Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XVIII, nº 1048, 5 de noviembre de
2013
[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


LA PRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE LA ARQUITECTURA DE ANTÓN CAPITEL

 Antonio Bonet Correa
Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

 Recibido: 6 de octubre de 2013; Aceptado: 8 de octubre de 2013


Palabras clave: Antón Capitel, Arquitectura, bibliografía

Key words: Antón Capitel, Architecture, bibliogrphy


 

Dentro de la literatura artística, los libros que tratan de la arquitectura ofrecen al profesional y al estudioso del arte de edificar un variado y amplio abanico bibliográfico, tanto teórico como práctico sobre la actividad constructiva. Su contenido, con textos explicativos, acompañados de planos y alzados y demás aparato gráfico, sobrepasa siempre la mera especialización y la sistematización de los métodos, las reglas y los términos técnicos que atañen al profesional. En realidad son textos en gran medida conceptuales, con nociones y propuestas pragmáticas convenientes a una de las ocupaciones esenciales e imprescindibles del ser humano, la de crear el habitat, es decir el lugar guarecido y adecuado para vivir social y civilizadamente.

Los libros de arquitectura, sean ya de tipo pedagógico, de orden técnico o puramente especulativo, en su mayoría son obras escritas por arquitectos e ingenieros que exponen las claves y las materias relativas al ejercicio de su profesión. Ilustrados con planos, alzados y demás aparato gráfico, sus autores se dirigen en especial a los componentes del ramo de la construcción. Ahora bien, también hay libros sobre la arquitectura cuyos autores son filósofos, sociólogos, geógrafos, historiadores del arte o eruditos que se interesan por los diferentes aspectos que plantea la actividad edificatoria. Literatura acorde con las posibilidades tecnológicas y el gusto de cada época, desde la Antigüedad hasta nuestros días sus textos no han cesado de ejercer un papel fundamental, paralelo o complementario a las grandes realizaciones arquitectónicas y monumentales llevadas a cabo a lo largo de los siglos.

 A la hora de enfrentarse a la producción del libro de arquitectura en nuestros días no está de más el recordar cómo antes de la aparición del libro impreso se utilizaron los manuscritos como medio de difusión de las ideas, los consejos y las advertencias dirigidas a los profesionales de la construcción. Como se sabe, en ellos se disertaba acerca de un arte que, tanto en la Antigüedad como  en la Edad Media, se aprendía de manera manual y oralmente a pié de obra o en el taller de la fábrica según se iba levantando el  edificio. A partir del Renacimiento, con la aparición del libro impreso, cambió radicalmente la enseñanza de la arquitectura. Los Tratados y Libros de Órdenes, ornamentos y ejemplos de edificios y perspectivas contribuyeron a la difusión de los modelos clásicos, luego transformados en barrocos. Las ciudades capitales de Occidente adquirieron entonces una magnificencia, en gran parte debida a una cultura esplendorosa cuyo cenit sufrió la crisis final del Antiguo Régimen.

 En la Edad Contemporánea, con la Revolución Industrial y los cambios sociales, el libro de arquitectura experimentó una transformación notoria. En primer lugar, en el siglo XVIII, los escritores y los especialistas en cuestiones de edificación redactaron Ensayos  de carácter especulativo y crítico sobre la arquitectura. Sus antecedentes fueron los Discursos y las Oraciones Académicas, escritos por ilustrados imbuidos de las ideas filantrópicas y de las de la economía política. En segundo lugar, los adelantos y el abaratamiento en la impresión de volúmenes populares hicieron que se pudiesen publicar Manuales cada vez con mayor número de ilustraciones y a buen precio, que servían de libros de texto en las recién creadas Escuelas Politécnicas. A ello hay que añadir la edición de Epítomes, Prontuarios y Crestomatías de carácter teórico y Memorandas y Vademecums de carácter tecnológico. También libritos como cartillas elementales dirigidas para el uso de peritos, obreros y artesanos de la construcción. A todos estos volúmenes habría que añadir, desde el siglo XIX hasta nuestros días, los libros de Historia del Arte y de  Arquitectura, escritos con criterios positivistas y métodos propios de las ciencias de la cultura, en los que son dominantes la evolución de los estilos y los datos cronológicos acerca de los constructores.

