Ar@cne
REVISTA ELECTRÓNICA DE RECURSOS EN INTERNET
SOBRE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
Nº 104, 1 de enero de 2008
ISSN 1578-0007
Depósito Legal: B. 21.743-98

 


LINEAMIENTOS PARA EL ANÁLISIS DE LA

SEGREGACIÓN DIGITAL

 

 

Jeffer Chaparro Mendivelso

Doctorando en Geografía Humana. Universidad de Barcelona

jefferchaparro@gmail.com

 




Lineamientos para el análisis de la segregación digital (Resumen).

 

La segregación digital derivada de la irrupción de las tecnologías digitales de la información y la comunicación (TDIC) requiere del establecimiento de lineamientos para su análisis. Presentamos aquí una propuesta para el análisis de la segregación digital desde la perspectiva de las actividades productivas. Ésta inicia con la ilustración de los rasgos centrales de la  producción extractiva y agropecuaria informatizada, para proseguir con la industria de alta tecnología, luego enfatiza en los servicios y el comercio electrónico. Posteriormente se analizan las implicaciones para la educación y la alfabetización digital, al igual que para la innovación tecnológica y la producción de conocimiento de punta. Finaliza con una aproximación al papel de los discursos público, privado y disidente, los cuales se constituyen en catalizadores especialmente relevantes de la segregación digital.                        

 

Palabras clave: segregación digital, tecnologías digitales de la información y la comunicación (TDIC), actividades productivas.




Guidelines for the analysis of digital segregation (Abstract).

 

The digital segregation resulting from the emergence of information and communication digital technologies (TDIC) requires the establishment of guidelines for analysis. We present here a proposal for the analysis of digital segregation from the perspective of productive activities. It begins with the illustration of the central features of the extractive and agricultural computerized production, to continue with the high-tech industry, then emphasizes in services and electronic commerce. Later analyses the implications for education and digital literacy, and for technological innovation and knowledge production. Ends with an approach to the role of public, private and dissident discourse, that are especially important catalysts of the digital segregation.

 

Key words: digital segregation, information and communication digital technologies (TDIC), productive activities.



 


Algunas interpretaciones en torno al desarrollo o implantación de la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento tienden a partir de fundamentos etéreos, sin contextualización y sin conexión con otros. Como si el uso de algunas tecnologías digitales de la información y la comunicación (TDIC) se diera de forma aislada de otros objetos técnicos y de contextos territoriales particulares. Dentro de los datos más comunes que se utilizan se encuentran: (1) la cantidad de ordenadores, (2) el número de suscriptores a Internet y (3) el número de suscripciones a telefonía celular. Aunque estos datos son ciertamente relevantes —incluso los hemos utilizado en otras aproximaciones—, consideramos que su riqueza interpretativa está asociada a lo que sugieren como indicador de la imbricación de las TDIC. El paso posterior de establecer asociaciones y correlaciones con las actividades productivas permite, desde nuestra perspectiva, generar un panorama más amplio y congruente sobre la segregación digital. 

 

¿Por qué en un Estado o en una ciudad la proporción de población que usa ordenadores e Internet es más elevada que en otro Estado o que en otra ciudad? Como primera medida, la historia de la difusión de la técnica nos permitiría decir bastante al respecto. Pero esa es una dimensión. Otras posibilidades de interpretación se vinculan con las condiciones sincrónicas en diferentes contextos territoriales que, en conjunto, permiten entender la diferenciación en cierto lapso de tiempo, a modo de una fotografía o una radiografía. Sin dejar de lado algunos matices básicos diacrónicos de la instalación del mundo digital, en nuestra interpretación ponemos énfasis en las diferencias ya evidentes, como prisma para develar aspectos notables de la fractura digital a la que estamos asistiendo.

 

Los tres indicadores básicos antes citados adquieren especial relevancia cuando se cruzan con las actividades productivas, ya que así permiten ir más allá en la interpretación conjunta. Por ejemplo, el hecho de que el comercio electrónico esté más acentuado en un país europeo que en uno africano puede explicarse en gran medida por la accesibilidad a ordenadores e Internet. Pero la diferencia de uso al interior de los estados europeos puede responder más a las políticas estatales y al ajuste de los sistemas productivos a las demandas de la nueva economía. Por su parte, los índices considerables de suscripciones a telefonía celular o móvil en América Latina pueden estar vinculados a la participación de la terciarización económica, al fuerte auge de las actividades informales y a su relativo bajo costo en comparación a otras TDIC, aunque también puede influir su facilidad de uso respecto a un ordenador.    

 

Los indicadores básicos pueden decir mucho al contextualizarlos en cierto marco territorial, asociarlos a ciertas actividades productivas y enmarcarlos dentro de los estadios de la segregación digital[1].         

 

 

La producción extractiva y agropecuaria informatizada

 

Las actividades extractivas, (1) como la producción de petróleo y la minería, así como las agropecuarias, (2) en especial las diversas formas de agroindustria, han sido permeadas por las TDIC.

 

En las actividades extractivas de gran valor económico, como la explotación petrolera, el uso de tecnología digital de punta es hoy una constante. En gran medida esa es una de las estrategias que utilizan las compañías transnacionales, y sus aliados de las políticas neoliberales, para validar su presencia y la necesidad de su intervención para poder explotar la riqueza de la naturaleza. Se ha convertido en un lugar común la idea de que sólo es posible explotar ciertos minerales con el uso de la técnica extranjera, en especial la generada en los países desarrollados. Ello es una realidad ya que, por ejemplo, hoy en día es imposible que una comunidad aborigen pueda explotar un yacimiento petrolero en el piedemonte llanero colombiano. Imposible no porque no tengan la capacidad de razonamiento necesaria —la cual se puede adquirir con educación—, sino porque no poseen los potentes ordenadores y los sofisticados programas informáticos necesarios para integrar la información digital del subsuelo, reconstruir paleoambientes y modelar en tres dimensiones lo que está bajo sus pies. A ello habría que añadir, lógicamente, la maquinaria que se controla y gestiona con software y hardware de punta[2].             

 

En el sector agropecuario están ocurriendo situaciones similares en relación con la inserción de las TDIC[3]. La cantidad de sistemas de control informatizados y los dispositivos que se utilizan han experimentado un crecimiento y desarrollo muy agudo. Y ello está generando cada vez más diferencias entre las zonas que producen de forma asistida con alta tecnología digital y las que producen de forma tradicional. Todo ello se refuerza con la locura —o tendencia— del sistema económico mundial en cuanto a sacar el mayor beneficio económico posible de la capacidad biológica de la Tierra, sin importar la contaminación, la huella ecológica, la desertificación, la desaparición de especies por la introducción de otras —por lo general modificadas genéticamente—, y mucho menos importan sus habitantes y los problemas sociales y de salud a los que se enfrentan en zonas de alta productividad agroindustrial. Bajo esa lógica perversa, bastante menos preocupantes son los desbalances alimentarios en el planeta y la seguridad alimentaria de las comunidades en riesgo.       

 

Estas situaciones han derivado en el afloramiento de conceptos como el de divisoria digital rural[4]. Aunque no necesariamente se puedan establecer paralelismos entre los entornos rurales y la producción agropecuaria y extractiva, en parte por lo complicado que se ha convertido definir lo rural con la irrupción del modelo urbano, sí existe una clara diferenciación entre zonas de actividad no urbana pero con gran conectividad y actividad asociada a las TDIC. La agricultura de precisión, la cotización en bolsa de los cultivos antes de las cosechas, la venta en línea de terrenos y el comercio electrónico de los productos agropecuarios así lo ponen de manifiesto.

 

La conexión o desconexión de las zonas de producción agropecuaria, en el contexto de una tendencia hacia la globalización, en gran medida impulsada por las tecnologías comunicativas, se constituye, pues, en un reto serio. Una de las contrapartes de la irrupción de las TDIC en las zonas de producción agropecuaria que debería revisarse, tiene que ver con la puesta a disposición del mercado —local, regional, global— de parte de su integridad como territorio, que no sólo se define por la producción de frutas, verduras, pollos o ganado, sino por gentes y culturas. Aunque desde el punto de vista de la comercialización de la producción agropecuaria puede que sea una ventaja estar conectado o desconectado, las cuestiones que surgen son varias, diversas y no del todo esperanzadoras.

 

Son muchos y variados los desafíos que las TDIC imprimen a las áreas rurales que han entrado en la dinámica de la economía globalizada. Desde perspectivas neoliberales, que por lo general son muy optimistas, algunas implicaciones y requerimientos destacables son[5]:

 

·       Comercio electrónico —multidireccional—.

·       Entrenamiento de los habitantes de las zonas rurales.

·       Identificación y visibilidad de los productos asociados al turismo rural.

·       Transferencia de conocimientos entre las zonas urbanas y rurales.

·       Incentivos y garantías estatales y gubernamentales.

·       Uso de los sistemas de información geográfica (SIG) para el manejo y gestión de los recursos naturales.

 

Como puede leerse, los entornos rurales bajo la lupa de las TDIC pintan como un gran negocio desde ciertas perspectivas que no evalúan otros aspectos más amplios.

 

El dinamismo asociado a las TDIC en las áreas rurales depende, en principio, de un factor clave: la densidad poblacional y el factor demográfico[6]. Pero además de las implicaciones demográficas la introducción del modelo digital tiene, entre otras, repercusiones ambientales y productivas diversas[7]. Se podría decir que las TDIC están empezando a actuar como catalizadoras de las zonas rurales. En las áreas donde las actividades asociadas al sector agropecuario no son dinámicas es difícil considerar que las TDIC por si solas puedan permitir incrementar su vinculación a otros territorios.

 

Aunque las TDIC puedan dinamizar áreas rurales desde diferentes perspectivas[8], se hace necesario también sentar una posición crítica y reflexiva sobre sus múltiples impactos, puesto que el aumento de la dinámica económica de un contexto territorial no implica necesariamente que sus gentes se vean beneficiadas en la misma proporción. Esto está ocurriendo con el turismo rural y la informatización de la agroindustria, por ejemplo. 

 

En otra línea de ideas, la noción de desarrollo rural desde la perspectiva de la inclusión digital está tomando cada vez más fuerza[9], ya que la incorporación de las TDIC implica mayor conexión con otros entornos espaciales con los cuales se pueden tender vínculos nuevos o reforzar los precedentes. Ello abarca desde el turismo rural hasta la incorporación de la producción agropecuaria en los mercados regionales, nacionales e incluso internacionales. No hay que perder de vista que la segregación digital conforma una parte importante para pensar y repensar el papel de las áreas rurales en un mundo interconectado y articulado digitalmente de manera diferencial. Aún los humanos consumimos alimentos, aunque muchos no sepan ni dónde ni cómo se producen.   

