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X Coloquio Internacional de Geocrítica

DIEZ AÑOS DE CAMBIOS EN EL MUNDO, EN LA GEOGRAFÍA Y EN LAS CIENCIAS SOCIALES, 1999-2008

Barcelona, 26 - 30 de mayo de 2008
Universidad de Barcelona

TRANSFORMACIONES EN EL MEDIO RURAL ANTE LA CRISIS AGRÍCOLA: EL CASO DE LOS PRODUCTORES INDÍGENAS DE CAFÉ EN LA SIERRA NORTE DE PUEBLA, MÉXICO

Benito Ramírez Valverde
Profesor Investigador Adjunto, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla, México
mailto:bramirez@colpos.mex

José Pedro Juárez Sánchez
Profesor Investigador Asociado Colegio de Postgraduados, Campus Puebla, México
pjuarez@colpos.mx


Transformaciones en el medio rural ante la crisis agrícola: el caso de los productores indígenas de café en la Sierra Norte de Puebla, México (Resumen)

La crisis del café en México ha ocasionado la disminución de los ingresos de los productores, el abandono parcial y total de las fincas, desempleo, migración y profundización de la pobreza en el medio rural. Los resultados de la investigación muestran que ante las condiciones de pobreza los campesinos buscan opciones como el cultivo de café orgánico, el comercio justo, la incorporación de cultivos como vainilla, bambú y árboles maderables. Los productores de café también contemplan la migración nacional y se inicia la internacional como una opción que les ayude a mejorar su condición socioeconómica. La crisis agrícola nacional y la del café en particular han afectado a los ya empobrecidos campesinos, sin embargo, se movilizan en nuevas opciones que garanticen la supervivencia de la unidad familiar.

Palabras clave: café, campesino, estrategias de supervivencia, indígena, México


 Transformations in the rural area due to the agricultural crisis: The case of the indigenous producers of coffee in the Northern Sierra of Puebla, México (Abstract)

Coffee crisis in México has cause an important decrease in the producers income, the partial or complete abandonment of the fields, unemployment, migration and has also deepen poverty in the rural area. The results of the research show that under conditions of poverty farmers look for alternatives such as the cultivation of organic coffee, fair trade, vanilla, bamboo and timber. Coffee producers consider national and international migration as a way to improve their social – economic conditions. The national agricultural crisis and coffee production in particular have affected the already poor peasants; nevertheless they look for new options to keep family unit survival.

Key words: coffee, peasant, survival strategies, indigenous, México


En las últimas décadas se ha transformado vertiginosamente el mundo, los cambios han sido en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales. En la parte económica gran parte de estos cambios son propiciados por las empresas transnacionales cuyo objetivo es maximizar sus utilidades económicas y para esto se plantea la reestructuración económica de los países menos desarrollados. No se trata, pues, de transformaciones coyunturales sino de una verdadera mutación de la realidad hasta ahora dominante que está asociada a la transición desde el régimen de acumulación fordista hacia una nueva fase del capitalismo que indistintamente es calificada como postfordista, neofordista, tercera revolución industrial, sociedad informacional, etc. (Caravaca; 1998: 40). Comienza entonces un proceso de reestructuración que trae consigo nuevos patrones de localización espacial de la actividad productiva, cambiando por completo el mapa económico, y condicionando las perspectivas de desarrollo de cada territorio y la dinámica económica regional (Fernández, 2000: 46). Se habla entonces de una reestructuración productiva con fuertes impactos territoriales.

En la reestructuración productiva principalmente toma importancia la innovación tecnológica, al respecto Méndez y Caravaca, (2000: 157) mencionan que desde hace más de dos décadas se asiste a uno de esos periodos de innovación radical en los que se acelera el cambio tecnológico al tiempo que tiene lugar la aparición de nuevos procesos y productos que, al difundirse al conjunto del sistema, origina alteraciones de carácter estructural que identifican lo que algunos consideran como una nueva revolución tecnológica. Es por ello que la desconcentración industrial toma importancia en el proceso productivo, Boisier, (2003: 24) menciona que cuando un proceso fabril o una cadena de valor se descompone en sus elementos y éstos se localizan en diferentes partes del globo, la empresa tendrá que ser especialmente cuidadosa en el análisis y evaluación de cada lugar, de sus condiciones naturales, de infraestructura y, sobre todo, de sus condiciones sociales, ya que cualquier tropiezo por selección equivocada de la localización afectará a toda la cadena de valor. La empresa en red no localiza los componentes de su proceso fabril «a tontas y a locas» sobre el territorio; lo hace con extremo cuidado, valorizando y haciendo análisis de ventajas comparativas de diferentes lugares, o sea, valorizando el territorio como nunca antes.

José Antonio Ocampo (2002: 45, 46) analiza los índices de concentración geográfica de algunas industrias y menciona que el nivel tecnológico es alto en semiconductores y biotecnología, intermedio en automóviles y aparatos de radio y televisión y bajo en alimentos, bebidas y textiles. El panorama resultante es muy claro: cuanto más avanzado es el nivel tecnológico de la industria, mayor es su concentración geográfica en un número reducido de países y a nivel nacional. Tal es el caso de la biotecnología, que está muy concentrada en ciertas áreas de los países desarrollados, y la de semiconductores, que se concentra en esos mismos países y algunos del sudeste Asiático. La industria de aparatos de radio y televisión muestra un grado de concentración geográfica algo menor y se extiende también a algunos países en desarrollo; el patrón se acentúa en el caso de la industria automotriz. Por último, la industria textil y, particularmente, la de alimentos y bebidas están menos concentradas en los países desarrollados. Lo anterior indica que las grandes ciudades son las ganadoras, al concentrar la inversión más importante que la lleva a la terciarización de su economía, especializándose en servicios financieros, a la producción, servicios especializados educacionales y de salud, servicios vinculados a los productos y actividades globales y actividades culturales de mayor nivel. Los espacios que no se insertan en esta reestructuración del territorio son los espacios perdedores, es el caso de las periferias marginales de las grandes ciudades y las regiones agrícolas que producen granos bajo condiciones de secano. 