 Todas estas disquisiciones y otras muchas más que podrían hacerse son oportunas a la hora de valorar las aportaciones que, desde hace años, ha realizado y sigue realizando el doctor-arquitecto Antón Capitel, Catedrático del Departamento de Proyectos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM). Especialista en la restauración de monumentos antiguos y modernos, Antón Capitel, además de ser profesor universitario, ha ocupado cargos de gran responsabilidad en la Administración del Estado, como el puesto de Inspector General de Monumentos en el Ministerio de Cultura durante la década de los años ochenta del pasado siglo. También ha sido, en varias ocasiones, Comisario de Exposiciones como la que, con el alemán Wilfried Wang sobre La Arquitectura del siglo XX: España, organizó con motivo de la importante “Exposición Internacional Hannover 2000”. Paralela a su actividad profesional y pedagógica, ha dedicado su tiempo a las tareas de la investigación y a la crítica de la arquitectura moderna. Durante años ha dirigido la revista Arquitectura del COAM. En la actualidad es el responsable de los Cuadernos de Proyectos Arquitectónicos, editados por el Departamento de Proyectos de la Universidad Politécnica. En tanto que crítico de arquitectura, es colaborador de las más prestigiosas revistas nacionales y  extranjeras. De señalar, entre sus múltiples publicaciones es la que, en calidad de historiador, ha escrito, en 1995, para la segunda parte del tomo XL de la obra Summa Artis sobre la “Arquitectura Española 1939-1992” (Espasa-Calpe, Madrid 1995).

 La obra de carácter teórico y crítico de la que es autor Antón Capitel se inscribe en el haber bibliográfico español de la segunda mitad del siglo XX, coincidente con el auge que, tanto en Europa como en América, ha tenido y sigue teniendo el libro de arquitectura. En España es de señalar como antecedentes el interés que los arquitectos y los historiadores del arte han tenido, en la primera mitad del siglo XX, por el libro de arquitectura. Ejemplos de  estos libros son los de  Vicente Lumpérez y Manuel Gómez Moreno por un lado y por otro de Teodoro de Anasagasti, Leopoldo Torres Balbás, Andrés Calzada y Fernando García Mercadal. La creación de la revista Arquitectura, órgano oficial de   la Sociedad Central de Arquitectos, en 1918, marca una fecha en la renovación del pensamiento sobre la arquitectura  anterior a un período que se cierra en 1936, cuando estalla la Guerra Civil. Sin ponernos a valorar los textos de Gustavo Fernández Balbuena o de César Cort sobre el urbanismo, no cabe duda de que los arquitectos españoles de la primera mitad del siglo XX desarrollaron una acción teórica que desembocó en el triunfo de los movimientos modernos de vanguardia.

 En la posguerra, las figuras esenciales fueron Luís Moya y Fernando Chueca Goitia quienes lideraron el mundo intelectual de la arquitectura, propensa a los aspectos historicistas. En la década de los sesenta y setenta, las personalidades de Juan Daniel Fullaondo y de Carlos Flores, ambos creadores de revistas de gran éxito editorial, influyeron, cada una por su lado, en la apertura hacia nuevas miradas del pasado y el elogio del presente prometedor, al igual que en la revalorización de la arquitectura popular en trance de desaparición. Ahora bien, quien escribe una obra personal y crítica importante es Antonio Fernández Alba que, como catedrático de la Escuela de Arquitectura, desempeñó en el círculo madrileño un papel de guía espiritual de las sucesivas generaciones de arquitectos. En el caso de Cataluña, con un fecundo pasado anterior a la Guerra Civil, los libros de Oriol Bohigas tendrán una repercusión no sólo a nivel peninsular sino también en Hispanoamérica, cuyos países  en un primer momento fueron los que introdujeron en España, durante la década de los años sesenta, los primeros libros de arquitectura que abrieron nuevas perspectivas teóricas. Fue a partir de los años setenta cuando las editoriales españolas, como la de Gustavo Gili, Blume y otras, publicaron libros escritos por arquitectos españoles como Ignacio Solá Morales, José Arnau, José Ignacio Linazasoro o Antón Capitel, por citar algunos de los autores más relevantes. De manera especial mencionemos también los textos, siempre sugestivos y de meditada reflexión, de Rafael Moneo, arquitecto de enorme prestigio internacional.

 El haber bibliográfico de Antón Capitel es particularmente extenso. Realizado desde hace más de treinta años, de manera continuada, comprende libros básicos de carácter pedagógico, breves ensayos de crítica arquitectónica, artículos de revistas , crónicas de viajes y reseñas sobre libros nacionales y extranjeros. Sus textos escritos con una prosa de denso y riguroso estilo literario, tienden siempre a ser lecciones didácticas en las que al discurso racional y metódico se une el discurso irracional que, señalando lo anómalo y lo contradictorio de gran parte de las realizaciones monumentales, recalca la duplicidad de la condición estructural y atemporal de la arquitectura. El rechazo que Antón Capitel siente por las ambigüedades e incoherencias engañosas hunde sus raíces ilustradas y académicas en el ejercicio de la disciplina de la teoría proyectual de lo arquitectónico.

