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X Coloquio Internacional de Geocrítica

DIEZ AÑOS DE CAMBIOS EN EL MUNDO, EN LA GEOGRAFÍA Y EN LAS CIENCIAS SOCIALES, 1999-2008

Barcelona, 26 - 30 de mayo de 2008
Universidad de Barcelona

DEL ÉXODO RURAL A LA INMIGRACIÓN EXTRANJERA: EL PAPEL DE LA POBLACIÓN
EXTRANJERA EN LA RECUPERACIÓN DEMOGRÁFICA DE LAS ZONAS RURALES ESPAÑOLAS (1996-2006)

 Santiago Roquer
Universitat Rovira i Virgili (Tarragona)
santiago.roquer@urv.cat

Jordi Blay
Universitat Rovira i Virgili (Tarragona)
jordi.blay@urv.cat

Del éxodo rural a la inmigración extranjera: el papel de la población extranjera en la recuperación demográfica de las zonas rurales españolas (1996-2006) (Resumen)

Los municipios rurales españoles muestran desde hace algunos años, y de modo especial en el decenio 1996-2006, dos procesos que, según nuestra hipótesis, están fuertemente relacionados entre sí: un crecimiento demográfico, cada vez más extenso y más intenso, y un importante incremento de la población extranjera residente en ellos. Mediante el uso de los datos del Padrón de habitantes, el estudio muestra las importantes diferencias territoriales en el crecimiento y la estrecha relación de la intensidad del crecimiento y la presencia de población extranjera, de modo que se demuestra que el incremento de esta población es el principal factor demográfico del crecimiento de la mayoría de estos municipios y, más modestamente, también ejerce un efecto rejuvenecedor. Territorialmente se dibuja una importante dicotomía entre unas zonas de alto crecimiento y elevada presencia de población extranjera (mitad este de la península, zona de Madrid, España insular) y otras con crecimientos negativos y baja presencia de población extranjera. Se demuestra así mismo una relación directa entre los dos fenómenos estudiados y el tamaño de los municipios, de modo que son los de mayor tamaño los principales beneficiarios del proceso.

Palabras clave: España, municipios rurales, crecimiento demográfico, población extranjera, padrón municipal de habitantes.

From the rural exodus to foreign immigration: the role of foreign immigration in the demographic recovery of Spanish rural zones (1996-2006) (Abstract)

For some years now, and particularly in the period 1996 to 2006, Spanish municipalities have been undergoing two processes that, according to our hypothesis, are closely connected: increasingly widespread and intensive demographic growth, and a considerable increase in the resident foreign population. By using data from the population register, our study shows that growth varies considerably from region to region and that there is a close relationship between the increase in growth and the presence of the foreign population. It is shown that the increase in the foreign population is the main demographic growth factor in most of these municipalities and it also has a more modest rejuvenating effect. There is an important dichotomy between areas of high growth with a large foreign population (eastern half of the peninsula, the Madrid area and the Spanish islands) and other areas with negative growth rates and small foreign populations. It is shown that there is a direct relation between the two phenomena studied and the size of the municipalities, such that the largest are the ones that most benefit from the process.

Key words: Spain, rural municipalities, demographic growth, foreign population, municipal population register.

Es ampliamente conocido que las zonas rurales españolas experimentaron un fuerte retroceso poblacional, especialmente durante el periodo 1960-1975 y de manera más leve en los años posteriores, lo que supuso una elevada pérdida de población, un fortísimo envejecimiento y, en general, unas perspectivas demográficas bastante preocupantes. Sin embargo, en el último decenio del siglo XX (incluso ya desde mediados de los ochenta en algunas áreas) se ha empezado a observar que una parte de zonas rurales españolas cambiaban de tendencia demográfica, experimentando un cierto y a veces considerable crecimiento (Camarero, 1993) de un modo similar a como se había visto en otros países europeos (Kayser, 1990)[1]. Si hasta entonces la caída demográfica de las zonas rurales había sido casi general, a partir de este momento se iniciaba una notable diferenciación, ya que mientras amplias zonas rurales seguían en retroceso o al menos en estancamiento, otras, como ya se ha dicho, revertían el proceso e iniciaban un crecimiento más o menos importante. Las zonas especialmente afectadas por éste eran las situadas en áreas próximas a las grandes ciudades, como consecuencia de lo que se ha venido en llamar la periurbanización o contraurbanización, así como en zonas de expansión turística. Territorialmente era bastante desigual, afectando normalmente a las comunidades autónomas más urbanizadas y económicamente más dinámicas, como Madrid (García Ballesteros y Pozo 1991, Méndez y Razquín, 1992),  Cataluña (García Pascual, Larrull, 1998, García Gil, Sánchez Aguilera, 2005,) País Vasco (Torres, 2007),  Valencia,  la costa mediterránea, etc. Se trataba, pues, de un proceso más bien exógeno al medio rural, fruto de la expansión y las nuevas formas del poblamiento urbano (ciudad difusa, commuting, auge de las segundas residencias, etc.).

Al mismo tiempo, el mundo rural, ligado muy estrechamente a la actividad agraria tradicional, se iba transformando hacia formas de agricultura y ganadería comerciales, a la vez que surgían o se consolidaban otras actividades económicas como la agroindustria, el turismo rural, la pequeña industria y ciertas actividades de tipo terciario, de manera que la vieja asociación entre mundo rural y actividad agraria perdía fuerza a favor de una concepción del mundo rural mucho más complejo y diversificado. A toda esta transformación han contribuido también las políticas de desarrollo rural diseñadas por la Unión Europea, desde los Programas de Desarrollo Rural hasta las sucesivas iniciativas comunitarias Leader y el programa Proder.

En relación con estos fenómenos y otros que ya señalaremos, a lo largo del último decenio, y de manera especial en los años transcurridos del presente siglo, parece observarse que el proceso de recuperación de las zonas rurales ha ido tomando más intensidad y una mayor difusión territorial, aunque ciertamente con notables contrastes todavía entre áreas expansivas y áreas regresivas, (García Pascual, 2003)[2].

