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X Coloquio Internacional de Geocrítica

DIEZ AÑOS DE CAMBIOS EN EL MUNDO, EN LA GEOGRAFÍA Y EN LAS CIENCIAS SOCIALES, 1999-2008

Barcelona, 26 - 30 de mayo de 2008
Universidad de Barcelona

LAS INSTITUCIONES CULTURALES EN LA TRANSFORMACIÓN DE LA IMAGEN DE TURÍN[1]

Daniel Paül i Agustí
Departament de Geografia i Sociologia
Universitat de Lleida
dpaul@geosoc.udl.cat

Las instituciones culturales en la transformación de la imagen de Turín[2] (Resumen)
La ciudad de Turín ha experimentado en los últimos años un importante proceso de modernización de su imagen, antaño relacionada de forma casi exclusiva con la industria. Este proceso ha sido impulsado, en gran medida, por la creación de nuevos atractivos culturales, así como a través de la modernización o restauración de muchas de sus instituciones ya existentes. Como consecuencia de este conjunto de acciones, se han conseguido cambios importantes en la imagen de la ciudad. Así, el actual reto de Turín ya no es la creación, por lo menos a nivel interno, de una nueva imagen, sino su gestión.

Palabras clave: marketing, instituciones culturales, Turín/ Torino


The Turin City image has experienced in recent years an important change and modernizing process. The city image was historically associated with its industry activity. This process of change has been driven by the creation of new cultural potentialities, as well as the upgrading and restoring of some existing attractions. As a result of this set of actions, city image have achieved significant changes. Thus, current challenge for Turin is no longer the image creation, at least for local inhabitants, but its management.

Key words: marketing, cultural institutions, Turín/Torino


Después de haber sido la capital histórica del ducado de Saboya, la primera capital de la Italia unificada (1861 – 1865) y uno de los principales polos industriales del país, Turín se ha enfrentado en las últimas década a un nuevo reto: el abandono del modelo de one company town, creado entorno a la FIAT.

Ya a mediados de los sesenta la ciudad era consciente de la necesidad de cambiar su modelo económico. La idea imperante en aquel momento era que para superar la crisis hacía falta reposicionar la ciudad en el contexto nacional e internacional para crear, así, una imagen suficientemente atractiva para poder atraer nuevas empresas (Bobbio & Guala, 2002).

La idea inicial evolucionó hacia la creación de una ciudad diversificada. Un primer momento destacado del cambio fue el año 1982, cuando coincidió el lanzamiento de nuevas reflexiones con la realización de numerosos cambios físicos. Así, en el campo inmaterial destacó el trabajo desarrollado dentro del Progetto Torino[3]. Paralelamente, a nivel de actuaciones materiales, la ciudad inició un proceso de renovación física, con actuaciones tan emblemáticas como las obras de la spina centrale[4], la construcción del nuevo Palacio de Justicia y la renovación de la antigua fábrica FIAT del Lingotto[5]. Igualmente, fue en este momento cuando se realizaron las primeras apuestas claramente culturales, con la inauguración en 1984 del Museo de Arte Contemporáneo de Castello di Rivoli y la celebración, en 1988, de la primera edición de la Feria del Libro. El alto impacto de ambos eventos culturales, especialmente en los medios de comunicación, demostraron las posibilidades que la cultura podía tener como motor económico de la ciudad.

A pesar de estos inicios, la apuesta por las actuaciones culturales no fue inmediata. A finales de los ochenta, la atención en la ciudad se centró en la preparación del Mundial de Fútbol Italia’90. Al mismo tiempo, la operación “manos limpias” condicionó un número importante de actuaciones políticas. Estos hechos llevaron a que fuese necesario esperar a mediados de la década de los noventa para que Turín apostase decididamente por las políticas culturales.

La situación en la década de los noventa no era, no obstante, la mejor para afrontar un cambio de imagen. Se calcula que en aquellos momentos había en el área metropolitana de Turín, casi cuatro millones de metros cuadrados de suelo antiguamente industrial sin uso (L’Eau vive & Comitato Giorigio Rota, 2007). Al mismo tiempo, la principal industria de la ciudad, la FIAT, cerraba una de sus fábricas, con el impacto en empleo que el hecho supuso. Además, en los noventa, la población de Turín pasaba de 1.117.00 habitantes en 1991, a 962.000 en el año 2000 (905.000 actualmente)[6], mientras perdía, en doce años (1992 – 2004) aproximadamente unos 110.000 puestos de trabajo. Finalmente, la mayoría de las infraestructuras de la ciudad en temas como los transportes, el alojamiento o la restauración tampoco estaban al nivel de otras ciudades europeas.

A la situación general se tenía que añadir la situación de las propias infraestructuras culturales turinenses. A pesar de reconocerse que la ciudad tenía instituciones de primer orden, la mayoría de ellas padecía graves problemas estructurales y de gestión, que afectaban su frecuentación: falta de autonomía, reparto de las responsabilidades sobre una misma colección entre distintas administraciones (con los consecuentes problemas de gestión), carencias en la promoción o dotación económica y de personal limitadas (Ave & Bagnasco, 1998; Torino Internazionale, 1998). Un conjunto de actuaciones que condenaban cualquier tipo de política de promoción basada en los atractivos culturales de la ciudad a un seguro fracaso.

Ahora bien, a principios de los noventa se producen a nivel italiano una serie de cambios en las competencias municipales que tendrían repercusiones importantes para el desarrollo de las políticas de Turín. La nueva situación dio un impulso importante a los ayuntamientos y posibilitó que éstos apostasen claramente por la cultura. El hecho supuso un importante cambio, ya que en Italia, las políticas culturales estatales han sido, tradicionalmente, inexistentes, hecho que ha conllevado a que fuesen los ayuntamientos las administraciones que desarrollan las actuaciones más interesantes en esta área (Ave & Bagnasco, 1998, pág. 186).

