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Ar@cne. Recursos en Internet para las Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona, nº 63, 2001 
Depósito Legal: B 21.743-98

LOS RECURSOS SOBRE EL PAISAJE DE OCEANÍA EN LA RED

Valerià Paül i Carril
Departament de Geografia Física i Anàlisi Geogràfica Regional
Universitat de Barcelona



Palabras clave: Oceanía, paisaje, recursos de Internet, geografía, arquitectura.

Key words: Australasia, landscape, Internet resources, geography, architecture.



Internet se consolida como una verdadera biblioteca mundial. Y lo hace porque está llamado no sólo a ser el espacio de la navegación –del transporte de la información- sino del almacenamiento de noticias, en forma de memoria que quedará para las generaciones futuras y que constituye un fondo bibliográfico de primer orden. En realidad, la información no es “virtual” como repetidamente se viene diciendo, sino “digital”, pues pese a no tener la consistencia material de los libros –o de los viejos pergaminos-, es un formato real, accesible al instante desde cualquier parte del mundo. Claro que ello es un proceso gradual en que no hemos hecho nada más que empezar, del que aún no conocemos su dimensión total, y sobre el que escribir es aún solo una conjetura.

Si nos interesa el tema del paisaje de Oceanía en la red, los navegadores habituales usados por los cibernautas ofrecen cifras increíbles sobre los recursos disponibles; en ellos se debe efectuar una cierta limpieza, pues la red está llena de aquello a lo que se le llama en el lenguaje de la comunicación “ruido”. Y después, claro está, observar detenidamente los contenidos y adecuarlos a la búsqueda que se realiza. Pero nos queda claro desde un primer momento, y de ello somos absolutamente conscientes, que todo lo que se liste desde ahora sobre los recursos disponibles en la red es sólo –como decíamos antes- una conjetura, pues al mismo tiempo que se están escribiendo estas líneas ya surge más y más información en una intrincada espiral sincrónica, añadiéndose nuevas observaciones y una complejidad mayor al asunto trabajado. Aunque lo cierto es que también es una conjetura si consideramos que seguro que existen recursos contemporáneos que no se han leído, o a los que no se ha podido acceder por motivos varios, simplemente porque los epítetos utilizados por los navegadores no son los correctos, los vínculos siempre tienen los límites del dimensionamento de la propia página web o porque las búsquedas no siempre son lo que se desea.

 
Dicho esto, debemos afrontar preguntas como ¿por qué buscar recursos en la red sobre paisaje? o ¿por qué intentar encontrar dichos recursos precisamente sobre Oceanía? Para empezar, “paisaje” es un concepto que se cita cada vez más, no sólo en geografía –en la que, por cierto, había caído en peor suerte desde hace unos decenios, aunque se ha recuperado en los últimos años por influencia de la tendencia humanista y perceptiva-, sino también en otras disciplinas que intentan entrar en la complejidad que representa este término. Y lo intentan desde su propia tradición, por lo que la riqueza conceptual alrededor del término “paisaje” es cada vez mayor. En fin, el paisaje –la interacción entre el medio físico y el hombre materializada en unas formas concretas, en una fisionomía específica para un sector determinado- es algo que se puede estudiar desde diferentes ópticas, lo que añade interés a todas las consideraciones que sobre él se puedan escribir. De todas formas, estas disquisiciones –diferenciales sólo en la forma- siempre versarán sobre un mismo objeto, el paisaje entendido con un gran angular, por lo que se hace interesante articular una síntesis que las unifique; la red –que constituye un escenario excepcional tal y como observamos más arriba- nos ofrece una oportunidad de primer orden para intentar hacer una aproximación a este mismo punto de mira para tan distintas tradiciones. De igual forma, y como es obvio, dicha aproximación es realmente compleja porque intenta cimentarse en una riqueza disciplinaria notable, cuya característica primordial es la diversidad.

Oceanía es un buen escenario en el que empezar a investigar sobre los contenidos de la red del tema considerado. Es un continente delimitado, con unas características relativamente homogéneas –las tierras emergidas del Océano Pacífico-, y que tiene la población continental más pequeña del mundo, elementos que facilitan el acotamiento espacial y la uniformidad de la búsqueda. Es, sin duda, una elección arbitraria, pero no se debe olvidar que dos “Nuevas Europas” protagonizan dicho continente –Australia y Nueva Zelanda-, por lo que las tradiciones científicas mayoritarias serán plenamente occidentales y a la par de lo que se escribe en países como el Reino Unido o los Estados Unidos. Por ello también la búsqueda tiene interés, pues el mundo anglosajón ofrece en todo lo que se refiere al paisaje una tradición consolidada diferencial respecto, por ejemplo, a lo que está disponible en el Estado español o Francia.