Estos «nuevos factores de desarrollo territorial» (NFDT) giran principalmente en torno a la existencia (o déficit) de un elevado capital social, la existencia (o déficit) de un tejido institucional denso e interrelacionado (administraciones eficientes, colaboraciones público-privadas abundantes y políticas adecuadas tanto a las empresas como al resto de la sociedad), la existencia o déficit de infraestructuras y servicios de telecomunicaciones, la existencia (o inexistencia) de un tejido empresarial importante y, por último, las condiciones que refuerzan el turismo como actividad claramente desvinculada de los centros económicos (Espacia, Noguera y Ferrer, 2003: 151). Se puede concluir que hay una tendencia hacia la especialización de los territorios a escala mundial, y que los estado nación participan menos en la reestructuración, son ahora los espacios locales los que buscan ser parte de esta y adquieren cada vez mayor importancia estratégica en la globalización, es por ello que los territorios son ideales para entender la globalización y su impacto en lo social, económico, político y cultural.

Las áreas rurales también experimentan cambios y reestructuración, anteriormente se les había asignado el papel de abastecer de alimentos a las ciudades y de mano de obra al incipiente sector industrial, hoy la producción de alimentos es considerada como una parte de la cadena de valor agroalimentaria y los espacios se encuentran en constante procesos de industrialización, Al respecto Romero y Farinos (2007: 355-356) mencionan que en los países desarrollados se busca ahora pasar de la política agrícola a la política de desarrollo rural. Se han instalado nuevas actividades económicas relacionadas con la industria y los servicios, y continúan llegando nuevos residentes que no son agricultores y que tienen preocupaciones, valores y prioridades entre las que ya no se encuentra la satisfacción  alimentaria porque hace mucho que están resueltas. En este caso, lo agrario y rural hace mucho tiempo que dejaron de funcionar como sinónimos. Pero también es importante señalar el cometario que realiza Cuadrado, et al (citado en Méndez, 1994: 94) a la industrialización rural reciente al decir que la industrialización prestada a los procesos de industrialización  reciente en áreas rurales debe considerarse como una política activa de diversificación productiva, de desarrollo de empleo y de fijación de la población mediante la acogida e impulso de nuevas actividades. Pero debe considerarse que esta no llega a todos los espacio rurales y que esta industria busca reducir sus costos de producción. El giro de la política agrícola a la de desarrollo rural también se esta fomentando fuertemente en los espacios de los países subdesarrollados, es el caso de México.

En algunos espacios rurales se están transforman el tipo de cultivos que produce y en este sentido Marmont, (1994: 17) menciona que se asiste progresivamente a una deslocalización de la producción agraria, lo que supone una desterritorialización de la agricultura. Esta deslocalización adopta múltiples formas, dependiendo de las regiones y de los sectores. De una forma general, y con la contribución de la intensificación, conduce a una marcada especialización de las producciones regionales. El policultivo se concentra en las regiones costeras, beneficiadas por la proximidad de los puertos, las industrias y las grandes aglomeraciones de consumidoras. Las ventajas de suelo predisponen a determinadas regiones a producir cereales de forma intensiva. Las regiones más marginales se contentan con las producciones más difíciles de industrializar (la leche, la carne de vacuno parcialmente) y más exigente en mano de obra. También se puede decir que existen unidades de producción despegadas del territorio, es decir que importan las materias primas que utilizan en el proceso productivo a través de la industria y el comercio internacional y exportan sus productos al mercado internacional.

Pero los cambios en las áreas rurales no son equitativos, sucede lo mismo que en las ciudades y en la globalización siempre existirán espacios ganadores y perdedores. Mormont (1994: 25) comenta que la agricultura se halle donde se halle, pierde paulatinamente su monopolio sobre el espacio rural. La competencia de los usos urbanos del suelo del espacio rural –turismo, residencias secundarias, campos de golf, grandes infraestructuras- pone en contradicho el predominio de la agricultura sobre los espacio rurales. Hoy en día la producción agrícola no es la única referencia ni la única prioridad de la ordenación rural. Los cambios en los espacios rurales marginados por la globalización pueden presentarse en el decremento de la población vía migración interna o externa, incremento de las áreas marginadas y de la población pobre, perdida de rentabilidad de la actividad agropecuaria, incremento de las actividades no agrícolas de baja intensidad e incremento del número de personas que trabajan como jornaleros agrícolas. En los espacio ganadores rurales se observan cambios como el incremento de población no agrícola, creciente industrialización de baja intensidad o tecnificación, aumento de las actividades de la exportación de productos agropecuarios. La marginación de los espacios rurales en el proceso globalizador se explica a que estos no tienen el equipamiento que exige este proceso y por lo tanto se excluyen.

Otro elemento que ha contribuido al cambio estructural de los territorios es el fomento del intercambio de mercancías a escala mundial, donde la eliminación de las barreras al libre mercado son impulsadas en primer lugar por el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) y últimamente por la Organización Mundial del Comercio (OMC). En esta reestructuración toman importancia los bloques económicos bajo la forma de zonas aduaneras, zonas de libre cambio y uniones económicas con el propósito de disminuir las barreras arancelarias entre países. Las direcciones dominantes en ese tráfico de mercancías y servicios se constata la verdadera dimensión de los desequilibrios, pues dos terceras partes del total se realiza entre países de la triada (Estados Unidos, la Unión Europea y Japón) que actúan siempre como principales proveedores y clientes mutuos (Méndez, 2007: 229). Para eficientizar las transacciones comerciales se ha buscado disminuido las barreras arancelarias, al respecto menciona la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que los aranceles aplicables a los países en desarrollo que disfrutan del trato de nación más favorecida disminuyeron, pasando del 34 por ciento en que se situaban hacia mediados del decenio de 1980 a un 20 por ciento en 1998, y en teoría han de seguir disminuyendo hasta el 14 por ciento, de conformidad con los acuerdos de la Ronda Uruguay. La liberación del comercio es otro elemento que contribuye a marginar a los espacios rurales, es el caso de los productores indígenas de café en México.