 

 

La industria de alta tecnología        

 

Como industria de alta tecnología consideramos las actividades de producción de bienes materiales que utilizan y generan objetos técnicos, pero con la distinción de incorporar innovaciones tecnológicas relacionadas con las TDIC. Una ensambladora de vehículos en un país latinoamericano puede utilizar robots controlados por programas informáticos para ciertas partes del proceso, pero de ninguna manera produce por si misma productos de alta tecnología, como los mismos robots que usa, los cuales suelen llegar de Alemania, Estados Unidos o Japón. La industria que realmente produce alta tecnología está fuertemente concentrada en algunas zonas del planeta[10], aunque en las últimas décadas algunos países asiáticos están generando cambios en el panorama, sobre todo en torno a la producción de hardware y software.

 

Las industrias, de todo tipo, cada vez tienden más a incorporar sistemas informatizados, y ello evidencia una de las vertientes de la segregación digital. La industria de alta tecnología que produce objetos técnicos digitales es  indicadora de otro subtipo de segregación digital. Es ya bien conocido el proceso de relocalización de las fábricas, pero ciertas piezas, sobre todo las digitales, siguen produciéndose sólo en algunos contextos territoriales. En este sentido cada vez toman mayor peso las diferencias en cuanto a cómo y qué se produce, y la carga de las TDIC en los procesos.

 

Hay que distinguir la producción industrial de alta tecnología —como los teléfonos móviles— de la creación del conocimiento para llegar a producirla. Esta última se vincula con la innovación tecnológica, que forma parte de otro estadio de la segregación digital vinculada a las actividades productivas, aunque evidentemente está relacionada con su producción a escala masiva, es decir industrial. Si bien, hasta hace algunas décadas —especialmente mediados del siglo XX— la producción industrial era considerada sinónimo de estar en la punta en términos tecnológicos, hoy en día no se puede decir lo mismo. Esa es la diferencia entre las economías que despiertan a la industrialización y las que han entrado de lleno a la fase pos-industrial —en varios casos sin dejar de lado la fase anterior—.            

 

 

Los servicios y el comercio electrónico       

 

Las TDIC generan efectos considerables para los procesos de producción y distribución de (1) objetos materiales, como las mercancías, y de (2) productos digitales, como la música, los periódicos, los artículos científicos y los videos caseros, entre muchos otros. Materialidad e inmaterialidad se articulan sólidamente a partir de las TDIC. Esta dimensión también permite evidenciar y caracterizar la segregación digital.   

 

Respecto al primer aspecto se puede señalar que, lejos de contribuir a disminuir el trasporte físico de mercancías, los negocios electrónicos han favorecido incrementos sustanciales de la comercialización factual de diversos objetos. El comercio electrónico, asociado en parte a lo que algunos denominan como nueva economía, refleja en gran medida la inclusión de las TDIC en aspectos como la logística, situación que ha afectado las pautas y las dinámicas del transporte físico.

 

Para aquellos que consideran que las TDIC van en la vía de disminuir la materialidad de las relaciones las noticias no son halagüeñas, ya que en realidad lo que se está presentando es la modificación de las pautas de transporte ligadas al aumento del consumo de bienes materiales[11]. Ello se evidencia en el uso de sistemas informáticos avanzados para la organización, reparto, rastreo y control informatizado de mercancías. Cada día crece el número de compañías que usan sistemas de información geográfica (SIG) y dispositivos satelitales de localización (GPS) en su quehacer cotidiano[12]. La difusión de estas posibilidades tecnológicas es completamente diferencial y para nada homogénea. 

 

En relación a la segunda dimensión es posible señalar que el comercio electrónico, como puede esperarse, se encuentra concentrado en las zonas del planeta donde el uso de ordenadores y la conexión a Internet es más intensa[13]. Se generan así nuevas divisorias, especialmente asociadas a la integración comercial y al descenso de costos en varias actividades, desde las vinculadas al sector privado —como en el caso de la banca electrónica— hasta las relacionadas con los servicios públicos a los ciudadanos —gobierno electrónico—. En este plano, y lejos de la subvaloración que algunos desean atribuirle, la infraestructura física de telecomunicaciones —antenas, fibra óptica, líneas telefónicas— es indispensable para el comercio electrónico y los servicios digitales. 

 

Desde una perspectiva diacrónica se ha develado que el comercio electrónico ha estado relacionado directamente con la evolución de Internet. En este sentido, han sido identificadas cuatro fases principales[14]. Algunas de sus características centrales son:

 

·       Pre-web: antes de 1990, con dinámica de relación uno a uno.

·       Web reactiva: primeros años de la década de 1990, con relaciones uno a uno.

·       Web interactiva: mediados de 1990, con viro hacia las relaciones uno a muchos.

·       Web integrativa: finales de la década de 1990 e inicios de la década del tercer milenio, en la que predomina el modelo muchos a muchos.

 

Uno de los grandes retos para los países que están entrando en la dinámica de la masificación de las TDIC de consumo generalizado —ordenadores, Internet y teléfonos móviles— es la irrupción paralela del comercio electrónico y del gobierno digital. Es de esperar que en los años venideros las dinámicas económicas asociadas sigan modificándose en función a las posibilidades técnicas inherentes a la difusión de las TDIC.  

 

Pero la cuestión tiene más aristas. El comercio electrónico posee facetas bastante intrincadas, como en el caso del turismo, ya que su articulación a través de Internet se convierte en un potenciador de la capacidad de consumo y de desplazamiento físico en el territorio[15]. Aunque este tipo de dinámicas pueden verse como ventajosas para ciertos contextos territoriales, en realidad pueden convertirse en todo un generador de problemas para las zonas con limitaciones en el control de los efectos del consumo turístico, ya que las implicaciones sociales y ambientales pueden no ser del todo deseables, sobre todo en contextos con legislaciones débiles y permisivas. Haciendo paralelismos para otras actividades que implican desplazamiento físico, las TDIC pueden convertirse en todo un dolor de cabeza.  

 

 

La educación y la alfabetización digital

 

La educación, en el contexto del ascenso del mundo digital, es el mayor de los grandes temas que debería asumirse con total seriedad si es que realmente se desea que la sociedad mejore en conjunto. Una de las opciones más sólidas para intentar sobrellevar la segregación electrónica asociada a la educación es la alfabetización digital[16]. No es alarmista plantear que la educación se enfrenta a varios desafíos, entre los que se destacan[17]: la diversidad de información y de habilidades para usarla; la inclusión digital; las estrategias específicas para usuarios con requerimientos y necesidades particulares; y la articulación de la educación con el avance de los multimedios.    

 

Luego de la invención de la imprenta hacia el siglo XV, y en especial a partir de la Revolución Industrial, muchos “optimistas” creían que la posibilidad de educar a la población era completamente factible. Pero las cosas no resultaron así. Y es más, hoy en día, con todo e Internet, existe gran proporción de población que no sabe leer. Peor aún, luego de medio milenio de invención de la imprenta aún hay personas que no saben qué es un libro, o que ni siquiera han tenido uno en sus manos. ¿Es un problema meramente vinculado a la difusión de la técnica? ¿En realidad existe serio interés en que la gente “del común” se eduque? ¿Los tecno-optimistas están desfasados? ¿Hay que tirar la toalla y dejar de pensar en la utopía del acceso libre al conocimiento para todos?          

 

La gran ruptura introducida por las TDIC en torno a la educación debe asumirse con total seriedad[18]. El modelo decimonónico —incluso medieval—, que en ciertos contextos territoriales aún persiste desde la escuela hasta la universidad, en el que el libro y el papel son centrales, requiere repensarse y contextualizarse bajo la irrupción de modelo digital[19]. El problema no es navegar en Internet, es qué hacer cuando se ha accedido a la red. La situación podría asumirse como análoga al qué hacer en una biblioteca inmensa repleta de libros. Sin una orientación adecuada, es bastante probable que quien entre a la biblioteca o entre a Internet no sepa qué hacer, o no pueda aprovechar la posibilidad de acceder a la información y sacarle el jugo. “Las TIC e Internet en particular son como el Oráculo de Delfos: pueden informar, pero no pueden cambiar el destino”[20].

 

La mera disposición de la información en Internet puede considerarse como un factor de segregación educativa, ya que los procesos de enseñanza y aprendizaje poseen pautas que en muchas oportunidades no son incluidas ni incorporadas en los sitios web[21]. En otras palabras, hay sitios web poco amigables y desorganizados pero con información valiosa. Los portales electrónicos, al igual que los maestros de carne y hueso, pueden ser antipedagógicos.

 

Aunque la diferenciación en cuanto a la apropiación de las opciones digitales es evidente en el contexto escolar[22], no hay que dejar de lado que esa distinción es aceptable, e incluso necesaria. Lo que de ninguna manera es aceptable es que la diferenciación esté basada en la imposibilidad de acceso, muchas veces impuesta por diferentes mecanismos, ya que son dimensiones completamente diferentes. 

 

 

El sistema educativo

 

Los ajustes necesarios del sistema educativo frente a las TDIC se relacionan con muchos aspectos, entre los cuales podemos destacar los siguientes:

 

·       Repensar las formas de aprendizaje de los estudiantes y definir alternativas viables.

·       Crear mecanismos prácticos para que los estudiantes puedan explotar de forma adecuada la cantidad de información que se encuentra en la biblioteca universal de Internet.

·       Revisar las estrategias pedagógicas y de actualización de los docentes.

·       Potenciar las técnicas para el trabajo pedagógico en el aula.

·       Disminuir, o al menos manejar, la diferencia generacional entre maestros y estudiantes.

·       Establecer mecanismos de articulación entre la escuela, el colegio o la universidad, por un lado, y el avance vertiginoso de la técnica, por otro.

·       Evaluar la necesidad de la presencia física de maestros y estudiantes en el acto educativo. Valorar las potencialidades, y las debilidades, de la docencia virtual.

·      Discutir el papel de la escuela, en especial la pública —porque la privada de inicio segrega—, en el estrechamiento de la divisoria digital existente entre los niños y jóvenes que no pueden acceder a las ventajas de las TDIC.

