Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]
Nº 12, 2 de marzo de 1997. 

 

NAVARRO ABRINES, Mª Carmen. Carlos de Beranger, un ingeniero militar en el virreinato del Perú (1719-1793). Tesis Doctoral dirigida por el Dr. Carlos Martínez Shaw. Barcelona: Universidad de Barcelona (Departamento de Historia Moderna), 1996. 526 p. + 33 figs.

Horacio Capel


La Tesis Doctoral que presenta la Licenciada Dª Mª. Carmen Navarro Abrines constituye una sobresaliente aportación al conocimiento de una de las figuras de la élite militar y técnica que apoyó las reformas ilustradas, y es, al mismo tiempo, una contribución al estudio de algunas actuaciones significativas de este reformismo durante la segunda mitad del setecientos, y en particular la reforma de la minería peruana y la consolidación del dominio hispano en la costa del pacífico meridional. La obra consta de 526 páginas, de las cuales 410 de texto, y 33 figuras y se estructura en seis capítulos.

La Tesis se inicia con un capítulo general introductorio acerca de las reformas borbónicas durante el siglo XVIII, en el que se presenta el marco general del reformismo ilustrado dentro del cual se inserta la actuación de los ingenieros militares. La organización de un imperio centralizado y sometido a una administración homogénea, las reformas en la economía, con el fomento de la agricultura y la industria, y las medidas para impulsar el comercio, así como la potenciación de la defensa, con la realización de profundas reformas en la marina y el ejército, necesitó apoyarse en cuerpos técnicos de exigente formación científica, que en el caso de la Monarquía española fueron, en buena parte, cuerpos facultativos militares, y de forma principal, los oficiales de marina, y los ingenieros militares. Este cuerpo militar que aunque contaba con antiguos precedentes fue creado de hecho en 1711 constituyó un apoyo esencial para la realización de las obras públicas de iniciativa gubernamental colaborando no solo en tareas de defensa, sino también en la construcción de canales, puertos, obras de urbanización y realización de cartografía y descripciones geográficas. La Tesis dedica su atención a la actuación de uno de estos técnicos, Carlos de Beranger, perteneciente, como era frecuente, a una dinastía de ingenieros militares.

Carlos Beranger y Renaud fue, en efecto, el hijo de un ingeniero militar francés que llegó a Cataluña con las tropas de Luis XIV durante la guerra de Sucesión, y quedó posteriormente al servicio de España dentro del Cuerpo de Ingenieros organizado por Verboom, llegando a ser Ingeniero Director de Valencia, con el grado de Brigadier, hasta su muerte en 1756.

La Tesis muestra bien el tránsito desde la formación tradicional de carácter familiar que había recibido su padre, Carlos de Beranger y Clavia, desde que ingresó en el ejército a la edad de 12 años, a la formación reglada adquirida por él mismo en la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona. También muestra el carácter endogámico que tenía el reclutamiento en la oficialidad del ejército y que continuaría durante el siglo XIX. Su abuelo había sido capitán de infantería agregado al Estado mayor en la ciudad francesa de Ruen, y su hijo y su nieto seguirían igualmente la carrera de las armas, ambos como marinos: uno llegaría a ser jefe de Escuadra y presidente de la Junta del Almirantazgo y otro ministro de marina con Amadeo de Saboya y con Alfonso XII.

A pesar de sus estudios de ingeniería, Beranger no pudo ingresar en el Cuerpo por la escasez de plazas, por lo que realizó su carrera militar en el ejército, como oficial de los regimientos de dragones de Orán, hasta 1748, y luego al de Batavia, mandado por el coronel Manuel de Amat, que en 1754 sería destinado a América, primero como Gobernador y capitán general de Chile y luego (1761), como virrey del Perú. Esa relación sería decisiva para la carrera de Beranger.

En efecto, durante sus años de gobierno americano, que coinciden en parte con la guerra de los Siete Años, Amat acometió una importante reorganización de las defensas del virreinato, impulsando la construcción de fortificaciones y aumentando los efectivos del ejército, que pasó de 6.643 a 50.840 hombres. También acometió la mejora de la minería, que constituía la base económica esencial del imperio. Para una y otra tarea Amat contaría con la colaboración de Beranger, que, junto con otros técnicos, fue llamado a América para actuar como ingeniero, a pesar de no haber ingresado en el Cuerpo.

A finales de 1761 Beranger llegó a Lima y fue encargado de trabajar en las dos tareas urgentes que estaban siendo abordadas por el virrey. Ante todo, la construcción de armas y pólvora así como de los correspondientes almacenes, para no depender de la metrópoli en estos aspectos. En segundo lugar, la fortificación del Callao, el puerto de Lima, el cual se había visto gravemente afectado por el terremoto de 1746, que arruinó la población y las fortificaciones existentes. Para atender a ese aspecto se construyó una gran fortificación pentagonal abaluartada, el Real Felipe del Callao. Desde 1763 Carlos Beranger, auxiliado por el ingeniero Antonio O'Brien, trabajaron en esa gran fortaleza, en cuyo diseño intervino el mismo virrey, que tenía amplios conocimientos matemáticos. El estudio detallado de estos trabajos, y la determinación de las partes correspondientes a cada autor, a partir de la documentación conservada en los archivos de Madrid, Sevilla y Lima, así como del Manuscrito 400 (del virrey Amat) conservado en la Biblioteca de Cataluña, constituye una notable aportación de la Tesis.