 El libro de Antón Capitel que merece mención aparte es el volumen Metamorfosis de los monumentos y teoría de la restauración, publicado por Alianza Editorial, inicialmente en 1988 y que, tras varias reimpresiones, apareció en una segunda edición corregida y ampliada. Por su contenido es una exposición de los problemas que han afectado al ejercicio de la Restauración, actividad de la cual su autor tiene experiencia propia. El volumen está dividido en dos partes. La primera está consagrada a revisar los criterios de Viollet-le-Duc, Ruskin, Boito, Giovannoni y demás arquitectos que se han dedicado a la conservación y consolidación de los monumento históricos. Antón Capitel analiza los distintos criterios y las contradicciones que entraña dar nueva faz y vida a las obras del pasado que han sufrido añadidos y heridas del paso del tiempo.  También lo difícil e inútil que es buscar la prístina puridad de   la primitiva fábrica proyectada y construida, la mezcla de intervenciones y estilos. En realidad el autor se inclina por las intervenciones equilibradas y respetuosas y la calidad del diseño armónico   de carácter analógico que proporcionan nueva vida y visibilidad histórica a un monumento digno de integrarse a un entorno urbano remozado y moderno. La segunda parte del volumen está dedicada a varios monumentos cardinales de la arquitectura española del pasado: la Catedral de Santiago de Compostela, la Mezquita de Córdoba, el Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada y la Catedral de Burgo de Osma. Todos ellos son edificios representativos de las metamorfosis históricas que confirman su simbólica y significativa identidad. Es de constatar cómo Antón Capitel, para recalcar la condición mestiza de las distintas partes y fases constructivas de estos edificios, se vale de los métodos propios de la Historia del Arte, mostrando una gran erudición en el manejo de los estudios monográficos que sobre dichos monumentos han escrito los especialistas de esta disciplina. Las atribuciones a determinados arquitectos o los análisis estilísticos que hace Antón Capitel apoyándose en la Historia del Arte  son, sin embargo, contrastados con los problemas de orden  proyectual, de forma que en tanto que especialista en proyectos pone en evidencia la acción transformadora que, a  lo largo del tiempo, sufre todo monumento sometido a la vez a la discontinuidad y a la continuidad figurativa de lo nuevo y de lo viejo. Antón Capitel, sin la fetichización del pasado, es partidario  de la conservación analógica que proporciona nueva vida y posteridad a los monumentos que merecen ser ejemplos simbólicos del arte de edificar.

 Los dos libros que de una manera palmaria manifiestan el meollo o el núcleo esencial del pensamiento arquitectónico de Antón Capitel son La Arquitectura del Patio , (Barcelona, 2005) y La Arquitectura Compuesta por partes (Barcelona, 2009). Ambos volúmenes, de carácter teórico sobre el arte de proyectar a través de los siglos en la arquitectura occidental, constituyen su aportación medular en sus tareas pedagógicas. En unas doscientas páginas ilustradas con plantas y alzados y  un escaso número de fotografías, forman parte de las importantes colecciones de libros de arquitectura de la Editorial Gustavo Gili. Sus textos, de sintética y rigurosa prosa son una sistemática presentación de los principios fundamentales de la composición arquitectónica desde la Antigüedad clásica hasta lo movimientos modernos del siglo XX. El edificio unitario y compacto proyectado en torno a un patio, es decir el sistema claustral o, por el contrario, el edificio moderno  compuesto por elementos yuxtapuestos como si el edificio fuese el resultado de juntar las diferentes partes creadas por la necesidad, son el leite-motive de sus análisis críticos de los métodos racionales y de los sistemas irracionales que hacen que la arquitectura, al fin de cuentas y ante todo, sea un arte de resolver programas que, constituyendo un conjunto de volúmenes y espacios habitables, cumplan una función útil y satisfactoria y por último una finalidad estética.