Dicho esto, debemos pasar a presentar las entradas internáuticas al paisaje de Oceanía, que en realidad no constituyen sólo aproximaciones al paisaje del continente sino aproximaciones hechas desde el continente sobre cualquier otra parte del mundo o bien textos escritos desde otros continentes sobre Oceanía. Se han excluido las aproximaciones artísticas al paisaje, por motivos operativos, así como las galerías de fotografías o las webs de clara vocación turística, debiéndose destacar que la mayor parte de las referencias al paisaje en Internet –almenos en esas latitudes, y en especial en los archipiélagos- son por motivos turísticos. La distribución espacial de los recursos sobre paisaje, eso sí, está concentrada en Australia y Nueva Zelanda, existiendo una ausencia significativa de otras muchas zonas, especialmente de las pequeñas islas que configuran Micronesia, Melanesia y Polinesia; ello no es debido a una elección consciente, claro está, sino al hecho que escasean las páginas que al paisaje de la mismas se haga referencia, fuera de las habituales citas del paisaje por motivos turísticos.

 
 
1. El paisaje “natural”
 
Oceanía ha sido absolutamente transformada, como los otros continentes de la Tierra, si exceptuamos, como es lógico, las tierras antárticas. De todas formas, la variedad natural que se deduce de los contrastes existentes entre los Alpes de Nueva Zelanda y el Gran Desierto Australiano, por un lado, o entre la selva de Queensland o los atolones de Polinesia, por el otro lado, pervive. De ahí que haya numerosos estudios sobre el paisaje “natural” en la red, tanto desde una perspectiva regional como temática. Como región bien tratada, tenemos por ejemplo la Isla de Irian Jaya –Nueva Guinea- en la web http://members.tripod.com/wwfsahul_cs/ffij.htm. Desde el punto de vista temático, se puede poner el énfasis en diferentes elementos.
 
Un elemento para afrontar los estudios de paisaje natural podría ser el uso del suelo potencial –vegetación climácica y calidad del suelo-, a partir del cual se hacen mapas de tipos de paisaje. En http://www.geosp.uq.edu.au/projects/geoserver/geolibrary/csiro_centralaus_98/gislayers/landscapes.htm se muestra cartografía de la parte sureña del Territorio del Norte australiano, acompañada de fotografías y estudios detallados de las unidades paisajísticas consideradas landsystems, en tanto que se constituyen de forma sistémica a partir de un criterio multivariable. Igualmente, se señala el aprovechamiento potencial de cada unidad. De forma similar, en http://www.brs.gov.au/land&water/landcov/lc_what.html la cobertura del suelo se convierte en eje central de la explicación del paisaje australiano. El concepto de uso del suelo, pues, se considera la interficie entre la corteza terrestre y la atmósfera, influenciando los intercambios de energía y materia en el sistema climático y los ciclos biogeoquímicos.
 
Generalmente, se confía en la vegetación como parámetro básico para identificar de unidades del paisaje. Por ello el cartografiado de las unidades de vegetación potenciales, tanto en su versión actual como en la paleovegetación, que se ofrece en la página www.soton.ac.uk/~tjms/austral.html, de la Universidad de Southampton y hecha por geógrafos australianos y neozelandeses, es una muy interesante contribución. La biogeografía institucionalizada pretende describir los paisajes, basándose en la cobertura vegetal del territorio; una web como http://www.chariot.net.au/~littoral/n-hst/n-hstbib.htm presenta la regionalización biogeográfica de la Australia Meridional, transmitida como si se tratasen de unidades del paisaje.
Sin embargo, la vegetación no es el único parámetro definidor de los paisajes “naturales”, pues existe toda una tendencia a considerar como paisajes específicos aquéllos que define la geomorfología. En Australia se les presta una atención especial a este tipo de paisajes en http://www.cbr.clw.csiro.au/aclep/workshps/geomorph/geomorph.htm#top, que son las actas de las jornadas australianas de geomorfología. En éllas, aparecen artículos completos sobre el paisaje de regolita o sobre el papel de la erosión en la conformación de nuevos paisajes. Paisajes regionales como el karst de Queensland también se analizan de forma completa en Internet: http://www.earthsci.unibe.ch/people/scherrer/LostCity/LostCity.htm ofrece un artículo extenso sobre la evolución de dicho paisaje. El sustrato geológico es también un foco de atención desde la perspectiva paisajista en http://leme.anu.edu.au/research/research.html, cuyas informaciones se elaboran con el objetivo de integrar los procesos y conceptos geomorfológicos, geológicos y geoquímicos en la explicación de la evolución del paisaje australiano.
 