Cambios estructurales en los espacios rurales marginados productores de café

La globalización no busca homogenizar o mejorar las condiciones de vida de los habitantes del mundo, por el contrario, impulsa la eficiencia de la acumulación de capital entre las empresas transnacionales, lo que lleva a una desigualdad entre las naciones y sus regiones. Si bien la pobreza no es producto de la globalización, si ha contribuido de manera importante en su agudización, esta se incrementó y ha impactado mayormente a los países en desarrollo y dentro de estos a sus espacios rurales. Al respecto Delgado (2006) menciona que si revisamos los efectos de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) en todos los confines del mundo, pero sobre todo en el llamado Tercer Mundo, avistaremos el incremento ilimitado de la pobreza y sus secuelas de mortalidad infantil, insalubridad, desnutrición, analfabetismo, migración masiva, reducción marcada de las expectativas de vida, entre otros males sociales. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas  para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el senegalés Jacques Diouf, dijo que cerca de 852 millones de personas en el mundo  tiene dificultades para alimentarse adecuadamente. De esa cifra, el 95 por ciento vive en los países en desarrollo y un 75 por ciento en las áreas rurales[1]

Por otra parte se conoce que en el mundo existen 1.093 millones de personas con ingresos equivalentes a un dólar por día y 2.736 millones hacen frente a sus necesidades con dos dólares diarios (Cooper, E., et al. 2006: 14). Es decir, que el 63 por ciento de la población en el mundo vive hasta con dos dólares, lo cual es insuficiente para garantizar los mínimos de bienestar a que tiene derecho la población. En el informe de desarrollo humano presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2006), se menciona que los ingresos promedio anual a escala mundial son de 5.533 dólares, pero el 80 por ciento del mundo vive con menos de este promedio. Estos datos magnifican el problema de la pobreza en el mundo y Boron (2003) analiza que en el dogma neoliberal la generación de pobreza es señal de que se está marchando por el rumbo correcto.

La agricultura, es el principal generador de divisas para gran parte de los países pobres y de ingreso para sus pobladores. Representa el medio de vida del 86 por ciento de la población rural en el mundo y ofrece empleo a 1.300 millones de pequeños productores y trabajadores sin tierra, brinda “bienestar social financiado por el sector agrícola” en los casos de crisis urbanas y es la base de las comunidades rurales viables. De los 5.500 millones de habitantes del mundo en desarrollo, 3.000 millones viven en zonas rurales, es decir, casi media humanidad. De esta población rural, aproximadamente 2.500 millones pertenecen a hogares que desarrollan actividades agrícolas y 1.500 millones a hogares de pequeños agricultores de acuerdo a datos proporcionados por el Banco Mundial (2007: 4). Ello indica que la pobreza se focaliza fundamentalmente en los espacios rurales de estos países, sin desconocer que existe en las periferias urbanas.

Cabe destacar que son pocos los cultivos que son destinados al mercado internacional de alimentos, Silvia Ribeiro (2005) menciona que, solamente el 10% de la producción agrícola mundial es destinada al comercio internacional. Ello indica que la mayoría de los países produce casi todos los alimentos que consume en su territorio, sin embargo, la producción que se destina al mercado internacional está fuertemente controlada por un grupo de empresas trasnacionales. Así sucede con 90 por ciento del comercio global de maíz, trigo, café, cacao y piña. Entonces aparece la política de liberación de los mercados agrícolas a escala mundial como una de las causas, no la única pero si entre las más importantes que incide en la agudización de la población que se dedica a esta actividad y en espacial la de los países en desarrollo. Murphy (2006: 25) al respecto menciona que la expansión actual del comercio global, la eliminación de restricciones de mercados de capitales y la tecnología que ha facilitado las comunicaciones y transporte global, han contribuido para conducir cambios en las reglas internacionales de comercio e inversión. Esta evolución ha contribuido a que la agricultura haya perdido importancia como suministrador de alimentos directo a los consumidores -el productor agrario pasa a ser un elemento más de una compleja estructura que funciona al unísono, en una verdadera línea de producción-, dado el crecimiento de los sectores de la transformación y distribución, que junto a ella conforman un sistema único, denominado “Sistema Agroalimentario” (Iglesias, D. H. 2001: II). Estos cambios incidieron a que la forma de comercializar los productos agrícolas a escala mundial se hayan transformado, el Observatorio de Empresas Transnacionales (2004: 8) menciona que el poder se ha transferido de los productores a las importadoras transnacionales de los países consumidores. A su vez, los productores, comerciantes locales e incluso los gobiernos de los países productores han perdido sus posibilidades de influir en el mercado, este se gesta en la bolsa de valores. De esta forma los agricultores ahora son productores de materias primas y sus mercancías están a merced de la voluntad de las empresas transnacionales.

Pero no solo cambia el rol de la agricultura en la alimentación, en la nueva distribución de la producción de alimentos la FAO (2006: 4) menciona que los países en desarrollo se convierten en importadores agrícolas. Actualmente se benefician de la mayor oferta y de los menores precios de los productos agrícolas de zonas templadas en los mercados mundiales, que son resultado de las subvenciones para la producción y el comercio en los países desarrollados. A medida que se reduzca este apoyo, se espera que los precios suban, lo que conducirá a un mayor costo de las importaciones para aquellos países en desarrollo dependientes de importaciones de alimentos. Se debe de tener presente que en la Sexta Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada en Hong Kong en diciembre de 2005, los miembros acordaron la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas para el año 2013; lo cual pone en un dilema la política agrícola implementada en algunos países en desarrollo, que desprecia la producción de productos alimenticios.

En el mercado mundial de alimentos adquiere relevancia el café por el número de transacciones que se realizan año con año y por el número de agricultores que lo producen. La actual crisis en el mercado del café está destruyendo el medio de vida de 25 millones de productores en el mundo. En tres años el precio del café ha caído al menos en un 50 por ciento, alcanzando los niveles de hace 30 años y las previsiones a largo plazo son pesimistas. Los cultivadores de café de los países en vías de desarrollo en su gran mayoría sus plantaciones se localizan distribuidas en el mundo en sitios aparatados, explotados regularmente por pequeños propietarios empobrecidos. El 70 por ciento del café mundial se cultiva en superficies menores de 10 hectáreas; y de éste, la gran mayoría se cultiva en terrenos familiares de 1-5 hectáreas (Bungeroth, 2004: 6). En México 486.314 productores se dedican al cultivo del café y cuentan con 684.763 hectáreas plantadas con este aromático, promediando 1,4 hectáreas por productor, el 70 por ciento de los productores son indígenas ubicados en las regiones con mayor pobreza y marginación del país (Aragón, 2006: 14). Ello indica que hablar de producción de café es hablar de pobreza e indigenismo en México.

