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Visiones cruzadas
Los virreyes de Nápoles y la imagen de la Monarquía de España en el Barroco
/INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo consiste en explorar el papel mediador de los virreyes de Nápoles en el proceso de creación y difusión que llevó al arte y la cultura napolitanos del Seiscientos a situarse en el centro del escenario Barroco europeo.

Para alcanzarlo nos moveremos en el espacio delimitado por dos conceptos organizativos: el de circulación y el de escenificación. El primero de ellos queda reflejado en la disposición de los contenidos a modo de un atlas en el que, a través de diversos mapas y planos, trataremos de identificar los principales lugares en los que se hizo visible el mecenazgo de los virreyes. El segundo, en la evocación de los diferentes ámbitos geográficos que examinaremos como escenarios en los que el drama del poder fue representado mediante recursos narrativos propios del lenguaje barroco.

Nuestro punto de partida fue la participación en el proyecto ENBaCH —European Network for the Baroque Cultural Heritage—, financiado por el programa Cultura de la Unión Europea y coordinado por la profesora Renata Ago de la Università di Roma La Sapienza.

Este proyecto multimedial está compuesto por un total de 136 textos redactados por 36 investigadores de distintos países. Integrando antiguos mapas con mapas modernos, queremos invitar los lectores a un viaje entre España e Italia, tras la huella de los virreyes.

En 2017 ha sido publicada una versión impresa del presente trabajo por la editorial Edicions UB
/ESCENARIOS
Haz click en los títulos para desplegar los mapas del siglo XVII y explorar los lugares más representativos del gobierno y del mecenazgo de los virreyes de Nápoles.
.01
LA EXPERIENCIA ITALIANA
EL VIAJE EN ITALIA

Para muchos embajadores y virreyes españoles, su misión en Italia fue también su primera experiencia en el exterior. Aunque sin duda tenían ya un conocimiento previo de la cultura italiana, muy presente en palacios e iglesias españoles, el contacto directo les produjo sin dura un impacto considerable. La italiana era, en muchos sentidos, la cultura dominante del momento tanto por lo que se refiere a los creadores (arquitectos, pintores, escultores, escritores…) como a los mecenas. Algunas de las ciudades que visitaron no tenían punto de comparación, por lo que se refiere al nivel de sus palacios e iglesias, con las ciudades castellanas (quizá con la excepción de Sevilla y Madrid) que habían conocido. Las fuentes indican con frecuencia que en las diferentes etapas de su viaje fueron invitados por las autoridades locales a conocer “le curiosità del luogo”, que incluía no sólo edificios públicos y religiosos sino también el interior de las mejores residencias privadas en las que, en ocasiones, fueron alojados.

Si querían ser respetados en este escenario italiano, los agentes del rey católico tendrían que realizar un esfuerzo suplementario para competir en el terreno de los símbolos. Los preparativos del viaje y la dimensión, en algunos casos descomunal, del séquito y el ajuar fueron un claro exponente de la importancia que le dieron a esta dimensión de su viaje. La cantidad de pertenencias que llevaron consigo generó no pocos problemas logísticos tanto para su transporte como para su seguridad. También causaron una viva impresión en las ciudades por las que pasaron.

Aunque no existió una ruta predeterminada hasta su destino en Roma y Nápoles sí que pueden establecerse ciertas pautas generales. Algunas de las ciudades y vilas por las que en ocasiones transcurrió el viaje hasta llegar a su destino (Génova, Venecia, Florencia, Civitavecchia …) fueron para estos hombres una auténtica epifanía que les permitió descubrir pautas de actuación que más tarde incorporarían a su propio código de conducta. En algunas de las etapas de su viaje adquirieron objetos diversos, recibieron regalos y contactaron con artistas a los que les encargarían obras.

Pieter van der Aa, Tabula Geographica quae Continet Totam Fere Europam et Proxima Africae In usum Historiae Recentioris (1710)
Lugduni Batavorum [Leyden]: apud Petrum vander Aa, cum Privilegio, 1710.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
EL VIAJE EN ITALIA

Para muchos embajadores y virreyes españoles, su misión en Italia fue también su primera experiencia en el exterior. Aunque sin duda tenían ya un conocimiento previo de la cultura italiana, muy presente en palacios e iglesias españoles, el contacto directo les produjo sin dura un impacto considerable. La italiana era, en muchos sentidos, la cultura dominante del momento tanto por lo que se refiere a los creadores (arquitectos, pintores, escultores, escritores…) como a los mecenas. Algunas de las ciudades que visitaron no tenían punto de comparación, por lo que se refiere al nivel de sus palacios e iglesias, con las ciudades castellanas (quizá con la excepción de Sevilla y Madrid) que habían conocido. Las fuentes indican con frecuencia que en las diferentes etapas de su viaje fueron invitados por las autoridades locales a conocer “le curiosità del luogo”, que incluía no sólo edificios públicos y religiosos sino también el interior de las mejores residencias privadas en las que, en ocasiones, fueron alojados.

Si querían ser respetados en este escenario italiano, los agentes del rey católico tendrían que realizar un esfuerzo suplementario para competir en el terreno de los símbolos. Los preparativos del viaje y la dimensión, en algunos casos descomunal, del séquito y el ajuar fueron un claro exponente de la importancia que le dieron a esta dimensión de su viaje. La cantidad de pertenencias que llevaron consigo generó no pocos problemas logísticos tanto para su transporte como para su seguridad. También causaron una viva impresión en las ciudades por las que pasaron.