El cambio legislativo vino, además, acompañado de un importante cambio en las mentalidades. Así, durante los años noventa se impulsaron una serie de instituciones entre las que destacan el nuevo plan urbanístico[7], Invest in Torino and Piemonte (ITP), el convention bureau, la film commission, la Agenzia per l'Accoglienza e la Promozione Turistica di Torino (Turismo Torino) así como el plan estratégico (Torino Internazionale). Esta última institución resulto especialmente significativa, ya que hasta aquel momento las distintas actuaciones emprendidas carecían de una coordinación básica.

A continuación expondremos algunas de las principales acciones desarrolladas en Turín, a partir de los noventa, para generar una imagen de ciudad cultural. Para ello usaremos como hilo conductor el Plan Estratégico, ya que recoge la mayoría de acciones emprendidas. Así mismo, complementaremos las previsiones del Plan con los avances efectivos llevados a término, partiendo, principalmente, de la información recopilada a través de entrevistas realizadas a varios líderes de opinión de los distintos equipamientos culturales de la ciudad[8].

La planificación estratégica en Turín

El proceso de planificación estratégica de Turín se inició entre los años 1993 y 1998, momento en el que estuvo vigente un comité científico (presidido por el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall) y un comité local de coordinación (Fedeli & Gastaldi, 2004).

A esta primera fase, exploratoria, le siguió la redacción del propio Plan. Iniciada en 1998, culminó el 9 de mayo de 2000 con la creación del organismo independiente encargado de su gestión: la Associazione Torino Internazionale[9]. El primer Plan Estratégico tenía una durada prevista hasta 2010. A pesar de ello, en el año 2006 se publicaría una revisión general, considerada a nivel formal un segundo Plan.

La planificación estratégica de la ciudad trasmitía una clara apuesta por el cambio en la imagen de la ciudad. Un cambio amplio, que incluyera des del aumento del nivel de autoestima de los ciudadanos, al cambio físico, pasando por la reforma de los atractivos turísticos, el aumento de la competitividad comercial y la mejora de la difusión internacional. En el presente trabajo nos centraremos únicamente en aquellas actuaciones con un matiz cultural

Así, el primer Plan proponía que fuese la cultura una de las dimensiones de desarrollo del territorio. En este sentido, se consideró que éste era el mejor instrumento para difundir, de forma relativamente rápida y visible, la mejora que necesitaba la imagen de la ciudad. Además, contribuiría a diversificar la base económica y las actividades urbanas, preparándolas para una desaceleración industrial que en aquellos momentos se consideraba inminente e importante.

Ahora bien, existió un evento, en parte imprevisto, que alteró la planificación expuesta en el primer Plan. Concretamente, la designación de Turín, pocos meses antes de la finalización de la redacción del documento, como ciudad que acogería los Juegos Olímpicos de invierno del año 2006. Esta designación, un tanto inesperada ya que era la primera vez que la ciudad presentaba su candidatura, supuso dos consecuencias. En primer lugar, que el Plan no incluyese más que alguna referencia superficial al papel de los Juegos en el cambio de la ciudad, y, en segundo lugar, un evidente impulso a algunas de las actuaciones.

Así, en el año 2005, se vio la necesidad de una revisión del Plan, principalmente para adaptarlo a los nuevos retos que se avecinaban con la gestión material e inmaterial de la herencia olímpica. Así, a finales de 2006, salió a la luz la publicación que recogía el segundo Plan. Valga señalar que la periodización prevista en este segundo documento era la misma que en el primero, ya que planteaba actuaciones hasta el año 2011 (momento en el que la ciudad espera celebrar los 150 años de la primera capitalidad italiana).

El segundo Plan incluía actuaciones en campos más diversos. Así, mientras el primer Plan apostaba por una ciudad básicamente terciaria, el segundo tenía una visión menos unidireccional. En este sentido, merece la pena resaltar que en el segundo Plan, uno de los apartados más importantes es, junto con el de la formación, el dedicado a las transformaciones industriales. Esto supone un cambio radical respecto al primer Plan, donde no se hacía ninguna referencia directa a la industria.

El hecho refleja la evolución de la situación de la industria de Turín. Durante el proceso de redacción del primer Plan, se apuntaba que la FIAT (y en consecuencia muchas de sus industrias auxiliares) podrían cerrar sus puertas; por lo tanto, la prioridad era encontrar actividades que le sustituyeran. En cambio, en el segundo Plan, la FIAT había vuelto a obtener beneficios, con lo que se vio la posibilidad de seguir apostando por la industria como principal actividad de la ciudad, transformando las restantes industrias en un complemento, sin duda importante, pero secundario.

La cultura en el primer Plan Estratégico de Turín

Una vez vistos, a modo introductorio, algunos de los principales elementos del Plan Estratégicos de Turín, pasaremos a analizar los aspectos concretos de las propuestas hechas para el área cultural, así como su grado de cumplimiento.

El primer Plan Estratégico (Torino Internazionale, 2000) trataba la cultura a modo transversal, proponiendo que fuera uno de los elementos clave para el desarrollo de la ciudad. Concretamente apuntaba que la cultura debía ser un instrumento fundamental para mostrar a los habitantes las potencialidades de su ciudad, a pesar de la situación adversa existente.

Así, el documento señalaba la voluntad de situar la imagen de la ciudad entorno a tres grandes temas. Una ciudad de Corte, para relacionar la ciudad con el proyecto de renovación de las residencias sabaudas[10]; una mirada europea sobre la cultura egipcia, aprovechando el potencial del Museo Egizio[11] y una ciudad contemporánea, poniendo el acento en las diversas instituciones y festivales dedicados a esta temática[12].