Paralelamente a todos estos procesos, asistimos durante el último decenio a un crecimiento espectacular de la inmigración extranjera en España, que, si bien afecta sobre todo a las zonas urbanas, ha incidido también en las zonas rurales, convirtiéndose a nuestro entender en un factor muy importante del crecimiento de muchos de estos municipios. De acuerdo con estos planteamientos, el presente estudio persigue los siguientes objetivos:

Cuestiones sobre fuentes y metodología

Como se acaba de indicar, el periodo analizado es el del decenio 1996-2006, aunque distinguiendo entre los dos quinquenios del mismo ya que, como se verá, la intensidad y extensión de la recuperación es mucho mayor en el segundo de los mismos. Como fuente principal para el estudio se han utilizado los datos del Padrón municipal de habitantes de 1996, 2001 y 2006. La elección del año 2006 se debe a que, en el momento de llevar a cabo la investigación, los datos a escala municipal más recientes publicados por el INE correspondían al Padrón de dicho año[3]. Los datos de 1996 corresponden al último Padrón tradicional (cuya fecha de referencia es la del 1 de mayo de dicho año), mientras que los otros dos ya pertenecen al Padrón continuo (de 1 de enero de cada año), que desde 1998 se publican anualmente desagregados a nivel municipal. Es necesario recordar, en todo caso, que junto a esta ventaja de su periodicidad el Padrón presenta el defecto de su escasa información, ya que, aparte del total de habitantes, sólo informa sobre el sexo, la edad y la nacionalidad. Para el año 2001 era posible utilizar los datos del Censo de Población, pero no hubiera resultado demasiado adecuado utilizar dos fuentes distintas y, además con resultados bastante dispares entre ellas: en concreto el Padrón arrojaba una cifra total superior casi en 900.000 personas a la del Censo de 2001 ajustado (Gozálvez, 2005, p.20). Los estudiosos de este tema han señalado que el desajuste se debía fundamentalmente a los extranjeros irregulares, presentes en el Padrón pero no en el Censo, de manera que el Padrón resulta más adecuado tanto para el total de habitantes como, sobre todo, para la población extranjera (Gozálvez y equipo, 2005). Es cierto que el Padrón puede tener un problema de sobrestimación (por la posible inclusión de extranjeros retornados que no se dieron de baja), pero este problema sería menor en el padrón de 2006, ya que en éste se aplicó por primera vez la norma procedente de la Ley de Extranjería de 2003 que obliga a los Ayuntamientos a dar de baja a aquellos extranjeros extracomunitarios sin residencia permanente que no hubiesen renovado su inscripción padronal en los dos últimos años (Goerlich, 2007).

De las cinco tablas a escala municipal que ofrece el INE, se han utilizado la que refiere a la composición por sexo y edad de la población española y extranjera, lo que nos ha permitido una aproximación a la composición por edad de la población extranjera en contraste con la población total; y  la que contiene información sobre la nacionalidad (en grandes grupos), y por sexo. Evidentemente, cualquiera de las dos tablas permite calcular tanto el total de habitantes del municipio como el número de extranjeros residente en él.

¿Cuáles son los municipios incluidos en el presente estudio? Las fuentes demográficas españolas han utilizado habitualmente una distinción de los municipios por su tamaño demográfico en tres grandes grupos, los rurales (por debajo de 2.000 habitantes), los urbanos (> 10.000) y los intermedios (entre 2.000 y 10.000). Por lo tanto en sentido estricto serían rurales únicamente los municipios que en 2006 tenían menos de 2000 habitantes. Sin embargo en nuestro caso hemos optado por incluir todos los municipios que en 2006 tenían  menos de 10.000 habitantes, de manera que podría hablarse también de “municipios no urbanos”. Ciertamente en un grupo tan amplio numéricamente y tan variado territorialmente pueden existir numerosos núcleos no propiamente rurales, por ejemplo periurbanos, pero también queremos señalar que la recuperación y revitalización económica y demográfica de las zonas rurales tiene a menudo su principal punto de apoyo en los núcleos intermedios, las cabeceras comarcales, de manera que prescindir de éstos hubiese sido no tener en cuenta estas piezas esenciales en el desarrollo de las zonas rurales. En total se trata de 7399 municipios en 2006, lo que representa algo más del 90% del total de municipios españoles.

Por otro lado, somos también conscientes de la enorme diversidad territorial de los municipios en España, hecho que sin duda puede dificultar la correcta interpretación de los resultados. En efecto, una parte del territorio español tiene un tipo de municipio de escasa extensión territorial y a menudo con un número muy reducido de habitantes, de manera que un municipio que supere los 1000 habitantes puede constituirse muy bien en un centro comarcal o al menos subcomarcal. Este tipo de municipio de escasa superficie se da, en general, en toda mitad norte de la Península, con la excepción de Asturias y Galicia, en Baleares e incluso hasta la línea del Tajo aproximadamente, coincidiendo con un poblamiento rural en pequeños núcleos, cada uno de los cuales acostumbra a formar un municipio. Por el contrario, en la zona de la Meseta al sur del Tajo, en Murcia, en Andalucía y en Canarias, los municipios son mucho más extensos y escasos, con un claro predominio de núcleos de mayor tamaño demográfico, aunque ciertamente en estas zonas no faltan pequeños lugares incluidos en municipios más grandes, incluso en los de tipo urbano. Este fenómeno aparece de modo muy claro en Murcia y en Cádiz y con menor intensidad  en otras provincias andaluzas como Sevilla, Córdoba, etc. En estas provincias el número de municipios por debajo de 10.000 habitantes es muy escaso y de ahí el fuerte predominio del color blanco en los mapas correspondientes (figuras 1, 2, 3). Esto puede suponer que los resultados en estas zonas no sean quizás suficientemente significativos, aunque eso no invalida los resultados a nivel general de España. En los casos de Asturias y Galicia predominan los municipios de gran extensión territorial, pero en su interior suelen existir un gran número de núcleos rurales, de manera que si en estas comunidades autónomas no se hubiesen incluido los municipios intermedios, hubiera quedado fuera del estudio la mayor parte del mundo rural.

