Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] 
Nº 163, 27 de junio de 1999 

Daniel Hiernaux-Nicolás. La geografía como metáfora de la libertad. Textos de Eliseo Reclus. Centro de Investigaciones Científicas Tamayo/Plaza y Valdés editores, México, 1999, 314 págs. ISBN 968-856-655-1

Héctor Mendoza Vargas


Esta selección de textos de Eliseo Reclus (1830-1905) realizada por Daniel Hiernaux-Nicolás, profesor titular de la Universidad Autónoma Metropolitana (Xochimilco) y especialista en el estudio de las sociedades latinoamericanas, se compone de una presentación y de seis textos que combinan la perspectiva histórica y geográfica de Reclus.

En la introducción, se indica la motivación de la publicación luego de detectar la limitada posibilidad de leer a Reclus entre los lectores mexicanos. De Reclus, existen versiones de sus textos directamente en castellano publicadas en España, Argentina o México que sólo grupos reducidos leyeron y conocieron, particularmente, en foros y reuniones de formación de los "compañeros" anarquistas. Mientras tanto, en el mundo universitario del México posrevolucionario, en especial de los geógrafos, no se encuentran indicios de haber revisado la postura teórica de Reclus. Su obra, por tanto, permaneció apartada de las preocupaciones de los maestros de la época y de la enseñanza universitaria de la Geografía. El resultado no es difícil imaginar, docenas de generaciones realizaron los estudios profesionales y la tesis sin haber examinado la obra de este geógrafo francés.

En la presentación se puede leer que el rechazo de su época hacia la figura y obra científica de Reclus se debió principalmente a la influencia de la obra de Vidal de La Blache (1845-1918). En los círculos académicos siguieron a este maestro y los alumnos privilegiaron los estudios regionales en sus tesis doctorales y como la tarea propia del geógrafo. La obra de Reclus, en cambio, se apartaba de ese estilo de investigación y creaba una tonalidad más descriptiva de la Geografía, a manera de conversación agradable dirigida al gran público y, casi siempre, alejada de las "instituciones académicas oficiales".

Reclus

Reclus fue hijo de una familia de buena fortuna. De su padre, pastor protestante, recibió una influencia perecedera como "su profundo apego a los valores individuales, a la primacía de la persona frente a la sociedad" (p. 8). La familia fue importante en la vida de Reclus y su relación con los hermanos es esencial para adoptar patrones diferentes a los deseados por su padre, que no eran otros que los de la religión. Los biógrafos de Reclus indican la importancia de los idiomas en su aprendizaje. El latín y griego para la escuela, pero también el holandés e inglés y nociones de alemán y castellano. Esta habilidad lingüística le será útil unos años después, por ejemplo, cuando viaja fuera de Francia a los veintiún años.

En 1848, ingresó a la Universidad de Berlín para escuchar las lecciones de Carl Ritter (1799-1859) y, después, traducir su obra: La configuración de los continentes (1857). A los veintidós años se encuentra en Irlanda, tras la represión del golpe de Estado de Napoleón III. En ese lugar se interesa por la vida rural y por el paisaje. Una influencia duradera para estudiar la Geografía. Joven e inquieto se embarca para hacer las Américas. Su entrada a los Estados Unidos fue por Nuevo Orléans. En ese país conoce nuevas formas de vida, "las desigualdades sociales y la esclavitud" (p. 10). Su viaje sigue, en 1855, hacia la Nueva Granada (hoy, Colombia). En ese país se convierte en colonizador, según la orientación de los anarquistas para crear "nuevas comunidades" (p. 10). La realidad se impone y en poco tiempo regresa a Francia debido al fracaso empresarial y la desilusión del "paraíso soñado".

De regreso, Reclus se ha convertido en un comunista libertario dispuesto a "luchar por el fin de la explotación de los oprimidos y profesionalmente a comenzar su trabajo como geógrafo: explicar el hombre y la Tierra". El ambiente de Paris es muy distinto. Francia se coloca en la punta del imperialismo con participaciones directas en África, Oceanía, Asia y en lugares como España, Polonia, Alemania y México. En medio de la miseria, Reclus fue ayudado por su familia. La editorial Hachette le ofrece empleo como oficinista.