 La austeridad en la presentación de los problemas, siguiendo un método diacrónico y la parquedad ilustrativa, limitándose a planos y alzados y el escaso empleo de fotografías, siempre más imprecisas, hacen que los textos de Antón Capitel sean similares a los de los viejos y antiguos tratados renacentistas. Su discurso, lejos de ser un relato historicista y estilístico, muestra que siempre, al tratar de las huellas de la tradición en las obras innovadoras de los movimientos modernos como en la  práctica arquitectónica, hay ecos de la herencia clásica. Basta leer el ensayo que, en el año 2010, en el número 1 de Cuaderno de Proyectos Arquitectónicos publica  sobre la “innovación y tradición en la arquitectura contemporánea”. Al referirse a una obra del japonés Toyo Ito,  afirma “que la mejor arquitectura contemporánea combina adecuadamente el uso de la tradición moderna con la innovación y la invención, proclamándose de este modo incluso por el llamativo uso de la libertad formal, como una arquitectura que sigue perteneciendo al fértil y divertidísimo tronco que inició la revolución moderna” y todo ello bajo el cobijo de una ancestral y renovada tradición clásica.

 Complementarios de los dos citados libros y acorde con la ininterrumpida serie de ensayos críticos, Antón Capitel ha resumido de manera compendiosa sus ideas generales sobre la arquitectura. En el libro Las formas ilusorias de la arquitectura moderna (Madrid, 2004) y el volumen Nuevas Lecciones de Arquitectura Moderna (Buenos Aires, 2011) aborda el tema, para él recurrente, de la arquitectura como un arte impuro e ilusorio, pleno de contradicciones, ficciones, incoherencias y paradojas, de ocultación de dificultades y apariencias engañosas, aunque también de sublimaciones expresivas. Según él, desde Grecia hasta las obras de Alvar Aalto la disciplina de la arquitectura ha estado sometida “a dificultades de todo tipo y a las contradicciones, en general, lo que hace de ella un arte mestizo, disfrazado, complicado; un arte cuya naturaleza está exenta de cualquiera que sea la posible pureza”. De ahí el triunfo de lo híbrido y la libertad del arquitecto capaz de “unir formas diferentes y hasta opuestas, para obtener la perfección o simplemente la adecuación a las necesidades”.

 El último libro, de más hondo calado, en el que hace un largo recorrido sobre los principios generales y la difícil naturaleza de la arquitectura, se titula La arquitectura como arte impuro (Colección Cimbra de la Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona 2010). Dedicado a Roberto Venturi y a la memoria de Luís M. Mansilla, tiene una sugestiva portada, de superficie blanca, con una alta y estrecha banda horizontal con los ojos del retrato de Doña Isabel Cobos de Porcel, pintado en 1805 por Francisco de Goya. La arquitectura está así representada como una  diosa, de veleidosa condición femenina. Los capítulos que tratan del origen mítico de la arquitectura, de la perfección e irregularidad, de la pureza formal, de la diversidad y los requisitos que le afectan (construcción, función, belleza, lugar…) son como la conclusión de todas las investigaciones de su autor por un arte que ha ocupado su proyección vital y humana.

 En resumen y como punto final de este breve repaso a la producción bibliográfica de Antón Capitel, se puede concluir que es un prolífico autor que, con sus obras teóricas y didascálicas contribuye a difundir el conocimiento acerca del arte de la edificación, siguiendo la tradición que desde Vitruvio, pasando por Alberti hasta Le Corbusier ha constituido un corpus de pensamiento de orden conceptual. Antón Capitel, ensayista y crítico imbuido del espíritu ecléctico y relativista propio de nuestro tiempo, es un autor opuesto a todo dogmatismo aunque firme en sus convicciones. Su discurso, contrario a los obsoletos preceptos academicistas, es el de un profesional que cree en la capacidad creadora de la arquitectura. Sus libros y textos son una prueba perseverante de su constante dedicación a la enseñanza y a la difusión de sus ideas. Quien, además de conocer sus escritos tiene la suerte de tratarlo personalmente, puede dar fe de su ardiente pasión por la arquitectura. Con su unífono apellido, de vocabulario arquitectónico, cuando emprende una conversación acerca de la arquitectura no para de hablar. Con voz alta y contundente, de manera atropellada expone su pensamiento sin dejar respiro y posibilidades de respuesta por parte de su interlocutor. Indudablemente es una persona que vive sólo pensando en el arte de la arquitectura. Su prolífica producción bibliográfica es la prueba de su existencia consagrada por entero al arte de edificar.

 

© Copyright Antonio Bonet Correa, 2013.
© Copyright Biblio3W, 2013.

 

 

Ficha bibliográfica:

BONET CORREA, Antonio. La producción bibliográfica sobre la arquitectura de Antón Capitel. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 5 de noviembre de 2013, Vol. XVIII, nº 1048. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-1048.htm>. [ISSN 1138-9796].