Los principales efectos que acarreó la crisis del café entre sus productores fue la disminución del consumo de alimentos, diversificación de las actividades productivas como respuesta a los precios bajos, migración, venta de tierra entre otros. Algunas estrategias desarrolladas por los productores se apegan a las políticas de desarrollo territorial rural que impulsan los gobiernos con modelos de corte neoliberal, es el caso de la diversificación de las actividades agrícolas, la migración nacional o internacional como una forma de superar la pobreza mediante el envió de dinero a sus hogares y a través de la nueva reforma agraria que busca crear y fortalecer un mercado de tierra que permita revertir el minifundismo y la pobreza.

El hambre se extiende en las zonas cafeteras a consecuencia de la crisis internacional del sector cafetero, el bienestar de sus productores se ha visto afectado y ha repercutido en su calidad de vida. Campesinos de Nicaragua, Honduras, Guatemala, Etiopía, Vietnam, y en otros países productores de café, ya no pueden alimentar a sus familias, están al límite de la hambruna. Según el Programa Mundial de Alimentos, en Honduras 30.000 personas sufren hambruna por culpa de la crisis del café y la sequía, y cientos de niños son hospitalizados por problemas de malnutrición (Intermón Oxfam, 2002).

Con respecto a la migración, un claro ejemplo lo encontramos en México, específicamente en el estado de Veracruz que es considerado como uno de los principales productores de café. Actualmente se considera que es una nueva región migratoria, como lo es también Chiapas. Entre 1995 y 2000 salieron del estado 800 mil personas y la entidad ha venido escalando posiciones en la tabla de los estados que más contribuyen con la población migrante a los Estados Unidos: en 1992 se ubicaba en el lugar 30, para 1997 pasó al 27, en el 2000 ocupó el lugar 14 y en el 2002 llegó a su nivel más alto, ubicándose en la cuarta posición” (Hernández, 2005). Se tiene noticias de que en Viet Nam algunos cultivadores venden sus bienes para pagar a los recaudadores de deudas (Osorio, 2002: 2). Estos acontecimientos son manifestaciones de la crisis que están enfrentando los espacios cafetaleros a escala mundial.

La crisis cafetalera que enfrentan sus productores no solo afectó la alimentación, salud, educación, también impactó en el número de empleos que genera y las condiciones laborales e incluso se han presentado movimientos de violencia. Es por demás decir que ante la declinación de los precios su impacto incidió directamente en el número de empleos generados y la estabilidad de estos. Se estima que en Centroamérica se perdieron un total de 600.000 puestos de trabajo en el sector cafetero (Bate, 2002: 45). En 2001 la demanda de mano de obra se redujo en un 30 por ciento en Guatemala, Honduras y Nicaragua, en un 20 por ciento en El Salvador y cerca de un 12 por ciento en Costa Rica. En total, para los cinco países, esto se tradujo en una pérdida de aproximadamente 42 millones de días laborales, o bien, el equivalente a 170.010 empleos permanentes (con base en 250 días laborales), y una pérdida de ingresos de casi US$ 140 millones (Varangis, P., et al. 2002: 55). Un caso dramático lo encontramos en Guatemala,  según Osorio (2002: 2) la mano de obra para la cosecha de 2001/02 se redujo, pasando de 500.000 a 250.000 personas. Esto es consecuencia de los bajos precios pagados a los cafeticultores que al recibir menos ingresos por esta actividad, recurrieron a la disminución de la contratación de jornales para realizar las practicas productivas en las plantaciones, es decir, que descuidan las fincas al no controlar con eficiencia las hiervas, plagas y enfermedades repercutiendo en la disminución de la producción y por consiguiente en la contratación de mano de obra. Ante este escenario los cafeticultores guatemaltecos migran al estado fronterizo de Chiapas, México para vender su fuerza de trabajo con el objetivo de obtener ingresos para sostener a su familia.

Otro problema de la crisis cafetalera es el ambiental, este repercute a medida que los agricultores abandonan la cafeticultura y buscan explotar cultivos alternativos que no son propios para ese tipo suelos y traen como consecuencia su degradación por erosión. Otro problema que se suscitará es la degradación de los bosque, en el Taller Regional de Café realizado en la Antigua Guatemala (2002) se mencionó que la crisis cafetalera está forzando a los caficultores a talar árboles del bosque de sombra y venderlos como madera o leña y Osorio (2004: 2) señala que el abandono de plantaciones de sombra, que a menudo representan pequeñas superficies forestales; tiene como consecuencia la tala de árboles de sombra para madera (Ecuador, El Salvador, India). La introducción de nuevos cultivos para sustituir al café podría provocar el desmonte de las plantaciones de café y de las zonas aledañas, utilizando técnicas de talar y quemar.

En Viet Nam no existen problemas de sustitución de las plantaciones de café, sucede un fenómeno contrario, el gobierno fomenta su expansión. Ello ha traído una transformación del uso del suelo agrícola, destacando las plantaciones de café, pero este ha generando problemas de tipo social y ambiental. Los cultivadores de café han eliminado más de 74.000 hectáreas de bosque solamente en la Provincia de Dac Lac y el agua extraída de los ríos para irrigar las plantaciones de café ha determinado escasez de agua para otros usuarios, y algunos ríos se secan durante buena parte del año. La erosión del suelo se ha transformado en un problema, ya que durante los primeros años, hasta que crecen los arbustos de café, el suelo está completamente expuesto (Lang, 2001).

