EL PERIÓDICO - - 03/10/00

La sanidad busca donantes de óvulos

El escaso éxito de la fecundación 'in vitro' promueve el plan de captación

El Hospital Clínic es el primer centro público que pagará por los ovocitos

Clínicas privadas catalanas esperan voluntarias para 200 parejas estériles

ANGELS GALLARDO

Barcelona

El Hospital Clínic, de Barcelona, es el primer centro público de España que ha optado por la búsqueda de mujeres jóvenes y sanas que donen óvulos susceptibles de ser fecundados en probeta. El escaso índice de éxitos que proporcionan las costosas técnicas de fertilización in vitro (FIV) y la enorme lista de espera de mujeres que sufren esterilidad y desean intentar un embarazo inducido han llevado al hospital a tomar una decisión que rechazaba hace apenas un año.

Una mujer, con los trillizos que tuvo el año pasado tras someterse a un proceso de fecundación artificial en la Clínica Quirón.

Al igual que el Clínic, los principales centros sanitarios privados de reproducción asistida de Catalunya, Madrid, Valencia y el País Vasco han emprendido campañas de captación de donantes de óvulos en las universidades, ofreciendo compensaciones que oscilan entre 100.000 y 125.000 pesetas a las mujeres que se sometan al tratamiento hormonal de estimulación ovárica que exige la transacción.

Cuando la fecundación se realiza con ovocitos de una donante menor de 30 años, la gestación se consigue en un 50% de los casos, asegura el doctor Joan Anton Vanrell, responsable de Medicina de la Reproducción en el Clínic. Si se intenta estimulando los ovarios de la mujer que busca el niño, el índice de éxito se reduce a la mitad. O menos.

Los tres centros públicos que practican las FIV en Catalunya --Clínic, Vall d'Hebron y Sant Pau, de Barcelona-- se habían resistido hasta ahora a esta opción (así sigue siendo con excepción del Clínic), aunque su lista de espera para intentar una fecundación artificial es de casi cuatro años.

Las clínicas privadas de reproducción, a su vez, mantienen a más de 200 parejas a la espera de una donante de óvulos. La mayoría de esas mujeres, asegura el doctor Vanrell, han intentado, una o más veces, una fecundación artificial que no las ha dejado embarazadas.

Bajan de precio

El coste de cada intento, entre las 800.000 y el millón de pesetas hace un año en los centros privados, va en descenso, a medida que crece el desánimo entre las mujeres que se someten a molestos tratamientos, y a un fuerte estrés, que no concluyen con el nacimiento de un hijo.

"Esperamos que las jóvenes se conciencien de que su donación es una forma altruista de ayudar a otras mujeres --afirma Vanrell--. El proceso se ha perfeccionado mucho y las donantes ya no son sometidas a una hiperestimulación ovárica incontrolada".

La candidata, de 18 a 30 años, debe considerarse sana. Una vez descartado que no sufre sida ni hepatitis, se analiza su actividad ovárica y se comprueba que es una persona "psicológicamete equilibrada", explica el ginecólogo. El proceso dura un mes, durante el cual la mujer detiene su producción de hormonas gonadotrofinas por medio de fármacos, y reinicia un ciclo en el que deberán inyectarle a diario esas mismas hormonas, con el fin de que genere de 7 a 10 ovocitos en lugar de uno, que es lo fisiológicamente normal.

"Entonces, le hacemos una punción, bajo anestesia local y control ecográfico --exlica Joan Anton Vanrell--. Extraemos los ovocitos y, a las dos horas, la mujer está en casa".

Para ayudar a que esos óvulos consigan un embarazo, se fecundan en una probeta con espermatozoides del padre y, tras conseguir cuatro o cinco embriones, se implantan en el útero de la receptora. "El niño será genéticamente hijo de su padre y biológicamente hijo de su madre", advierte Vanrell.