Y, al mismo tiempo que se hacen análisis geomorfológicos del paisaje, se proponen desde la edafología proyectos como “Soils in the New Zealand landscape”, accesible en Internet en la dirección http://www.landcare.cri.nz/information_services/mwpress/Catalogue/Soils/index.shtml?livmant. En la misma línea, se considera que los suelos salinos son un tipo de paisaje especial, que requiere de una intervención específica que se recomienda en una dirección como http://www.brs.gov.au/land&water/salinity/salinity.html. El Bureau of Rural Sciences mismo ofrece por Internet atlas con contenidos muy paisajistas, del tipo de cartografía edafológica (http://www.brs.gov.au/sitemap.html).
Pero el paisaje también posee un elemento móvil que en muchas ocasiones se olvida, que debe su vida al conjunto paisajístico al tiempo que se integra en el complejo funcionamiento del sistema natural. Este elemento es la fauna. La web http://aerg.canberra.edu.au/pub/aerg/staff/projpge.htm, de un grupo de investigación de la Universidad de Canberra, intenta correlacionar las unidades de paisaje rural con la avifauna que las habita. En esta web, se da noticia no sólo de las conclusiones de la investigación sino del interés que tiene el gobierno australiano en conservar el paisaje rural tradicional para mantener determinadas comunidades animales, cosa que posibilita hablar de la biodiversidad paisajística actual respecto a la ocupación antrópica. De igual forma, en http://www.akfkoala.gil.com.au/khaksc.html se insiste en la dependencia del koala respecto a determinadas unidades paisajísticas del bosque de eucaliptos.
 
