DRA.  MARÍA CASADO

Directora del Observatorio de Bioética y Derecho (Parc Científic de la Universitat de Barcelona).

La nanotecnología trabaja sobre la materia a escala micrométrica: un nanómetro es una mil millonésima de un metro. Pretende orientar las reacciones del interior de las células y manipular las nanopartículas para conseguir materiales con aplicaciones industriales y médicas. Se trata de un nuevo campo con infinidad de posibilidades: desde la fabricación de sensores de detección de elementos químicos en el ambiente o de materiales especiales, a la utilización en nanomedicina para diagnósticos, tratamientos e implantes, o la combinación entre nanotecnología e informática para seguridad y control.

Es fácil advertir que existen repercusiones sociales, éticas y jurídicas importantes, derivadas de la necesidad de aplicar el principio de precaución a riesgos aún no identificados claramente. No obstante, ya se ha realizado una apuesta política, científica y económica por este campo tanto en nuestro país como en la UE, EEUU y Asia. No se trata de futuribles, sino de algo que está sucediendo. Lo evidencian la creación del centro de la Universitat Autònoma de Barcelona y el trabajo que realizan ya grupos de la Universitat de Barcelona integrados en la red europea de nanotecnologías que cuenta con un comité de ética ad hoc. El Grupo Europeo de Ética de las nuevas tecnologías ha emitido un informe en el que se analiza la aplicación de las nanotecnologías en salud, identificando puntos conflictivos que puede servir de base para la realización de un debate social cada vez más necesario, ya que la mejor garantía es el control democrático de su uso.