Ahora bien, sin negar los argumentos esgrimidos, no cabe duda de que se está hablando de municipios de tamaño muy desigual, desde simples aldeas y lugares con autonomía municipal, hasta pequeñas ciudades históricas, capitales de zonas eminentemente rurales, o núcleos periurbanos de rápido crecimiento. Por esta razón, hemos creído necesario incluir en el estudio, además de la escala municipal, una desagregación según el tamaño de los municipios, que se justifica además por la hipótesis ya señalada, de que debe existir una cierta relación directa entre el tamaño demográfico por un lado y el crecimiento y el porcentaje de población extranjera por el otro. En concreto la diferenciación según tamaño se ha hecho mediante 4 grupos distintos: a) municipios inferiores a 500 habitantes, sin duda los más afectados por las consecuencias del éxodo rural y con unas perspectivas demográficas bastante preocupantes; b) municipios entre 500 y 999 habitantes, una cierta continuación del caso anterior, aunque con una realidad algo mejor, por la existencia quizás de un mayor número de servicios y actividades económicas; c) municipios entre 1000 y 1999 habitantes, que en muchos casos tienen ya una variedad de servicios y de actividades que les ofrecen una mayor calidad de vida y unas mayores oportunidades económicas. d) municipios entre 2000 y 9.999 habitantes, los llamados municipios intermedios, que muy a menudo actúan como centros comarcales, subcomarcales o de redolada y que en los actuales planteamientos del desarrollo rural son concebidos, junto con las pequeñas ciudades, en los motores fundamentales de éste (Comisión Europea, 1988). Debemos señalar al mismo tiempo que esta diferenciación por tamaño corresponde al que se tenía en 2006, no necesariamente coincidente con la de los otros dos años analizados; es decir, los que coinciden son los municipios, no su tamaño.

El crecimiento de los municipios no urbanos entre 1996 y 2006

Tal como puede verse en el cuadro 1, los municipios no urbanos españoles tenían en 2006 una población de casi 10 millones de personas, lo que representa algo más del 21% de la población total. En estos mismos municipios 10 años antes habitaban algo más de 9 millones de personas, con una ganancia en el periodo de 836.848 personas. Se trata de un crecimiento nada despreciable, que en términos de crecimiento anual constante supone una media de 0,81% anual (ver cuadro 2); conviene hacer notar así mismo que el crecimiento del periodo 2001-2006, precisamente la fase de expansión del fenómeno migratorio en España, ha sido mucho más importante que el anterior, con una tasa de crecimiento anual constante realmente elevada (1,35 % anual).

 

Cuadro 1. Evolución de la población no urbana. 1996-2006

 

Nº de municipios

Población año 2006

Población año 2001

Diferencia 2006-01

Población año 1996

Diferencia 2001-96

MUNICIPIOS < 500 h.

3.824

764.094

794.193

-30.099

838.198

-44.005

MUNICIPIOS 500 A 1000

1.069

758.468

751.160

7.308

770.409

-19.249

MUN. DE 1000 A 2000

943

1.338.088

1.299.313

38.775

1.314.109

-14.796

MUN. DE 2000 A 10000

1.563

6.919.564

6.300.059

619.505

6.098.700

201.359

TOTAL MUN.  RURALES

7.399

9.780.214

9.144.725

635.489

9.021.416

123.309

Nota: El tamaño de los municipios corresponde al que tenían en 2006.

Fuente: Web INE, Padrón de habitantes. Elaboración propia.

 

Por lo que respecta al tamaño de los municipios los resultados son muy concluyentes, pues casi todo el crecimiento se ha concentrado en los de más de 1.000 habitantes y sobre todo en los intermedios, con un crecimiento anual constante del 1,89% en el último quinquenio, una cifra superior a la media española, que fue de 1,69%. Mediante el uso de tasa de crecimiento anual constante (cuadro 2), puede destacarse, en primer lugar, que ésta ha aumentado claramente entre un quinquenio y el siguiente (o ha bajado la tasa negativa en el caso de los menores de 500 habitantes) y, lo que es mucho más interesante, se ha producido un cambio de tendencia en los 2 grupos que van de 500 a 2000 habitantes.

 

Cuadro 2. Tasa de crecimiento anual constante según tamaño de los municipios. 1996-2006

 

Población 2006

Población 2001

% crec. anual 2001-06

Población año 1996

% crec. anual 1996-2001

% crec. anual 1996-2006

MUNICIPIOS < 500 h.

764.094

794.193

-0,77

838.198

-1,07

-0,92

MUNICIPIOS 500 A 1000

758.468

751.160

0,19

770.409

-0,50

-0,16

MUN. DE 1000 A 2000

1.338.088

1.299.313

0,59

1.314.109

-0,23

0,18

MUN DE 2000 A 10000

6.919.564

6.300.059

1,89

6.098.700

0,65

1,27

TOTAL MUN. RURALES

9.780.214

9.144.725

1,35

9.021.416

0,27

0,81

TOTAL ESPAÑA

44.708.964

41.116.842

1,69

39.669.934

0,71

1,20

Fuente: Web INE: Padrón de habitantes. Elaboración propia.

 

Aunque con grandes diferencias territoriales, como ya se verá, puede decirse que el cambio de tendencia demográfica afecta ya, no sólo a los municipios intermedios, sino también a los rurales, sobre todo a los de mayor tamaño. Corroborando esta afirmación, puede observarse cómo la tasa de crecimiento aumenta conforme crece el tamaño de los municipios, pasando de valores negativos en los que tienen menos de 500 habitantes, hasta valores positivos y  progresivamente más altos en las demás categorías.

