Directora del Observatorio de Bioética y Derecho (Universitat de Barcelona).

Antinori parece querer pasar a la historia por valerse de las posibilidades de la ciencia irresponsablemente. Utilizar a mujeres como cobayas en un arriesgado experimento que no reúne los requisitos mínimos, ni éticos ni científicos, es algo reprobable. Y, además, como clonar humanos está prohibido por abundante normativa europea e internacional, busca lugares donde eludir esas reglas, montando clínicas en barcos o en países con un sistema de protección de los derechos menos que débil.

La espectacularización de las noticias por este personaje es constante: ahora sostiene que tiene a punto de nacer a un niño clonado, cuando, si lo acredita, se trata de un embarazo ¡de ocho semanas! Pero hay algo que no debemos olvidar: si nace el prometido niño no será un clon, será una persona. Titular de derechos fundamentales y de toda la protección de la comunidad humana, de la que formará parte.