María Casado - Directora del Observatori de Bioètica i Dret de la Universitat de Barcelona

En la Comisión de Ciencia y Tecnología del Congreso se está discutiendo un proyecto de ley para incorporar al ordenamiento español la controvertida directiva sobre la protección de las invenciones biotecnológicas. Ya vencido el plazo, sólo cuatro países de la UE la han incorporado e incluso ha sido recurrida judicialmente.

Deberíamos pensarlo bien antes de adoptar un texto ambiguo, protecnológico y que no ha sido objeto de debate social. Convendría extremar la prudencia para garantizar el libre acceso al conocimiento científico, el consentimiento informado de quienes proporcionan el material genético, la confidencialidad de las bases de datos o el principio de no comercialización del cuerpo humano. Sin polemizar sobre si se puede patentar la vida .