Aunque no existió una ruta predeterminada hasta su destino en Roma y Nápoles sí que pueden establecerse ciertas pautas generales. Algunas de las ciudades y vilas por las que en ocasiones transcurrió el viaje hasta llegar a su destino (Génova, Venecia, Florencia, Civitavecchia …) fueron para estos hombres una auténtica epifanía que les permitió descubrir pautas de actuación que más tarde incorporarían a su propio código de conducta. En algunas de las etapas de su viaje adquirieron objetos diversos, recibieron regalos y contactaron con artistas a los que les encargarían obras.

Pieter van der Aa, Tabula Geographica quae Continet Totam Fere Europam et Proxima Africae In usum Historiae Recentioris (1710)
Lugduni Batavorum [Leyden]: apud Petrum vander Aa, cum Privilegio, 1710.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
.02
ROMA
LA ROMA ESPAÑOLA

Por su condición de cabeza de la cristiandad y caput mundi, Roma tenía un significado especialmente intenso para la Monarquía Católica. Era el escenario donde se dirimían los principales asuntos de la política internacional y, claro está, la residencia del papa, al que los españoles percibieron siempre en su doble condición de sucesor de Pedro y príncipe temporal con intereses frecuentemente discrepantes con los suyos.

Aunque teóricamente gobernada por el pontífice, Roma era en muchos sentidos una ciudad internacional en la que las diversas naciones rivalizaban entre sí para hacer valer su hegemonía en el campo simbólico. Ya desde finales de la Edad Media, los monarcas españoles habían tratado de delimitar su propio espacio en la ciudad eterna. El concepto de las iglesias y los cardenales nacionales resulta especialmente decisivo para entender la magnitud de esta rivalidad.

Para abrirse camino en Roma resultaba imprescindible ganarse el favor de los cardenales y los príncipes locales. En este sentido, los regalos diplomáticos se combinaron con las medidas de presión para atraerse su voluntad.

Ya desde las primeras décadas del siglo XVII quedó claro que para competir en esta batalla simbólica resultaba imprescindible disponer de una base de operaciones sólida, esto es, un palacio capaz de competir con las residencias cardenalicias y, sobre todo, con el Palazzo Farnese ocupado por los embajadores del rey de Francia. La residencia alquilada a la familia Colonna en Santi Apostoli empezó a resultar claramente insuficiente para desempeñar esta función. El conde de Monterrey fue el primero que ocupó el palacio Monaldeschi que, con el tiempo, llegaría a convertirse en el palacio de España en Roma.

Por supuesto, el primer destinatario de esta política de los símbolos era el propio pontífice. Por ello, las audiencias papales, sobre todo las primeras, en las que los embajadores presentaban sus credenciales, fueron objeto de una minuciosa preparación, en ocasiones antes de su propia partida de la corte. Aunque, sin duda, el momento ceremonial más deslumbrante era el ofrecimiento de la chinea que si bien era, estrictamente, un tributo de vasallaje por el Reino de Nápoles, fue aprovechado para mostrar el poderío del rey católico y sus representantes.

Este escenario tratará de situar los diversos ámbitos de actuación de los españoles en Roma tanto en lo referente a los espacios físicos de la ciudad como a las ceremonias que en ellos se desarrollaban.

Battista Falda, Pietro Aquila, Nuova pianta et alzata della città di Roma con tutte le strade, piazze et edifici (1710-1713)
Roma, Archivio Storico Capitolino

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
LA IMAGEN DE LA MONARQUÍA EN EL REINO

El reino de Nápoles era mucho más que su capital. Era el dominio más extenso de la península italiana que abarcaba desde los límites del Estado de la Iglesia hasta el estrecho de Mesina. Un mundo heterogéneo desde el punto de vista geográfico y social que, para los monarcas españoles, desempeñaba una función de primer orden tanto por su emplazamiento estratégico frente a la amenaza turca como por su contribución en hombres y dinero al sostenimiento de la monarquía.

El objetivo de este escenario será ampliar la imagen que habitualmente se tiene del Reame para incluir ciudades y territorios que desempeñaron un papel de primer orden desde el punto de vista económico, político y cultural. Algunas de estas ciudades fueron centros que albergaron un importante patrimonio artístico, cultural y simbólico.

Para conseguirlo trataremos la circulación de mensajes entre centros y periferia, a través de las donaciones para la decoración de los más importantes lugares de culto (San Nicola de Bari, San Domenico de Soriano Calabro, las tumbas de los apóstoles Mateo y Andrea, a Salerno y Amalfi), a través de la difusión de la imagen real (como con la serie de monumentos de Carlos II) y reflexionando sobre el papel de los obispos que, más allá de su misión estrictamente religiosa, se comportaron como verdaderos agentes reales en el control del territorio.

Joan Blaeu, Reino de Nápoles. De Theatrum orbis terrarum, sive Atlas novus in quo tabulae et descriptiones omnium regionum. Pars tertia

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
.03
REINO DE NÁPOLES
LA IMAGEN DE LA MONARQUÍA EN EL REINO

El reino de Nápoles era mucho más que su capital. Era el dominio más extenso de la península italiana que abarcaba desde los límites del Estado de la Iglesia hasta el estrecho de Mesina. Un mundo heterogéneo desde el punto de vista geográfico y social que, para los monarcas españoles, desempeñaba una función de primer orden tanto por su emplazamiento estratégico frente a la amenaza turca como por su contribución en hombres y dinero al sostenimiento de la monarquía.

El objetivo de este escenario será ampliar la imagen que habitualmente se tiene del Reame para incluir ciudades y territorios que desempeñaron un papel de primer orden desde el punto de vista económico, político y cultural. Algunas de estas ciudades fueron centros que albergaron un importante patrimonio artístico, cultural y simbólico.