La intervención francesa por el mundo suscita una demanda de información geográfica y de los viajes que la editorial aprovecha para producir guías. A esa labor fue vinculado Reclus para hacer viajes por Francia y escribir numerosas notas de interés geográfico. En 1862 conoce a Karl Marx en Londres y más adelante a Miguel Bakunin, cuyo entorno lo recibe.

En la tercera etapa de su vida, según María Teresa Vicente Mosquete, Reclus se casa por segunda vez, de forma libre y con un evidente "rechazo de las instituciones impuestas". En esa época, actúa directamente para defender a la patria en la Comuna de París. Escribe "panfletos anarquistas que se multiplicaban en aquellos días como lluvia por las calles de París, llamando a la fraternidad universal". Atrapado en los altos de Châtillon, Reclus es enviado a cárceles donde el gobierno lo aisló y pasó momentos de vida extrema. Allí escribió sus Experiencias de un prisionero, un documento todavía perdido (1983).

La Sociedad de Geografía de París se ofrece para interceder ante el gobierno, así como desde Londres se envía un documento de la Sociedad Geológica y Zoológica de Londres con 61 firmas. La presión es decisiva y recibe del gobierno una condena de exilio. En Suiza, Reclus inició su nueva vida. En ese país, la editorial Hachette lo contacta para trabajar. Una relación que se prolongará durante diecinueve años, "para la publicación de un tomo anual de Geografía Universal" en un tono que no fuera político-religioso-sociológico-militante.

Daniel Hiernaux señala la amistad de Reclus, a partir de 1877, con Pierre Kropotkin. Ambos colaboran en la redacción de una parte del proyecto de la Geografía Universal. Hacia 1883 comienzan los grandes viajes de Reclus por Oriente, África, Norteamérica y su dedicación al trabajo geográfico, que culmina en 1893 con la terminación de la obra enciclopédica para la editorial francesa. Por esa época, Reclus se alejaba del movimiento anarquista, tras la violencia y asesinato del presidente Carnot por el anarquista Caserio.

Reclus se dirige a Bélgica, su última residencia. Termina su relación con la editorial Hachette y dirige el Instituto de Geografía de Bruselas. Allí escribió su obra El Hombre y la Tierra, entre 1895 y 1903. A los setenta y cinco años, Reclus muere en Bélgica en 1905.

Los textos

Esta selección de los textos de Reclus comienza con los de tipo "militantes" e histórico. Primero La Anarquía (1896) y después A mi amigo el campesino (1873). En ambos, para Daniel Hiernaux, se revela la orientación política de Reclus. En este, se puede leer sobre los peligros del poder, la moral, el libre pensamiento, la evolución: "sin Dios, es posible pensar, hacer avanzar la ciencia y, sobre todo, construir un pensamiento propio, no sólo de las elites sino, particularmente de las masas". (p. 21). En el otro, reivindica la posesión de la tierra para los que la trabajan, un derecho presente en la posición de Zapata (p. 22).

Los siguientes tres textos son de tipo geográfico. El Fragmento de un viaje a la Nueva Orléans (1860), procede de su experiencia y contacto con los Estados Unidos en un momento particular de asombro por "la increíble belleza del cielo tropical". Anota los rasgos de la ciudad de Orléans, su traza urbana, sus barrios y la descripción de sus casas, pero también opina sobre las patologías urbanas, la esclavitud y la especulación religiosa (p. 23-25). En El agua en la ciudad (1868), Reclus describe "los usos del agua por la sociedad" y la relación entre el agua y la agricultura o el agua y la vida urbana (p. 26).