 

Los maestros y los planteles educativos tienen el fuerte reto de incluir las TDIC en sus planes de estudio[23], situación que no es sencilla porque muchos educadores hasta ahora están empezando a adentrarse y adaptarse a la irrupción del modelo digital educativo. Casi se ha convertido en una exigencia en los contextos educativos donde existe algún grado de accesibilidad. En otros términos, los maestros deben, por un lado, actualizarse y asumir la revolución tecnológica y, por otro, diseñar estrategias para incorporar la irrupción de la TDIC en su quehacer cotidiano. El reto no es sencillo de enfrentar.    

 

En el contexto educativo —como en todos— las TDIC poseen un gran potencial, lo cual no debe dejarnos cegar frente a los problemas que también pueden conllevar. La alfabetización digital puede permitir el acceso a mucha información, pero no garantiza calidad en los procesos de aprendizaje ni en su aplicación en el mundo real[24]. No garantiza la reflexión y la toma de posición crítica frente al mundo. La adaptación rápida a las nuevas circunstancias y el cambio acelerado de las TDIC puede desembocar en ausencia de profundidad reflexiva, con lo cual las potencialidades del modelo digital podrían traducirse en herramienta que facilite la perdida de sentido frente a la vida, la sociedad y el ambiente.

 

La educación de calidad, reflexiva y crítica debe estar siempre por delante de cualquier incorporación de las TDIC. La novedad no es sinónimo de mejoría de la eficacia instructiva. La pérdida de sentido en los procesos educativos incluso los que se dan al interior del núcleo familiar— podría estar a la vuelta de la esquina (véase la figura 1).

 

 

Figura 1. Ciberniño.

 

 

Fuente: Boligan 2007. Bajo licencia Creative Commons.

 

 

Los modelos pedagógicos

 

El uso de ordenadores o computadores e Internet está  forjando serios desafíos para los modelos pedagógicos existentes: “La apropiación e integración de las TIC en el campo educativo desde una perspectiva sociocultural debe considerarse dentro de los nuevos entornos que superen los roles tradicionales del docente, del estudiante y por supuesto de la planificación curricular”[25]. Ello no implica tirar por la borda los avances en pedagogía y en enseñanza. Pero sí se hace necesario pensarlos o re-pensarlos bajo la irrupción del modelo digital que está empezando a instaurarse. Entre los problemas actuales generales más destacables en el aula en términos de la relación docente-alumno se encuentran los siguientes:

 

·       Los estudiantes —por el momento— tienden a saber más de tecnología que sus maestros.

·       Todos los estudiantes no tienen claridad sobre cómo usar de forma adecuada Internet —y software específicos— para las actividades escolares.

·       Algunos maestros son resistentes al uso de la tecnología en el aula de clase[26].

 

Desglosemos un poco los tres puntos anteriores. Se ha detectado que los maestros jóvenes poseen mayor preparación y menos dificultad para el uso de las herramientas tecnológicas en las actividades académicas de las escuelas. Por el contrario, los maestros mayores tienden a estar menos preparados y se sienten inseguros con sus estudiantes[27]. La brecha digital del aula y del sistema educativo es compleja, y la divisoria digital asociada a la edad de los docentes —brecha generacional— es un asunto que debería tomarse en serio y formar parte del debate académico —aunque es probable que en algunos años pueda superarse, al menos  parcialmente—.       

 

Algunas investigaciones sobre la divisoria digital escolar de uso —no de acceso— han encontrado que uno de los factores más importantes para evaluar el impacto de los ordenadores en el proceso de aprendizaje está íntimamente asociado al conocimiento del software o de los programas informáticos[28] por parte tanto de docentes como de estudiantes. El uso adecuado de Internet y de programas informáticos específicos debería formar parte de las preocupaciones docentes, tanto en la vertiente de actualizarse continuamente como en la de estrechar los vínculos con los estudiantes.   

 

Los ordenadores e Internet no sólo sirven para que los estudiantes consulten información, sino también para evaluar el proceso mismo de aprendizaje. En conjunto este aspecto incluye varios objetivos, entre los que se destacan: fortalecer el aprendizaje de los estudiantes, contribuir al continuo ajuste de los docentes, hacer más dinámicos los contenidos y los programas y, en definitiva, contribuir a mejorar la propia dinámica y calidad de los planteles educativos[29]. Por tanto, la evaluación mediante ordenadores e Internet es trasversal a todos los estadios educativos, desde la primaria hasta la universidad. De otro lado, se ha develado que existen vínculos sinérgicos entre la innovación tecnológica y la innovación educativa, en especial al momento de introducir y utilizar nuevos objetos técnicos en el aula[30].

 

Otros de los retos pedagógicos se refieren a la educación a distancia y al e-learning, que no son lo mismo. Analicemos un poco el primero. En los contextos donde la educación a distancia que utiliza Internet está tomando fuerza, la preocupación por este modelo educativo ha derivado en la definición de algunos indicadores básicos de calidad [31]. Entre éstos se destacan:

 

·       Apoyo institucional y estímulo para la educación digital.

·       Desarrollo de los cursos y los contenidos.

·       Proceso de enseñanza – aprendizaje e interacción.

·       Estructura de los cursos.

·       Apoyo y asistencia a los estudiantes.

·       Apoyo y asistencia al profesorado.

·       Sistemas de evaluación y retroalimentación.  

 

Por su parte el aprendizaje electrónico, o e-learning, es una de las grandes líneas potenciales en las que el modelo digital puede participar en el mejoramiento de la sociedad y en general de la condición humana. Cursos en línea, contenidos digitales innovadores, actividades interactivas, clases pregrabadas y asistencia sincrónica y diferida, pueden formar parte de estrategias pedagógicas que ofrezcan resultados interesantes[32]. De todas maneras, no hay que perder de vista que la inmediatez puede ser un grave problema para los procesos de aprendizaje, ya que puede generar tanto indigestión de información como confusión informativa.   

 

Además de los factores socio-económicos estructurales que generan diferenciaciones en cuanto al uso y adopción las TDIC en el ámbito de los jóvenes, también existen razones sicológicas que imprimen gran diferenciación entre conjuntos poblacionales relativamente homogéneos. Este es el caso de lo que se ha estudiado para la  generación playstation[33]. Es bastante seguro que parte de los problemas de comunicación e interacción entre docentes y estudiantes estén mediados por aspectos psicológicos asociados al mundo que perciben e interpretan, donde el modelo digital tiene mucho que ver.    

 

Aunque la difusión mundial de las TDIC está en las primeras fases, el problema con el aprendizaje digital no es únicamente tecnológico. El problema refleja las fuertes contradicciones actuales en muchos ámbitos de la vida humana.

 

La gran pregunta que surge es: ¿por qué en este contexto de gran avance tecnológico y comunicativo aún las posibilidades de acceso a la educación, y muchas veces a educación de calidad, son tan limitadas? La respuesta, al menos en parte, llega a la misma conclusión que cuando se analizan otros problemas del mundo a inicios del siglo XXI: gran parte del problema responde al actual modelo político y económico, sobre todo en términos de favorecer la concentración de poder y de rentas económicas en pocas manos —o más bien, compañías—, lo cual alimenta y refuerza las diferentes formas de segregación digital. Los modelos pedagógicos trasladados y aplicados sin asumir las diferencias locales y puntuales son un grave problema, pero también lo es asumir la educación como un negocio, como un negocio digital.  

 

 

De las bibliotecas de papel a las bibliotecas digitales o virtuales

 

La brecha digital responde a otras brechas, a otras formas de segregación, y las bibliotecas públicas están empezando a jugar un rol importante en este entramado[34]. Lo intrincado de la situación en torno al acceso a las TDIC no es un problema de las bibliotecas, es un problema generalizado que toca prácticamente a todas las actividades humanas.

 

El asunto de las bibliotecas públicas es amplio y complejo, pero puede diferenciarse en dos grandes vertientes, por supuesto interrelacionadas: (1) las bibliotecas físicas con acceso a Internet y (2) las bibliotecas virtuales que se acceden mediante Internet desde cualquier parte del mundo con conexión a la red. 

 

Veamos el primer grupo. La Importancia de las bibliotecas públicas con acceso a Internet es amplia, y una línea importante de trabajo tiene que ver con la orientación respecto a la consulta de bases de datos relevantes por parte de los ciudadanos, no sólo de los que forman parte del sistema educativo formal. En realidad, las bibliotecas públicas que prestan servicios digitales avanzados reflejan líneas políticas en torno a la inclusión digital y a la apuesta por el gobierno electrónico[35]. La biblioteca pública digital[36], que ahora puede consultarse desde cualquier lugar del mundo con conexión a Internet, está llamada a desempeñar un rol de peso en la transición hacia un mundo digital.

 

Dentro de las aplicaciones más importantes de las bibliotecas públicas físicas se encuentran los servicios de información para la comunidad (SIC) o los servicios de información local (SIL)[37]. Estos nuevos servicios están derivando en mayor conexión de las bibliotecas con las comunidades locales, ya que aumenta la posibilidad de manejar diferentes tipos de información de interés general. Veamos un ejemplo. En una investigación realizada desde una biblioteca municipal de Murcia, España, respecto a estos servicios SIL o SIC ofrecidos por varias bibliotecas públicas de diferentes partes del mundo, se han identificado las siguientes temáticas que están formando parte de la oferta de las bibliotecas digitales[38]:       

 

·       Turismo.

·       Negocios y comercio.

·       Genealogía, patrimonio e historia local.

·       Sectores productivos.

·       Eventos culturales y artísticos.

·       Bases de datos de información local.

·       Redes de información ciudadana.

 

Pero las implicaciones van más allá, así que pasemos al segundo grupo. El uso de las bibliotecas digitales —documentos electrónicos—, así como en su época ocurrió con las bibliotecas de papel —documentos impresos—, está generando cambios en la forma en que se efectúan algunos procesos de adquisición del conocimiento[39]. Esto se debe a varias razones, entre las cuales se destaca la modificación que implica pasar de ojear a buscar asistidamente en un ordenador, al igual que es pasar de buscar información en un texto a hacerlo en muchos a la vez. Dichos cambios, que algunos podrían tildar apenas de modificaciones técnicas, poseen serias repercusiones en términos de los procesos cognitivos vinculados a la búsqueda y procesamiento de la información por parte de los humanos. La dupla humano-ordenador puede estar constituyéndose en un potenciador de las capacidades cognitivas básicas de los sujetos[40].