Para conseguirlo trataremos la circulación de mensajes entre centros y periferia, a través de las donaciones para la decoración de los más importantes lugares de culto (San Nicola de Bari, San Domenico de Soriano Calabro, las tumbas de los apóstoles Mateo y Andrea, a Salerno y Amalfi), a través de la difusión de la imagen real (como con la serie de monumentos de Carlos II) y reflexionando sobre el papel de los obispos que, más allá de su misión estrictamente religiosa, se comportaron como verdaderos agentes reales en el control del territorio.

Joan Blaeu, Reino de Nápoles. De Theatrum orbis terrarum, sive Atlas novus in quo tabulae et descriptiones omnium regionum. Pars tertia

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
LA IMAGEN DE LA MONARQUÍA EN EL REINO

El reino de Nápoles era mucho más que su capital. Era el dominio más extenso de la península italiana que abarcaba desde los límites del Estado de la Iglesia hasta el estrecho de Mesina. Un mundo heterogéneo desde el punto de vista geográfico y social que, para los monarcas españoles, desempeñaba una función de primer orden tanto por su emplazamiento estratégico frente a la amenaza turca como por su contribución en hombres y dinero al sostenimiento de la monarquía.

El objetivo de este escenario será ampliar la imagen que habitualmente se tiene del Reame para incluir ciudades y territorios que desempeñaron un papel de primer orden desde el punto de vista económico, político y cultural. Algunas de estas ciudades fueron centros que albergaron un importante patrimonio artístico, cultural y simbólico.

Para conseguirlo trataremos la circulación de mensajes entre centros y periferia, a través de las donaciones para la decoración de los más importantes lugares de culto (San Nicola de Bari, San Domenico de Soriano Calabro, las tumbas de los apóstoles Mateo y Andrea, a Salerno y Amalfi), a través de la difusión de la imagen real (como con la serie de monumentos de Carlos II) y reflexionando sobre el papel de los obispos que, más allá de su misión estrictamente religiosa, se comportaron como verdaderos agentes reales en el control del territorio.

Joan Blaeu, Reino de Nápoles. De Theatrum orbis terrarum, sive Atlas novus in quo tabulae et descriptiones omnium regionum. Pars tertia

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
.04
NÁPOLES
NÁPOLES Y EL VIRREY

Hasta principios del siglo XVII Nápoles fue la mayor concentración urbana de Europa y el escenario donde se representaron los más agudos contrastes sociales. Legiones de menesterosos convivían sin solución de continuidad con la opulencia de un baronaggio que se contaba entre la nobleza más rica y atávica del continente.
La ciudad albergó también la mayor concentración europea de palacios e iglesias con un clero muy numerosos y una elevada presencia de órdenes religiosas algunos de cuyos conventos y monasterios estaban organizados como auténticas islas dentro de su tejido urbano.
Una elevada presencia de soldados mal pagados, arracimados en los Quartieri, y en frecuente colisión con la población local, ministros y buscavidas acabaron por hacer de Nápoles “la más rica y viciosa ciudad que había en todo el universo mundo” como la describiera Miguel de Cervantes. Un magma social, tan inestable como las lavas del Vesubio, en riesgo permanente de agitación ante la que poco podían hacer sus numerosos tribunales de justicia. Este era el inframundo que Caravaggio conoció y mostró en La siete obras de misericordia. Este era también el escenario en el que los virreyes españoles hubieron de desarrollar su misión.
Las dos grandes fortalezas de Castel Sant’Elmo y Castel Nuovo estuvieron destinadas a controlar la ciudad más que a defenderla. Pero los virreyes no se conformaron con ello. El suyo no fue un dominio exclusivamente militar. Una de sus principales batallas se dirigió al control simbólico del tejido urbano: de las reformas urbanísticas a la construcción de palacios, el patronazgo de las iglesias y la espectacularidad de las ceremonias. Aunque este fue un mundo escurridizo que con frecuencia se les escapó de las manos ya que Nápoles tenía su propia actividad ceremonial que no siempre consiguieron controlar. En su favor estaba sin embargo una consolidada tradición monárquica que, desde los tiempos de los Anjou y los Aragón, había hecho de Nápoles una de las esplendorosas cortes de Europa.
Para alcanzar este objetivo se beneficiaron de la intensa y arraigada actividad cultural y artística de la ciudad que ellos mismos contribuyeron a impulsar. Como ha sido puesto de relieve, algunos de los virreyes españoles en Nápoles se contaron entre los principales mecenas artísticos de su tiempo. Esta no fue solamente una cuestión de inclinaciones personales. Una de sus principales responsabilidades consistió en proveer a la corte real de recursos culturales que contribuyeron de forma decisiva a construir la imagen pública del rey de España.

Alessandro Baratta, Fidelissimae urbis neapolitanae cum omnibus viis accurata et nova delineatio aedita in lucem ab Alexandro Baratta MDCXXVIIII (1629)
Napoli, Gallerie d’Italia - Palazzo Zevallos Stigliano, Collezione Intesa Sanpaolo