 
2. El modelado antrópico del paisaje de Oceanía
 
Pero del paisaje natural de dicho continente ya no queda nada. Empezando por las transformaciones introducidas por las sociedades indígenas tradicionales mediante la cultura del fuego –explicadas de forma muy completa en http://online.anu.edu.au/Forestry/fire/ecol/firecol.htm-, las transformaciones humanas han tendido a transfigurar la morfología original. El cambio propugnado por los aborígenes de Oceanía vino controlado por las características climáticas de los territorios; en Papúa, por ejemplo, la variedad paisajística agrícola y natural varía altitudinalmente, y ello crea una biodiversidad considerable, cuestión de la que se habla extensamente en un artículo de Simon G. Haberle en http://coombs.anu.edu.au/Depts/RSPAS/RMAP/haberle.htm. También en Papúa la configuración de los grupos lingüísticos (cabe decir que en esta isla existe una diversidad idiomática sin parangón con cualquier otra parte del mundo), viene imprimiendo características paisajísticas marcadas como se puede leer en http://rspas.anu.edu.au/linguistics/PapuanPasts/abstracts.html, en el apartado de paleopaisajes de las actas del congreso australiano de investigaciones sobre Papúa.
En este período reciente –todo el cuaternario- se vienen produciendo algunas extinciones faunísticas por parte de los aborígenes de Oceanía, explicadas de forma muy didáctica en http://www.amnh.org/science/biodiversity/extinction/Day1/bytes/FlanneryPres.html, que es una conferencia sobre dichas extinciones impartida en el Museo Americano de Historia Natural. Aunque no se puede afirmar que la cultura aborigen fuese precisamente dañina para el paisaje natural, pues existía toda una filosofía del respeto al medio: en las islas del Pacífico se adoraban los árboles (consultar http://www.spcforests.org/Library/usestatus/usestatus.htm), debido a la importancia que tienen los mismos para la supervivencia de la sociedad de esos archipiélagos.
Los europeos, sin embargo, fueron los que imprimieron más el paisaje y la realidad actual es producto de la segunda oleada de colonización, protagonizada por británicos fundamentalmente. Todos los elementos del paisaje se han visto transformados desde su llegada, como se puede ver en http://www.abc.net.au/science/future/ep2/trans2.htm –un programa de la televisión australiana que incide especialmente sobre la transformación de la fauna desde la llegada de los europeos (el conjunto del texto de la serie de televisión, de cara vocación paisajística, se puede consultar en http://www.abc.net.au/science/future/)-. Muchos, a parte del aspecto faunístico, han sido los cambios producidos por los europeos en el continente austral, como se puede leer en http://www.art-bag.net/contd/issue1/mckenzie.htm. En este sentido, cabe decir que en los últimos treinta o cuarenta años, lejos de remitir las transformaciones, la ocupación agroganadera por parte del hombre blanco viene multiplicando sus efectos y haciéndolos más perversos, tal y como se explica en: http://www.csiro.au/page.asp?type=mediaRelease&id=EvidencemassiveLandscapeChangeUnearthed.
De todas formas, existe la tendencia a explicar las transformaciones antrópicas del paisaje por la agricultura u otras actividades primarias, cuando los sectores secundario y terciario sin duda que también modelan. En Fiji, como se ve en http://www.usp.ac.fj/tourism/Research.htm, el ecoturismo es una alternativa para el desarrollo, pero éste debe ser adaptándose a la realidad isleña y considerando que también tendrá su modelado característico en el paisaje. Nauru también es un caso especial de construcción del paisaje, condicionado por la actividad minera que ha creado una morfología espectacular; http://globaled.ausaid.gov.au/secondary/casestud/nauru.html es el material de secundaria del gobierno australiano –elaborado en el seno del programa de educación sostenible-, que explica el paisaje de esta microisla y las alternativas que se abren ante la monoexplotación de los fosfatos que ha conducido a un paisaje casi lunar.
En esta línea de las transformaciones humanas del paisaje, existe un manual entero disponible en la red llamado El Desafío del Paisaje, de Yeomans, que versa sobre el desarrollo de tierras aptas para la agricultura mediante la transformación paisajística de los suelos existentes en la actualidad. Se encuentra en http://www.soilandhealth.org/01aglibrary/010126yeomansII/010126toc.html y es muy interesante y recomendable, con figuras sobre casos en Oceanía y abundante material cartográfico y fotográfico.
Pero para entender los procesos de transformación paisajística de Oceanía, sin duda que hace falta datar de forma concreta en el tiempo y en el espacio. En la bahía de Sidney, por ejemplo, como se puede leer en www.archaeology.usyd.edu.au/~clegg/callan/landscape.html, se intentan reconstruir los paleopaisajes aborígenes y coloniales mediante mecanismos de datación precisos.
En el futuro, es previsible que aumenten los problemas por la sobreexplotación del paisaje y algunas aportaciones de carácter ecologista inciden en el caso de Papúa-Nueva Guinea (http://rspas.anu.edu.au/lmp/), en que el paisaje tradicional se ve como un bien escaso y donde se proyecta una mejor planificación del territorio. Y, de producirse el cambio climático, se han publicado las consecuencias para el paisaje de Oceanía en www.epa.gov/globalwarming/publications/reference/ipcc/summary/page9.html, según informe del Gobierno de Estados Unidos, y en http://www.europarl.eu.int/stoa/publi/98-02-01/chap4_en.htm?redirected=1#c, según informe del Parlamento Europeo. Desde Nueva Zelanda, también son analizados los impactos en el paisaje de producirse el cambio climático por el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera en http://katipo.niwa.cri.nz/ClimateFuture/impacts.htm#anchor525753. La visión que se desprende de esta última fuente es muy integradora e incide en todo el continente austral, siendo especialmente importantes las consecuencias en las islas pequeñas.

 
 
3. La respuesta a la domesticación del paisaje: la ecología del paisaje

 
Durante los últimos siglos, la ocupación antrópica del medio de Oceanía ha dado como resultado un paisaje con multitud de problemas de orden ambiental. Por ello cada vez más se escribe sobre la ecología del paisaje, siendo muy significativa la presencia en la red de elementos de esta tendencia, muy en la línea de todo lo que ocurre con el fenómeno medioambiental en general, que tiene una fuerte presencia en Internet. Se pueden encontrar en Australia manuales de ecología del paisaje para asignaturas universitarias en http://www.geosp.uq.edu.au/courses/geos/2103/landscape_ecology.pdf y http://www.geosp.uq.edu.au/courses/geos/2103/landscape_ecology2.pdf, completos y muy interesantes. Igualmente, en http://geography.anu.edu.au/programs/geog_sci.html#GEOG3011  se puede encontrar un programa interesante de ecología del paisaje en la Universidad Nacional de Australia. Aunque lo cierto es que las necesidades de la ecología del paisaje no sólo se concentran en Australia y Nueva Zelanda, sino que hay problemas urgentes en otros lugares como Papúa-Nueva Guinea: en la página http://www.bsponline.org/publications/showhtml.php3?20#conservation se encuentran las necesidades de protección del paisaje de dicho país. De todas formas, en una nación como Australia los estudios sobre ecología del paisaje son muchos y de buena calidad, pudiéndose destacar la investigación pormenorizada de cada elemento del paisaje y de la interrelación del conjunto; el Estado de Nueva Gales del Sur ofrece en la red un informe sobre el estado del medio ambiente en el territorio de su jurisdicción, consultable en http://www.epa.nsw.gov.au/soe/97/ch2/12_3.htm. De igual manera, proyectos globales como el Atlas Ambiental internáutico dedican un capítulo concreto al continente de Oceanía, tal y como se puede ver en  http://www.rri.org/envatlas/oceania/oceania.html, en el que se ofrecen datos para Australia y Nueva Zelanda principalmente. Por otro lado, en www.environment.gov.au/ps/owa/ea_server_pk.list_ea_documents aparece el programa de conservación y protección de paisajes de la Commonwealth australiana, en el que se estudian determinados paisajes y aparecen interesantes estudios sobre comunidades vegetales concretas, como los ecosistemas de bush (arbustos), así como informes detallados sobre sus correspondientes grados de conservación o degradación.