Las diferencias territoriales a escala municipal

Ya se señalaba en la introducción que el crecimiento rural observado en los años noventa era territorialmente bastante limitado, centrándose sobre todo en las zonas próximas a las grandes ciudades y en áreas turísticas. ¿Qué ha ocurrido en el periodo que aquí se analiza? Para conocer con detalle este fenómeno se han confeccionado dos mapas a escala municipal en los que se presentan las tasas de crecimiento de los dos quinquenios estudiados. El mapa se ha elaborado mediante una doble progresión en la intensidad de las tramas, de manera que los valores se van haciendo más intensos (azul en los crecimientos negativos y amarillo-rojo-granate en los positivos) cuanto mayor es el crecimiento o el retroceso. A la vista de los mapas correspondientes (figuras 1 y 2) pueden observarse varios fenómenos muy significativos:

 

Figura 1. Tasa de crecimiento anual constante de los municipios no urbanos. 1996-2001
Fuente: Web INE. Elaboración propia. Las zonas en blanco corresponden a municipios urbanos.

 

Figura 2. Tasa de crecimiento anual constante de los municipios no urbanos. 2001-2006
Fuente: Web INE. Elaboración propia. Las zonas en blanco corresponden a municipios urbanos.

 

El análisis de estos mismos municipios agrupados por provincias para el periodo 2001-06 (cuadro 3), confirma lo que se acaba de señalar. En efecto, conviene observar como el máximo crecimiento corresponde a la grandes coronas metropolitanas de Madrid y Barcelona, a las provincias del mediterráneo, a las insulares, a las del valle del Ebro, y a provincias con una capital capaz de generar un importante fenómeno periurbano; por el contrario,  las tasas globalmente negativas se dan aún en 15 provincias: las 4 gallegas, Asturias, la mayoría de las más occidentales de Castilla y León, las dos extremeñas, más alguna de las andaluzas.  

 

Cuadro 3. Tasa anual de crecimiento de los municipios no urbanos por provincias. 2001-2006

PROVINCIA

Pob. 2006

Pob. 2001

Tasa crecimiento anual

  PROVINCIA

Pob. 2006

Pob. 2001

Tasa crecimiento anual

MADRID

365.968

260.868

7,01

 

VIZCAYA

210.455

200.764

0,95

GUADALAJARA

111.948

83.509

6,04

 

GUIPÚZCOA

153.974

147.733

0,83

ALICANTE

249.260

204.421

4,05

 

HUESCA

110.704

107.106

0,66

BARCELONA

597.411

504.494

3,44

 

CÁDIZ

101.122

98.473

0,53

TARRAGONA

252.653

214.963

3,28

 

BURGOS

120.377

117.852

0,42

GIRONA

291.445

248.992

3,20

 

HUELVA

151.776

150.040

0,23

TOLEDO

352.929

305.687

2,92

 

TERUEL

93.040

92.058

0,21

BALEARES

162.545

142.314

2,69

 

CUENCA

143.964

143.239

0,10

RIOJA, LA

110.423

96.779

2,67

 

ALBACETE

130.278

129.656

0,10

CASTELLÓN

142.108

125.587

2,50

 

SALAMANCA

150.771

150.410

0,05

ALMERÍA

156.980

139.831

2,34

 

CÓRDOBA

212.398

212.483

-0,01

VALLADOLID

157.521

141.828

2,12

 

JAÉN

242.673

242.952

-0,02

PALMAS, LAS

81.984

74.359

1,97

 

CIUDAD REAL

178.826

179.475

-0,07

LLEIDA

225.793

204.828

1,97

 

PONTEVEDRA

176.049

177.924

-0,21

ÁLAVA

55.880

50.722

1,96

 

ÁVILA

114.546

115.918

-0,24

NAVARRA

284.090

258.000

1,95

 

SORIA

55.499

56.674

-0,42

VALENCIA

461.115

419.332

1,92

 

BADAJOZ

330.165

339.396

-0,55

MURCIA

80.493

73.337

1,88

 

CORUÑA, A

325.619

338.511

-0,77

MÁLAGA

181.862

167.197

1,70

 

CÁCERES

232.358

241.582

-0,78

SEGOVIA

101.122

92.989

1,69

 

OURENSE

189.074

196.798

-0,80

SEVILLA

325.670

301.762

1,54

 

ASTURIAS

149.063

155.561

-0,85

ZARAGOZA

205.374

190.809

1,48

 

LEÓN

207.808

218.441

-0,99

GRANADA

308.180

286.603

1,46

 

LUGO

199.350

211.192

-1,15

STA. CRUZ TEN.

152.552

142.917

1,31

 

PALENCIA

90.890

96.509

-1,19

CANTABRIA

181.447

171.733

1,11

 

ZAMORA

112.682

119.879

-1,23

Fuente: Web INE: Padrón de habitantes. Elaboración propia.

 

Los factores del crecimiento de las zonas no urbanas: el papel de la inmigración

Una vez analizada la intensidad del crecimiento y su gran disparidad territorial, conviene preguntarse sobre los factores explicativos de este cambio de tendencia en una parte de las zonas no urbanas españolas. Lo primero que hay que señalar es que, globalmente, todo el crecimiento se debe a la migración neta, ya que el crecimiento vegetativo de los municipios no urbanos es claramente negativo, aunque evidentemente pueden existir excepciones, sobre todo en las zonas periurbanas que acogen una nueva población formada por parejas relativamente jóvenes. Para el análisis del movimiento natural del periodo 2001-2006, el de máximo crecimiento como se ha visto, hemos utilizado las tablas “Resumen municipal” del apartado “Movimiento natural” de la base de datos del INE, que incluye datos a nivel municipal de nacimientos, defunciones y del correspondiente crecimiento natural. Pues bien, tal como puede observarse en el cuadro 4, a lo largo de estos cinco años los municipios no urbanos habrían perdido por crecimiento natural 98.573 personas, lo que corrobora la afirmación anterior sobre que todo el crecimiento hay que atribuirlo globalmente a la migración neta, de manera que si en lugar del crecimiento real se hubiese utilizado el saldo migratorio el número de municipios con valor positivo sería aún más alto. Este crecimiento natural negativo era absolutamente esperable dado el alto envejecimiento de las zonas no urbanas y la baja fecundidad de la población española actual, aunque, como se ha observado en el conjunto del país, también en éstas se ha dado un cierto crecimiento en el número de nacimientos.