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
NÁPOLES Y EL VIRREY

Hasta principios del siglo XVII Nápoles fue la mayor concentración urbana de Europa y el escenario donde se representaron los más agudos contrastes sociales. Legiones de menesterosos convivían sin solución de continuidad con la opulencia de un baronaggio que se contaba entre la nobleza más rica y atávica del continente.
La ciudad albergó también la mayor concentración europea de palacios e iglesias con un clero muy numerosos y una elevada presencia de órdenes religiosas algunos de cuyos conventos y monasterios estaban organizados como auténticas islas dentro de su tejido urbano.
Una elevada presencia de soldados mal pagados, arracimados en los Quartieri, y en frecuente colisión con la población local, ministros y buscavidas acabaron por hacer de Nápoles “la más rica y viciosa ciudad que había en todo el universo mundo” como la describiera Miguel de Cervantes. Un magma social, tan inestable como las lavas del Vesubio, en riesgo permanente de agitación ante la que poco podían hacer sus numerosos tribunales de justicia. Este era el inframundo que Caravaggio conoció y mostró en La siete obras de misericordia. Este era también el escenario en el que los virreyes españoles hubieron de desarrollar su misión.
Las dos grandes fortalezas de Castel Sant’Elmo y Castel Nuovo estuvieron destinadas a controlar la ciudad más que a defenderla. Pero los virreyes no se conformaron con ello. El suyo no fue un dominio exclusivamente militar. Una de sus principales batallas se dirigió al control simbólico del tejido urbano: de las reformas urbanísticas a la construcción de palacios, el patronazgo de las iglesias y la espectacularidad de las ceremonias. Aunque este fue un mundo escurridizo que con frecuencia se les escapó de las manos ya que Nápoles tenía su propia actividad ceremonial que no siempre consiguieron controlar. En su favor estaba sin embargo una consolidada tradición monárquica que, desde los tiempos de los Anjou y los Aragón, había hecho de Nápoles una de las esplendorosas cortes de Europa.
Para alcanzar este objetivo se beneficiaron de la intensa y arraigada actividad cultural y artística de la ciudad que ellos mismos contribuyeron a impulsar. Como ha sido puesto de relieve, algunos de los virreyes españoles en Nápoles se contaron entre los principales mecenas artísticos de su tiempo. Esta no fue solamente una cuestión de inclinaciones personales. Una de sus principales responsabilidades consistió en proveer a la corte real de recursos culturales que contribuyeron de forma decisiva a construir la imagen pública del rey de España.

Alessandro Baratta, Fidelissimae urbis neapolitanae cum omnibus viis accurata et nova delineatio aedita in lucem ab Alexandro Baratta MDCXXVIIII (1629)
Napoli, Gallerie d’Italia - Palazzo Zevallos Stigliano, Collezione Intesa Sanpaolo

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
Una imagen visual de la Nápoles virreinal: la Nova delineatio de Baratta
Largo di Palazzo, el trasfondo de la fiesta virreinal
La exhibición del poder virreinal en las cabalgatas
El acueducto de Carmignano y las fuentes barrocas
La real casa de San Giacomo degli Spagnoli
El torreón del Carmine y la revuelta de Masaniello
Las iglesias de las órdenes religiosas españolas en Nápoles
El convento de la Maddalenella delle Convertite Spagnole
El patrocinio de Pedro Antonio de Aragón en el hospital de San Gennaro dei Poveri
Los virreyes en los palacios de la nobleza: la villa del duque de Traetto
Palazzo Vecchio, primera residencia de los virreyes del siglo XVII
La actividad musical del Pio Monte della Misericordia
El recreo de los virreyes en la villa renacentista de Poggioreale
El internado de doncellas españolas de Santa María de la Solitaria
La actividad musical en San Giacomo degli Spagnoli
La ermita de la Inmaculada Concepción de sor Orsola
La procesión eucarística de los Cuatro Altares
La reforma del puerto y la dársena
El teatro de San Bartolomeo
Nuevas puertas en las murallas de la ciudad: Port'Alba y Porta Medina
Las tumbas de los reyes aragoneses en San Domenico Maggiore
El palacio de los Regi Studi
El mecenazgo del conde de Peñaranda en Santa Maria del Pianto
Una imagen musical de la Nápoles virreinal: la Tarantella de Caresana
Los donativos de Felipe IV al monasterio de Santa Maria Egiziaca en Pizzofalcone
España
Palazzo reale de Nápoles
La cabalgata de la vigilia de san Juan Bautista
Palazzo Donn'Anna y el virrey Medina de las Torres
La urbanización de la Riviera di Chiaia
El colegio de San Francesco Saverio
Los santos patronos de la ciudad en la capilla del Tesoro de San Gennaro
Santa Lucia al Monte, la sede italiana de los franciscanos de San Pedro Alcántara
Una imagen visual de la Nápoles virreinal: la Nova delineatio de Baratta
Castelnuovo, la fortaleza simbólica del reino
Castel Capuano, sede de los tribunales reales de justicia
.05
PALAZZO REALE DE NÁPOLES
EN EL PALAZZO REALE

El palacio en el que residieron, constituyó una pieza clave en la estrategia de los virreyes para consolidar su autoridad en la dura batalla que hubieron de librar por el dominio de los símbolos, frente a las órdenes religiosas, las élites locales y, en última instancia, las masas populares.
A comienzo del siglo XVII resultaba manifiesto que ni la fortaleza de Castel Nuovo ni el palacio construido por Ferdinando Manlio por orden de Pedro de Toledo, en los que los virreyes habían vivido durante la centuria anterior, resultaban adecuados para sus necesidades representativas. Tal como entendió el escritor local Giulio Cesare Capaccio, esta fue la razón principal por la que el VI conde de Lemos encomendó a Domenico Fontana, el antiguo arquitecto papal, la construcción de un nuevo palacio.
Fontana concibió un edificio en función de las necesidades ceremoniales de los virreyes. De acuerdo con esta idea, este escenario propondrá un recorrido por sus estancias principales y las actividades que en ellas se desarrollaban: las diversas salas de las audiencias públicas, culminadas por unos ciclos pictóricos diseñados para transmitir unos mensajes bien precisos; la capilla real con una estudiada disposición del espacio y los objetos de culto; la galería, donde se alojaba la colección privada de los virreyes y tenían lugar algunas de las reuniones de gobierno al más alto nivel; las estancias privadas de la familia del virrey; la actividad teatral y festiva; las reuniones de las academias impulsadas por algunos virreyes.
Si el interior del palacio fue estudiado con detalle para atender las necesidades representativas de los virreyes, el exterior no lo fue menos. Tanto por su emplazamiento, directamente accesible desde el puerto, como por su fachada, concebida como telón de fondo del inmenso escenario que fue el Largo di Palazzo, que pasó a ser el principal escenario de las ceremonias públicas organizadas por los virreyes.