 

Además de lo anterior, es pertinente señalar que las estrategias de búsqueda de información están resultando en conflictos inéditos en el marco del ascenso del modelo digital en el plano educativo[41]. La alfabetización en papel está empezando a dar paso a la digital. No sólo es un problema creciente en la educación básica y media, ya que se pone de relieve con cierta intensidad en el contexto de la educación superior. Es bastante probable que el sistema educativo formal deba entrar en dialogo directo con las bibliotecas digitales, tanto para articular sus estrategias pedagógicas como para perfilar, de forma conjunta, las líneas deseables para la educación digital.     

 

 

El rol de la educación superior

 

Dentro de los ámbitos o estadios educativos, la universidad juega un papel decisivo, ya que es el intermedio entre la educación media y la investigación; es una especie de entorno selectivo de transición. El acceso a la universidad puede —y evidentemente tiene— impactos en la transformación conjunta de la sociedad. La universidad implica reflexión, conocimiento, aplicación del conocimiento, e incluso generación de nuevo conocimiento cuando se liga a la investigación.

 

Se está abriendo el debate sobre la educación a distancia y su modificación a partir de la difusión y uso de las potencialidades de las TDIC. En este plano de ideas, el e-learning enfrenta tensiones, que van más allá de los aspectos técnicos[42]. El desarrollo de contenidos que demandan el uso de de la dupla conformada por ordenador e Internet ha abierto un mundo de posibilidades para las formas tradicionales de educación, que sobrepasan de manera sólida los avances conseguidos por la radio y la televisión. Pero el debate también requiere redimensionar la importancia de la presencia física y la distinción en torno al lugar desde donde se conectan quienes forman parte del nuevo modelo educativo a distancia. Algunas investigaciones ya han denotado diferencias entre quienes acceden a la enseñanza digital desde zonas urbanas y quines lo hacen desde las rurales, a lo cual habría que añadir los efectos de la sincronía y la asincronía[43].       

 

El uso de las TDIC por parte de los docentes universitarios puede abrir grandes posibilidades para los procesos de enseñanza y aprendizaje. Ante el miedo a que los docentes desaparezcan, en realidad lo que está ocurriendo en la actualidad es la necesitad de adoptar y adaptar las posibilidades técnicas a las tareas docentes. Las presiones relativas a las innovaciones tecnológicas, dado su desarrollo vertiginoso, no dejarán de ser una coacción por algún tiempo. La solución no es llenar las aulas con computadores, sino más bien abrirse y explorar, al igual que los docentes estén dispuestos a la actualización continua[44].

 

Sin duda alguna los docentes son necesarios —y bastante en este contexto de confusión y cambio acelerado—, pero no hay que olvidar la brecha generacional digital. Los mismos maestros deberían reconocerla y tratar de atacarla desde su cotidianidad y sus posibilidades, y no ignorarla, como muchos lo están haciendo. Debería pensarse más en la calidad de la educación mediada por las TDIC, lo cual demanda redireccionar las estrategias pedagógicas de muchos docentes, incluyendo su actualización paulatina pero constante.

 

El contexto actual envuelve varios aspectos relacionados con la información: el incremento del volumen de datos, las posibilidades de discriminar la calidad de la información y el distanciamiento respecto al ritmo de producción de nuevo conocimiento[45]. El sistema educativo está en proceso de cambio, y las TDIC demandan tomar con sensatez y responsabilidad los retos que todo ello plantea tanto para los docentes universitarios como para los estudiantes. La educación superior de calidad es la que puede permitir pensar en conocimiento de punta y en innovación, tanto tecnológica como social.     

 

 

La innovación tecnológica: investigadores, tecnópolis, patentes y derechos de autor

 

La innovación tecnológica, la verdadera punta de lanza de la sociedad del conocimiento, posee características tan específicas en cuanto a los requisitos socio-territoriales para su puesta en marcha, que es completamente segregada en el planeta, incluso en el interior de los supuestos países desarrollados. La innovación tecnológica, en su sentido más amplio, involucra varios aspectos, como (1) los investigadores, (2) las tecnópolis y (3) las patentes y los derechos de autor.

 

Los investigadores, trabajando en forma de red —ya sea de manera colaborativa o dislocada—, son los que sostienen a los medios innovadores; son los trabajadores que crean innovaciones, y sin ellos no existirían la tecnópolis. Los resultados de los medios innovadores se traducen en nuevos productos, procesos, e incluso mercados, pero éstos se miden, acumulan y negocian mediante las patentes y los derechos de autor.    

 

Las TDIC están, y han estado, involucradas en todos los aspectos de la innovación tecnológica, ya que sin ellas no es posible pensar los procesos de innovación tal como los conocemos hoy en día. Como punto de referencia, podemos echar un vistazo a los sistemas de TDIC que más se utilizaban hacia inicios de la década de 1990 en los procesos de investigación y desarrollo (I+D), es decir en innovación tecnológica:

 

 

Cuadro 1. Sistemas de TDIC más utilizados a inicios de la década de 1990

en investigación y desarrollo (I+D).

 

Sistemas - servicio

Ventajas

Computadores de alto rendimiento

Disponibilidad de sistemas de cómputo de gran capacidad de procesamiento. Estaciones de trabajo y servidores. 

Correo electrónico

Uso sencillo y ágil. Posibilidad de trabajo asincrónico.

Hardware y software remoto

Acceso a equipamiento y programas informáticos especializados sin la necesidad de desplazamiento físico.

Bases de datos

Acceso a grandes volúmenes de información especializada.

Transferencia de archivos

Posibilidad de transferencia de grande paquetes de información a diferentes puntos de la red de investigación.

Videoconferencia

Reuniones sincrónicas sin la necesidad de desplazamiento físico.

 

Fuente: Howels 1995.

 

 

Los investigadores y el nuevo conocimiento

 

Los ordenadores e Internet han impactado, y seguirán impactando, la actividad científica. La creación de nuevo conocimiento en el planeta ya es bastante desequilibrada, y vale la pena reflexionar sobre los impactos que la irrupción de las TDIC, y del modelo digital en general, puedan promover en los años y las décadas venideras.  

 

La sociedad red es muy desigual[46]. Los procesos de innovación, ya sea desde la perspectiva cultural como tecnológica, requieren del flujo de la información, y para que exista ese flujo la información —de calidad— debe ser accesible, y para que sea accesible hay que disponer —como mínimo— de los objetos técnicos básicos, es decir ordenador e Internet. La relación entre difusión y producción de conocimiento es de carácter sinérgico en el marco del modelo digital que se está emplazando.    

 

Experiencias exitosas de innovación tecnológica han permitido constatar el fuerte impacto de las políticas educativas[47]. Dichas políticas, aunque deben centrarse en la educación superior, en realidad deberían iniciarse desde la educación primaria. Esto requiere pensar de forma prudente la noción de capital humano desde la perspectiva de formación académica vinculada a las TDIC, que también podemos asumir bajo la perspectiva de la alfabetización digital.   

 

Al igual que hemos señalado respecto a la educación básica, media y superior, las hemerotecas digitales pueden  transformarse en nodos de vital relevancia para el flujo de la información de interés académico y científico de alto nivel, incluso asociado a la investigación de punta. Podemos estar a las puertas del surgimiento de entornos relacionales que van más allá del rol de la biblioteca basada en el modelo de papel. La biblioteca física que alberga libros y documentos diversos, de la cual tenemos noticias desde la antigüedad —por ejemplo la Biblioteca de Alejandría—, podría estar mutando o evolucionando hacia la biblioteca universal que algunos han imaginado —como Jorge Luís Borges—. Una biblioteca universal que tendría cabida para la investigación de punta y la innovación tecnológica. La innovación tecnológica, en potencia, puede ser libre.    

 

 

Los medios innovadores 

 

Desde inicios de la década de 1990 varios autores han considerado de vital importancia el papel de las TDIC en el proceso de innovación tecnológica y en la organización de redes de investigación[48]. Los medios innovadores, también denominados tecnópolis o parques científicos, son los entornos territoriales dónde se concentra la innovación tecnológica de punta. Los primeros nacieron de forma esporádica, dada la confluencia de factores clave estructurales y coyunturales, pero cada vez más forman parte de las políticas de desarrollo territorial[49]. Los parques científicos planificados son los mejores exponentes de políticas que articulan los intereses públicos y los intereses privados, que  apuntan a la innovación tecnológica como factor de desarrollo económico y territorial.      

 

La gran paradoja con los medios innovadores es que son bastante selectivos en cuanto a las características socio-territoriales en las cuales se instalan[50]. Una tecnópolis no se localiza en cualquier lugar, así existan superordenadores y redes de telecomunicaciones de gran capacidad. Dado su fuerte poder en términos de la generación y flujo del conocimiento, y sobre todo del valor añadido que representan, sus efectos tienden a ser polarizados, y por tanto inducen en de manera considerable la segregación social y territorial. 

 

Aunque existen algunas excepciones, una constante de los medios innovadores es la sobresaliente concentración de investigadores de alta formación, muchos de los cuales están vinculados a actividades académicas universitarias, sobre todo a nivel de Doctorado y Posdoctorado. Es por ello que las universidades desempeñan un rol trascendental en la innovación, ya que sin investigadores, sin cerebros, es imposible crear un objeto técnico, o un proceso para llegar a él, que tenga relevancia social o económica.

 

Lastimosamente la empresa privada, y su afán de lucro imparable e insaciable, ha entrado de lleno —y ahora más que antes— a financiar la innovación tecnológica, y en muchas oportunidades las universidades se convierten en universidades-empresa que proveen de cerebros a las tecnópolis para que creen y diseñen innovaciones que luego definirán patentes de gran valor monetario. Pese a ello, ya hay investigadores y universidades que están cambiando de modelo, ya que se han percatado de la perversión y contradicción que implica la apropiación privada del conocimiento que, de una o otra forma, es generado con recursos colectivos no privados —bajo la vía de los impuestos que sustentan a las Universidades públicas, por ejemplo—.  

 

 

Las patentes y los derechos de autor

 

Las patentes y los derechos de autor son protagonistas de la segregación digital. Ya sea en la vertiente de (1) patentes para efectuar  procesos o construir objetos técnicos, o en la de (2) los derechos de autor —copyright—, la concentración e inaccesibilidad libre al conocimiento forman parte de los frentes de batalla en el mundo digital en instalación[51].