El pronóstico de los paisajes cafetaleros es dramático y es importante tenerlo en cuenta para el diseño de políticas de desarrollo rural a implementar en los países productores de café. Debe evitarse la transformación del uso del suelo que intenten sustituir las plantaciones de café para uso agrícola. Además se tiene que tener en cuenta las catástrofes humanas que pueden suscitarse en estas regiones montañosas al presentarse lluvias intensas y puedan provocar desgajes de los cerros atrapando a las poblaciones asentadas cerca de ellos. Tal y como ha ocurrido en 1999 en la sierra norte de Puebla, México que al deforestar sus bosques la tierra no fue capaz de filtrar las fuertes lluvias al subsuelo y la consecuencia fue la formación de grandes ríos que provocaron el desgajamiento de cerros y la consecuente perdida de vidas humanas y económicas.

A este tipo de problemas se suman las violaciones de los derechos humanos denunciadas en el sector del café que incluyen: la explotación laboral de la infancia, salarios inaceptables, por debajo de cualquier salario mínimo, condiciones de trabajo inaceptables, degradación medioambiental y restricciones de la libertad de asociación. (Observatorio de Empresas Transnacionales 2004: 11). De acuerdo a la UNICEF en Guatemala, el 34 por ciento de todas las niñas y niños entre 7 y 14 años trabajan. De ellos una buena parte lo hacen en el sector café. En Costa de Marfil en el 2001 se denunciaron casos de niños esclavos en las plantaciones de café. Además varios estudios han confirmado el tráfico de menores en este país y la existencia de niños esclavos en las plantaciones de cacao y café. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) entre 10.000 y 15.000 miles de niñas y niños de Malí trabajan en Costa de Marfil  (Observatorio de Corporaciones transnacionales, 2006: 23). Si en las áreas urbanas se violan los derechos laborales de los trabajadores mediante sueldos por debajo de lo establecido en la ley, además no les proporcionan utilidades, aguinaldo, vacaciones seguridad laboral, seguridad médica, etc. por parte de quien los contrata, en las áreas rurales los derechos laborales son inexistentes y no hay instituciones ni personal del gobierno que los haga cumplir, por lo menos es el caso mexicano.

Se puede concluir que la crisis de los espacios con plantaciones de café ha traído consigo el agravamiento de las condiciones de vida de las familias que dependen de esta actividad, uno de los mecanismos es la perdida del valor de su producción. Los beneficiados son las empresas transnacionales del café y no necesariamente los consumidores. Las repercusiones de la crisis de este aromático se manifiestan en la subalimentación de la población y la migración. Además tienen menos dinero los productores para financiar necesidades como salud y educación. Afectando al sexo femenino especialmente. También han disminuido las divisas obtenidas por la venta de café en los países productores. Otro importante efecto de la crisis es el resurgimiento de plagas y enfermedades en los cafetos, lo cual disminuye su calidad y por consiguiente su precio. La crisis en el sector crea desequilibrio social, reducción de la actividad económica en la economía rural, y una migración acelerada a las zonas urbanas e inestabilidad (Taller Regional, 2002: 3). Los movimientos de los campesinos productores de café en el mundo son cada vez más constantes y son promovidos por los bajos precios de este aromático.

Características de la región y metodología

La investigación contempló cuatro municipios de la Sierra Nororiente del estado de Puebla, México, dos son habitados por indígenas Totonacas y otros dos municipios por indígenas náhuas, estos fueron seleccionados por tener superficie plantada con cafetales, y por tener población indígena y que fueran de muy alta marginación es el caso de los municipios de: 1) Cuetzalan; 2) Huehuetla; 3) Huitzilan; y 4) Ixtepec. Se ubican entre los 20º de latitud norte y los 97º de latitud oeste, la altitud de los municipios varía de los 540 a los 1.000 m.s.n.m., en la figura 1 se aprecia la ubicación de los municipios en el contexto estatal.

Los municipios de estudio se caracterizan por tener pequeñas poblados y dispersos, los principales núcleos de población se concentra en las cabeceras municipales. Cuetzalan es el municipio con mayor población tiene 45.010 habitantes, Huehuetla tiene 16.130, Huitzilan 6.589 e Ixtepec 11.670 habitantes. Los principales centros poblacionales tienen modestos servicios públicos como, mercado municipal, electricidad, agua potable, clínicas de salud, teléfono, Internet y biblioteca pública. Existen escuelas de nivel primaria, secundaria, preparatoria  y una universidad Intercultural.

La principal actividad económica de los municipios es la producción de café. En el caso de Cuetzalan los servicios (turismo) representa la segunda actividad económica.

Figura 1
Localización geográfica de los municipios de estudio


Fuente: Elaboración propia a partir de Síntesis Geográfica del Estado de Puebla, 2000

Para la obtención de la información se utilizó muestreo estratificado aleatorio, con asignación proporcional al tamaño de cada uno de los municipios, la precisión fue del 15 por ciento de la media general y una confiabilidad del 95. El tamaño de muestra quedo definido en 216 entrevistas. La ecuación para estimar el tamaño de muestra en un muestreo estratificado aleatorio con distribución proporcional, es presentada por Gómez (1979). La distribución de la muestra fue la siguiente, en el municipio de Ixtepec se realizaron 30 entrevistas; en Huehuetla 35; Huitzilan 45 y en Cuetzalan se realizaron 106 entrevistas a cafeticultores. La totalidad de los productores entrevistados son indígenas, totonacas en un 30,1 por ciento y náhuas con 69,9 por ciento de la muestra.

Transformación del medio rural cafetalero en la Sierra nororiente de Puebla

El promedio de edad de los productores en los cuatro municipios es de 50,3 años, la edad mínima encontrada en un productor fue de 24 años y el de más edad de 82 años. En el municipio de Huehuetla el promedio de edad fue mayor que el resto de los municipios con 54,69 años. Los cafeticultores presentan una edad madura, similar a los campesinos de otras regiones del país, ya que los jóvenes generalmente buscan emigrar en busca de nuevas opciones laborales y mejorar las condiciones de vida de sus familias. Los niveles de escolaridad en las zonas rurales de México son bajos y esta situación es aún mas grave en áreas con población indígena, que históricamente han sido marginadas y donde la inmensa mayoría de sus habitantes se encuentran en condiciones de pobreza. En este aspecto, se encontró que tienen un promedio de 4,6 años de asistir a un plantel educativo, y el 15,7 por ciento de los productores nunca asistió a la escuela. En el municipio de Huehuetla es más lamentable esta situación, ya que tienen un promedio casi de tres años. Este resultado nos muestra la desigualdad y la injusticia en la que se ha sumido a los campesinos mexicanos de diversas regiones de nuestro país. Al comparar la edad de los productores y su escolaridad, se encontró una correlación negativa (r=-0,414; p< 0,001), es decir, los productores de café con mayor edad tienen menor escolaridad.