 

Cuadro 4. Movimiento natural de los municipios no urbanos. 2001-2005

Año

Nacimientos

Defunciones

Crec. Natural

2001

81.297

101.964

-20.667

2002

81.404

103.531

-22.127

2003

85.432

107.204

-21.772

2004

87.141

102.926

-15.785

2005

87.665

105.887

-18.222

2001-05

422.939

521.512

-98.573

Fuente: Web INE: Movimiento natural. Elaboración propia.

 

¿Cuáles son los inmigrantes que reciben estas zonas no urbanas? Evidentemente las características y las motivaciones son distintas en función del tipo de municipio. Por razones de espacio no vamos a entrar aquí a analizar cada uno de los tipos de inmigrantes, pero en todo caso señalaríamos como más importantes los siguientes: a) las personas que emigran de las ciudades hacia los municipios periurbanos en busca una nueva residencia en función del precio de la vivienda, por la calidad y características de ésta, etc. Recuérdese que la mayoría de esta población son los llamados “commuters”, un fenómeno que ya no sólo afecta a áreas periurbanas, sino que se extiende por zonas propiamente rurales (Roquer, 2006). b) Los retornados, tanto jubilados como de otras edades (Rodríguez, Egea, Nieto, 2002; Recaño, 2004. c) Los jubilados españoles o extranjeros que han elegido ciertas zonas litorales o prelitorales como su nueva residencia en función del clima o de otras características (Rodríguez, Warnes, 2002). d) La mano de obra no especializada de la agricultura comercial e intensiva, un grupo formado en la actualidad muy mayoritariamente por extranjeros (Gozálvez, López Trigal, 1999).  e) Los neorrurales y, en general, todas aquellas personas que se han establecido en zonas no urbanas en relación con actividades mayoritariamente no agrarias, como el turismo, la artesanía, la pequeña industria, nuevos servicios ligados a nuevas tecnologías, etc.[5] En este contexto de nuevas oportunidades económicas y de nuevos atractivos residenciales es donde hay que situar el incremento de la población extranjera, que si bien mayoritariamente ha llegado atraída por el medio urbano, también se ha expandido por zonas rurales por sus oportunidades de trabajo o quizás también por unas mayores posibilidades residenciales. A este fenómeno vamos a dedicar la última parte del estudio.

El crecimiento de la población extranjera en las zonas no urbanas

Es bien sabido que España se ha convertido en los últimos años en un territorio con fuerte atractivo inmigratorio, de modo que si en 1996 la población extranjera sólo representaba el 1,36% del total de la población, 10 años después se acerca al 10% y, aunque se localiza más en las zonas urbanas, tiene una representación notable en las no urbanas. También es conocido que casi todo el crecimiento de la población del conjunto de España se debe a la inmigración exterior; a la vez que la población extranjera ejerce un cierto efecto revitalizador, tanto en el incremento de jóvenes y, sobre todo adultos jóvenes, como en el aumento de la natalidad (García Sanz, 2006). ¿Hasta que punto estas consecuencias se dan también en los medios no urbanos? El primer efecto que se puede observar es el gran aumento de la población extranjera, tanto en el conjunto español, como en las zonas rurales. En efecto, si nos centramos en el periodo 2001-2006 se puede ver que en el breve plazo de cinco años la población extranjera se ha multiplicado por 3, dándose la circunstancia, además, de que el incremento en las zonas no urbanas ha sido incluso proporcionalmente algo más alto (cuadro 5). ¿Qué parte del crecimiento de la población no urbana de este periodo corresponde a la población extranjera? En páginas anteriores se ha visto que el crecimiento de la población de estos municipios había sido de 635.489 personas (cuadro 1); si tenemos en cuenta que el aumento de los extranjeros ha sido de 433.551, se deduce que algo más de los 2/3 del crecimiento total se debe a la inmigración extranjera. Por lo tanto es la población extranjera la principal responsable del crecimiento de las zonas no urbanas, pudiéndose plantear incluso la hipótesis de una substitución de emigrantes españoles por inmigrantes extranjeros, cuya verificación, en todo caso, necesitaría de otros estudios.

 

Cuadro 5. Incremento de la población extranjera. 2001-2006

 

2006

2001

Diferencia 2001-2006

Variación 2001=100

Municipios < 10.000 h.

617.058

183.507

433.551

336,2

España

4.144.325

1.370.305

2.774.020

302,3

Fuente: Web INE. Padrón de habitantes. Elaboración propia

 

Por lo que respecta a la proporción de población extranjera en las zonas rurales, es inferior al de las urbanas, pero con un crecimiento más alto en estas últimas como ya se ha señalado (cuadro 6). En cuanto a las diferencias según el tamaño municipal, conviene señalar en primer lugar que la proporción de población extranjera aumenta con el tamaño municipal, del mismo modo como ocurría con el crecimiento real, de manera que se establece una clara relación entre los dos fenómenos. Por lo que atañe al crecimiento del periodo 2001-06 se observa que ha sido bastante similar en los 4 grupos establecidos, siempre con incrementos algo superiores al 300%.  