La necesidad de buscar un paisaje sostenible, derivada de la preocupación expuesta por la ecología del paisaje, se encuentra en http://www.csiro.au/, web del programa de investigación científica e industrial en Australia. Lógicamente el paisaje sostenible se podrá conseguir si previamente se ha hecho una buena evaluación del estado del mismo, entreviéndose la necesidad de considerar la salud del paisaje, cuestión que se trata en http://www.nra.gov.au/docs/nrm/landcare/pub/languages/12-Monitoring2.html.

En respuesta a los problemas planteados por la ecología del paisaje, existe la restauración del paisaje, para la que hay unos buenos artículos de Oceanía en http://www.hort.agri.umn.edu/h5015/rrrmain.htm, página de la Universidad de Minnesota en que se encuentran reflexiones sobre la restauración de paisajes costeros neozelandeses, zonas áridas australianas y toda una reflexión global sobre el caso del continente de Oceanía. Dicha reflexión constituye un buen documento sobre lo que sucede en el conjunto de Oceanía en lo tocante a la degradación y restauración del paisaje. La restauración del paisaje, sin embargo, se puede aplicar a muchos tipos de paisaje, existiendo páginas específicas de estudios y evaluación de la conservación de los paisajes riparios en http://www.rivers.gov.au/, o de los paisajes de bush en Australia del Oeste (http://www.greeningaustralia-wa.org/aboutus.html). Esta última web pone precisamente el acento en restaurar y conservar los paisajes climácicos, en consonancia con las directrices de la Commonwealth y del gobierno estatal.

De todas formas, surge una pregunta derivada de este aspecto concreto de la ciencia del paisaje que es su restauración: ¿qué coste tendría reparar los daños ambientales producidos en Australia? Un artículo completo sobre los costes de restauración del paisaje australiano se puede leer en http://www.csiro.au/page.asp?type=mediaRelease&id=RepairingAustralia.

En ecología del paisaje hay otros términos clave para considerar lo que necesita el paisaje en su restauración. Uno de ellos es la conectividad entre paisajes, conectividad que es analizada desde la biogeografía por David Green en http://www.csu.edu.au/people/dgg/esa93.html, en un artículo muy completo e interesante. La conectividad surge precisamente como antónimo a la fragmentación del paisaje, que es un fenómeno preocupante dentro del análisis que efectúa la ecología del paisaje, tal y como se puede ver en http://www.nra.gov.au/corporate_docs/publications/word/forestry/sustainability/national/fragment_full.doc, donde hay información sobre fragmentación del paisaje a partir de las líneas de investigación fijadas por la Commonwealth australiana.
 
 

4. ¿A quién pertenece el paisaje? El paisaje de los aborígenes y la colonización europea
 
El paisaje de Oceanía es claramente no europeo, sin herbívoros ungulados, la carencia de predadores carnívoros y la proliferación de pájaros, abejas y árboles. Los primeros naturalistas que la visitaron hicieron descripciones más propias de encontrarse en un nuevo planeta que en un continente desconocido. De ello ya podemos sacar una contraposición entre mundos que perdura en las relaciones entre comunidades y en la topofilia que las mismas sienten hacia el paisaje.
Según los historiadores, desde hace unos 100 000-130 000 años ya hay pueblos en Australia y Nueva Guinea; y desde hace
5 000-10 000 lo mismo ocurre en Melanesia y Polinesia, aunque no existe una seguridad sobre la datación y está claro que, según el momento en que se produjese la ocupación, el cambio en el paisaje empezaría más o menos tarde, como se puede leer en http://intarch.ac.uk/antiquity/fullagar.html.  Los aborígenes australianos tienen una topofilia especial con su paisaje, en tanto que representa la herencia de sus antepasados, siendo cada sitio la memoria de un pasado mítico; en http://citd.scar.utoronto.ca/CITDPress/holtorf/7.5.html un buen artículo habla de ello. De hecho, las autoridades públicas australianas consideran que la relación de las diferentes comunidades étnicas presentes en el paisaje continental obliga a que todas ellas participen en la conservación del mismo, de forma que la comprensión del paisaje australiano pasa por entender el paisaje percibido por las comunidades aborígenes ( http://www.nra.gov.au/docs/nrm/landcare/pub/mtaqon/section3-d32.html es un buen sitio en el que la polémica de la conservación entre la cultura inglesa y aborigen se contraponen). Por su parte, para los maoríes, el concepto de desarrollo sostenible derivado de la Agenda XXI va muy ligado a la preservación de su paisaje tradicional, que se contrapone al paisaje neozelandés de ovejas y vacas traído por los europeos desde el XIX (en http://maorinews.com/karere/comment/colonial.htm un artículo titulado “Mitos coloniales, realidades culturales: el desarrollo sostenible del Pacífico Sur” lo explica muy bien).
 