Concretamente, el primer Plan trataba las actuaciones culturales dentro de la línea estratégica número 5: “promover Turín como ciudad de cultura, turismo, comercio y deporte”. La línea estratégica apuntaba cinco objetivos:

1. Valorizar y desarrollar el patrimonio cultural

2. Coordinar las actividades culturales y programar eventos de carácter internacional

3. Desarrollar la industria turística

4. Posicionar el destino Turín / Piemonte en el mercado turístico nacional e internacional

5. Mantener un crecimiento sostenido e innovador de la red comercial

6. Promover el deporte

7. Utilizar las Olimpíadas como motor de desarrollo y promoción internacional

A continuación expondremos brevemente las actuaciones previstas en cada una de las líneas, poniendo una atención especial en su grado de desarrollo actual. Así, entrando en detalle, la primera acción estratégica (desarrollo del patrimonio cultural) apostaba por centrar sus esfuerzos en determinas áreas, estableciendo una serie de acciones. Concretamente, la primera de las acciones marcaba la necesidad de modernizar el sistema museístico central. Estaba previsto, para el año 2002, la recuperación de Palazzo Madama[13], de la Galleria Sabauda[14] y de les antiguas caballerizas[15]. De estos proyectos, a finales de 2007 sólo se había llevado a cabo, y de forma reciente, el primero. El segundo y el tercero estaban en proyecto, mientras que el cuarto seguía en espera.

La segunda acción se basaba en la modernización y ampliación del Museo Egizio, para transformarlo en un museo de proyección internacional. La operación, que dejaba la puerta abierta a un traslado de sede, estaba previsto que finalizara en 2005. En realidad, nuevamente, se acumularon los retrasos. Así, no fue hasta 2005 cuado se iniciaron las primeras actuaciones puntuales, gracias a la creación de la Fondazione Museo delle Antichità Egizie di Torino. Actualmente, la conclusión de la ampliación del museo, que debe iniciarse durante 2008, está prevista para el año 2011.

   
Figura 1. A la izquierda, la Mole Antoneliana, que alberga en su interior la sede del Museo del Cinema, principal museo de la ciudad. A la derecha, Palazzo Madama, que acoge en una antigua residencia real el Museo Municipal de Arte Antigua (fuente: Wikimedia commons)

La tercera acción que el Plan aspiraba a poner en marcha era una “Ciudad del Cinema”. No se trataba de crear una nueva institución, sino de aprovechar las existentes. Concretamente, la idea partía de la potenciación del Museo del Cinema[16], el Torino Film Festival y la creación de la film comission. La mayoría de las acciones en estos campos se han cumplido.

La cuarta acción apuntaba la recuperación de la reggia de Venaria Reale y su transformación en espacio para grandes exposiciones[17]. Estaba previsto que la restauración finalizase en el año 2002. Finalmente, el palacio abrió sus puertas a mediados de 2007, aunque los trabajos no finalizarán completamente hasta, como mínimo, el año 2011. Igualmente, a pesar de que la inauguración se hizo, efectivamente, con una gran exposición, no hay una certeza absoluta sobre si los usos futuros de la reggia serán éstos.

  
Figura 2. A la izquierda, la reggia de Venaria Reale, aún en restauración. A la derecha, la palazzina de Stupinigi, futuro museo del mobiliario y la decoración (fuente: Wikimedia commons).

La quinta acción apuntaba a la creación de una “ciudadela de la cultura” en la palazzina de Stupinigi[18]. El plan no ponía fecha para los trabajos. Actualmente la residencia está en curso de restauración para acoger un museo dedicado al mobiliario y la decoración. A pesar de ello, la quiebra del Orden Mauriciano, propietario del palacio, crea ciertas dudas sobre el futuro de la actuación.

El sexto punto hacía referencia a la creación de un nuevo polo cultural en la ciudad, aprovechando la construcción de una nueva biblioteca y teatro. Actualmente, aun cuando existe desde hace años un proyecto arquitectónico espectacular de Mario Bellini, no está claro que existan los recursos suficientes para financiarlo. A pesar de ello, algunos políticos apuntan la posibilidad de inaugurar la biblioteca el año 2011, hecho que parece poco probable.

La séptima acción se refiere a la creación de un Centro expositivo, formativo y productivo de servicios y comunicación en torno al diseño y el automóvil, partiendo de la colección del Museo de l’Automobile. Este proyecto, que no tenía fecha de finalización, se empezó a ejecutar en el año 2007. La finalización está prevista para el año 2011. Paralelamente, se inauguró en 2007 el nuevo Centro de diseño de la FIAT, en su fábrica de Mirafiori.

La octava acción alude a la necesidad de construir un parque de la ciencia, que tomara como ejemplo la Cité des Sciences et de l’Industrie de París. El proyecto, pese a cierta demora, continúa adelante, sin una fecha prevista de inauguración.

Finalmente, la novena y última acción, trata de la posibilidad de que Turín presentara una candidatura a Capital Europea de la Cultura. Este punto parece hoy totalmente abandonado. Además la próxima designación a la que podría aspirar una ciudad italiana sería la de 2019.

Con respecto al segunda objetivo de los siete que forman la quinta línea estratégica (coordinar las actividades culturales y programar acontecimientos de carácter internacional), se proponía valorizar el sistema del arte contemporáneo, reforzando las infraestructuras ya existentes (GAM, Castello di Rivoli y otras instituciones públicas) desarrollando, además, otras acciones en pos de la creación artística. Esta acción se está llevando actualmente a término, especialmente con la discusión en torno a una nueva sede para la GAM (sin fecha ni lugar decidido) y la creación de instrumentos de colaboración entre instituciones. Igualmente estaba previsto coordinar actividades culturales y programar acontecimientos de carácter internacional, apostando, de forma prioritaria, por la música. Esta acción ha tirado adelante con la edición de una revista gratuita, Sistema musica, que agrupa toda la programación musical de la ciudad, y con la renovación del auditorio de la RAI[19].

