EL PERIÓDICO - EL ARTÍCULO DEL DÍA - 03/04/01

El señuelo de la clonación humana

Josep Egozcue

Catedrático de Biología Celular de la UAB

Un ginecólogo italiano y su socio estadounidense han intentado, endiosados, convertir la reproducción del ser humano en un circo

En el preciso momento en que la humanidad entraba triunfal en el siglo XXI, llevando como bandera de su avanzada civilización tecnológica la secuencia del genoma humano, las impertinentes declaraciones de un ginecólogo italiano y de su socio estadounidense venían a resucitar los miedos ancestrales de nuestra primitiva tribu de primates jerárquicos, que todavía se espulga aunque sea en locales lujosos.

La severa respuesta de los científicos y la indignada reacción de la sociedad es lo que los protagonistas de esta historia esperaban y deseaban. Durante semanas han permanecido en los titulares de los medios, han obtenido enormes espacios de publicidad gratuita, han sido llamados ante el Congreso de EEUU e incluso han preocupado al hombre más poderoso de la tierra. Porque quitar la vida es una antigua costumbre humana, pero la posibilidad de crearla todavía provoca sorpresa, sobrecoge o aterra.

Y, SIN EMBARGO, la situación es bien sencilla. Primero hay que preguntarse si es posible crear seres humanos. La respuesta es sí; hoy existe la tecnología necesaria para intentar reprogramar una célula adulta y producir un individuo clónico que, si llega a nacer, será físicamente muy parecido a su modelo; pero en ningún caso será idéntico a él ni será una fotocopia. Además, la vanidad y una compensación económica podrían convencer a algunos expertos para intentar la hazaña.

Luego hay que ver las posibilidades de éxito. Hasta el momento, de promedio se necesitan unos 700 intentos para conseguir algo menos de 300 embriones, de los cuales, con suerte, uno llega a nacer. Así, la eficiencia del método es inferior al 0,2%. A escala humana, y teniendo en cuenta que las pacientes del ginecólogo italiano quieren usar sus propios óvulos, podrían ser necesarios hasta 500 ciclos para conseguir un nacimiento.

Pero no es éste el único problema. Casi todos los animales clonados han presentado malformaciones, o han muerto en el período perinatal, o las dos cosas a la vez. Ello es debido a que en la naturaleza las células se reprograman durante la producción de los espermatozoides y los óvulos, y en los clónicos han de hacerlo en el embrión, por lo que la reprogramación rara vez es correcta. La oveja Dolly parece ser la única excepción famosa. Por tanto, la propuesta se concreta en clonar abortos o fetos con malformaciones. Cuando el socio estadounidense dice que va a utilizar métodos de diagnóstico prenatal muestra ignorancia, ya que no todas las anomalías son diagnosticables prenatalmente, y mala fe, ya que presupone que habría fetos normales y viables.

También hay que plantearse si el uso de las técnicas de clonación podría ayudar a las parejas estériles a tener descendencia. La respuesta es que no. Las técnicas de clonación se idearon para fabricar en serie animales productores de proteínas humanas, no para mejorar su capacidad reproductora. De todas las alternativas que ofrece la reproducción asistida, la clonación es, con mucho, la peor.

Finalmente, cabe preguntarse qué tipo de parejas forman las listas de espera del ginecólogo y su socio. Si se trata de personas de buena fe, que creen que la clonación va a resolver su problema, no hay duda de que han sido engañados, y no ha tenido la posibilidad de conceder un consentimiento informado. Si son parejas que han elegido la clonación porque no aceptan la donación de gametos, es dudoso que hayan recibido los datos correctos sobre sus posibilidades reales de éxito. Y si se trata del tipo de personas que se apunta a grupos como el de los raelitas, el médico que necesitan no es precisamente un ginecólogo.

MIENTRAS, el supuesto experto italiano y su socio estadounidense siguen tratando de convertir la reproducción humana en un circo. E la nave va.

Pero, en los últimos años, y gracias al uso de técnicas de clonación, se han logrado avances considerables en la producción de células madre. Es previsible que, en un futuro no lejano, la diferenciación dirigida de células madre totipotentes permita la reparación por trasplante de ciertos tejidos, dañados o degenerados, o incluso la fabricación de órganos sencillos.

Y para que las importantísimas investigaciones sobre la aplicación de las técnicas de clonación a la medicina no se vean perjudicadas, la mejor política ante declaraciones como las que comentamos no consiste en escandalizarse ni recurrir al anatema, sino, como ocurrió en el cuento, echarse a reír al ver que el rey no lleva un lujoso traje, sino que va desnudo.


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Última actualización: 06/09/01 12:26:24