En los últimos dos siglos, sin embargo, olas de pobladores de Europa y Asia han transtornado Oceanía. La inmigración y la aculturización de los antiguos pobladores son dos procesos paralelos, aunque persiste la multiculturalidad. Los paisajes actuales, pues, que se han formado a partir de la diferenciación natural, son ricos y variados, fruto de las actividades culturales de las poblaciones coloniales. Los europeos consideraron su cultura superior a la aborigen, e hicieron mediante la valorización del paisaje australiano una reconstrucción del mismo, llenándolo de nuevos problemas; en este sentido, dentro de la concepción de la naturaleza como subministradora de recursos por parte de los europeos en la selva de Queensland, se analizan las consecuencias en http://wwwmcc.murdoch.edu.au/ReadingRoom/3.1/Frawley.html. La apropiación del paisaje por parte de los europeos no sólo ha significado capitalizar el territorio y repartir la propiedad comunal aborigen, sino instalar nuevas marcas de la cultura invasora, marcas como la religiosa: de los paisajes del cristianismo neozelandés y australiano se habla en http://www.peterlang.com/titles/GenTitle.asp?Title=3285&Category=3. De hecho, existe toda una contraposición entre la forma de valorar, manejar y planificar el paisaje de los europeos y de los aborígenes; en http://www.consecol.org/Journal/vol3/iss1/art6/ se describen los conflictos culturales entre ambos grupos en la gestión del paisaje mediante el fuego en el norte de Australia; en el artículo se explica cómo para los europeos el fuego ha sido el símbolo de su supremacía, mientras que para los aborígenes una propiedad necesaria para su supervivencia, diferenciación de la que se deriva necesariamente una construcción del paisaje diferente.
 
La Asociación de Arquitectos Históricos de Australia y Nueva Zelanda,en su sexto congreso (1999), presentó una comunicación sobre la contraposición entre la importancia de la identificación del paisaje de Oceanía para aborígenes y europeos ( http://www.arch.utas.edu.au/Staff/RBlythe/thresholds.html ); y en una línea parecida se ha intentado hallar un lenguaje común para los estudios de la identidad cultural del paisaje en unas jornadas organizadas en la Universidad de Australia del Oeste ( http://www.ias.uwa.edu.au/2000_trigger.html ), incidiendo especialmente en los asentamientos británicos en Australia. En él se debaten las implicaciones del rol de la significación simbólica del paisaje –vivido y percebido- para ambos grupos, al tiempo que también se ofrecen otras muchas reflexiones sobre el espacio y el paisaje de ese continente. Sin embargo, existen proyectos actuales de evaluación de la topofilia que manifiestan los habitantes de las diferentes zonas hacia su paisaje, existiendo una línea de investigación llamada Images from the Edge! – Landscape and lifestyle choices of the Northern Rivers region of NSW (“Imágenes de las vegas – paisaje y elección del estilo de vida en los ríos del norte de Nueva Gales de Sur”), que precisamente quiere evaluar la citada topofilia. Este proyecto se puede consultar en http://www.environment.gov.au/heritage/explore/coastwise/coastwise/edge.html.
 