En cuanto al tercer objetivo (desarrollar la industria turística) se establecían tres sectores prioritarios: los acontecimientos puntuales especiales, el turismo de ocio y el sector ferias y congresos. Concretamente, se preveía ampliar la capacidad hotelera, desarrollar el espacio de ferias y crear el convention bureau. Gran parte de estas acciones se llevaron a cabo gracias a la celebración de los Juegos Olímpicos. Así, si el año 1998 los desplazamientos por negocios representaban el 80% de los turistas de Turín, hoy el porcentaje ha bajado al 60%, en un contexto de aumento del número de visitantes.

El cuarto objetivo (posicionar el destino Turín / Piemonte en el mercado turístico nacional e internacional) apostaba por dinamizar el patrimonio real y barroco de la ciudad de cara al mercado turístico, para así cambiar la imagen industrial por una cultural. Esta actuación, a pesar de los evidentes avances conseguidos, sigue adelante[20]. Igualmente el objetivo preveía la construcción de un museo dedicado al chocolate, proyecto hoy abandonado.

El quinto objetivo (mantener un crecimiento sostenido e innovador de la red comercial) apostaba por crear una imagen de Turín como ciudad de compras a través de destintas promociones comerciales. Éste es un proyecto aún vigente, a pesar de las actuaciones ya emprendidas.

El sexto objetivo (promover el deporte) apuntaba la posibilidad de crear una cierto flujo de visitantes entorno al deporte; ya fuera a través de la práctica, la asistencia como público a acontecimientos habituales o la celebración de acontecimientos deportivos extraordinarios. Este objetivo ha sido desarrollado, en parte, especialmente a partir de la creación de Torino Olympic Parc[21].

Finalmente, el séptimo objetivo, utilizar las Olimpiadas de invierno como motor de desarrollo y promoción internacional, aportaba recomendaciones sobre la localización de los equipamientos olímpicos, actuaciones que en gran medida ya han sido llevadas a cabo.

Por lo tanto, en términos generales, podemos concluir que la mayoría de grandes objetivos del primer Plan ya se han ejecutado. Ahora bien, algunas actuaciones, especialmente aquellas relacionadas con la primera línea estratégica, han sido desarrolladas en el momento de vigencia del segundo Plan. Este hecho se debe, en primer lugar, a un retraso, en algunos momentos importante, en el desarrollo de las intervenciones previstas, pero también es consecuencia de la complejidad de algunas de las actuaciones, que obligaron a un planeamiento laborioso y un desarrollo que iba más allá del periodo inicialmente previsto.

Por lo tanto, un balance bastante satisfactorio, a pesar de quedar actuaciones pendientes. Ahora bien, el máximo éxito del primer Plan fue la legitimación de la opción por la cultura como sector de crecimiento de la ciudad y el territorio. Además, la ciudad consiguió dar señales de una vitalidad cultural original y propia y arrinconar parcialmente algunos de los estereotipos con que era conocida en el pasado (Magone, 2005). Finalmente, también ayudó a desarrollar, gracias a la cultura, proyectos concretos en otros sectores, como por ejemplo el turístico (Fondazione Fitzcarraldo, 2006).

Ahora bien, también se han dado puntos críticos. Entre ellos destacan el hecho que muchas de las obras previstas a nivel cultural no pudieron ser inauguradas a tiempo para coincidir con las olimpiadas, con la consecuente pérdida de promoción internacional que el hecho habría generado.

Igualmente, también se puede criticar el hecho de que la promoción de los museos de Turín haya sido, en este período, limitada o inexistente. La causa se puede atribuir, básicamente, a dos razones: la poca tradición en la comunicación de las instituciones culturales, así como a que los principales equipamientos museístico se encontraran en procesos de modernización; no tendría sentido promocionar un equipamiento en obras.

Para concluir, también se puede señalar como punto negativo que la colaboración entre instituciones ha sido escasa. La integración vertical entre agentes sólo ha funcionado en las grandes intervenciones y ha fracasado en las intervenciones menores. Algunas ejemplos de casos positivos han sido la recuperación de la reggia de Venaria Reale (realizado con fondo de la Región Piemonte, estatales y de la Unión Europea, con la colaboración de la Provincia y de los ayuntamientos de Venaria Reale, Druento y Caselle) o la fundación del Museo Egizio (con la participación de Estado, Ayuntamiento de Turín, Provincia, Región, Compagnia di San Paolo y Fondazione CRT). Ahora bien, en las actuaciones más modestas, las colaboraciones han sido casi inexistentes.

La imagen generada en el primer Plan

El conjunto de acciones desarrolladas a nivel cultural bajo el impulso del primer Plan tuvieron unas repercusiones importantes en cuando al abandono de la imagen de ciudad industrial en decadencia. Ahora bien, no consiguieron crear una imagen potente de ciudad cultural. La principal causa del hecho es el número excesivo de imágenes generadas, junto a la carencia de una delimitación clara de las más potentes. En este sentido, es significativo que se apunten hasta diecisiete nuevas imágenes generadas durante la época de vigencia del primero Plan (Carmagnani et al., 2005):

- Ciudad capital: aprovechando la herencia de los Saboya

- Ciudad central: Imagen generada por las actuaciones de recalificación y las intervenciones en el centro histórico

- Ciudad museo: Imagen del distrito central, con algunos grandes equipamientos en la periferia (Castello di Rivoli, Stupinigi, reggia de Venaria Reale)

- Nueva ciudad: Alrededor de los grandes proyectos. La spina centrale actuaría como eje de esta imagen

- Ciudad red: La ciudad como lugar de paso viario y ferroviario

- Ciudad fragmentada: Imagen surgidas a partir de micro-operaciones en “la periferia” de la ciudad

- Ciudad degradada: Imagen estereotipada, con posibilidad de transformarse en positivo; la ciudad de las oportunidades, que atrae nueva población.

- Ciudad silenciosa: Zona de no-imagen, con riesgos (envejecimiento de la población, crisis del comercio)

- Ciudad muerta: Vacíos urbanos, zonas industriales.