 

Las patentes se constituyen en un exabrupto cuando se analiza la forma en que se produce el conocimiento y cómo se mercantiliza[52]. Una idea, o un conjunto de ideas, no surgen de la nada; siempre existe algún referente inicial, directo o indirecto, factual o intangible. La figura del gran inventor desde hace ya algún tiempo se ha desvirtuado, precisamente porque se ha constatado que las innovaciones, incluso las más puntuales y aparentemente aisladas, se dan en contextos sociales y territoriales que implican el flujo del conocimiento a cierta escala y el trabajo sobre el trabajo de otros, o el conocimiento a partir del conocimiento de otros[53].

 

Cuando al conocimiento se le pone el sello de la patente, se lo clausura y ello es perverso, ya que la potencialidad del conocimiento termina siendo definida por compañías —y ahora universidades-empresa— que pueden direccionar su desarrollo futuro o terminar por enterrarlo si no satisface sus deseos inmediatos[54]. La potencialidad del conocimiento de punta debería formar parte de la carrera por mejorar la vida de la humanidad[55]. El actual modelo de patentes es completamente inadecuado, lesivo y dañino, tanto para quienes innovan como para quienes podrían beneficiarse del nuevo conocimiento. En la fase más reciente del desarrollo investigativo las TDIC han estado presentes, y las mismas están redefiniendo las prácticas abusivas de las grandes compañías. Hay grandes esperanzas al respecto, y precisamente los ordenadores e Internet, junto al software libre, son protagonistas.             

 

No hay que olvidar que Internet nació con el ideal del libre flujo de información, pero esta característica ha ido virando hacia el modelo de pago por la información relevante, lo cual se traduce en formas de segregación en el contexto científico y de generación de nuevo conocimiento[56]. Las grandes compañías que utilizan la información con fines de lucro están utilizando el copyright —y por supuesto las patentes— para controlar y direccionar el flujo de información. Lo paradójico es que gran parte de la investigación de punta está vinculada con las universidades, muchas de las cuales son públicas, y por tanto la financiación con recursos públicos termina convirtiéndose en un negocio para quienes catalizan el flujo de información mediante las publicaciones de pago.   

 

Los costos de acceso y difusión de la información científica han bajado sustancialmente a medida que las publicaciones digitales han aumentado. Ello puede tener impactos formidables en otros aspectos, como la mayor motivación hacia iniciar o continuar actividades de investigación, sobre todo por la disminución de las restricciones de consulta, y la diversificación de los temas de interés, puesto que ahora no necesariamente los tópicos están directamente vinculados a los presupuestos para las pesquisas[57].

 

El rumbo que tome la investigación en los próximos años y décadas estará en gran medida vinculado al libre acceso de la información científica. Las licencias abiertas, como las Creative Commons, desempeñarán —y ya lo están haciendo— un papel central en el futuro de la actividad científica en el mundo[58]. De todas formas, no hay que dejar de lado el análisis de las restricciones técnicas y socioeconómicas que actúan como reguladores del flujo de la información electrónica. Las inercias en torno a la desigualdad de producción de conocimiento no cambiarán de la noche a la mañana.     

 

La segregación digital representa incluso problemas para quienes tienen acceso o la red. El modelo de pago por la información científica relevante favorece la divisoria digital, pero a ella se contrapone la cultura del libre acceso, la cultura hacker[59]. La pugna, que apenas empieza, está mediada y permeada por los discursos público y privado, al igual que por las ideas disidentes, alternativas y libertarias.  

 

 

Las políticas, el discurso y la acción como catalizadores: el discurso público, el discurso privado y el discurso disidente

 

La cuestión de la segregación digital está tomando cada vez más fuerza en la esfera discursiva, la cual actúa como otro gran factor catalizador de la instalación del modelo digital. Adoptar o no adoptar desde el discurso las TDIC puede incidir en la segregación digital. En estos momentos no sólo hay iniciativas para frenar la exclusión y la brecha electrónica en los grupos de jóvenes —que se constituye en uno de los lugares comunes de análisis—, sino que se están utilizando las TDIC para tratar de disminuir la segregación en general[60], es decir, las otras formas de segregación.

 

En un mundo segregado que tiende a la interconexión diferencial, donde se promueve la sociedad del conocimiento, pero en el que en realidad está instalada la sociedad de la desinformación o de la mal-información —radio, prensa, revistas, televisión, Internet de masas—, los discursos son protagonistas. Aunque existen matices, hibridaciones, acuerdos, consensos y disensos, los discursos centrales en torno a la segregación digital se pueden agrupar en: (1) el público, (2) el privado, y (3) el disidente. Los dos primeros por lo general han establecido fuertes acuerdos —y más en la actual fase neoliberal—, mientras que el tercero circula en contravía.     

 

 

El discurso público: ¿realmente público?

 

El discurso público, dirigido esencialmente por los estados, pero permeado fuertemente por el capital privado que promueve la penetración y expansión de las TDIC, reconoce que la brecha o segregación digital es uno de los grandes temas del nuevo milenio. El reconocimiento se ha configurado desde diferentes entradas, entre las que resaltan dos: (1) como eje relevante dentro de Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y (2) como catalizador hacia la “supuesta” Sociedad de la Información.    

 

El 17 de mayo de 2006 se celebró el primer Día Mundial de la Sociedad de la Información, como resultado de la propuesta realizada por las Naciones Unidas (UN) y la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (ITU) —donde precisamente tienen gran influencia y representación las compañías privadas de telecomunicaciones—. Una de las principales razones para la celebración fue precisamente idea de llamar la atención del mundo respecto a la brecha digital, para tratar de involucrar a los diferentes actores de la sociedad en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (véase la figura 2).   

 

 

Figura 2. Folleto del Día de la Sociedad de la Información.

 

 

Fuente: ITU 2006.

 

 

En el “Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones 2006,  Evaluación de las TIC para el desarrollo económico y social” la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (ITU) hace un llamado de atención contundente para asumir con total seriedad la divisoria o brecha digital[61]. Las conclusiones del informe se condensan en tres grandes frentes: (1) coexisten antiguas y nuevas brechas digitales, tanto en términos del acceso material como del uso social de las TDIC; (2) aunque se han logrado avances, aún existen problemas asociados a los indicadores estadísticos que permitan medir los diversos efectos de las TDIC; y (3) si bien ha aumentado el acceso a las TDIC, sus repercusiones son tangibles y heterogéneas, y se manifiestan de forma clara en el comportamiento económico y productivo, desde las economías de carácter local hasta las dinámicas globales (véase la figura 3).

 

 

Figura 3. Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones 2006.

 

 

Fuente: ITU 2006.

 

 

En realidad es lamentable que, aunque suene a nobles y transparentes intenciones —incluso de tinte algo utópico, lo cual consideramos positivo—, el discurso de la ONU frente a la segregación digital esté más dirigido a promover el negocio de las grandes compañías transnacionales de las telecomunicaciones que a crear líneas de acción para constituir realmente la sociedad de la información. Veamos un ejemplo de ese discurso:  

 

Los procesos económicos mundiales, incluido el comercio internacional, están cada vez más influidos por la creación, difusión, acumulación y aplicación de información y conocimientos. El desarrollo ya no puede entenderse sin tener plenamente en cuenta los efectos generalizados de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y su aplicación en las actividades empresariales. El Informe sobre la Economía de la Información, 2006 de la UNCTAD ha sido preparado, como los anteriores de la serie Comercio Electrónico y Desarrollo, con la finalidad de interesar a la comunidad internacional en las consecuencias que tienen para los países en desarrollo los cambios que están produciendo las TIC en la producción, el comercio y las finanzas. El presente informe también se propone apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo para superar los problemas que entraña la reducción de la brecha digital y lograr que sus empresas sean más competitivas gracias a las TIC y el comercio electrónico. Con tal fin, el informe analiza concretamente los problemas normativos de los países en desarrollo, propone posibles soluciones y expone y explica las mejores prácticas internacionales actuales[62].

 

Para reforzar la visión de negocio que ya se ha mencionado, y que está ampliamente difundida, veamos los puntos centrales que trata el Informe sobre la Economía de la Información 2006 de las Naciones Unidas[63]. Son bastante elocuentes:

 

·       Indicadores de las TIC para la promoción del desarrollo: tendencias y efectos.

·       Examen de las políticas nacionales en materia de TIC para la economía de la información.

·       Políticas y prácticas sobre TIC en beneficio de los pobres.

·       Las TIC en el sector petrolero: consecuencias para las economías en desarrollo.

·       TIC, empresas y empleo: políticas adecuadas.

·       Arquitectura orientada a servicios y tecnologías de servicios web: tendencias y consecuencias para el comercio electrónico en los países en desarrollo.

·       La arquitectura en capas de Internet: principios y políticas de gobernanza. La capa física —cable, fibra óptica—; la capa lógica —donde se encuentra el protocolo—; la capa de aplicación —donde se encuentran las funciones que utilizan los usuarios—; y la capa de contenido —texto, gráficos, audio, vídeo—.

·       Leyes y contratos en el contexto del comercio electrónico.

 

Las políticas que intentan mejorar la cobertura o el acceso a las TDIC mediante innovaciones tecnológicas —como con Internet inalámbrico[64]— son importantes y relevantes, pero dejan de lado el problema del uso, que se constituye en la siguiente fase de la segregación digital. Mucho menos se hace énfasis en la utilización de la información para crear nuevo conocimiento, de tal manera que el círculo político tiende a cerrase en torno al negocio asociado a las capas de la población que en potencia pueden constituirse en mercado para las TDIC de consumo masivo —ordenadores, Internet y teléfonos móviles—. Aunque hay excepciones, el discurso público en torno la segregación digital se alinea, por lo general, con los intereses del capital privado (véase el anexo 2), al cual no le interesa que realmente la gente forme parte de la sociedad del conocimiento, pero sí que entre en el círculo de la sociedad de la información —o mejor, de la desinformación—.   

 

Aunque la tendencia general desde lo público tiende a favorecer lo privado, se vislumbran algunos cambios de rumbo. Algunos países y administraciones públicas locales ya están optando por el software libre. Incluso la ITU, que defiende el neoliberalismo, denota algún pequeño cambio en su discurso general. Al respecto es de destacar que en el World Information Society Report 2006 se considera como adecuado propiciar el uso se software libre como mecanismo que permite ofrecer oportunidades en el marco de la sociedad de la información[65].   