 
5. La institucionalización del estudio del paisaje
 
Desde numerosas ciencias, el paisaje es un concepto central en la investigación. La geografía siempre consideró el paisaje como conformante de su actividad epistemológica y un manual muy recente de geografía de Australia y Nueva Zelanda, de Guy Robertson, Robert Loughran y Paul Tranter, cuya introducción está disponible en Internet (http://www.arnoldpublishers.com/support/ozandnz/ ), así lo confirma. La introducción presenta el paisaje de estas regiones como todo un producto de la ocupación europea, siendo una Nueva Europa británica. De igual forma, se fija en otras características de estos países que los convierten en países del Norte económico en pleno Hemisferio Sur geográfico. Sea como fuere, en la ciencia geográfica se siguen estudiando las regiones del globo con un acento paisajista en muchas de las lecciones, tal y como se puede consultar en la completa guía de la asignatura de “Geografía de Oceanía” de la Universidad Central de Washington (Estados Unidos): http://www.cwu.edu/~kuhlkenr/geog415.html, con bastantes vínculos geográficos de Oceanía.

Pero el paisaje también aparece vinculado a la arquitectura, en especial a la arquitectura del paisaje. En Australia y Nueva Zelanda, aparecen algunas buenas escuelas de la misma que tienen en la red portales abiertos. A continuación se listan las universidades y escuelas superiores que ofrecen estudios de arquitectura del paisaje y que tienen una presencia destacable en la red:

Una guía de los estudios de arquitectura del paisaje en la Universidad de Canberra (Australia) se encuentra en http://wasp.canberra.edu.au/uc/future/undergrad/envdes/landscape_architecture.htm, que no es muy completa, aunque lo cierto es que detalla experiencias de estudiantes de varias partes de Oceanía, cuestión interesante si tenemos en cuenta que no hay más universidades que ofrezcan el paisajismo en ese continente fuera de las universidades citadas.

La Universidad de Melbourne (Australia) ofrece un amplio programa de paisajismo, consultable en http://www.arbld.unimelb.edu.au/visitors/undgrad/undland.shtml.

La Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) tiene en www.fbe.unsw.edu.au/degrees/BLArch/whyhere.htm la explicación de la arquitectura del paisaje y en www.publications.unsw.edu.au/handbooks/built/ la guía de los cursos, medianamente detallada.

La Universidad Lincoln de Canterbury (Nueva Zelanda) ofrece un máster de arquitectura del paisaje, explicado en www.lincoln.ac.nz/study/courses/mla.htm, y bachillerato especializado, disponible en www.lincoln.ac.nz/study/areas/lasc.htm.

La evolución reciente de la comunidad científica relacionada con el tema del paisaje, muy vinculada en Australia y Nueva Zelanda al mundo empresarial, se puede observar por un mecanismo claro como es un congreso. En el año 2000 se celebró en Australia el Congreso Internacional del Paisaje, abordándose multitud de temas de interés en temática paisajística. La página web http://www.conferenceaction.com.au/landscape2000/ reúne toda la documentación relacionada con dicho congreso, en la que aparecen informaciones destacadas sobre Oceanía.

Desde el punto de vista de la arquitectura del paisaje, existen dos organizaciones corporativas en Australia que contienen informaciones de interés y vínculos: el Real Instituto Australiano de Arquitectos (http://www.raia.com.au/home2.htm) y el Instituto Australiano de Arquitectos del Paisaje (http://www.aila.org.au/).

A nivel general, el estudio del paisaje se efectúa desde muchas perspectivas y ciencias, siendo ahora importante considerar que muchos de los vínculos que se ofrecen en el presente artículo llevan a informaciones no elaboradas precisamente ni por geógrafos ni por arquitectos paisajistas. Un buen ejemplo del interés que despierta el tema del paisaje de Oceanía desde muchas ciencias se puede ver en la Sociedad Europea de Oceanistas –los oceanistas son los estudiosos de Oceanía-, con sede en Viena y muy activa a tenor de los congresos, los cursos y las actividades realizadas. En las actas de las reuniones, que tienen carácter multidisciplinar, se descubren muchas contribuciones al tema del paisaje desde varias disciplinas. Están disponibles en la página web de la Sociedad, http://cc.joensuu.fi/esfo/.
 
 