- Ciudad – proyecto: Espacios en los que se llevan a cabo nuevos proyectos de valorización

- Ciudad tangencial: rondas, grandes áreas productivas y comerciales, zonas de ocio. Área dónde van los habitantes de la ciudad y la provincia de forma regular, sin asociarlo a Turín

- Ciudad – tema: Basada en el patrimonio y el medio ambiente

- Ciudad olímpica: conectada a los Alpes

- Policiudad: Nuevos centros surgidos en el área urbana

- Ciudad – territorio: imagen del área metropolitana

- Ciudad nodal: Ciudad dónde confluyen los grandes ejes; Turín – Milán y Turín – Lyón.

- Ciudad obstáculo: La imagen de ciudad excluida de los grandes ejes europeos, la ciudad a evitar.

Por lo tanto, el primer Plan no realizaba una selección de las imágenes más adecuadas a promocionar, sino que incorporaba las imágenes propuestas por los agentes. El resultado era que se apostaba por dar a conocer Turín como ciudad fuerte en un número excesivo de elementos, hecho que dificultaba y hacía ilegible la comunicación de la ciudad. Además, se trataba de imágenes excesivamente radiocéntricas y fragmentadas, sin que existiera ninguna que consiguiera incluir a toda la ciudad, hecho que suponía una importante dificultad de cara a crear una imagen fuerte que ilustrara el cambio experimentado.

Ahora bien, a pesar de la multitud de imágenes, la idea de ciudad cultural (ciudad museo o ciudad tema) es una de las que arraigaron con mayor éxito. En este sentido, un estudio realizado con posterioridad a la clausura de los Juegos, muestra como el 93% de los encuestados opinaba que el período de preparación y celebración de los Juegos había sido beneficioso a nivel de turismo y cultura (Martina, 2006, p. 82).

A diferencia del primer Plan, el segundo limita el número de imágenes que proyecta, que quedan reducidas a tres:

- Turín: una experiencia contemporánea. La contemporaneidad como creador horizontal de valor. Incluiría arte, música, cine, interpretación cultural de la ciencia y la tecnología, conservación y goce del patrimonio o los proyectos de regeneración urbana.

- Turín: una ciudad con historia. El patrimonio, la herencia y la douceur de vivre de una ciudad barroca que ha sabido adaptarse a los tiempos actuales.

- Turín: una ciudad singular. Aprovechar los elementos únicos de Turín (Museo Egizio o Museo del Cinema) para atraer el público.

Destaca el hecho de que la ciudad olímpica no se ve como una imagen necesaria a comunicar, puesto que se considera más útil integrarla en cada una de las ideas anteriores, avisando al mismo tiempo que la imagen generada por los Juegos no durará siempre.

El segundo Plan Estratégico

El segundo Plan (Torino Internazionale, 2006) se caracteriza, en el campo cultural, por decantarse por unas medidas más esquemáticas y concisas que el primero. Se partía de la idea de que la ciudad había conseguido ser conocida como destino cultural digno de la atención de los operadores, ciudadanos, turistas y visitantes. En este contexto, el objetivo, a nivel cultural, pasaba por la capitalización de las inversiones realizadas, después de una primera etapa marcada sobre todo por la restauración y la creación de nuevas infraestructuras.

Este hecho ha generado algunas críticas. Determinados sectores se han mostrado contrariados por el hecho de que, según ellos, el segundo Plan, a diferencia del primero, no prestara toda la atención necesaria al sector cultural. Ahora bien, el supuesto descenso del peso de la cultura en el segundo Plan se tiene que enmarcar en un contexto en el cual, a diferencia de otras líneas de actuación, las políticas culturales heredaban un número importante de proyectos, procedentes del primero Plan, todavía en fase de realización. Además, debe tenerse presente que actualmente el gran reto cultural de Turín es la gestión de los nuevos equipamientos, un objetivo menos visible, a pesar de resultar a menudo más costoso y complejo que la propia etapa de construcción.

Concretamente, el segundo Plan Estratégico apunta la necesidad, a nivel cultural, de adaptarse a los cambios profundos producidos en el territorio. En este sentido, el Plan advertía del descenso de la disponibilidad de recursos económicos, de la necesidad que fuesen los propios autores territoriales los que tiraran adelante y gestionaran los proyectos (más que les autores externos, entiéndase el Estado) y la necesidad de gestionar el patrimonio una vez restaurado éste (especialmente las residencias de los Saboya). Así, el segundo Plan propone cinco objetivos en el apartado de la cultura.

El primero es la valorización de las instituciones culturales al servicio de la sociedad del conocimiento. Es decir, ampliar las actividades de cara a la capitalización de los equipamientos, especialmente a través de las ofertas de nuevos servicios y la racionalización de los recursos existentes. En conjunto, se trata de un objetivo ambicioso, ya que actualmente, a diferencia de lo que es habitual en otras instituciones europeas, las actividades y servicios complementarios están poco representados en las instituciones culturales de Turín, que tienden a centrarse en las exposiciones permanentes como única actividad.

El segundo objetivo pasa por la mejora de la accesibilidad a la oferta cultural, especialmente en aquellos segmentos de población reacios a visitar las instituciones culturales. En este sentido, pone un especial énfasis en la necesidad de prestar atención a la población inmigrada, a mantener y modernizar las bibliotecas como principal punto de acceso a la cultura, así como en la necesidad de repensar el proyecto de nueva biblioteca central al considerarla “insostenible”. Finalmente, apunta la posibilidad de crear un portal que agrupe toda la oferta cultural turinense, la conveniencia de apoyar el proyecto Abbonamento Musei[22] y la necesidad de buscar nuevas formas de atraer el público.

En líneas generales, se trata de una actuación ambiciosa, en la línea de la desarrollada por distintas instituciones museísticas (especialmente las francesas). Ahora bien, cabe decir que no se conoce el camino exacto a seguir para conseguir el objetivo marcado, por lo que los resultados obtenidos pueden ser escasos. Además, en el caso de Turín, la práctica inexistencia de estadísticas de visitantes hace que no se conozca la composición del público actual, con lo cual llegar a “nuevos públicos” parece un objetivo un tanto quimérico.