 

Cuadro 6. Proporción de población extranjera en los municipios no urbanos[6]. 2001-2006

 

Población total 2006

Población extranjera 2006

% extranjeros 2006

 

Población total 2001

Población extranjera 2001

% extranjeros 2001

MUN. < 500

764.094

27.875

3,6

 

793.025

7.920

1,0

MUN. 500 A 1000

758.468

39.451

5,2

 

748.423

11.367

1,5

MUN. 1000 A 2000

1.338.088

72.706

5,4

 

1.294.802

21.249

1,6

MUN. 2000 A 10000

6.919.564

477.026

6,9

 

6.291.144

142.971

2,3

TOTAL MUN. < 10000

9.780.214

617.058

6,3

 

9.127.394

183.507

2,0

ESPAÑA

44.708.964

4.144.325

9,3

 

41.031.818

1.370.305

3,3

Fuente: Web INE: Padrón de habitantes. Elaboración propia.

 

Pero quizás, como ocurría también con el crecimiento, es más importante la zona donde se ubica un municipio que su tamaño. Esto puede verse en el mapa de la figura 3, donde se ha representado la proporción de población extranjera de los municipios en el año 2006. Teniendo en cuenta que la media de los municipios no urbanos se sitúa en el 6% y la del conjunto español se acerca al 10%, se han creado cinco categorías, dos por debajo de la media rural, una entre la rural y la total y otras dos por encima de la media española.

Seguramente el  hecho más destacable de este mapa es su gran parecido con el del crecimiento del periodo 2001-06, de manera que se establece una clara relación entre crecimiento demográfico y población extranjera, en una doble dirección: el dinamismo económico y demográfico atrae población extranjera y, a su vez, ésta contribuye al crecimiento. Como se veía en el mapa del crecimiento, las cifras más altas de población extranjera se sitúan a lo largo de las comunidades autónomas del este, desde Cataluña hasta la provincia de Málaga, así como las islas Baleares (y de modo más modesto en Canarias), en el entorno de Madrid, en la línea Madrid-Valencia, en el Valle del Ebro, en la zona pirenaica y de modo puntual en municipios fronterizos de Galicia, de Huelva, etc. Respecto al mapa de la tasa de crecimiento hay algunas excepciones claras, especialmente la del País Vasco, que, si bien presentaba un crecimiento elevado, ofrece cifras muy modestas de población extranjera, lo cual hace pensar en un crecimiento fruto de la expansión urbana de las ciudades de esta comunidad (Torres 2007).

 

Figura 3. Porcentaje de población extranjera en los municipios no urbanos. 2006
Fuente: Web INE. Elaboración propia. Las zonas en blanco corresponden a municipios urbanos.

 

Dentro de esta zona de proporciones altas, destacan especialmente algunos territorios con valores elevadísimos y vinculados sin duda a procesos distintos: por un lado aparecen zonas de alta concentración ligados especialmente al fenómeno residencial de jubilados europeos (lo cual no obsta para que sus propias necesidades atraigan también población extranjera laboral). Como ejemplos más significativos destacarían los casos de Alicante, de Baleares, de Canarias y de la Costa del Sol. Por otro lado se ven zonas de elevada presencia de extranjeros vinculados especialmente a actividades económicas, ya sea de tipo agrícola intensivo, de tipo industrial, de actividades turísticas o de demanda de servicios en general. Por su intensidad destacan la amplia corona metropolitana de Madrid, la zona del norte de Castellón y sur de Tarragona, el sur de Lleida, la zona de Almería, etc.

En el lado contrario puede verse cómo la presencia de extranjeros es muy escasa en la España del norte, del noroeste, en toda la zona oeste, en las provincias meridionales de de Castilla la Mancha, en el interior de Andalucía y en algunas áreas, pero no todas, del Sistema Ibérico, de modo que presenta, como ya se ha dicho, una notable similitud con el mapa del crecimiento municipal.

La población extranjera como factor de revitalización demográfica de las zonas no urbanas

Se señalaba con anterioridad que a la población extranjera se le atribuye un papel esencial, no sólo en el crecimiento, sino también como factor de rejuvenecimiento y de incremento de la natalidad. Intentaremos ver a continuación de qué modo esto se da también en las zonas no urbanas.

La composición por edad de la población extranjera residente en zonas no  urbanas

La mejor forma para llevar a cabo este análisis hubiese sido la elaboración de la pirámide por edad y sexo de esta población. Sin embargo, esta información desagregada por municipios no existe en los datos accesibles del Padrón, ni tampoco globalmente según el tamaño de los municipios, de modo que la opción para resolver este problema hubiese sido acudir a los datos del Censo de 2001, pero dada la lejanía de estos datos y al hecho de que se considera que en el Censo falta un elevado número de extranjeros, hemos preferido trabajar únicamente con la información disponible del Padrón de 2006. En concreto existe una tabla a escala municipal que agrupa la población por grandes grupos de edad distinguiendo entre población española y extranjera. Estos grupos son los menores de 16 años (no de 15 como es habitual), de 16 a 64 años y de 65 y más. De este modo se pueden obtener la tradicional división en jóvenes, adultos, viejos, así como calcular el llamado índice de vejez o de envejecimiento (>64/<16).

 

Cuadro 7. Composición de la población extranjera por edad 2006

 

POBLACIÓN EXTRANJERA

   

POBLACIÓN TOTAL

 

Tamaño mun.

< 16 años

16-64

> 64

Índice de vejez

 

< 16 años

16-64

> 64

Índice de vejez

< 500 habs.

15,0

80,9

4,0

26,9

 

8,3

57,6

34,1

408,0

500 a 1000

14,3

80,5

5,2

36,3

 

11,3

60,9

27,7

244,9

1000 a 2000

14,7

80,5

4,8

32,6

 

12,7

62,7

24,7

195,1

2000 a 10000

15,4

78,7

5,9

38,4

 

15,5

66,1

18,4

119,2

TOTAL < 10000

15,2

79,1

5,7

37,1

 

14,2

64,6

21,2

149,6

TOTAL ESPAÑA

14,9

80,2

4,9

32,9

 

15,2

68,0

16,8

109,9

Fuente: Web INE: Padrón de habitantes. Elaboración propia.