Los ginecólogos consideran que el pago por la donación está autorizado por el Gobierno "por silencio administrativo", tras haber sido propuesto en 1999 por la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. "No ponemos un precio al óvulo --asegura el ginecólogo--, sino que compensamos a la donante por unas molestias". La mayoría de donantes, dicen las estadísticas de anteriores campañas, proceden de las facultades de estudios humanistas.

LAS CIFRAS

600.000 parejas españolas no pueden tener hijos

Unas 600.000 parejas españolas, un 15% de las que se encuentran en edad reproductiva, sufren esterilidad, según la Sociedad Española de Fertilidad. Esta cifra se incrementa cada año con unas 16.000 nuevas parejas. La imposibilidad de tener hijos proviene, en un 56% de los casos, de la mujer, y en un 40%, del hombre.

Los centros sanitarios catalanes lograron entre 1993 y 1996 (último periodo contabilizado) 1.788 embarazos clínicos por fertilización in vitro (inserción en el útero de un óvulo o de un embrión fecundado en probeta) y 1.021 por inseminación artificial, según datos de Sanitat. Estos procesos se realizan siempre a mujeres que no han iniciado la menopausia, es decir, que podrían ser madres en caso de no sufrir una disfunción. Fuera de España se ha intentado en mujeres de edad muy avanzada.

Las campañas de captación de donantes de óvulos se realizan colocando carteles informativos en los tablones de anuncios de las universidades y, recientemente, por medio de páginas web en Internet.

Los médicos dejan de creer que sea un acto "mercenario"

En junio de 1998, sólo tres clínicas privadas de Catalunya --Cefer, Dexeus y Corachán-- reconocían públicamente que recurrían a la búsqueda de donantes de óvulos para conseguir el embarazo de mujeres que sufren esterilidad. El pago por esas donaciones fue calificado de "acto mercenario" por el responsable de Medicina de la Reproducción de un hospital público de Barcelona. La necesidad de ovocitos jóvenes y la creciente demanda de mujeres maduras que desean ser madres y no pueden ha modificado la situación.

"Los problemas morales pertenecen a la conciencia de cada cual y los éticos corresponden a la sociedad --afirma Joan Antón Vanrell, del Hospital Clínic--. Los médicos intentamos solucionar los problemas de nuestros pacientes".

A falta de donantes, algunas clínicas piden a las mujeres que se someten a técnicas de fecundación --y que fecundan 10 o más óvulos por cada ciclo estimulado-- que cedan los embriones sobrantes a otra paciente en sus mismas circunstancias que no ha conseguido quedar embarazada.

APUNTE

María Casado

Directora del Observatorio de Bioética y Derecho de la UB.

Dar vida no es algo inocuo

Los bancos de óvulos del país no están abastecidos para responder a las necesidades de los procedimientos de reproducción asistida. Este dato reclama reflexión, ya que no parece corresponderse con la generosidad de nuestros paisanos a la hora de donar órganos para trasplantes. Nadie habla de escasez en los bancos de semen Son las mujeres menos altruistas? Sin dudar, la respuesta es no. Aun haciendo abstracción de la mística de entrega en que se educa al género femenino y de la menor dificultad técnica para donar gametos masculinos, es sabido que entre los donantes de vivo --de riñón, por ejemplo-- predominan las mujeres.

Las causas radican en la superior valoración social de la salud sobre la reproducción y en los riesgos e inconvenientes del procedimiento. Las campañas para captar donantes de óvulos se dirigen preferentemente a las jóvenes universitarias cuya salud y nivel mental se presuponen buenos y que atraviesan un momento vital de altruismo. Ellas --como adultas-- y los encargados de velar por la salud colectiva deben asegurarse de que sean bien conocidos los riesgos a que se someten con su acción generosa. El consentimiento que se presta para un procedimiento intrusivo y que requiere de una previa estimulación hormonal exige un cuidado muy especial en la información que se suministra. Los riesgos no son desdeñables y no deben ser minimizados sino explicados rigurosamente.

Dar un óvulo es dar vida, dice el eslogan, pero dar vida no es algo inocuo, tampoco en este caso.


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Última actualización: 06/09/01 12:26:26