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Texto de: Adriana Alonso Sámano

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BARBARA VERZINI: LA MADRE EN LA MAR

Texto de: Adriana Alonso Sámano

Lengua Materna Acuática Radical


Lo he bebido como agua
Me ha bañado, nutrido y revolcado como agua
Me ha dejado limpia de tan vacía
Con los labios en un beso salado
Y las piernas hundidas como tentáculos en la mar

En la lectura de mi sentir, La Madre en la Mar es un Canto originario, armónico, profundo y misterioso de Diosa Marina, de olas y ondas acuáticas y sonoras mágicas que van y vuelven.
Canto que desde las profundidades de las mares y las entrañas femeninas llama con su voz inconfundible de agua y lengua saladas.

La Lengua Materna Acuática y Radical de la Maestra Barbara Verzini en la Madre en la Mar me transporta y me sumerge en las entrañas de las aguas femeninas primordiales, con su canto misterioso y encantador de auténtica Madre en la Mar. Canto salado y armónico de Diosa Madre Agua que siempre vuelve y vuelve a sí misma siempre nueva.
Canto que lo baña todo de los sonidos y colores profundos, misteriosos, invisibles e indominables del sentir original en el vientre acuoso de la madre, en lo que ella llama: apertura sin fin al Chaos originario que lo mezcla todo armoniosa y amorosamente en las entrañas femeninas, en las entrañas maternas de La MAR.
“…he decidido hacer que resuene en las palabras de las páginas de este libro, la lengua salada del Océano que aún lleva huellas de Tiamat, el Chaos Originario infinito, apertura sin fin que armoniosamente lo mezcla todo.” (Verzini, 2021, pág. 9)
Y continúa más adelante:
“Un Chaos, que es cavus, cavo, tiene el vacío dentro para dejar sitio a la fuga de infinitas Génesis.
Lo que se genera es un movimiento transformador incesante, una nebulosa sin forma, que existe antes de cualquier dicotomía, de la que se originan cosas que antes no eran.
Esta fértil hendidura abismal, inconmensurable e insondable, pone en jaque la capacidad humana de escrutar, medir y controlar el horizonte.
La tiniebla, la oscuridad, no refleja sino absorbe la luz; por eso, ningún ojo puede ejercer aquí su dominio.
En consecuencia, el Chaos se puede atravesar cediendo el propio control y la orientación, dejándose llevar por el movimiento de sus ondas.
… la ausencia de luminosidad no se traduce en ausencia de luz sino en ausencia de reflexión de la luz; la luz está, pues, “englobada” en lo negro de la oscuridad, absorbida sin posibilidad de salida y, por tanto, de visibilidad.
Todo está en lo oscuro del Chaos.” (Verzini, 2021, pág. 19)

Las palabras de Barbara me sumergen en las raíces de las aguas sin forma dividida.
Raíces líquidas y encarnadas de las entrañas femeninas.
En las armonías de la mezcla infinita y generadora del Chaos.
En las tinieblas fértiles de oscuridad lúcida.
Que me alivian profundamente con su verdad.
La Madre en la Mar está escrita en las profundidades armónicas de las entrañas de la Madre Mar, en su Chaos nutritivo.
No tiene orden, ni poder ni dominio, sino la armonía caótica original y originaria de la Mezcla sagrada en las aguas saladas de Muummu Tiamat, en las aguas de las entrañas femeninas.
Para entrar en las aguas infinitas hay que dar un paso atrás en diagonal para dejarse caer en la Mar.
Dice Barbara Verzini, al inicio de su obra, sobre la altura de su deseo:
“Porque esta no es una altura de vanidad. Es una altura en forma de espiral que se dilata en anchura, imposible de alcanzar con una escala matemática.
Se encuentra agachándose, sumiéndose en las profundidades de las raíces, en el abismo de la mar de Tiamat, en el vientre de la madre, en un movimiento vertical que enaltece.
Aquí la sangre puede finalmente volver a mezclarse con la leche, iluminando el Oriente.” (Verzini, 2021, págs. 12-13)
Barbara Verzini es la Madre en la Mar intacta, que rescata la palabra Muummu intacta del nombre de la madre y su concepción inmaculada original.
“La palabra Mummu es la mamá intacta, como intacto y perfectamente circular es su sexo, intacto su nombre, intacto el signo que dibuja sus curvas.
No hay corte entre la U y la M:
MU – UM – MU” (Verzini, 2021, pág. 48)

Las aguas no se pueden tocar ni penetrar, son inmaculadas, escapan a toda forma entre las manos.
Ellas son las que nos contienen, acarician, traspasan, humedecen generosamente, nos disuelven, nos mezclan; ellas las aguas nos tocan, nos generan.
Ella nos compone, nos nutre, hidrata.
Recuerdo que de niña pasaba largos ratos intentando acariciar la superficie de las aguas, esa sensación encantadora y suave de las aguas que acarician, traspasan y no pueden ser poseídas.

El Beso de Muummu TIAMAT me devuelve los labios intactos para nombrar, para crear, para balbucear, para cantar.
Beso de mi madre que me trajo al mundo desde la Mar de sus entrañas.
Beso que se da y se dice para invocarla y para nombrarla, para decir su nombre, para hablar su lengua desde la boca intacta que Ella me dio.

“Madre es una palabra inviolable.
Mummu, que no es Ummu, nos anuncia que toda mujer nace hija y madre, porque toda mujer es prefálica, porque toda mujer es inviolable, porque toda mujer genera y crea en sus aguas saladas sin ser tocada por la ley del Padre, por el orden de la espada.
El sexo femenino, umbral de lo mucoso, es efectivamente infinitas veces dos, hecho de dos labios que en juego continuo de tocarse y volverse a tocar, como las EMMES de Mummu, recrean la unión con el Origen mezclando entre las piernas la antigua unión entre naturaleza y transcendencia.” (Verzini, 2021, págs. 52-53)
“El presente necesita volver a encontrar la rosa, el infinito misterio de lo uno que es dos, entre las piernas de una mujer.” (Verzini, 2021, pág. 17)


Bibliografía
Verzini, Barbara. (2021). La Madre en la Mar: El enigma de Tiamat. (M.M. R. Garretas, Trad.) Verona y Madrid: Edición independiente Colección: A mano.

Universidad de Barcelona
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