Pianta del piano nobile di Palazzo Reale (prima metà del XVIII secolo)
Napoli, Archivio di Stato di Napoli.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
EN EL PALAZZO REALE

El palacio en el que residieron, constituyó una pieza clave en la estrategia de los virreyes para consolidar su autoridad en la dura batalla que hubieron de librar por el dominio de los símbolos, frente a las órdenes religiosas, las élites locales y, en última instancia, las masas populares.
A comienzo del siglo XVII resultaba manifiesto que ni la fortaleza de Castel Nuovo ni el palacio construido por Ferdinando Manlio por orden de Pedro de Toledo, en los que los virreyes habían vivido durante la centuria anterior, resultaban adecuados para sus necesidades representativas. Tal como entendió el escritor local Giulio Cesare Capaccio, esta fue la razón principal por la que el VI conde de Lemos encomendó a Domenico Fontana, el antiguo arquitecto papal, la construcción de un nuevo palacio.
Fontana concibió un edificio en función de las necesidades ceremoniales de los virreyes. De acuerdo con esta idea, este escenario propondrá un recorrido por sus estancias principales y las actividades que en ellas se desarrollaban: las diversas salas de las audiencias públicas, culminadas por unos ciclos pictóricos diseñados para transmitir unos mensajes bien precisos; la capilla real con una estudiada disposición del espacio y los objetos de culto; la galería, donde se alojaba la colección privada de los virreyes y tenían lugar algunas de las reuniones de gobierno al más alto nivel; las estancias privadas de la familia del virrey; la actividad teatral y festiva; las reuniones de las academias impulsadas por algunos virreyes.
Si el interior del palacio fue estudiado con detalle para atender las necesidades representativas de los virreyes, el exterior no lo fue menos. Tanto por su emplazamiento, directamente accesible desde el puerto, como por su fachada, concebida como telón de fondo del inmenso escenario que fue el Largo di Palazzo, que pasó a ser el principal escenario de las ceremonias públicas organizadas por los virreyes.

Pianta del piano nobile di Palazzo Reale (prima metà del XVIII secolo)
Napoli, Archivio di Stato di Napoli.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
.06
ESPAÑA
LA HERENCIA DE LOS VIRREYES EN ESPAÑA

La experiencia napolitana supuso para la mayoría de los virreyes la toma de contacto no sólo con la rica tradición cultural y artística local sino también con la cultura de la antigüedad y el gran arte italiano que ellos mismos, con su actividad como mecenas, contribuyeron a modelar y a difundir.
Muchos de los virreyes españoles en Nápoles emplearon buena parte de sus energías en la promoción y adquisición de obras de arte. No escatimaron medios para conseguirlo. Con frecuencia vivieron la experiencia napolitana como una ocasión única y la explotaron a fondo. Una parte considerable de esta actividad quedó en la propia ciudad, pero otra fue enviada a España.
Muchos virreyes regresaron de su misión con las naves cargadas de piezas, adquiridas en ocasiones con medios de dudosa moralidad.
La presencia del arte italiano en España ha sido ya objeto de atención por parte de numerosos estudiosos comenzando por Alfonso Pérez Sánchez. Nuestra atención se centrará en el papel que desempeñaron los virreyes de Nápoles en ese flujo y el destino que estas obras recibieron. Nos interesan las piezas pero aún más en contexto y la misión que se les asignó.
Una vez en España estas piezas fueron distribuidas por palacios, iglesias y conventos (algunos de ellos fundados por los propios virreyes) contribuyendo de este modo a modelar la mirada y los gustos de sus contemporáneos como se puso de relieve en las obras de tantos artistas españoles del momento. Es difícil entender el Siglo de Oro sin tener esto en cuenta.
Uno de los aspectos peor conocidos, que en nuestra exposición tendrá un relieve especial, se refiere a las piezas que fueron destinadas a instituciones religiosas, frecuentemente conventos de clausura, y que, por esta razón, han estado en muchos casos fuera del alcance tanto del gran público como de los estudiosos. Para ellos trataremos de establecer un mapa de la distribución de estas obras por la geografía española.
Por supuesto, contribuyeron también a exaltar la figura de los propios virreyes y sus linajes. Algunos de ellos crearon en sus palacios españoles, singularmente madrileños, galerías de pinturas y otras obras italianas.