 

 

El discurso privado: la perspectiva neoliberal

 

Como hemos visto, las TDIC han empezado a dinamizar y articular, de una u otra forma, prácticamente todas las actividades productivas. Puesto que la instalación del mundo digital está en las primeras fases, las posibilidades de ingresar con objetos técnicos digitales a todos los segmentos del mercado, y de   la vida de las personas, es en potencia la gran mina de dinero —y de poder— que los comerciantes de las telecomunicaciones y de la información tienen en la mira. El problema no es sólo la cuestión de la difusión de la técnica, sino las profundas implicaciones en todos los aspectos de la sociedad y del territorio[66]. Hoy en día nadie discutiría el radical impacto que se derivó de la difusión de la energía eléctrica, el telégrafo o del teléfono. Si queremos un mundo mejor para todos, es necesario darle el valor que merecen las TDIC y la actual segregación digital.

 

En la actualidad alrededor del 16 por ciento de la población del planeta tiene acceso a Internet[67]. Esta cifra, bastante reveladora en torno a la segregación digital macro, es vista por las multinacionales de la comunicación[68] y por los pequeños nuevos empresarios de las TDIC como la gran oportunidad de negocio. Ello se refleja en las denominaciones de banca electrónica, gobierno electrónico, e-learning, comercio electrónico, teletrabajo, telemedicina, seguridad informática, domótica, acceso digital a contenidos de pago —televisión y cine a la carta mediante Internet[69]—, consumo virtual, mundos virtuales[70], videojuegos, entre muchos otros servicios y productos. Las posibilidades de ingreso de los bits que sustentan la instalación del mundo digital no son algo minúsculo[71].    

 

La segregación digital que ya está instalada de paso constituye una gran motivación para las compañías, empresas u organizaciones relacionadas con las TDIC, desde las que diseñan —asociadas a la innovación tecnológica— hasta las que llegan al hogar de las personas —comercializadores y mercaderes de los bits[72]. Aunque las posibilidades de cambio social y territorial son inmensas, incluso mayores de lo que pudiésemos imaginar ahora, el curso que está tomando la difusión y el uso de las posibilidades tecnológicas emergentes no es del todo halagüeño. En las masas se incentiva el simulacro y el consumo diferencial, pero no se promueve la construcción de sujetos enterados de la realidad del mundo y críticos frente a su propia condición (véase la figura 4).

 

 

Figura 4. La (des)información puede enajenar al sujeto.

 

Fuente: Boligan 2007. Bajo licencia Creative Commons.

 

 

El discurso disidente: la perspectiva hacker

 

Existe una gran esperanza, y es el movimiento contracultural, alternativo y disidente del software libre y de la libre circulación de la información. Es la cultura hacker[73]. Como su gran interés es romper las cadenas que imprime la propiedad, bajo patentes y derechos de autor[74], sus posibilidades de éxito pueden ser formidables. Nos encontramos en ese punto de inflexión histórico, donde se arrecian las tensiones entre quienes defienden a ultranza la propiedad de la información —los dueños del mundo o de una parcela con la que se creen reyes— y los que abogan por que sea libre.

 

En definitiva, no puede dejarse en manos del mercado conseguir que el desarrollo tecnológico se dirija hacia las necesidades humanas. El mercado reacciona frente a las demandas que vienen apoyadas por el potencial adquisitivo y así la enorme oferta de nuevos productos destinados al ocio, pero por su propia forma de actuación no puede tener la misma sensibilidad para eliminar la mala salud, la desnutrición, el aislamiento y la carencia de conocimientos que padecen los pobres. La difusión de las nuevas tecnologías a lo largo del siglo XX no se consiguió dejando sin más actuar a las fuerzas del mercado, sino que requirió de esfuerzos específicos para desarrollar soluciones tecnológicas de problemas humanos, adaptarlas a los países en desarrollo y divulgarlas ampliamente entre los pobres. Hacer de las TIC un instrumento al servicio del desarrollo humano exigirá un compromiso político decidido y universal que garantice las suficientes inversiones públicas y cambio de las reglas de juego a fin de crear y diseminar ampliamente las innovaciones[75].

 

Los que defienden la propiedad llevan la ventaja, ya que el modelo económico neoliberal y las normas de los Estados así lo estipulan, pero los que defienden el cambio tienen algunos comodines bajo la manga: trabajan en forma colaborativa, hacen circular la información y el conocimiento, producen  innovaciones tecnológicas y culturales, les interesa descubrir la virtualidad de la naturaleza y de la sociedad mediante los bits —utilizando las nuevas posibilidades de abstracción, no le temen al autoaprendizaje, y han logrado posicionar normativamente la cultura del regalo y la colaboración franca mediante las licencias abiertas. Aunque por ahora pesan relativamente poco en el contexto macro de la segregación digital, está sembrada la semilla para el cambio. El rumbo que tome la instalación del mundo digital depende más de cuestiones geopolíticas e ideológicas que de las técnicas —aunque no hay que desestimarlas—.        

 

Abstracción

 

[001] Un doble atemoriza al mundo, el doble de la abstracción. El destino de estados y ejércitos, empresas y comunidades depende de él. Todas las clases contendientes, sea las dominantes, sea las que son dominadas, lo veneran… pese a temerlo. El nuestro es un mundo que se aventura a ciegas en lo nuevo con los dedos cruzados.

 

[002] Todas las clases temen esa implacable abstracción del mundo, de la que, no obstante, depende su destino. Todas las clases salvo una: la clase hacker. Nosotros hackeamos la abstracción. Producimos nuevos conceptos, nuevas percepciones, nuevas sensaciones hackeadas a partir de datos en bruto. Sea cual sea el código que hackeamos, ya sea lenguaje de programación, lenguaje poético, matemáticas o música, curvas o colores, somos nosotros quienes abstraemos nuevos mundos. Aunque nos presentemos como investigadores o autores, artistas o biólogos, químicos o músicos, filósofos o programadores, cada una de estas subjetividades no es más que un fragmento de una clase que, punto a punto, todavía está cobrando consciencia de sí misma como tal[76].       

 

La utopía, por más que muchos se empecinen en enterrarla, no ha muerto, se resiste. Los ideales de la Revolución Francesa no se instalaron realmente —incluso se podría decir que han derivado hacia vertientes perversas—. El mundo está por diseñarse, y requiere tomar lo mejor de las ideas del pasado —no olvidar—, pero también tener los pies sobre la tierra en cuanto a reconocer los problemas del presente y los fenómenos conflictivos que vendrán, que incluso ya son visibles, como el cambio climático, el diseño del mundo genético y la instalación del mundo digital. El excesivo poder que han tomado los grupos vectorialistas —por usar el término de Wark— debe atajarse. No para llegar a ostentar el poder que de facto tienen —ese sería un grave error—, sino para rediseñar el mundo desde perspectivas realmente libres, responsables, éticas y justas.     

 

 

Notas

[1] El presente artículo puede asumirse como la continuación o el complemento de uno previamente publicado, que se titula “La segregación digital en contexto”, en el que se contextualiza la segregación digital (Chaparro 2007, <http://www.ub.es/geocrit/aracne/aracne-095.htm>). Aquel documento inicia con la invitación a reflexionar sobre las múltiples denominaciones del fenómeno, prosigue con la identificación de sus características centrales y termina con la tipificación de los estadios de la segregación digital.

[2] En este ejemplo específico otras razones también deberían evaluarse, como las vinculadas a cosmogonías ancestrales.

[3] Un balance puede encontrarse en: Chaparro y Locatel 2004; Locatel y Chaparro 2004. 

[4] Como lo han planteado: Malecki 2003; Chaparro y Locatel 2004.

[5] Akca, Sayili y Kemal 2006.

[6] En torno al tema de la población y las TDIC en los entornos rurales véase: Hollifield y  Donnermeyer 2003.

[7] Colom 2004.

[8] Una perspectiva que considera como viables las TDIC para el desarrollo rural puede encontrarse en: Mathur y Ambani 2005.   

[9] En esta línea de ideas se sitúa el trabajo de: Malecki 2003. 

[10] Consúltese, entre otros: Castells 1994; Benko 1991; Chaparro 2003.

[11] Sobre el tema del trasporte y las TDIC véase: Lasserre 2004.

[12] Véase: Chaparro 2002. 

[13] Tangkitvanich 2001, p: 19.

[14] Chu, Leung, Hui y Cheung 2006.

[15] Respecto al comercio electrónico y al turismo véase: Maswera, Dawson y Edwards 2007. 

[16] Al respecto véase: Castro 2005.

[17] Soto y Fernández 2005.

[18] Para hacerse una idea general respecto a la incorporación de Internet en la educación véase: Tesouro y Puigalli 2004.

[19] Prats 2005.

[20] Menou 2001, p: 105.

[21] Para profundizar sobre el tema de las páginas web educativas véase: Torres 2005.

[22] Peter y Valkenburg 2006.

[23] Berríos 2000.

[24] Sobre la perspectiva crítica y reflexiva sobre la alfabetización digital, consúltese: Menou 2001.

[25] Tinajeiro 2006, p: 103.

[26] Henry 2005.

[27] Domingo 2005, p: 34.

[28] Tien y Fu 2006.

[29] Fontán 2004, p: 79-88.

[30] Domingo 2005.

[31] Correa 2004, p: 11-42

[32] El modelo de la Universitat Oberta de Catalunya es pionero en esta materia.

[33] Recomendamos consultar: Bross y Roe 2006. 

[34] García 2004.

[35] Jaeger, el al, 2006.

[36] Ya existen varias bibliotecas y hemerotecas digitales de acceso libre en el contexto Iberoamericano. Entre ellas de destacan: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, LATINDEX y REDALYC.

[37] Véase: García y Díaz 2003, p: 39-56.

[38] García y Días 2003, p: 54.

[39] Sobre el tema puede consultarse: Feng, Jeusfeld y Hoppenbrouwers 2006.

[40] Sobre el tema consúltese: Kerckhove 1999 (a y b).

[41] Henry 2005.

[42] En torno a los problemas que enfrenta el e-learning véase: Planella y Rodríguez 2004, 7-20.

[43] Sobre el tema consúltese: Irons, Jung y Keel 2002. 

[44] Benvenuto 2003.

[45] Angulo 2004.

[46] Desde la perspectiva de cambio histórico véase: Castells 2003, p: 8-21. 

[47] Haefner 2004.

[48] Howells 1995.

[49] Castells 1994; Benko 1991; Chaparro 2004.

[50] Chaparro 2004.

[51] Perspectivas interesantes y esperanzadoras sobre el acceso libre a la información pueden hallarse en: Stallman 2004; Lessig 2005; Wark 2006; Vercelli 2004 y 2006.     