 

El análisis de estas características se ha hecho según el tamaño de los municipios y también a nivel provincial, agrupando todos los municipios de menos de 10.000 habitantes. Un primer hecho a destacar es la composición tan dispar de la población extranjera en relación con la del conjunto español (cuadro 7). Mientras que ésta ofrece las características propias de una población altamente envejecida, la de los extranjeros muestra la típica composición de las poblaciones migrantes, con un peso elevadísimo de los adultos, una ausencia casi total de viejos y una modesta representación de los jóvenes, resultando quizás mayoritariamente de la reagrupación familiar pero con una progresiva importancia de los nacidos aquí. Todo ello se traduce en un índice de vejez muy alto en el conjunto de la población y bastante bajo en los extranjeros, básicamente por la bajísima proporción de viejos.

En segundo lugar, si se comparan los resultados según el tamaño del municipio puede observarse que mientras la población total tiende a un grado de envejecimiento mayor cuanto menor es el municipio, esto no ocurre con la población extranjera que ofrece una composición por edad casi similar en todas las categorías. La similitud entre la composición de los municipios no urbanos y el conjunto de España nos lleva a deducir que probablemente la pirámide de población será también bastante similar. En definitiva la población extranjera se ha convertido en un factor de rejuvenecimiento de muchas zonas rurales, tanto por la entrada de jóvenes como sobre todo de adultos jóvenes, aunque su importancia dependerá del porcentaje que pueda representar sobre la población total. Al mismo tiempo, al tratarse de adultos jóvenes pueden contribuir a una cierta recuperación de la natalidad, como se verá más adelante. Por lo que respecta a los menores de 16 años su proporción supera por un punto al de la población total (15,2 frente a 14,2), pero lo que parece más importante es que esta diferencia se acentúa cuanto menor es el municipio, de ahí que en muchos municipios de tamaño reducido la llegada de estos niños y adolescentes por reagrupamiento familiar, un fenómeno que debe ir a más en los próximos años, y los propios nacimientos pueden ser factores importantes para aumentar este grupo, con todas las implicaciones que esto conlleva.

 

Cuadro 8. Índice de vejez de los municipios no urbanos por provincias 2006

PROVINCIA

IV

%

IV

PROVINCIA

IV

%

IV

Pob extranj.

Pob extranj.

Pob total

Pob extranj.

Pob extranj.

Pob total

STA CRUZ TEN.

179,7

8,8

126,0

CÓRDOBA

17,0

1,4

126,1

ALACANT

154,5

22,4

123,1

SEVILLA

16,9

1,7

78,8

MÁLAGA

123,7

9,7

118,1

GUIPUZCOA

16,4

2,9

109,7

OURENSE

96,8

2,7

430,2

BARCELONA

14,0

6,2

86,9

BALEARS

77,3

15,4

111,7

VIZCAYA

12,8

2,9

142,0

ALMERÍA

75,2

15,4

122,9

HUESCA

12,5

6,7

237,3

PALMAS, LAS

63,2

11,3

86,3

ÁVILA

11,4

3,9

261,8

CÁDIZ

55,7

2,2

82,6

ÁLAVA 

10,5

4,0

131,0

PONTEVEDRA

49,6

2,0

203,1

MADRID

10,4

12,6

62,7

HUELVA

49,6

3,2

121,8

GUADALAJARA

10,0

8,6

134,3

CORUÑA, A.

47,1

1,0

248,1

VALLADOLID

9,4

3,7

143,9

GIRONA

42,9

12,1

115,4

PALENCIA

9,4

2,1

252,4

ASTURIAS

41,1

1,9

297,7

NAVARRA

8,5

7,8

127,2

LUGO

36,6

1,6

385,6

ALBACETE

7,8

5,0

169,4

CASTELLÓ

35,9

13,2

169,5

SORIA

7,7

4,5

293,3

TARRAGONA

32,5

11,9

128,5

SEGOVIA

6,7

8,0

181,0

CÁCERES

30,7

1,8

209,3

TOLEDO

6,6

7,5

126,0

BADAJOZ

28,7

1,1

138,1

LA RIOJA

6,5

9,7

179,8

GRANADA

28,3

4,1

113,0

ZARAGOZA

6,4

7,2

195,4

VALÈNCIA

27,7

6,8

124,3

BURGOS

6,4

5,1

276,2

CANTABRIA

24,3

2,4

162,1

TERUEL

6,2

7,8

255,4

SALAMANCA

23,9

2,4

235,9

LLEIDA

6,2

11,3

159,6

LEÓN

23,1

2,5

357,0

JAÉN

5,6

1,9

124,4

ZAMORA

21,7

1,9

411,9

CUENCA

4,3

7,5

217,2

MURCIA

20,4

9,2

100,1

C. REAL

3,8

4,5

165,3

IV= Pob > 65/Pob < 16*100

Fuente. Web INE: Padrón de habitantes. Elaboración propia

 

Esta función rejuvenecedora presenta, en todo caso, importantes diferencias provinciales, como consecuencia del distinto tipo de población extranjera inmigrada, como ya se ha indicado. Estas diferencias se pueden observar en el cuadro 8, donde figura el índice de vejez de la población total de estos municipios y de la población extranjera, a la vez que la proporción que ésta representa sobre el total de los municipios no urbanos. Si nos centramos únicamente en las provincias con una importante presencia de población extranjera, se pueden establecer 3 grupos:

¿La población extranjera como factor de recuperación de la natalidad y la fecundidad?

Desde hace unos años se observa en el conjunto de la población española un cierto repunte de la natalidad y la fecundidad que, al menos en parte, corresponde a la población extranjera tanto por ser más joven, como ya se ha visto, como por una supuesta mayor fecundidad de las mujeres extranjeras. Debemos señalar en este apartado, que salvo la sex ratio, carecemos de datos desagregados por municipio de la fecundidad, de modo que en este caso habrá que utilizar las cifras del conjunto de España.