El tercer objetivo al que se hace referencia es la promoción de la cultura como factor de transformación urbana y territorial. En este sentido, establece distintos elementos a potenciar, algunos de los cuales guardan bastantes similitudes con el primer plan estratégico:

- Las residencias de los Saboya: Apostar por terminar las restauraciones en curso y establecer un circuito conjunto[23]

- Eje museístico del Po: aprovechar el potencial del área para crear un continuo, a través de jardines y zonas verdes, con el centro. Incluye el Palavela (como posible espacio de grandes muestras), el renovado Museo dell’Automobile, el Lingotto, Torino Exposizioni (como nueva sede de la GAM, proyecto que hoy parece descartado), el Borgo Medievale y la Promotrice di Belle Arti[24]. Este proyecto, aún cuando oficialmente se mantiene, hoy por hoy parece condenado a un periodo de espera.

- Distrito cultural central: crear canales de diálogo entre los distintos museos presentes en el centro de la ciudad, que guardarían su autonomía. En este mismo punto se incluiría el Polo Reale y el Borgo del Cinema. Un tercer proyecto, el de la renovación de las antiguas caballerizas reales, evocado a menudo, parece hoy parado.

- Red científica: se apunta la posibilidad que el futuro Centro de la Ciencia, localizado en la spina centrale, sea el articulador de los diferentes museos del área turinense. Este proyecto se encuentra hoy bastante retrasado.

- Museo Egizio: especifica la necesidad de modernizarlo, pero sin entrar en cuando ni como hacerlo. Curiosamente, éste es el proyecto que actualmente se encuentra más adelantado.

Por lo tanto, un conjunto de actuaciones que retoman las propuestas del primer Plan, actualizadas, pero sin aportar novedades significativas.

El cuarto objetivo hace referencia a la necesidad de incentivar la participación del sector privado en las políticas de la ciudad, sin especificar los mecanismos. Este hecho se debe a que actualmente, a parte de las antiguas fundaciones bancarias[25] y de la Consulta per la Valorizzazione dei Beni Artistici e Culturali di Torino[26], son pocos los mecenas que colaboran en actividades culturales, hecho que se desea cambiar.

En este sentido, es importante señalar la innovadora apuesta por la aplicación de las anglófonas “fundaciones de comunidad” (community foundations). Esta iniciativa pretende potenciar el mecenazgo local. Se trata de un ente que agrega las aportaciones de distinta procedencia, incluso las más modestas, para iniciar acciones de mayor envergadura. El objetivo es sumar pequeñas aportaciones, gracias a obras ambiciosas que actúen de incentivo. Una de las primeras iniciativas que se llevan a cabo en este marco es el proyecto UnoperUno[27]. La intención es abrir la financiación privada a nuevos mecenas: actualmente, la importancia de las inversiones de las fundaciones limita la participación de otros agentes, que consideran que tendrán un papel marginal, ya que su aportación quedará eclipsada por los importantes recursos de las fundaciones.

Finalmente, el quinto punto, se centra en la valoración de la cultura como instrumento de atracción e internacionalización. Por este motivo apuesta por continuar creando una imagen fuerte de Turín, avisando del peligro de confusión que supone el hecho de querer ser conocida por demasiados aspectos. Destaca, en este sentido, que siguiendo las recomendaciones de los trabajos de evaluación del primer Plan, se limitan el número de imágenes que promociona la ciudad a las tres mencionadas anteriormente (arte contemporáneo, historia e instituciones singulares).

Ahora bien, a pesar de la limitación en el número de imágenes, se puede criticar la excesiva difusión temática de los tres temas elegidos como nuevas imágenes de la ciudad. Esto puede conllevar fácilmente a que se acabe derivando las tres imágenes de partida en multitud, repitiéndose los errores del primer Plan. Por lo tanto, se deberá seguir prestando atención a la imagen proyectada para crear una imagen fuerte y fácilmente identificable para Turín.

El mantenimiento de la imagen creada

Como se ha podido comprobar, la transformación de la imagen de Turín se ha basado, en gran parte, en la modernización de sus equipamientos culturales. En este sentido, entre las actuaciones más destacadas de los últimos años, figuran el cambio que ha experimentado el sistema museístico y patrimonial de la ciudad, que ha sido objeto de una profunda renovación que afectará, a medio plazo, la práctica totalidad de museos y monumentos de la ciudad.

Este conjunto de actuaciones ha permitido que, de forma progresiva, la ciudad haya conseguido abandonar, por lo menos en parte, su imagen de ciudad en crisis, para pasar a ser vista como una ciudad dinámica, abierta a nuevas experiencias y con un patrimonio importante. Además, se ha conseguido una mejora evidente del sentimiento de pertenencia a la ciudad, al mismo tiempo que la imagen proyectada ha salido reforzada por el cambio conseguido.

Ahora bien, a pesar a los avances evidentes que en los últimos años han tenido las instituciones culturales de la ciudad, persisten algunas dudas que pueden condicionar el éxito final del cambio de imagen.

A nivel de planificación, existe una cierta tendencia de las administraciones a difundir multitud de proyectos que es poco probable que lleguen a realizarse. En este sentido, la aparición, repetitiva, de las caballerizas en casi todos los proyectos culturales emprendidos en Turín en los últimos años es un buen ejemplo. Detrás de esta idea se esconde la voluntad de crear debate, de mostrar potencialidades o incluso de presionar otras administraciones, especialmente la estatal, para que tiren adelante algunos de los proyectos bajo su responsabilidad. Ahora bien, estas actuaciones pueden resultar contraproducentes, ya que generan cansancio entre la población, ya que tiene dificultades para seguir los múltiples cambios en los proyectos.