En julio de 1764 Beranger fue nombrado Gobernador y Superintendente General de la Villa y Mina de Huancavelica y Gobernador de la Provincia de Angares. Este nombramiento, totalmente inesperado, supuso un importante reto, ya que la mina de cinabrio de Huancavelica era esencial para la minería americana de la plata y, además, dicho nombramiento se realizó directamente por el virrey para sustituir a Antonio de Ulloa, cuyo gobierno había dado lugar a importantes conflictos. La Tesis dedica amplia atención a todo ello, con lo que se convierte, en ese sentido, en una importante contribución al tema de la reforma de la minería americana durante el setecientos. Vale la pena dedicar alguna atención a este punto.

La mina de Huancavelica, explotada desde el siglo XVI, era la única existente en toda América de la que podía obtenerse el mercurio que constituía un ingrediente esencial para el proceso de obtención de plata por amalgamación. Su producción abastecía a las minas de Nueva España y Perú, permitiendo prescindir del mercurio de la otra gran mina del imperio hispano, la de Almadén, en la Península ibérica. Desde el último tercio del siglo XVI la explotación se hacía por particulares que obtenían el permiso de la Corona para ello mediante la firma de contratos o "asientos". A lo largo del XVII los intereses del gremio de mineros y los de la amplia plantilla de burócratas que se había ido estableciendo para defender los intereses del gobierno (superintendente, veedores, capataces) se habían ido entrelazando en un sistema corrupto que funcionaba de forma relativamente autónoma, en colusión con los funcionarios criollos de la administración. Desde la década de 1680 la producción de la mina había comenzando a disminuir afectando a toda la explotación de la plata americana. Por estos motivos desde el final de la guerra de Sucesión, los gobiernos de la nueva dinastía borbónica habían iniciado un programa de reformas de la minería, que se inició con la modificación del sistema de nombramiento de los gobernadores de la mina, que a partir de 1736 dependerían directamente de la Corona y no del virrey, como hasta entonces. Los dos primeros gobernadores de designación real, Jerónimo Salazar (1736-1748) y Gaspar de la Cerda (1748-1754) acometieron importantes reformas, que aumentaron la producción pero afectaron a los intereses de los mineros contratistas. Entre 1754 y 1757 el gobernador interino nombrado por el virrey Manso de Velasco, conde de Superunda, fue mas atento a esos intereses, deshaciendo en buena parte las reformas anteriores. Por eso cuando el tercer gobernador nombrado por la Corona llegó a Huncavelica en 1757, con órdenes precisas para continuar las reformas y aumentar la producción, se encontró con una fuerte oposición que daría lugar a importantes conflictos que condujeron finalmente a su cese.

Ese gobernador fue el marino Antonio de Ulloa, una de las grandes figuras científicas del setecientos, que conocía bien la región por su participación en la expedición al reino de Quito para la medida del grado del meridiano (1735-1744) y que desde su vuelta a España había realizado diversas misiones científicas, algunas en relación con la minería del mercurio en Almadén e Istria.

Las medidas adoptadas por Ulloa para asegurar los intereses de la Corona en la mina e impulsar la producción de azogue le enfrentaron con el poderoso gremio de mineros, con los funcionarios de la administración colonial, con la milicia de Huancavelica y con el mismo virrey. El conflicto adquirió tal dimensión que Ulloa solicitó ser sustituido, como lo fue en julio de 1764. El mismo mes el virrey nombró a Carlos Beranger como gobernador interino de la mina y corregimiento de Huancavelica.

La autora señala que, además de la falta de habilidad política de Ulloa, y de los enfrentamientos personales y políticos entre éste y el virrey Amat, el fracaso de la gestión de Ulloa "fue el resultado de un maraña de intereses compartidos entre los mineros, los funcionarios reales, los oficiales del ejército y el mismo clero, que formaron un frente común para protegerlos de cualquier intento de reforma que los pudiera lesionar" (pág. 192). Frente a la política anterior Beranger adopto una mas conciliadora, para mantener la producción de una explotación que era esencial para la continuidad de la producción de plata. La autora interpreta que su papel fue el de representar la política trazada por el virrey Amat, con cuyo apoyo contó, al contrario de lo que había sucedido con Ulloa; en función de ello "se inclinó más por contemporizar con los intereses de la sociedad limeña que por apoyar un proceso de reformas radicales" como el que trató de impulsar Ulloa; de todas maneras, realizó una labor técnica eficaz y "puso todo su empeño en dejar la mina en buenas condiciones para evitar una ruina que se anunciaba como inevitable" (p. 243). En conjunto el capítulo IV de esta Tesis muestra las limitaciones del reformismo español en América y el poder que había conseguido la sociedad criolla.

