo fue que el libro de Susanna Pruna vino a iluminar el camino hacia la verdad de mi abuela Zoila, cuyos reflejos me han alcanzado, y también a otras. Algunas de las que están acá, en esta presentación, saben que mi abuela actualmente vive conmigo y con Andrea, en nuestra casa, hace un par de años. He tomado su cuidado, una vez que mi madre ha muerto, y lo he hecho con mucho amor tal como hizo ella conmigo en la niñez, acogiéndome desde que supo que mi madre, una joven de veinte años, me tenía en su vientre. Fue el año pasado, en el mes de julio, a propósito de la visibilidad mediática que han tenido las denuncias por violencia sexual y violencias machistas que las mujeres, en todo el mundo, han sacado a la luz, y no es casual porque, justamente, estamos viviendo el final del patriarcado.
Una noche mi abuela me ha dicho tímidamente que algo que le había ocurrido a los 12 años de edad. En principio, me quedé en blanco. Me quedé sentada a su lado mientras tomaba sus manos y la escuché atentamente sin preguntar detalles, solo lo que ella quisiera decirme, pero me miraba como esperando algo y yo no sabía qué hacer, solo la abracé con la emoción contenida, sintiendo que en ese gesto también abrazaba a la niña y se lo dije. También le dije que le creía, que estaba con ella. Sinceramente, no supe qué más hacer, no sabía qué más hablarle, qué más decirle, quedándome sin palabras.

-PARENTESIS – Al leer el libro El placer femenino es clitórico de María-Milagros Rivera Garretas supe reconocer lo enajenada que nos deja la violencia hermenéutica, esa hermenéutica universitaria que se nos enseña, a mí, como trabajadora social, qué decir o cómo actuar burocráticamente ante este crimen, haciendo del incesto otro tema más entre muchos, naturalizando el abuso de los cuerpos de las niñas y niños. Porque no es primera vez que yo recibía este tipo de confesiones, en mi profesión lo había escuchado muchas veces.
Estuve triste, perturbada, sentía impotencia y rabia, pues no lograba comprender cómo mi abuela pudo vivir así toda su vida, además yo conocí al abusador. Pasaron los días y las semanas, sostuvimos algunas conversaciones sobre tabúes y cuestiones que, poco a poco, iban saliendo e incluso le conseguí algunas sesiones terapéuticas con una conocida que me recomendó, sin embargo, el silencio, aunque tenue, continuó.
¿Cómo llega a nuestra vida Susanna y su criatura, el cuerpo partido?
Conocí a Susanna Pruna el año pasado en la presentación del número 58 de la revista de Duoda y me conmovió mucho tu performance que trataba de la envidia de las mujeres. Luego, este año 2021, ha salido tu libro de poemas El cuerpo partido. Poemas sin piel, que para mí es poesía de la experiencia, poesía que nos ha llevado a un viaje a través del tiempo y hacia la niña que fuimos, donde nos hemos visitado íntimamente buscando en esos recovecos la verdad pausada por el miedo que provoca la transgresión de la espada en el cuerpo de la niña, dándonos cuenta de que estábamos escondidas y refugiadas en el silencio el que puede resultar tan fatal como la misma experiencia de abuso, sobre todo, al estar vedada por un supuesto olvido que sana.
Fue durante este verano que nos trasladamos algunos meses al litoral central, a la mar, mientras estábamos pasando la cuarentena y llevamos con nosotras tu libro. Un día mi abuela me pide que le preste algo para leer y es Andrea quien me sugiere que le dé el libro el cuerpo partido. Poemas sin piel, debo confesar que por breves segundos dudé, porque yo sentí miedo por ella, sin embargo, fiándome en Andrea y su intuición se lo he prestado sin decirle nada de qué trataba. Ella lo ha tomado y leído el prólogo y las notas rápidamente, y se ha detenido, de hecho, me llamó para preguntarme si acaso la autora del libro es la misma niña que comenzó a escribir poemas a los 9 años de edad en la casa de su abuela, le he dicho que sí y se ha quedado impresionada.
Te escribí Susanna para contarte la maravilla que había sucedido, lo que nos estaba ocurriendo, mi abuela te habló, hablaron… fue todo así de mágico y fluido.
Recuerdo que ese primer día de lectura ella puesto muy emocionada, diciéndome que ha sentido un golpe en el pecho, rabia, pena, culpa con cada verso leído, cada frase, cada palabra allí puesta. Así fue que comenzó un itinerario entre Dos mujeres, Dos niñas, Dos almas, Susanna y Zoila se han encontrado en la poesía, por un lado, la autora que escribe en femenino, porque habla en lengua materna nombrando en coincidencia con su verdad, y este partir de sí se desplaza hacia otra(s) - la lectora(s) en este caso mi abuela que acoge los versos como una voz que le habla y autoriza a revelarse, una voz que la invita con amor a salir del silencio que ha protegido y dejado impune al incestuoso patriarca, con el grito suspendido y la boca cerrada.
Nos unimos nosotras Daniela, Andrea y yo, todas invitadas para decir nuestra experiencia, en definitiva, ha sido un nutritivo diálogo entre mujeres, uniendo aquello que estaba escindido o dejado en el olvido para acoger y sanar.

El amor te encuentra
El Amor te encuentra
Como te encuentran las Palabras
-por sorpresa-
Hay una autoridad entre Ellas
-FEMENINA-
Que toma las riendas…

También nos han brotado las lágrimas, agua salada que sale de nuestros ojos y nos baña el rostro, para luego escurrir y entrar por la boca para decirse en confianza, sabiendo que detrás está la madre, Tiamat y sus aguas fértiles “donde únicamente se puede revelar la verdad” dice Barbara Verzini. De allí en adelante el libro ha sido el puente para la relación auténtica, un dejarse fluir por las aguas saladas porque tras la verdad está el amor.
Juntas hemos aprendido que el incesto puede también llegar a dañar el alma de una mujer si no se logra conectar con la armonía simbólica de la lengua materna para decir la verdad propia y abrir la boca porque otra también ya lo ha hecho.
Dejar salir la voz – con la boca abierta - la voz de la niña que vivió envuelta en el silencio producto de la violencia sexual perpetrada por su padre que, pese a todo eso, no se ha dejado aplastar por ningún falo, menos aún, por el por el Derecho patriarcal que sigue intentando con sus leyes remediar aquel delito a condición de evidencia, pero este crimen “no tiene perdón de dios y nunca debería tenerlo de la madre” dice María-Milagros Rivera Garretas en el prólogo, y lo digo precisamente, porque esa frase llamó mucho la atención de mi abuela quien, al mismo tiempo, me ha preguntado si su madre la ha perdonado por no decirle la verdad que calló por amor a ella.
Quiero terminar contando que hay un poema muy especial con el que mi abuela Zoila Rosa – como la llamó su madre - de 90 años, se ha reconocido por completo. El poema se llama “No tengas miedo” (00616) miedo que la visita cada noche desde los 12 años.
Hace unos días atrás conversando para esta presentación le he escrito al término del poema:

No tengas miedo Abuela
Abuela no tengas miedo.
Que tu lengua materna
Ha dicho toda la verdad.

Jessica Gamboa Valdés, nieta de Zoila e hija de Cecilia.

Universidad de Barcelona
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