Un segundo aspecto relacionado con la gestión es la duración excesiva de la tramitación de algunos proyectos. Actuaciones como la restauración de la mayoría de palacios reales, la ampliación del Museo Egizio o de la GAM se han prolongado, muy a menudo, más de una década. Este hecho, supone nuevamente, ventajas e inconvenientes. Por un lado, muestra la complejidad de la actuación y el compromiso político hacia unas instituciones que deben representar la ciudad. Ahora bien, por otro lado pueden reflejar desinterés, en mostrar la lentitud de los trabajos o más importante aún, el hecho que se haya permitido que la institución o monumento llegase a tal grado de degradación.

Por último, a nivel de gestión, también se plantean algunas dudas sobre la capacidad futura de la ciudad en tirar adelante algunas de las actuaciones emprendidas en los últimos años. En este sentido, un primer elemento a tener presente es la inexistente colaboración entre la mayoría de instituciones culturales. A pesar de algunos esfuerzos para coordinar las actuaciones, continúa imperando una lógica de mera acumulación antes que la coordinación efectiva de la oferta existente. Este hecho puede condicionar el desarrollo futuro de las propias instituciones, ya que impide que actividades interesantes lleguen a un desarrollo óptimo.

En segundo lugar, existe un problema evidente de comunicación de los distintos equipamientos. Dicho problema está en relación directa con la inexistencia de datos que permitan extraer el perfil de los visitantes. Es muy difícil que un equipamiento que no conoce con exactitud la composición de su público pueda poner en marcha actuaciones dirigidas a captar nuevos públicos, y ésta es la situación actual en Turín. Por lo tanto, pese a una mejora evidente de la comunicación relacionada con los equipamientos culturales, es necesario un mayor conocimiento del público existente antes de aspirar a llegar a nuevos públicos.

Además, en los últimos años, la comunicación de la ciudad se ha centrado, con éxito, en la apertura o reapertura de distintos equipamientos. Esta actuación es inviable a medio plazo (la mayoría de equipamientos ya habrán sido renovados), por lo que se hace necesario buscar actividades que ayuden a promocionar la ciudad. Ahora bien, a diferencia de lo que es habitual en otras ciudades, donde las exposiciones temporales son el principal elemento generador de atractivos, en Turín los tres principales equipamientos (Museo Egizio, Museo del Cinema y Palazzo Reale) no disponen de espacios para estos fines. Por lo tanto, la ciudad deberá ser capaz de buscar otras actividades puntuales que ayuden a posicionarla en un contexto cada vez más competitivo.

Finalmente, un último aspecto que es preciso plantear es el de la sostenibilidad económica de los distintos equipamientos. El sistema cultural turinés ha crecido enormemente en los últimos años, en gran parte por los recursos económicos asociados a los Juegos Olímpicos; este hecho obliga en la actualidad, una vez los fondos extraordinarios desaparecidos, a plantearse la necesidad de encontrar nuevas formas de financiación para garantizar la correcta gestión de las distintas instituciones culturales. Por lo tanto, el gran reto de la ciudad pasa actualmente por la gestión, que no puede depender de ingresos extraordinarios, por lo que será necesario encontrar formas que garanticen su rentabilidad económica y social.

En definitiva, Turín ha conseguido en los últimos años una evidente mejora en su imagen, apoyada en el progreso de sus instituciones culturales. Ahora bien, en términos generales, los beneficios futuros dependerán, enormemente, de la coherencia y realismo de sus actuaciones a largo plazo, de la adecuada temporalización de la ejecución de las estrategias y de la evaluación de los resultados en vistas a adaptar y mejorar el proyecto en marcha.

Bibliografía

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Notas

[1] La redacción del artículo ha sido posible gracias al proyecto SEJ 2006 – 14277 – C04 – 02/GEOG.

[2] La redacción del artículo ha sido posible gracias al proyecto SEJ 2006 – 14277 – C04 – 02/GEOG.

[3] Conjunto de varios estudios que analizaban la situación de Turín en ámbitos tan variados como la industria, la marginalidad, el tiempo libre o la política urbana, entre otros.

[4] Conjunto de obras destinadas a transformar en subterráneo el trazado central de las vías del tren, que dividían la ciudad en dos. Incluye, además, la construcción de nuevas estaciones, entre ellas Porta Susa, que debe transformarse en la principal de la ciudad. Las obras aún prosiguen, con un importante retraso de seis años.

[5] La renovación supuso transformar la antigua fábrica en galería comercial, espacio para ferias y congresos, oficinas, sede universitaria, cine y alojamientos.

[6] Paralelamente, en este mismo período, el crecimiento del área metropolitana fue del 0’3% anual, explicando, solamente en parte, la disminución de población del núcleo central.

[7] Aprobado el año 1995, fue el primero en entrar en vigor en Italia después del cambio legislativo de finales de los noventa. Sustituía al de 1959, que había quedado completamente obsoleto.

[8] La investigación se basa en una estancia realizada, de marzo a junio de 2007. Dicha estancia sirvió para recopilar documentación no editada, verificar sobre el terreno los efectos de las políticas implementadas y muy especialmente, entrevistar algunos de los líderes de opinión del territorio. Concretamente, se realizaron veinte entrevistas. La elección de los entrevistados siguió los criterios de Borlenghi (1990), buscando un equilibrio entre sectores de actividad, papel de las instituciones e información procedente de la bibliografía. En cuanto al desarrollo de las entrevistas, se siguió la metodología propuesta por Livolsi (2003), realizándose entrevistes semiestructuradas. En cada caso se procuraba entrevistar el máximo responsable, por ser quien podía aportar mayor información. La diversa organización de cada institución hace que no exista un perfil único del entrevistado, incluyéndose directores, profesores, técnicos o representantes políticos, entre otros. Las entrevistas se realizaron mediante compilación de apuntes.

[9] A noviembre de 2007, la Asociación seguía actuando y agrupaba a 118 miembros, entre instituciones públicas, privadas, empresas, centros culturales y sindicatos y tenia una plantilla de entorno a las veinte personas (ver página web: www.torino-internazionale.org).