[52] Dubois señala que: “El derecho al acceso y al uso de la información se puede bloquear fácilmente utilizando de manera interesada los precios, las patentes o las políticas de censura. Por otra parte, los equipos de alta tecnología sin duda tienen un potencial de uso grande pero pueden resultar inútiles si las personas no tienen la educación y formación necesarias para operar con esos aparatos; y, sobre todo, para utilizarlos de manera que hagan uso pleno del conocimiento o información al que acceden”. Dubois 2005, p: 9.

[53] Lessig 2005.

[54] Wark 2006; Lessig 2005.

[55] Véase: Wark 2006. 

[56] Sobre el debate en torno a la difusión del conocimiento científico en relación con las tensiones entre el libre acceso y el acceso restringido véase: Barañón 2002; Chaparro 2006.

[57] Barrañon 2002.

[58] Sobre las tenciones entre el acceso libre y el acceso restringido consúltese: Chaparro 2006. 

[59] Himanen 2001; Wark 2006.

[60] Sobre este tema, que cada vez toma más importancia desde la perspectiva política, consúltese: García 2005. 

[61] ITU 2006. Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones 2006: Evaluación de las TIC para el desarrollo económico y social.

[62] Naciones Unidas (UN) 2006, p: 1. Informe sobre la Economía de la Información 2006. Una visión de desarrollo. Panorama general. 

[63] Naciones Unidas (UN) 2006, p: 1-28. Informe sobre la Economía de la Información 2006. Una visión de desarrollo. Panorama general. Para ampliar la información véase: UN 2006, 314 p. Information Economy Report. The development perspective.

[64] Por ejemplo: Warehama, Levyb y Shi 2004.

[65] ITU 2006, p: 14. World Information Society Report 2006 (executive summary). Mayor información en: ITU 2006, 152 p. World Information Society Report 2006.

[66] Para adentrase en el tema del territorio y las TDIC desde la perspectiva del negocio privado recomendamos visitar el sitio web de la empresa Telegeography <http://www.telegeography.com/>.

[67] Según la International Telecommunication Union (ITU).

[68] El tema de la excesiva concentración de poder que ostentan las compañías dueñas de los medios de comunicación es una línea de trabajo y análisis bastante adelantada. Véase por ejemplo: Chomsky y Ramonet 1995.  

[69] Este servicio ya está funcionando en España, y es ofrecido por la compañía Telefónica <http://www.telefonica.es/particulares.shtml>.

[70] Recomendamos darse un paseo por Second Life en: <http://secondlife.com/>.

[71] A propósito del tema de la inserción de los bits y lo digital en las actividades humanas y el sistema productivo véase: Terceiro y Matías 2001; Chaparro 2004.

[72] Como ejemplo podemos proporcionar el de la transnacional PRISA <http://www.prisa.es/>.

[73] Wark 2006.

[74] Lessig 2005; Himanen 2001.

[75] Dubois 2005, p: 10.

[76] Wark 2006, p: 15.

 


Recursos electrónicos

 

AKCA, Hasan; SAYILI, Murat; KEMAL, Esengun. Challenge of rural people to reduce digital divide in the globalized world: Theory and practice. Governement Information Quarterly. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, en prensa, 2006, p: 1-10. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

ANGULO, Noel. El problema de la información en el contexto de la educación superior. Forinf@. Revista Iberoamericana de usuarios de información. [En línea. Acceso libre].  Madrid: Universidad Carlos III de Madrid, 2004, p: 9-18. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

BARAÑÓN, Armando. Segregación digital y globalización de la investigación científica. Razón y palabra. [En línea. Acceso libre]. Atizapán de Zaragoza (México):   nº 29, octubre – noviembre de 2002, <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].    

 

BENVENUTO, Angelo. Las tecnologías de información y comunicaciones (TIC) en la docencia universitaria. Theoria. Ciencia, arte y humanidades. [En línea. Acceso libre]. Chillán (Chile): Universidad del Bío-Bío, vol 12, 2003, p: 109-118. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

BERRÍOS, Jorge. Inclusión estratégica de las TIC´s en la organización educacional. Contexto educativo. Revista digital de educación u nuevas tecnologías. [En línea. Acceso libre]. Buenos Aires: nº 6, abril de 2000. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].    

 

BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES. [En línea. Acceso libre]. Alicante (España): Fundación Biblioteca Miguel de Cervantes, 2006. <http://www.cervantesvirtual.com/>. [Junio de 2007].

 

BOLIGAN, Ángel. Ciberniño. TeleSur. [En línea. Acceso libre]. Caracas: TeleSur, 2007. <http://www.telesurtv.net/>.  [Junio de 2007].

 

BOLIGAN, Ángel. TV por cable. TeleSur. [En línea. Acceso libre]. Caracas: TeleSur, 2007. <http://www.telesurtv.net/>.  [Junio de 2007].

 

BROOS, Agnetha; ROE, Keith. The digital divide in the playstation generation: Self-efficacy, locus of control and ICT adoption among adolescents. Poetics. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 34, 2006, p: 306-317. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

CASTELLS, Manuel. La interacció entre les tecnologies de la informació i la comunicació i la societat xarxa: un procés de canvi històric. Coneixement i societat. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament d’Innovació, Universitats i Empresa, vol 1, 2003, p: 8-21. <http://www10.gencat.net/dursi/AppJava/documents.jsp>. [Junio de 2007].

 

CASTRO, Josep. La alfabetización digital como factor de inclusión social. Teoría de La experiencia de la Red Conecta. Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. [En línea. Acceso libre]. Salamanca: Universidad de Salamanca, vol 6, n 1, 2005. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

CHAPARRO, Jeffer. La segregación digital en contexto. Ar@cne. Revista electrónica de recursos en Internet sobre Geografía y Ciencias Sociales. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Universidad de Barcelona, nº 95, 1 de abril de 2007. <http://www.ub.es/geocrit/aracne/aracne-095.htm>. [Junio de 2007].

 

CHAPARRO, Jeffer. Retos para las revistas electrónicas de libre acceso en Iberoamerica. A propósito de la I Jornada sobre Revistas Científicas Electrónicas Españolas en Acceso Abierto. Ar@cne. Revista electrónica de recursos en Internet sobre Geografía y Ciencias Sociales. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Universidad de Barcelona, nº 86, 1 de agosto de 2006. <http://www.ub.es/geocrit/aracne/aracne-086.htm>. [Junio de 2007].

 

CHAPARRO, Jeffer; LOCATEL, Celso. ¿Sueñan los granjeros con ovejas eléctricas? Algunos elementos clave para pensar la nueva divisoria digital rural. Scripta Nova. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Geocrítica, 2004. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-18.htm>. [Junio de 2007].

 

CHAPARRO, Jeffer. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y el trabajo del geógrafo. Entre la cartografía digital y la geografía virtual: una aproximación. Scripta Nova. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Geocrítica, 2002. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-79.htm>. [Junio de 2007].

 

CHU, Sung-Chi; LEUNG, Lawrence; HUI, Yer Van; CHEUNG, Waiman. Evolution of e-commerce Web sites: A conceptual framework and a longitudinal study. Information and Management. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier (en prensa), 2006, p: 1-11. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

COLOM, Antoni. Innovación organizacional y domesticación de Internet y las TIC en el mundo rural, con nuevas utilidades colectivas y sociales. La figura del telecentro y el teletrabajo. CIREC-España. Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa. [En línea. Acceso libre]. Valencia: Centro Internacional de Investigación sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa, n 49, 2004, p: 77-116. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

CORREA, José. ¿Calidad educativa online? Análisis de la calidad de la educación universitaria basada en Internet. Píxel Bit. Revista de Medios y Educación. [En línea. Acceso libre]. Sevilla: Secretaría de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías, n 24, 2004, p: 11-42. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

DOMINGO, Angel. TIC, Internet, innovación y cambio educativo: estudio de casos. Trabajos de doctorado. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: UOC-IN3, 2005, 38 p. <http://www.uoc.edu/in3/dt/esp/domingo0605.pdf>. [Junio de 2007].

 

DUBOIS, Alfonso. Una lectura de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación desde el desarrollo humano. Cuadernos de trabajo de Hegoa. [En línea. Acceso libre]. Bilbao: Hegoa - Gobierno Vasco, n 37, 2005, p: 5-15. <http://www.hegoa.ehu.es/>. [Junio de 2007].

 

FENG, Ling; JEUSFELD, Manfred; HOPPENBROUWERS, Jeroen. Beyond information searching and browsing: acquiring knowledge from digital libraries. Information Processing and Management. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 41, 2006, p: 97-120. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

FONTÁN, María Teresa. Evaluar a través de Internet. Píxel Bit. Revista de Medios y Educación. [En línea. Acceso libre]. Sevilla: Secretaría de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías, n 24, 2004, p: 79-88. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

GARCÍA, Francisco Javier. Brecha digital, brecha social, brecha económica, brecha cultural: la biblioteca pública ante las cuatro caras de una misma moneda. Pez de Plata. Bibliotecas públicas a la vanguardia. Revista de opinión para el desarrollo de las bibliotecas públicas. [En línea. Acceso libre]. Pez de Plata, 2004. <http://eprints.rclis.org/archive/00004068/01/garcia.pdf>. [Junio de 2007].

 

GARCÍA, Francisco Javier; DÍAZ, Antonio. La biblioteca pública ante las necesidades informativas de su comunidad: recursos y servicios a través de la web. Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios. [En línea. Acceso libre]. Málaga (España): Asociación Andaluza de Bibliotecarios, n 71, junio de 2003, p: 39-56. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

GARCÍA, Iolanda. Políticas para la inclusión social mediante tecnologías de la información y la comunicación. Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. [En línea. Acceso libre]. Salamanca: Universidad de Salamanca, vol 6, n 1, 2005. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

HAEFNER, Carlos. Globalización capital humano y alfabetización digital. Revista Mad. [En línea. Acceso libre]. Santiago de Chile: Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, n 11, 2004, 6 p. <http://www.revistamad.uchile.cl/>. [Junio de 2007].

 

HENRY, Laurie. Information Search Strategies on the Internet: A Critical Component of New Literacies. Webology. [En línea. Acceso libre]. Teheran (Irán): Vol 2, Issue 1, 2005. <http://www.doaj.org/>. [Junio de 2007].