Un primer hecho que debemos considerar es el desequilibrio entre sexos de la población extranjera, con un notable predominio de los varones. En efecto, si nos centramos en los municipios no urbanos, del total de 617.058 extranjeros residentes en ellos, 273.498 corresponden a mujeres, lo que arroja una tasa de feminidad del 44,3 (46,5% en el conjunto de la población extranjera). Por lo tanto, resulta que no sólo la población extranjera es mayoritariamente masculina, sino que este desequilibrio se acentúa en las zonas no urbanas.

Esta disparidad en la sex ratio se da también en función de la nacionalidad. En la figura 4 se representan la nacionalidad en 6 grandes grupos. Desde el punto de vista de su importancia  numérica puede verse que, de los grupos establecidos, cinco muestran un valor bastante similar, aunque sigue destacando el porcentaje de los ciudadanos de la UE (todavía sin rumanos ni búlgaros), un colectivo formado mayoritariamente por personas mayores (aunque también por profesionales y técnicos) como ya se ha señalado. Lo que llama más la atención es el desequilibrio en la sex-ratio. El predominio masculino señalado anteriormente se da en 5 grupos y destaca sobremanera el desequilibrio de la población de nacionalidad africana (muy mayoritariamente marroquí). Por lo tanto, aunque las mujeres de este grupo presenten una fecundidad más alta, su escaso número puede influir poco en la natalidad. Por el contrario, el grupo de la población americana (en realidad habría que decir latinoamericana) es el único en el que predominan ligeramente las mujeres, pero su contribución creemos que debe ser bastante modesta como se verá.

 

 

Figura 4. Sex ratio de la población extranjera por grandes grupos (municipios < 10000 habs). 2006

 

Como ya se ha señalado, no disponemos de datos de natalidad de la población extranjera por municipios, ni en función del tamaño, de manera que los datos que debemos manejar se refieren a toda la población extranjera del conjunto del territorio español. Tal como puede verse en el cuadro 9, los nacimientos de madre extranjera representaron el 15% del total de nacimientos del año 2006, mientras que la tasa de natalidad de esta población ascendió al 17 por mil, casi 5 puntos superior a la media española. Ahora bien, al ser una tasa bruta se ve influida por la estructura por edades, que como ya sabemos es mucho más joven en el caso de la extranjera, con una elevada proporción de mujeres en edad de procrear. Para superar este problema hemos calculado una tasa neta, el número de hijos por mujer, que da un valor algo más alto en las madres extranjeras. Ahora bien, como es sobradamente conocido, un valor de 1,6 hijos por mujer está claramente por debajo del nivel de reemplazo (alrededor del 2,1 en nuestras poblaciones), de manera que en este sentido la contribución de la población extranjera es poco significativa. Esto parece deberse a que la elevada población femenina de Latinoamérica y en general la no africana presenta una mentalidad natalista más próxima a la de la población autóctona, por lo que su fecundidad debe ser similar o sólo ligeramente más alta. (Devolver, Domingo, García, 2003). En definitiva, podemos afirmar que la contribución de la población extranjera a la fecundidad resulta bastante exigua y en ningún caso aparece como la solución al problema de nuestra baja fecundidad .Por lo que respecta al mundo rural, aunque la carencia de datos no nos permita verificarlo, todo apunta a que la situación debe ser prácticamente la misma.

 

Cuadro 9. Natalidad y fecundidad en España. 2006

 

Nacimientos

Población

Tasa de Nat.

Nº hijos/mujer

Total

466.371

44.708.964

10,4 por mil

1,3

De madre extranjera

70.259

4.144.325

17,0 por mil

1,6

Fuente: Web INE. Movimiento natural y Padrón. Elaboración propia.

 

Conclusiones

Tras el análisis efectuado, podemos señalar como conclusiones principales las siguientes:

En síntesis, estamos en presencia de una dicotomía del mundo no urbano español con importantes áreas de crecimiento pero también otras de retroceso y con un papel esencial de la población extranjera en este crecimiento. Para los próximos años queda la cuestión de saber si se va a consolidar este crecimiento, si va a extenderse territorialmente y si la población extranjera continuará jugando un papel esencial en él.

 

Notas

[1] Véase a este respecto la abundante bibliografía tanto española como británica analizada por M. Solana (2008) así como la relativa al espacio francés de García Coll  y Sánchez Aguilera  (2005).

[2] Es bien significativo al respecto que en el próximo Congreso del grupo de población de la AGE a celebrar en León en septiembre de 2008 una de las ponencias verse todavía sobre Despoblación  y reconfiguraciones territoriales.

[3]En el momento en que está comunicación estaba casi concluida, el INE ha publicado en su web los datos a escala municipal del Padrón de habitantes de 2007 (17 de enero de 2008).

[4] La no coincidencia exacta del número de municipios entre los dos años se debe a la creación o desaparición de algunos municipios durante el quinquenio.

[5] No se nos olvida, en todo caso, que entre los nuevos pobladores, una parte de difícil cuantificación no corresponde a residentes fijos sino a lo que podríamos llamar pseudoresidentes o, mejor, semirresidentes, aunque en el momento actual este concepto es aplicable, de algún modo,  a la mayoría de la población, tanto urbana como rural.

[6] Las cifras de 2001 no coinciden con las del cuadro 2, ya que en la “Explotación estadística del Padrón” de este año no se incluyeron 47 municipios por problemas de carencia de datos o por baja fiabilidad (web del INE) y, en cambio su población total sí aparece en las “Cifras oficiales de Población”.

[7] También presentan índices de vejez bastante altos las provincias gallegas y Asturias, pero el porcentaje de  extranjeros en ellas es muy escaso. La importante presencia de población portuguesa en estas provincias parece ser la principal explicación de estos resultados.

 

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