[10] Turín dispone, en su centro, de un conjunto de importantes palacios de su época real. Entre ellos destacan Palazzo Reale y Palazzo Madama. Igualmente dispone, en los alrededores, de distintos palacios “de descanso”, que forman la conocida como “corona de las delicias”.

[11] El Museo Egizio de Turín se presenta a sí mismo como el mayor del mundo fuera de Egipto (www.museoegizio.it).

[12] La ciudad dispone de distintas instituciones públicas (GAM, Castello di Rivoli), privadas (Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Fondazione Merz), así como festivales (Luci d’Artista, Torino Triennale Tremusei) dedicadas al arte contemporáneo (www.gamtorino.it; www.castellodirivoli.it; www.fondsrr.org; www.fondazionemerz.org; www.comune.torino.it/artecultura/luciartista; www.torinotriennale.it).

[13] Museo Municipal de Arte Antiguo, ocupa uno de los principales palacios reales de la ciudad. Ha abierto recientemente sus puertas después de una larga restauración (www.palazzomadamatorino.it)

[14] Pinacoteca que expone algunas de las obras de las colecciones reales. Comparte edificio con el Museo Egizio. Por este motivo está previsto su traslado a Palazzo Reale, principal edificio regio de la ciudad, para permitir las obras de ampliación del Museo Egizio.

[15] De propiedad estatal, por su posición central (cerca de la Universidad, del Museo del Cinema, de Palazzo Madama y formando un continuo con Palazzo Reale) podrían tener una enorme potencialidad. A pesar de ello, todos los proyectos emprendidos hasta la fecha han fracasado, en gran parte por el hecho de estar pendiente el traspaso de su titularidad del Estado a la ciudad.

[16] Situado en la Mole Antoneliana, edificio emblemático de la ciudad, es el principal museo de Turín en número de visitantes (539.000 el año 2006) (www.museonazionaledelcinema.org).

[17] Principal residencia real fuera de Turín (situada a 10 km del centro), la reggia fue creada a imagen del Palacio de Versalles y acogió la Corte. En los últimos veinte años, tras décadas de uso militar y abandono, ha sido objeto de una larga restauración. Cuenta, asimismo, con unos grandes jardines, igualmente en vías de restauración (www.lavenaria.it).

[18] Inicialmente un pequeño edificio en una zona real de caza, fue creciendo hasta transformarse en un palacio en toda regla. Situado en el término de Turín, pero a 12 kilómetros del centro de la ciudad.

[19] La orquestra de la RAI, Radio Televisión pública Italiana, tiene su sede en Turín, ciudad donde nació el ente.

[20] Se han llevado a cabo actuaciones como la edición de nuevo material promocional, presencia en ferias y congresos, colaboraciones en la edición de guías turísticas y la unificación de las distintas oficinas de turismo de la provincia en una única.

[21] Organismo encargado de gestionar la mayoría de instalaciones deportivas construidas con motivo de los Juegos Olímpicos. Entre los eventos que ha organizado destacan el Mundial de Patinaje de Velocidad, la World League de volley en 2007 o los Europeos de Gimnasia Rítmica y la final de la copa ULEB en 2008 o los previstos Europeos indoor de Atletismo en 2009 (www.torinolympicpark.it).

[22] La iniciativa Abbonamento Musei está impulsado por la fundación Torino Città Capitale europea. Su principal actuación ha sido la puesta en marcha de una tarjeta, de duración anual, que permite previo pago de 45 euros, la entrada gratuita e ilimitada a 150 museos de la ciudad y del conjunto del Piemonte (www.abbonamentomusei.it).

[23] Actualmente quedan todavía algunas actuaciones para completar: Polo Reale (conjunto de actuaciones para restaurar y ampliar el espacio abierto a la visitas en Palazzo Reale), Villa della Regina (antigua residencia real, en parte destruida durante la segunda guerra mundial y actualmente en restauración). reggia de Venaria Reale (quedan espacios de la regia, así como de los jardines, en espera de finalizar la restauración) o los apartamentos reales de Borgo Castello (en espera del inicio de la restauración). En cuanto a la creación de un circuito, está previsto desde hace años (Corona de las Delicias), pero nunca ha pasado del mero proyecto.

[24] Se trata de equipamientos de naturaleza extremadamente diversa. El Palavela y Torino Exposizioni fueron completamente rehabilitado para acoger pruebas deportivas con motivo de los Juegos Olímpicos. El Borgo Medievale es una reproducción de distintas construcciones típicas piamontesas, construido con motivo de la Exposición General Italiana Artística e Industrial de 1884. La Promotrice di Belle Arti es un equipamiento preparado para acoger distintas exposiciones temporales.

[25] Compagnia di San Paolo, que invirtió el año 2006 unos 80 millones de euros en el territorio de Turín y Provincia y Fondazione CRT, que invirtió otros 33 millones en Turín (un 36% en cultura, un 30% en investigación, un 14% en cohesión social y un 10% en sanidad).

[26] Iniciativa de distintas empresas privadas de la ciudad que, en los últimos veinte años han esponsorizado, de forma conjunta, la restauración de diversos monumentos emblemáticos (www.consultaditorino.it)

[27] Se trata de una iniciativa del Museo della Montagena, por la que la Fondazione CRT se compromete a realizar una ingreso para el Museo de la misma cuantía que la ofrecida por una persona o agente privado (www.museomontagna.org).

Referencia bibliográfica

Paül i Agustí, Daniel. Las instituciones culturales en la transformación de la imagen de Turín. Diez años de cambios en el Mundo, en la Geografía y en las Ciencias Sociales, 1999-2008. Actas del X Coloquio Internacional de Geocrítica, Universidad de Barcelona, 26-30 de mayo de 2008 <http://www.ub.es/geocrit/-xcol/35.htm>


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