Los productores de café en México son minifundistas y en el caso de los municipios estudiados se encontró la presencia de pequeñas superficies en posesión con un promedio de 1,42 hectáreas. La superficie con mayor tamaño fue la de un productor con 17 ha y la de menor tamaño de un cuarto de hectárea. La cantidad de café producido en estas pequeñas superficies en promedio fue de 1.877,38 kilogramos por hectárea. Los rendimientos logrados en el Municipio de Cuetzalan fueron de 1.178,64 kg/ha; para Huehuetla fue de 1.502,34; en Ixtepec el rendimiento alcanzó los 1.843,23 kilogramos; y finalmente el municipio de Huitzilan obtuvo el mayor rendimiento con 3.837,78 kilogramos por hectárea. Al analizar los rendimientos por municipio se encontró diferencia estadística entre ellos (F= 45,82; p< 0,001) y mediante la Prueba de Tukey se encontró que no existió diferencia en el rendimiento, estadísticamente hablando, entre los primeros tres municipios, solo Huitzilan es el que presenta diferencia significativa con el resto de los municipios, ya que es el que obtiene los rendimientos más altos.

Al considerar la superficie bajo posesión del productor y los rendimientos obtenidos de café cereza se encuentra que en promedio en la región se obtienen 3.158,92 kg/ha y al revisar por municipio encontramos diferencia estadística entre ellos (F= 7,07; p<0,001), el municipio donde los productores tienen menor producción es Cuetzalan con 1.310,44 kilogramos, seguido por Huehuetla con 3.420,53 e Ixtepec con 4.064,98 y el municipio con mayor producción es la de Huitzilan con una 6.705,61 kilogramos de producción total de café cereza. Con respecto al precio del café, este en promedio era pagado en la región a 2,11 pesos por kilogramo de café cereza (Alvarado, et al., 2006:313), equivalente a 0,19 centavos de dólares de 2005[2]. Con este tipo de cambio se calculó el monto diario por venta del café tipo cereza de todas las familias campesinas incluidas en la muestra y el promedio fue de 1,65 dólares. Se encontró diferencia estadística de ingreso por venta de café entre municipios (F= 7,07; p< 0,001) con un promedio de 0,68 dólar en Cuetzalan, para el municipio de Huehuetla fue de 1,78 e Ixtepec con 2,12 y el municipio de Huitzilan con un promedio por familia de 3,49 dólares diarios. Estos ingresos se utilizaron para tener una idea de los ingresos que obtienen los productores y aproximarnos a los niveles de pobreza de la población de esta región y para esto fue necesario hacer algunas consideraciones: 1) Los datos anteriores corresponden al ingreso bruto por la venta de café, sin considerar gastos de cultivo como, por ejemplo pago de insumos y jornales para las actividades del cultivo y cosecha; 2) Se considera que todos venden en forma de café cereza y existe un 2,7 por ciento de productores que lo venden en forma de café pergamino; 3) La familia campesina esta formada por aproximadamente cinco miembros. Entonces, es claro que los ingresos promedios diarios por venta de café por familia son aun menores sin embargo nos da clara idea que la producción de café para estos productores minifundistas es totalmente insuficiente para una calidad de vida digna. Estos bajos ingresos coinciden con la estimación proporcionada por Alvarado et al. (2006: 301) que menciona que la utilidad neta anual de venta de café en el municipio de Huehuetla es de 1.557,50 pesos (140,36 dólares), lo que significa que por venta de café los productores tienen un ingreso diario de 0,38 dólares diarios para una familia de cinco miembros. Ante esta situación los productores se mantienen en condiciones de pobreza y tienen que buscar alternativas que permita la sobrevivencia de la familia. La familia campesina entonces, vive en condiciones de pobreza y su alimentación se basa en el consumo de tortillas de maíz, frijoles y esporádicamente consumen carne y leche. Para conocer su opinión sobre su condición socioeconómica se preguntó a los productos si se consideraban pobres y se encontró el 96,8 por ciento de los contesto afirmativamente y solo el 3,2 por ciento asegura no estar en esa condición.

Para conocer el comportamiento de variables binarias, como en este caso la opinión de los productores respecto a si se consideran pobres o no, la regresión logística es una buena opción. Esta técnica estadística se utilizó para realizar un estudio exploratorio que permita relacionar una serie de variables con la clasificación de pobreza en la que se sitúan los campesinos, mediante el siguiente modelo:

Donde  es la probabilidad de que la variable respuesta que en este caso es la variable opinión sobre si se consideran pobre (y) tome el valor uno.  b0, b1, . . . . bp son parámetros, desconocidos y X1, X2 . . . . Xp son variables explicatorias. En este estudio se definió la variable respuesta y con valor de 1 si el productor se considera pobre y 2 si no considera que su familia se encuentra en ese estado. Entonces, p es la probabilidad de que un agricultor se considere pobre y los parámetros  b0, b1, . . . . bp determinan la influencia de las variables explicatorias en esta opinión.

Se buscaron las variables que tuvieron mayor relación con la opinión sobre su estado de pobreza con la información obtenida en las encuestas aplicadas. Es necesario hacer la aclaración que este estudio es de tipo exploratorio, con objeto de identificar algunas variables que influyen sobre su definición de ser pobre, pero existe un gran número de variables no consideradas dentro de esta investigación, que podrían estar estrechamente relacionadas con la variable dependiente, por lo que se sugiere continuar investigando dentro de esta línea. Para seleccionar el modelo de regresión logística, se procedió a incluir y desechar variables de acuerdo con los resultados de la ejecución de los modelos hasta obtener el modelo adecuado. Al finalizar el proceso de selección de variables se encontró que únicamente la variable, Ingreso diario de la familia en dólares por venta de café, fue incluida en el modelo. Otras variables como edad, escolaridad, idioma indígena materno, superficie total, rendimiento en kilogramos por hectárea, producción total, productores que tuvieron plagas o enfermedades, productores que tuvieron algún tipo de siniestro en el cultivo, cafeticultores que les gustaría producir café orgánico, cafeticultores que les gustaría participar en el comercio justo de café, recibió apoyos del gobierno para producir café, no fueron significativos, es decir no afectan grandemente la opinión de los productores sobre su condición de pobreza. Los resultados de las pruebas de hipótesis se presentan en el siguiente cuadro.