En octubre de 1767 con la llegada del nuevo Gobernador titular nombrado por la Corona para la mina de Huancavelica, Domingo Antonio de Jáuregui, Beranger cesó en su cargo interino, siendo nombrado el mes siguiente Gobernador de la isla de Chiloé en el Pacífico meridional chileno. Se trata de un cargo mas acorde su formación, ya que se le dieron órdenes precisas para reconocer la isla y dirigir el proceso de fortificación y defensa. Dichas fortificaciones eran indispensables para convertir Chiloé en el bastión defensivo fundamental para la defensa del sur de Chile y el paso meridional del Atlántico al Pacífico. Beranger cumplió una y otra tarea, la descriptiva y la militar. Dirigió la construcción del fuerte y ciudad de San Carlos, que en 1771 contaba ya con 138 casas y 462 habitantes, y realizó el estudio de las necesidades defensivas de toda la región y abordó la redacción de una Relación Geográfica de la Isla de Chiloé, cuya segunda parte se publica en esta Tesis por primera vez. También impulsó la organización de varias expediciones marítimas para el reconocimiento de las costas cercanas al estrecho de Magallanes: la de Francisco Machado y José Sotomayor a bordo de la Goleta Nuestra Señora de Montserrat, al sector de la isla Madre de Dios (1768), la de José Rius , a la costa y archipiélago de los Chonos (1770), de solamente dos piraguas y que era en realidad mas de vigilancia que de exploración, pero de la que se conserva un diario de navegación que es estudiado en la Tesis.

Por problemas de salud Beranger solicitó el relevo de su cargo, que le fue concedido en 1772, regresando a España al año siguiente. Antes de emprender la travesía a España firmó su testamento, por el que conocemos sus bienes, que muestran las ganancias importantes pero limitadas de un funcionario de la Monarquía durante el setecientos.

Tras su llegada a España Beranger fue requerido por la Corona para realizar un informe sobre las fortificaciones de Valdivia, que elaboró en 1784. Es la última actividad conocida hasta su muerte, ocurrida el 27 de febrero de 1793, cuando tenía 74 años y era brigadier y coronel del regimiento de dragones de Villaviciosa.

La biografía de Carlos de Beranger presentada como Tesis Doctoral por la Licenciada Dª Mª Carmen Navarro Abrines es una destacada aportación a los estudios sobre la actividad de los ingenieros militares en España y América, un tema que está mereciendo en los últimos años la atención tanto de historiadores sociales como de historiadores del arte y de la ciencia.

En lo que se refiere solamente a los trabajos realizados en Cataluña, vale la pena señalar que esta Tesis forma parte de un programa de investigación iniciado en la Universidad de Barcelona por el profesor Carlos Martínez Shaw, que es ahora catedrático de Historia Moderna en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de Madrid. Dentro de este programa se cuenta también otra Tesis anterior de Tibisay Mañá, dedicada al ingeniero catalán Miguel Constanzó (Miguel Constansó: un ingeniero militar ilustrado en el virreinato novohispano (1764-1814), diciembre 1993), al que por cierto se ha dedicado simultáneamente otra investigación en México, realizada por el geógrafo Omar Moncada (El ingeniero Miguel Constanzó, un militar ilustrado en la Nueva España del siglo XVIII, 1994). Con ellas y con las las investigaciones del profesor Juan Miguel Muñoz Corbalán sobre diveros aspectos de la ingeniería militar durante el siglo XVIII, las de la profesora Margarita Galcerán sobre la familia de los Llobet, las del arquitecto Lluis Cortada sobre la construcción de cuarteles o las de Pablo de la Fuente de Pablo sobre las fortificacionesl del Golfo de Rosas, se va desarrollando en Cataluña una línea de trabajo sobre este cuerpo técnico militar que tan decisivo papel tuvo en la construcción de obras públicas y en la ordenación del territorio en España y América durante el setecientos.

La Tesis que ahora reseñamos se defendió públicamente el 27 de febrero de 1997 ante un tribunal constituido por los siguientes miembros: Presidente Dr. Horacio Capel Sáez, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona; Vocales Dr. José María Oliva Melgar, Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Huelva, Dra. Alicia Cámara Muñoz, Profesora Titular de Historia del Arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid, Dra. Margarita Galcerán Vila, Profesora Titular de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, y Dr. Josep Maria Torras Ribé, Profesor Titular de Historia Moderna de la Universidad de Barcelona. Obtuvo la calificación de Apto cum laude, por unanimidad.
 


© Copyright: Horacio Capel.

© Copyright: Biblio 3W, 1997.


Volver al índice de Biblio3W



 

Menú principal