Nova et accurata Tabula Hispaniae Praecipuis Urbib[us]Vestitu, Insignib[us] et Antiquitatibus exornata (1623)
Madrid, Biblioteca Nacional de España.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
LA HERENCIA DE LOS VIRREYES EN ESPAÑA

La experiencia napolitana supuso para la mayoría de los virreyes la toma de contacto no sólo con la rica tradición cultural y artística local sino también con la cultura de la antigüedad y el gran arte italiano que ellos mismos, con su actividad como mecenas, contribuyeron a modelar y a difundir.
Muchos de los virreyes españoles en Nápoles emplearon buena parte de sus energías en la promoción y adquisición de obras de arte. No escatimaron medios para conseguirlo. Con frecuencia vivieron la experiencia napolitana como una ocasión única y la explotaron a fondo. Una parte considerable de esta actividad quedó en la propia ciudad, pero otra fue enviada a España.
Muchos virreyes regresaron de su misión con las naves cargadas de piezas, adquiridas en ocasiones con medios de dudosa moralidad.
La presencia del arte italiano en España ha sido ya objeto de atención por parte de numerosos estudiosos comenzando por Alfonso Pérez Sánchez. Nuestra atención se centrará en el papel que desempeñaron los virreyes de Nápoles en ese flujo y el destino que estas obras recibieron. Nos interesan las piezas pero aún más en contexto y la misión que se les asignó.
Una vez en España estas piezas fueron distribuidas por palacios, iglesias y conventos (algunos de ellos fundados por los propios virreyes) contribuyendo de este modo a modelar la mirada y los gustos de sus contemporáneos como se puso de relieve en las obras de tantos artistas españoles del momento. Es difícil entender el Siglo de Oro sin tener esto en cuenta.
Uno de los aspectos peor conocidos, que en nuestra exposición tendrá un relieve especial, se refiere a las piezas que fueron destinadas a instituciones religiosas, frecuentemente conventos de clausura, y que, por esta razón, han estado en muchos casos fuera del alcance tanto del gran público como de los estudiosos. Para ellos trataremos de establecer un mapa de la distribución de estas obras por la geografía española.
Por supuesto, contribuyeron también a exaltar la figura de los propios virreyes y sus linajes. Algunos de ellos crearon en sus palacios españoles, singularmente madrileños, galerías de pinturas y otras obras italianas.

Nova et accurata Tabula Hispaniae Praecipuis Urbib[us]Vestitu, Insignib[us] et Antiquitatibus exornata (1623)
Madrid, Biblioteca Nacional de España.

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
.07
MADRID
LOS VIRREYES Y EL ARTE NAPOLITANO EN LA CORTE

El destino principal de las mejores obras de arte enviadas a España por los virreyes de Nápoles fueron las residencias y fundaciones reales. Algunas de ellas habían sido encargadas directamente por los monarcas; otras fueron el resultado de la generosidad de sus ministros que buscaron de este modo ganarse el favor de sus señores; aunque no faltaron tampoco las que acabaron en las reales manos como resultado de los que Jonathan Brown ha calificado como “donaciones forzosas”.

Sin duda alguna, el palacio del Buen Retiro fue el lugar más favorecido de todos aunque también los salones del Alcázar, las estancias de El Escorial o monasterios como el de Las Decalzas Reales o La Encarnación se beneficiaron con piezas de primera calidad.

En conjunto, estas obras contribuyeron de forma poderosa a modelar la imagen pública de la Monarquía de España y a forjar los gustos y el estilo de vida de la alta nobleza.

Este escenario mostrará también las transformaciones experimentadas por las residencias españolas de los virreyes tras su paso por Nápoles, muchas de las cuales fueron consideradas entre las más fastuosas de la corte por los observadores del momento. Llevados por el deseo de perpetuar su memoria, no pocos de ellos fundaron o beneficiaron a su regreso establecimientos religiosos que enriquecieron con piezas adquiridas durante su estancia en Italia.

Los virreyes de Nápoles fueron también el cauce a través del cual pintores, escultores, arquitectos o músicos, viajaron a Epaña donde desarrollaron una intensa actividad que influyó directamente en el modo de trabajar de los artistas locales.

Pedro Texeira, Topographia de la villa de Madrid descrita por don PedroTexeira (1656)
Madrid, Museo de Historia de Madrid

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
LOS VIRREYES Y EL ARTE NAPOLITANO EN LA CORTE

El destino principal de las mejores obras de arte enviadas a España por los virreyes de Nápoles fueron las residencias y fundaciones reales. Algunas de ellas habían sido encargadas directamente por los monarcas; otras fueron el resultado de la generosidad de sus ministros que buscaron de este modo ganarse el favor de sus señores; aunque no faltaron tampoco las que acabaron en las reales manos como resultado de los que Jonathan Brown ha calificado como “donaciones forzosas”.

Sin duda alguna, el palacio del Buen Retiro fue el lugar más favorecido de todos aunque también los salones del Alcázar, las estancias de El Escorial o monasterios como el de Las Decalzas Reales o La Encarnación se beneficiaron con piezas de primera calidad.

En conjunto, estas obras contribuyeron de forma poderosa a modelar la imagen pública de la Monarquía de España y a forjar los gustos y el estilo de vida de la alta nobleza.

Este escenario mostrará también las transformaciones experimentadas por las residencias españolas de los virreyes tras su paso por Nápoles, muchas de las cuales fueron consideradas entre las más fastuosas de la corte por los observadores del momento. Llevados por el deseo de perpetuar su memoria, no pocos de ellos fundaron o beneficiaron a su regreso establecimientos religiosos que enriquecieron con piezas adquiridas durante su estancia en Italia.

Los virreyes de Nápoles fueron también el cauce a través del cual pintores, escultores, arquitectos o músicos, viajaron a Epaña donde desarrollaron una intensa actividad que influyó directamente en el modo de trabajar de los artistas locales.