Cuadro 1
  Estimadores del modelo de regresión logística seleccionado

Efecto

Estimador

Error estándar

Chi-cuadrada

p

Intercepto

-3,738

,444

70,784

<.0001

Ingreso diario de la familia en dólares por venta de café

,120

,058

4,382

,036

Fuente: Elaboración propia encuesta agricultores 2005

El estimador de la regresión logística indica que ingreso diario de la familia en dólares por venta de café influirá en la opinión de considerarse pobre, como puede verificarse en el hecho de que los productores que se consideran pobres tienen un ingreso promedio de 1,46 dólares diarios y los que no se consideran pobres tienen un promedio de 7,27 dólares. Graficando la probabilidad de acuerdo a la regresión logística, queda representada en la Figura 1.

Figura 2
 Estimación de probabilidad de que los productores opinen que se consideran pobre, de acuerdo con los resultados de la regresión logística


Fuente: Elaboración propia encuesta agricultores 2005

En esta grafica puede observarse que la opinión de considerarse pobre cambia conforme al ingreso diario de la familia en dólares por venta de café. También resalta la importancia que tiene el cultivo de café en la economía familiar, ya que la causa para que definan que su familia es pobre lo constituye la magnitud del ingreso familiar como resultado de la venta de su café.

Uno de los principales problemas regionales es la comercialización, donde los productores son los que menores beneficios obtienen de la cadena del café. El productor, en su mayoría, vende en la planta (41,4 por ciento) por no tener recursos para su cosecha o por emergencias económicas; en cereza un 37,2 por ciento y en una combinación de estas dos formas de venta el 19,1 por ciento de los campesinos. Sólo una pequeña parte de ellos le incorpora valor a su café al venderlo en forma de pergamino (2,3 por ciento). Los mecanismos de venta de café en la región contempla un 37 por ciento a los acaparadores, un 29,2 por ciento comentó que lo vende a la gente que va a comprar a la comunidad, un 13,4 por ciento lo lleva al poblado principal de la región, un 5,6 por ciento lo vende a sus vecinos, un 11,6 por ciento lo vende a alguna organización campesina y un 3,2 por ciento lo comercializa de otra manera. La mayor parte del café que se comercializa fuera de la comunidad es trasladado a los sitios de venta transportados en los hombros de los campesinos. Es importante mencionar que esta forma de comercialización se presenta por los pequeños volúmenes de producción, el poco capital y falta de organización en la mayoría de los casos para la comercialización.

Ante las difíciles condiciones de vida de las familias cafetaleras, éstas implementan una serie de actividades económicas o planean su realización manifestando interés en determinadas actividades que ayuden en la sobrevivencia de la familia campesina. Algunas de estas actividades que plantean los productores se presentan en la Figura nº. 3.

Figura 3
Algunas alternativas de los campesinos a la crisis del café
 

Fuente: Elaboración propia encuesta agricultores 2005

Una de las alternativas para mejorar las condiciones de vida de las familias rurales de esta región lo constituye el darle valor agregado a su producto, al respecto se encontró que al 44 por ciento de los cafeticultores les gustaría darle valor agregado a su café, principalmente en forma de café pergamino (94,7 por ciento) y el 5,3 por ciento de los casos en forma de café molido. En el cuadro siguiente se presenta en interés de incorporar valor al café en cada uno de los municipios estudiados.

Cuadro 2
 Interés de los productores en dar valor agregado al café por municipio

Municipio

Interesados en valor agregado

No interesados en valor agregado

Total

Frecuencia

%

Frecuencia

%

Frecuencia

%

Cuetzalan

40

37,7

66

62,3

106

100,0

Huehuetla

23

65,7

12

34,3

35

100,0

Ixtepec

12

40,0

18

60,0

30

100,0

Huitzilan

20

44,4

25

55,6

45

100,0

Total

95

44,0

121

56,0

216

100,0

Al hacer la comparación por municipio se encontró diferencia estadística entre ellos de acuerdo con la prueba de chi – cuadrada (χ2=8,585; p=0,035), en Huehuetla existe mayor interés de lo productores en procesar café con la finalidad de obtener mayor ingreso. Las razones por las cuales los productores no dan valor agregado son principalmente: por que no tiene el equipo (42,1 por ciento); no tiene dinero para hacerlo (33,9 por ciento); no saben como darle valor agregado (12,4 por ciento); no encuentra beneficio económico (5 por ciento); y no tiene dinero ni equipo en un 6,6 por ciento de los casos.

Solo un 33,8 por ciento considera que el cultivo de café actualmente es buen o muy buen negocio, ante esta situación una de las opciones a la crisis del café es la producción de café orgánico, al respecto se encuentra que al 81.5 por ciento le gustaría producirlo y el 81 por ciento le interesaría participar en el llamado comercio justo. Como una forma de mejorar su ingreso.

Para producir café orgánico se requiere conocimiento sobre el manejo y la certificación, además del mercado al que se puede acceder con este producto. En este sentido se presentan limitantes, ya que sólo el 28,2 por ciento de los productores afirmaron conocer el proceso. Se encontró diferencia estadística entre los municipios (Χ2= 14,2; p = 0,003), en Cuetzalan (38,7 por ciento) e Ixtepec (30 por ciento) son los municipios que más conocimiento tienen de la producción de café orgánico, en cambio los municipios de Huitzilan (15,6 por ciento) y Huehuetla (11,4 por ciento) tienen menor información sobre su producción. Es importante destacar que en Cuetzalan se ubica la Cooperativa Tosepan – Titataniske quien es la principal promotora del cultivo de café orgánico en el Estado. Los productores tienen interés en su producción y están conscientes de la falta de información sobre el cultivo, es por ello que  al 86,1 por ciento le gustaría capacitarse en cultivos orgánicos. Como puede observarse existe interés en conocer e incorporarse a la producción de cultivos orgánicos, por lo que se requieren apoyos del estado para iniciar este tipo de producción que permita mejorar el nivel de ingresos y la calidad de vida de la familia campesina.