 

HOLLIFIELD, Ann; DONNERMEYER, Joseph. Creating demand: influencing information technology diffusion in rural communities. Government Information Quarterly. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 20, 2003, p: 135-150. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

HOWELLS, Jeremy. Going global: the use of ICT networks in research and development. Research Policy. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 24, 1995, p: 169-184. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

IRONS,  Larry; JUNG, Donald; KEEL, Robert. Interactivity in Distance Learning: The Digital Divide and Student Satisfaction. Educational Technology & Society. [En línea. Acceso libre]. Atenas (Grecia): International Forum of Educational Technology & Society,  Vol 5, Issue 3, 2002. <http://www.doaj.org/>. [Junio de 2007].

 

LASSERRE, Frédéric. Logistics and the Internet: transportation and location issues are crucial in the logistics chain. Journal of Transport Geography. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 12, 2004, p: 73-84. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

LATINDEX. Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. [En línea]. Ciudad de México: Universidad Nacional autónoma de México, 2006. <http://www.latindex.unam.mx/>. [Junio de 2007].

 

LESSIG, Lawrence. Por una cultura libre. Cómo los grandes grupos de comunicación utilizan la tecnología y la lay para clausurar la cultura y controlar la creatividad. [En línea. Acceso libre]. Madrid: Traficantes de Sueños – Mapas, 2005, 304 p. <http://www.traficantes.net/index.php>.  [Junio de 2007].

 

LOCATEL, Celso; CHAPARRO, Jeffer. Panorama de la agricultura informatizada en Brasil. Scripta Nova. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Geocrítica, 2004. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-17.htm>. [Junio de 2007].

 

MALECKI, Edward. Digital development in rural areas: potentials and pitfalls. Journal of Rural Studies. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 19, 2003, p: 201-214. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

MASWERA, Tonderai; DAWSON, Ray; EDWARDS, Janet. E-commerce adoption of travel and tourism organisations in South Africa, Kenya, Zimbabwe and Uganda. Telematics and Informatics. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, article in press, 2003, p: 1-14. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

MATHUR, Akshay; AMBANI, Dhirubhai. ICT and rural societies: Opportunities for growth. The Internacional Information & Library Review. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 37, 2005, p: 345-351. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

MENOU, Michael. Educando a los ciudadanos de la sociedad mundial del conocimiento. Cooperación sur. [En línea. Acceso libre]. Nueva York: UNDP, n 1, 2001, p: 94-105. <http://tcdc.undp.org/coopsouth/2001_oct/sp094-105.pdf>. [Junio de 2007].

 

NACIONES UNIDAS (UN). Information Economy Report. The development perspective. [En línea. Acceso libre]. Ginebra: UN, 2006, 314 p. <http://www.un.org>. [Junio de 2007].

 

NACIONES UNIDAS (UN). Informe sobre la Economía de la Información 2006. Una visión de desarrollo. Panorama general. [En línea. Acceso libre]. Ginebra: UN, 2006, 28 p. <http://www.un.org/spanish/>. [Junio de 2007].

 

PETER, Jochen; VALKENBURG, Patti. Adolescents’ internet use: Testing the ‘‘disappearing digital divide’’ versus the ‘‘emerging digital differentiation’’ approach. Poetics. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 34, 2006, p: 293-305. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

PLANELLA, Jordi; RODRÍGUEZ, Israel. Del e-learning y sus otras miradas: una perspectiva social. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya (UOC), v 1, n 1, 2004, 7-20. <http://rusc.uoc.edu/>. [Junio de 2007].  

 

PRATS, Enric. Redefinición de lo educativo en el cibercontexto: a propósito de la TIC como herramienta de inclusión. Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. [En línea. Acceso libre]. Salamanca: Universidad de Salamanca, vol 6, n 1, 2005. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

PRISA. [En línea]. Madrid: Grupo Prisa, 2007. <http://www.prisa.es/>. [Junio de 2007].

 

REDALYC. Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. [En línea. Acceso libre]. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México, 2006. <http://www.redalyc.org/>; <http://www.redalyc.com/>; <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

SECOND LIFE. [En línea]. San Francisco (California, USA): Linden Lab, 2007. <http://secondlife.com/>. [Junio de 2007].

 

SOTO, Francisco; FERNÁNDEZ, Juan. Retos para la Inclusión Digital: Propuestas de Futuro. Revista DIM: Didáctica, Innovación y Multimedia. [En línea. Acceso libre]. Bellaterra (Barcelona): Universidad Autónoma de Barcelona, 2005. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

STALLMAN, Richard. Software libre para una sociedad libre. [En línea. Acceso libre]. Madrid: Traficantes de Sueños - Mapas, 2004, 317 p. <http://www.traficantes.net/index.php>. [Junio de 2007].

 

TANGKITVANICH, Somkiat. Políticas mundiales de comercio electrónico. Cooperación sur. [En línea. Acceso libre]. Nueva York: UNDP, n 1, 2001, p: 19-33. <http://tcdc.undp.org/coopsouth/2001_oct/sp019-033.pdf>. [Junio de 2007].

 

TELEFONICA. [En línea]. Madrid: Telefonica S.A,, 2007. <http://www.telefonica.es/particulares.shtml>. [Junio de 2007].

 

TELEGEOGRAPHY. [En línea]. Washington: Telegeography Inc., 2007. <http://www.telegeography.com/>. [Junio de 2007].

 

TESOURO, Montserrat; PUIGGALLI, Juan. Evolución y utilización de Internet en la educación. Píxel Bit. Revista de Medios y Educación. [En línea. Acceso libre]. Sevilla: Secretaría de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías, n 24, 2004, p: 59-67. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

TIEN, Flora; FU, Tsu-Tan. The correlates of the digital divide and their impact on college student learning. Computers and Education. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, article in press, 2006, p: 1-16. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

TINAJEIRO, Ezequiel. Internet y computadoras en educación: una visión sociocultural. Apertura. Revista de innovación educativa. [En línea. Acceso libre]. Guadalajara (México): Universidad de Guadalajara, vol 6, 2006, p: 90-105. <http://redalyc.uaemex.mx/>. [Junio de 2007].

 

TORRES, Luisa. Elementos que deben contener las páginas web educativas. Píxel-Bit. Revista de medios y educación. [En línea. Acceso libre]. Sevilla: Secretariado de recursos audiovisuales y nuevas tecnologías, n 25, enero de 2005, p: 75-83. <http://dialnet.unirioja.es/>. [Junio de 2007].

 

UNIÓN INTERNACIONAL DE TELECOMUNICACIONES (ITU). Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones 2006. Evaluación de las TIC para el desarrollo económico y social (resumen). [En línea. Acceso libre]. Ginebra: ITU, 2006, 37 p. <http://www.itu.int/home/index-es.html>. [Junio de 2007].

 

UNIÓN INTERNACIONAL DE TELECOMUNICACIONES (ITU). World Information Society Report 2006. [En línea. Acceso libre]. Ginebra: ITU, 2006, 152 p. <http://www.itu.int/home/index.html>. [Junio de 2007].

 

UNIÓN INTERNACIONAL DE TELECOMUNICACIONES (ITU). World Information Society Report 2006 (executive summary). [En línea. Acceso libre]. Ginebra: ITU, 2006, 22 p. <http://www.itu.int/home/index.html>. [Junio de 2007].

 

UNIÓN INTERNACIONAL DE TELECOMUNICACIONES (ITU). World Information Society Day. 17 may 2006.  (folleto). [En línea. Acceso libre]. Ginebra: ITU, 2006, 8 p. <http://www.itu.int/home/index-es.html>. [Junio de 2007].

 

UNIVERSITAT OBERTA DE CATALUNYA (UOC). [En línea]. Barcelona: UOC, 2006. <http://www.uoc.es/web/esp/index.html>. [Junio de 2007].

 

VERCELLI, Ariel. Aprender la libertad. El diseño del entorno educativo y la producción colaborativa de los contenidos básicos comunes. [En línea. Acceso libre]. Buenos Aires: Ariel Vercelli, 2006, 113 p. <http://www.arielvercelli.org/>.  [Junio de 2007].

 

VERCELLI, Ariel. La conquista silenciosa del Ciberespacio. Creative Commons y el diseño de entornos digitales como nuevo arte regulativo en Internet. [En línea. Acceso libre]. Buenos Aires: Ariel Vercelli, 2004, 206 p. <http://www.arielvercelli.org/>. [Junio de 2007]. 

 

WAREHAMA, Jonathan; LEVYB, Armando; SHI, Wei. Wireless diffusion and mobile computing: implications for the digital divide. Telecommunications Policy. [En línea. Acceso restringido]. New York – Amterdam: Elsevier, Volume 28, 2004, p: 439-457. <http://www.sciencedirect.com>. [Junio de 2007].

 

 

Recursos bibliográficos

 

BENKO, Georges. Geógraphie des technopoles. París: Masson, 1991, 223 p.

 

CASTELLS, Manuel; HALL, Peter. Tecnópolis del mundo. La formación de los complejos industriales del siglo XXI. Madrid: Alinaza editorial, 1994. 371 p.  

 

CHAPARRO, Jeffer. Innovación tecnológica y territorio. Cuadernos de Geografía. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Geografía, volumen XII, nº 1-2, 2003, p: 29-60.

 

CHAPARRO, Jeffer. Sociedad y posibilidades tecnológicas emergentes. Cuadernos de Geografía. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Geografía, nº 13, 2004, p: 59-79.

 

CHOMSKY, Noam; RAMONET, Ignacio. Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios. Barcelona: Icaria – Más Madera, 94 p.

 

HIMANEN, Pekka. La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Barcelona: Destino, 2001, 257 p.   

 

KERCKHOVE, Derrick. Inteligencias en conexión: Hacia una sociedad de la web. Barcelona: Gedisa, 1999 (b), 253 p.

 

KERCKHOVE, Derrick. La piel de la cultura: Investigando la nueva realidad electrónica. Barcelona: Gedisa, 1999 (a), 254 p.

 

TERCEIRO, José; MATÍAS, Gustavo. Digitalismo. El nuevo horizonte sociocultural. Madrid: Taurus, 2001, 319 p.

 

WARK, McKenzie. Un Manifiesto Hacker. Barcelona: Alpha Decay, 2006, 204 p.

 

 


© Copyright Jeffer Chaparro Mendivelso, 2008.
© Copyright Ar@cne, 2008.


Ficha bibliográfica:

 

CHAPARRO, Jeffer. Lineamientos para el análisis de la segregación digital. Ar@cne. Revista electrónica de recursos en Internet sobre Geografía y Ciencias Sociales. [En línea. Acceso libre]. Barcelona: Universidad de Barcelona, nº 104, 1 de enero de 2008. <http://www.ub.es/geocrit/aracne/aracne-104.htm>.