Pedro Texeira, Topographia de la villa de Madrid descrita por don PedroTexeira (1656)
Madrid, Museo de Historia de Madrid

Iglesia
Palacios
Monumento
Ceremonia
Obra musical
Casas reales
/VIRREYES
Pasea por la galería y descubre las biografías de los 28 virreyes y lugartenientes que gobernaron el Reino de Nápoles en el siglo XVII.
/CRONOLOGÍA
El siglo XVII de los virreyes de Nápoles, marcado por la sucesión de los diferentes gobiernos.
Mueve el cursor en el horizontal para descubrir los acontecimientos principales del siglo y los hechos tratados en la presente exposición.
Política
Arte
Mecenazgo
Ceremonias
Defunciones
1598
Muerte del rey Filippo II,le sucede Filippo III
El duque de Lerma,nuevo favorito real
1599
Matrimonio de Felipe IIIcon Margarita de Austria
1600
Domenico Fontana empiezala construcción del Palacio Real
1603
Visita a Nápoles delduque de Mantua, Vincenzo Gonzaga
1607
Caravaggioa Nápoles
1615
Boda del príncipeFelipe de España(futuro Felipe IV)con Isabel de Borbón
Inauguración del palaciode los Regi Studi
1617
Caída delduque de Lerma
1618
Estalla laGuerra de los 30 Años
1621
Muerte de Felipe III.Le sucede su hijo Filippo IV
1622
Canonización de S. Teresa deJesús, S. Ignacio de Loyola,S. Francisco Javier yS. Isidro Labrador
Fundación delconvento de Monforte de Lemos
Guido Renia Nápoles
El conde duque de Olivareses nombrado valido
1625
Muerte deGiovan Battista Marino
1627
Creación delacueducto de Carmignano
Primer envío de obraspara la decoración delPalacio del Buen Retiro
1630
Visita a Nápoles de lainfanta Maria de Hungría,hermana de Felipe IV
Velázqueza Nápoles
Artemisia Gentileschise instala en Nápoles
1631
Domenichinoa Nápoles
1634
Giovanni Lanfrancoa Nápoles
1635
Victoria españolaen la batalla de Nördlinghen
1636
Colocación de la primerapiedra del convento delas agustinas deSalamanca
1640
Estalla la Guerradels Segadors y laGuerra de Restauración portuguesa
1643
El conde duque de Olivaresse aleja de la corte
Derrota españolaen la batalla de Rocroi
1644
Muerte de la reinaIsabel de Borbón
1646
Muerte del infanteBaltasar Carlos
1647
Revuelta deMasaniello
Adquisición delPalacio de España de Romapor el conde de Oñate
1648
6 de abril.Termina la revueltade Nápoles
Paz de Westfalia
1649
Empiezan las reformasen el palacio real
Segunda boda de Felipe IV,con Marianna d'Austria
1650
Segundo viaje deVelázquez en Italia
Se representa laprimera ópera en Nápoles
Campaña de recuperaciónde Puertolongóny Piombino
1652
Presentación de laSala de los Virreyes
1655
Apertura del nuevo conventode capuchinas de Toledo
1656
Epidemia de pesteen Nápoles
1657
Primer envío de obraspara la nueva decoracióndel Escorial
1658
Fiestas por elnacimiento delinfante Felipe Próspero
1659
Paz de los Pirineos
1661
Nacimiento deCarlos II
Empieza la construccióndel convento de SantaMaría de Loreto dePeñaranda deBracamonte
1662
Apertura de laiglesia deSanta Maria del Pianto
1664
Adquisición de lacolección Serra
1665
Muerte de Felipe IV,Regencia de Mariana de Austria en nombrede Carlos II
Presencia de 3 ex virreyesde Nápoles en elConsejo de Regencia
1667
Apertura delHospital de San Pedro yGennaro dei Poveri
1668
Termina la Guerrade Restauración portuguesa
Obelisco deCarlos II en Avellino
Inauguraciónde la nueva dársena
1670
Embajada de obedienciade Pedro Antonio de Aragónen Roma
1673
Nuevo sepulcro deAlfonso el Magnánimoen Poblet
1674
Estalla larevuelta de Messina
1675
Termina la regencia deMariana de Austria.Subida al trono deCarlos II
1676
Monumentos aCarlos II a Capua ya L'Aquila
1679
Matrimonio delrey Carlos II conMaria Luisa de Orleans
Muerte deJuan José de Austria
Se terminan las obrasde ampliación del conventode Cocentaina
1689
Matrimonio delrey Carlos II conMariana de Neoburgo
1692
Viaje a Madridde Luca Giordano
1696
Muerte de la reinaMariana de Austria
1697
Epitaffio Foggia
1700
Muerte de Carlos II,incoronación deFelipe V de Borbón
Conjura de Macchiaen Nápoles
1702
Visita realde Felipe V
Vuelta deLuca Giordano aNápoles
1707
Empieza elvirreinato austriaco
1580
1581
1582
1583
1584
1585
1586
1587
1588
1589
1590
1591
1592
1593
1594
1595
1596
1597
1598
Muerte del rey Filippo II,
le sucede Filippo III
1598
El duque de Lerma,
nuevo favorito real
1598
1599
Matrimonio de Felipe III
con Margarita de Austria
1599
 
1600
Domenico Fontana empieza
la construcción del Palacio Real
1600
 
1601
 
1602
 
1603
Visita a Nápoles del
duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga
1603
 
1604
 
1605
 
1606
 
1607
Caravaggio
a Nápoles
1607
 
1608
 
1609
 
1610
 
1611
 
1612
 
1613
 
1614
 
1615
Boda del príncipe
Felipe de España
(futuro Felipe IV)
con Isabel de Borbón
1615
Inauguración del palacio
de los Regi Studi
1615
 
1616
 
1617
Caída del
duque de Lerma
1617
 
1618
Estalla la
Guerra de los 30 Años
1618
 
1619
 
1620
 
1621
Muerte de Felipe III.
Le sucede su hijo Filippo IV
1621
 
1622
Canonización de S. Teresa de
Jesús, S. Ignacio de Loyola,
S. Francisco Javier y
S. Isidro Labrador
1622
Fundación del
convento de Monforte de Lemos
1622
Guido Reni
a Nápoles
1622
El conde duque de Olivares
es nombrado valido
1622
 
