Directora del Observatorio de Bioética y Derecho (Universitat de Barcelona).

Los motivos para tener descendencia son variados y pertenecen a la intimidad. No siempre puede decirse que el altruismo sea la causa del nacimiento de un niño. El azar, el deseo de perpetuarse, la búsqueda de un apoyo para la vejez o darle un hermano al mayor son consideraciones que se esgrimen habitualmente. Pero a algunos les escandaliza la posibilidad de acudir al diagnóstico preimplantacional para que el bebé que nazca sea compatible como donante con un hermano que necesita un trasplante de médula.

Desde mi punto de vista no es reprobable concebir con apoyo de la técnica un hijo que ayudará a vivir su hermano. Si que podrían establecerse límites, como el compromiso de donar los embriones sobrantes o que un comité de ética valorase el mejor interés del futuro nacido. Cada avance biomédico ha planteado problemas que requieren que el conocimiento científico se acompañe de reflexión ética. ¡Pero no de tabús y prejuicios!