6. El paisaje como profesión

 
El paisajista es el profesional del paisaje, y en los últimos años se asiste a un incremento de este tipo de profesionales en Oceanía salidos de las facultades de arquitectura del paisaje existentes en Australia y Nueva Zelanda. ¿Cuál es su cometido profesional? Por lo ofrecido en las páginas web que tienen las empresas de paisajismo creadas por dichos profesionales, fundamentalmente la construcción y el mantenimiento de jardines. Esta concepción de igualar paisaje a jardín es hondamente anglosajona y, en el caso de Oceanía, se puede ver por ejemplo en la explicación de algunos paisajes de Melbourne (paisajes por jardines), los ideados por el arquitecto Ballarat, explicación que está disponible en http://www.ballarat.com/walkheritage.htm.
Dicho esto, cabe decir que hay multitud de empresas dedicadas al paisajismo en Oceanía, que siempre utilizan el término paisaje para referirse a jardín, destacando una revista sobre arboricultura (http://www.arborists.com/WORLD/AUST/aust.htm) o algunas empresas privadas de paisajismo que ofrecen en sus páginas web informaciones propias de manuales, con referencias a obras concretas elaboradas (http://www.treexpert.com.au/, www.au.gardenweb.com/). También se pueden destacar empresas que utilizan en su práctica profesional tecnologías propias de escala menor como son los GIS. Por último, en http://www.spec-net.com.au/cgi-bin/htsearch y en http://www.buildingindex.com/company/ aparecen sendos listados de constructores australianos completos, en los que se puede buscar con la palabra clave landscape (paisaje) para conocer aquellos que se dedican profesionalmente al paisaje. Los resultados de la búsqueda son interesantes, pues se conoce el uso profesional del paisaje como jardinería. Este tipo de constructores se asocian en asociaciones de colegas contractistas paisajistas, como la que hay para Nueva Gales del Sur y que está presente en Internet en la web http://www.lcansw.com.au/.
 
 
7. Buscadores especializados y listados de vínculos de interés
 
Por último, debemos destacar que existen algunos buenos buscadores de interés que ofrecen los recursos disponibles en determinados ámbitos (una institución, un país), así como listados de vínculos que poseen aspectos útiles en el tema que nos ocupa. La lista siguiente es un compendio de todos ellos: www.csu.edu.au/landscape_ecology/landscape.html es una enumeración de recursos disponibles sobre ecología del paisaje y biogeografía, entendidos el primero en sentido amplio y el segundo de forma geoecológica, lejos de corologías. Está hecha por un profesor de la Charles Sturt University.

http://www.indexgeo.com.au/ec/links/ es una página ofrecida por Eco Companion Australasia, en la que hay categorías de vínculos sobre naturaleza y paisaje que los editores de Eco Companion consideran útiles. Es bastante amplia.

http://www.csiro.au/ es una web del Scientific and Industrial Research for Australia en la que se encuentran varios artículos interesantes sobre la restauración del paisaje después del cierre de una explotación minera. Para acceder a ellos, y a otras informaciones muy interesantes sobre el tema paisajístico, es necesario poner “landscape” en el buscador interno, que reúne amplios recursos.

En la web del Cooperative Research Centre for Landscape Evolution & Mineral Exploration (http://leme.anu.edu.au/) se puede hacer lo mismo que en la anterior, habiendo artículos sobre la evolución del paisaje de los que se puede sacar buen provecho.

http://www.usra.edu/esse/ford/ESS301/g301www/g301wwwreg5.html es una web donde aparecen recursos de geografía regional a nivel mundial, y es muy completa en el caso de Oceanía, supliendo el vacío de los grandes buscadores internáuticos comúnmente utilizados, llenos de “ruido” en nuestra temática. En él hay mucha información sobre geografía en general, con algunos vínculos sobre paisaje.

http://www.affa.gov.au/ es la web del Ministerio australiano de Agricultura, Pesca y Silvicultura, y en élla existen muchos recursos sobre paisaje francamente buenos. Basta con leer a partir de introducir la palabra “landscape” en el buscador interno.

http://www.indexgeo.com.au/ec/links/ ofrece vínculos muy interesantes sobre geografía de Australia y sobre el tema del paisaje en particular en uno de los apartados que se abren en la página.
 
 
8. A modo de conclusión
 
El total de webs reseñadas en el presente artículo es de ochenta, aunque la búsqueda se ha efectuado sobre un total de unas 2.500. Internet, ya lo hemos dicho antes, es un buen medio en que buscar información, y es previsible que cada vez lo sea más, aunque hace falta escoger y seleccionar cuidadosamente. Además, Internet es extraordinariamente dinámico, siendo el lugar ideal para que las novedades aparecidas, se difundan y se consoliden fruto de la difusión extraordinaria que protagonizan. El paisaje es algo con futuro, y hasta existen los “paisajes futuros” entendidos tanto desde el punto de vista de la evolución del medio natural actual estudiada por especialistas en varias disciplinas –en Australia, léase http://www.brs.gov.au/events/fenner/index.html-, como desde la virtualidad, ya que el paisaje del futuro será seguramente también un paisaje virtual –en Hawaii, que también es parte de Oceanía, se simulan islas reales y se ensayan ambientes reales de forma virtual, tal y como se puede ver en http://www.nko.org/ o http://www.sgi.com/-. La red es, sin duda, el medio ideal para tratar y comprender los “paisajes futuros”.
 

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