Con relación al comercio justo, el 81 por ciento de los productores manifestaron interés en participar en esta modalidad de comercialización de sus productos. También se encontró diferencia estadística (χ2 = 13,518; p = 0,004) entre los municipios estudiados, todos tuvieron gran interés con un porcentaje mayor al 80 por ciento, con excepción del municipio de Huehuetla (60 por ciento) de los productores interesados en el comercio justo. Es claro que tanto la producción de café orgánico como la comercialización vía comercio justo requiere la organización de los productores y en este sentido se presenta el problema de que solamente el 29,2 por ciento de los productores conoce a alguna organización que podría apoyarlos en estas actividades. Es necesaria una política más agresiva de apoyo y difusión a las organizaciones campesinas que realizan o podrían iniciar estas actividades.

Otras alternativas para mejorar los ingresos sería la diversificación de los terrenos donde se produce café, en este sentido se analizó la incorporación de bambú, vainilla y árboles maderables. Con relación a la vainilla, se encontró que sólo una pequeña proporción de productores la cultivan en sus predios (1,9 por ciento), sin embargo existe interés por parte de los productores en su cultivo así lo manifestó el 49 por ciento de ellos. Un factor importante en este interés es que a pesar de que existe sólo un pequeño número de campesinos que producen vainilla, el 21,4 por ciento de los cafeticultores afirmaron conocer a otros agricultores que producen vainilla. Un aspecto importante sobre el cultivo de la vainilla es que el 61 por ciento considera que es un buen o muy buen negocio. Por lo que considera que podría ser una forma de mejorar sus condiciones socioeconómicas.

Con relación al bambú, el 60,5 por ciento están interesados en la siembra de esta especie.  Se encontró diferencia estadística (χ2 = 52,748; p < 0,001) entre municipios, donde Cuetzalan fue quien tuvo mayor interés con 85,1 por ciento de los productores. Este resultado se explica por que la Cooperativa Tosepan – Titataniske, ubicada en Cuetzalan, está promoviendo su plantación y su uso. El 76,3 por ciento de los productores estarían dispuestos a sembrar árboles maderables y en este caso se encontró también diferencia estadística entre municipios (χ2= 19,237; p> 0,001), donde el municipio con mayor interés fue Huitzilan con 95,6 por ciento de los productores y Cuetzalan 78,2 por ciento, siendo menor en los otros municipios, Ixtepec 63,3 por ciento y Huehuetla 57,1 por ciento. La especie maderable por la que mostraron interés fue el cedro rosado.

Con relación a las actividades no agrícolas, el 80 por ciento de los agricultores les gustaría participar en actividades turísticas y se encontró diferencia estadística entre municipios (χ2 = 15,913; p< 0,001), los municipios con mayor interés de los productores en participar fueron Ixtepec (93,3 por ciento) y Huitzilan (95,6 por ciento) y con menor interés Cuetzalan (73,3 por ciinto) y Huehuetla (68,6 por ciento). En la región se encuentra un gran número de atractivos culturales y naturales que podría ser utilizado para disminuir las condiciones de pobreza de los pobladores de esta región, sin embargo se requiere un apoyo estatal decidido para promover y desarrollar actividades turísticas.

Ante la difícil situación económica los productores de café contemplan la migración como una opción que les ayude a mejorar su condición socioeconómica y tenemos que el 27,3 por ciento de los productores tiene pensado salir fuera de de su comunidad, aunque el 17,5 por ciento considera que el idioma es un problema cuando salen a trabajar. Recientemente en la región 0,9 por ciento de la población inició a migrar hacia los Estados Unidos y el 1,4 por ciento manifestó que sus hijos han salido a trabajar hacia ese país.

Conclusiones

La crisis agrícola nacional y la del café en particular han afectado a los ya empobrecidos campesinos, sin embargo, se movilizan en nuevas opciones que garanticen la supervivencia de la unidad familiar, es decir, que se esta transformando las actividades productivas en los espacio rurales productores de café.

Los productores de café en la región en su mayoría se consideran pobres y esta autocalificación depende básicamente del ingreso total obtenido por la venta de café que expresa la superficie bajo control y el nivel productivo de la plantación. La investigación confirma que su actividad principal continúa siendo el café y que las otras actividades realizadas para mejorar los ingresos son complemento a su principal actividad: el cultivo de café.

Entre las actividades que consideran como opciones para mejorar sus condiciones de vida, se encuentran las agrícolas y las no agrícolas. En el caso de las primeras consideraron la diversificación de las plantaciones mediante la incorporación de nuevos cultivos como vainilla, bambú y árboles maderables. En el caso de las actividades no agrícolas se planteó el turismo rural y la migración como parte de las estrategias de sobrevivencia de las familias campesinas. En estas actividades, agrícolas y no agrícolas, se encontraron diferentes respuestas a nivel municipal, donde juegan un papel importante el medio ambiente y el conocimiento sobre las alternativas. Es necesario destacar el papel de las organizaciones campesinas en el desarrollo de estas opciones para mejorar los ingresos de los productores.

Es importante destacar que ante las condiciones de pobreza de los productores de café en la región, se requiere una política estatal de apoyo a estas actividades que permita disminuir los graves niveles de pobreza de estos grupos indígenas productores de café.  El país tiene una deuda con ellos y es tiempo de pagarla.

Notas

[1] Agencia de Noticias Xinhua de China pagina web: www.spanish.xinhuanet.com/spanish/2006-03/08/content_226051.htm

[2] El tipo de cambio en 2005 fue de 11.0956 pesos por dólar.  H. Cámara de Diputados. 2005. Información Económica Oportuna. Volumen 1, año 3, n° 180. Junio 22. México.


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