1623
 
1624
 
1625
Muerte de
Giovan Battista Marino
1625
 
1626
 
1627
Creación del
acueducto de Carmignano
1627
Primer envío de obras
para la decoración del
Palacio del Buen Retiro
1627
 
1628
 
1629
 
1630
Visita a Nápoles de la
infanta Maria de Hungría,
hermana de Felipe IV
1630
Velázquez
a Nápoles
1630
Artemisia Gentileschi
se instala en Nápoles
1630
 
1631
Domenichino
a Nápoles
1631
 
1632
 
1633
 
1634
Giovanni Lanfranco
a Nápoles
1634
 
1635
Victoria española
en la batalla de Nördlinghen
1635
 
1636
Colocación de la primera
piedra del convento de
las agustinas de
Salamanca
1636
 
1637
 
1638
 
1639
 
1640
Estalla la Guerra
dels Segadors y la
Guerra de Restauración portuguesa
1640
 
1641
 
1642
 
1643
El conde duque de Olivares
se aleja de la corte
1643
Derrota española
en la batalla de Rocroi
1643
 
1644
Muerte de la reina
Isabel de Borbón
1644
 
1645
 
1646
Muerte del infante
Baltasar Carlos
1646
 
1647
Revuelta de
Masaniello
1647
Adquisición del
Palacio de España de Roma
por el conde de Oñate
1647
 
1648
6 de abril.
Termina la revuelta
de Nápoles
1648
Paz de Westfalia
1648
 
1649
Empiezan las reformas
en el palacio real
1649
Segunda boda de Felipe IV,
con Marianna d'Austria
1649
 
1650
Segundo viaje de
Velázquez en Italia
1650
Se representa la
primera ópera en Nápoles
1650
Campaña de recuperación
de Puertolongón
y Piombino
1650
 
 
1651
 
1652
Presentación de la
Sala de los Virreyes
1652
 
1653
 
1654
 
1655
Apertura del nuevo convento
de capuchinas de Toledo
1655
 
1656
Epidemia de peste
en Nápoles
1656
 
1657
Primer envío de obras
para la nueva decoración
del Escorial
1657
 
1658
Fiestas por el
nacimiento del
infante Felipe Próspero
1658
 
1659
Paz de los Pirineos
1659
 
1660
 
1661
Nacimiento de
Carlos II
1661
Empieza la construcción
del convento de Santa
María de Loreto de
Peñaranda de
Bracamonte
1661
 
1662
Apertura de la
iglesia de
Santa Maria del Pianto
1662
 
1663
 
1664
Adquisición de la
colección Serra
1664
 
1665
Muerte de Felipe IV,
Regencia de Mariana de Austria en nombre
de Carlos II
1665
Presencia de 3 ex virreyes
de Nápoles en el
Consejo de Regencia
1665
 
1666
 
1667
Apertura del
Hospital de San Pedro y
Gennaro dei Poveri
1667
 
1668
Termina la Guerra
de Restauración portuguesa
1668
Obelisco de
Carlos II en Avellino
1668
Inauguración
de la nueva dársena
1668
 
1669
 
1670
Embajada de obediencia
de Pedro Antonio de Aragón
en Roma
1670
 
1671
 
1672
 
1673
Nuevo sepulcro de
Alfonso el Magnánimo
en Poblet
1673
 
1674
Estalla la
revuelta de Messina
1674
 
1675
Termina la regencia de
Mariana de Austria.
Subida al trono de
Carlos II
1675
 
1676
Monumentos a
Carlos II a Capua y
a L'Aquila
1676
 
1677
 
1678
 
1679
Matrimonio del
rey Carlos II con
Maria Luisa de Orleans
1679
Muerte de
Juan José de Austria
1679
Se terminan las obras
de ampliación del convento
de Cocentaina
1679
 
1680
 
1681
 
1682
 
1683
 
1684
 
1685
 
1686
 
1687
 
1688
 
1689
Matrimonio del
rey Carlos II con
Mariana de Neoburgo
1689
 
1690
 
1691
 
1692
Viaje a Madrid
de Luca Giordano
1692
 
1693
 
1694
 
1695
 
1696
Muerte de la reina
Mariana de Austria
1696
 
1697
Epitaffio Foggia
1697
 
1698
 
1699
 
1700
Muerte de Carlos II,
incoronación de
Felipe V de Borbón
1700
Conjura de Macchia
en Nápoles
1700
 
1701
 
1702
Visita real
de Felipe V
1702
Vuelta de
Luca Giordano a
Nápoles
1702
 
1703
 
1704
 
1705
 
1706
 
1707
Empieza el
virreinato austriaco
1707
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/AUTORES
/CRÉDITOS
Exposición virtual realizada gracias al Culture Programme 2007-2013, financiado por la Unión Europea.
El trabajo ha sido desarrollado por el grupo de investigación "Poder y Representación" de la Universitat de Barcelona, en el marco del proyecto europeo ENBaCH (European Network for the Baroque Cultural Heritage).
Agradecimientos
Por el asesoramiento en las diferentes fases de realización de la exposición:
Renata Ago
Attilio Antonelli
Giovanni Muto
José Vicente Quirante
Renato Ruotolo

Por la traducción de los textos:
Carlos González Reyes
Davide Jodar van Vlijmen
Ana Minguito Palomares
Montserrat Molina Egea
Diego Sola Garcia
Milena Viceconte
Fernando Sánchez Marcos

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