En su trabajo sobre La Evolución de las ciudades (1895), Reclus revela el espanto de la miseria y el hacinamiento de las masas, frente a las decisiones de los capitalistas de transformar el paisaje urbano (p. 27). Reclus señala la decadencia de la ciudad (p. 89), le preocupan las instituciones políticas, la invasión de las industrias y la higiene urbana (p. 103). Para él, el ideal moderno de la ciudad era "la conciliación de las ventajas de la vida rural y de la vida urbana; una aportando el aire, el paisaje, la soledad deliciosa; la otra, la facilidad de la comunicación, la distribución de la energía, de luz y agua por redes subterráneas" (p. 105). De acuerdo con el análisis presentado por Peter Hall en su libro Ciudades del mañana (Serbal, Barcelona, 1996), esa época perteneció a la sociedad victoriana con depresión, violencia y temor de las clases medias de una insurrección de la clase trabajadora de las grandes ciudades como Londres, París, Berlín o Nueva York.

La parte principal y más amplia del libro es el capítulo México (1905) escrito por Reclus para la Geografía Universal. Es un texto muy interesante que merece una lectura atenta. Las fuentes informativas de Reclus indican que contaba con lo mejor de su época y combina los resultados procedentes del país estudiado como de Francia. De México estudia el "cuadro geográfico" de Antonio García Cubas, el geógrafo oficial conocido por sus obras no sólo en castellano, sino también disponibles en versiones de inglés y francés. Así como los trabajos de otros mexicanos como Antonio del Castillo, Mariano Bárcena, Santiago Ramírez, José Lobato, Luis Velasco, Manuel Orozco y Berra y las publicaciones de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate. Otra información proviene de lo publicado por la Commission Scientific du Mexique y por los numerosos viajeros ingleses, franceses y alemanes por México durante el siglo XIX.

La descripción del país comienza por la frontera "geométrica" de México con los Estados Unidos, una línea matemática que le resulta extraña ante la tradición europea de fijar límites con la historia y la naturaleza (p. 30 y 107-109). Reclus elabora una amplia descripción del relieve, la hidrografía, el clima y la fauna mexicana. La clasificación del territorio nacional por regiones comienza por Baja California, Sonora y Sinaloa; Chihuahua y Durango; Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; los estados "internos" Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí: Guanajuato, Jalisco y Tepic; Colima y Michoacán; la meseta de Anáhuac; Querétaro, Hidalgo, Méjico, Distrito Federal y Veracruz; Morelos, Guerrero y Oaxaca; para terminar con Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán.

Con base en autores clásicos de la historia mexicana, Reclus no oculta su interés por los grupos indígenas de México y las formas de control de la tierra colectiva a través del calpulli, así como su valoración "positiva de los saberes y cualidades laborales del indio; el otro México de Bonfil Batalla" (p. 33). Como advierte Daniel Hiernaux, Reclus entregó un cuadro comprensible a los lectores europeos "para formarse una idea bastante aceptable de Méjico", con datos de la economía de cada zona, la demografía, la agricultura, las comunicaciones como el ferrocarril que cruzaba la indómita naturaleza mexicana. Sin olvidar en su descripción, por supuesto, las desigualdades sociales del México de Porfirio Díaz. Una mención oportuna que contrasta con la imagen nacional que el régimen militar se había propuesto limpiar desde tiempo atrás para convencer a los capitalistas y promotores extranjeros sobre las bondades y seguridad de invertir en nuestro país.

Jules Verne

No queremos terminar esta breve noticia del libro de Daniel Hiernaux sin dejar de señalar la extrañeza que causa la falta evidente de relacionar a Reclus con Jules Verne y no sólo indicar la amistad con Kropotkin y Bakunin o los contactos con Marx. Tanto Pere Sunyer (1988) como Robert Ferras (1989) han mostrado el valor de esa relación y la influencia del primero sobre el segundo. Ambos vivieron "unas circunstancias políticas y sociales determinadas en la Francia del siglo XIX como fueron los sucesos del 48 en París, el optimismo y el pesimismo por el desarrollo de la ciencia y la industria, el auge del imperialismo, la carrera por las colonias, etc., cada uno desde su puesto de trabajo coincidió en intentar reflejar los males de la sociedad y de su progreso mal concebido".

Verne, en su enorme proyecto literario al servicio de la editorial de Jules Hetzel, utilizó como fuente de información geográfica la monumental Nueva Geografía Universal de Reclus, así como numerosas revistas geográficas de la época. Reclus y Verne "enamorados del viaje. Uno del real, el otro del imaginario se dedicaron a divulgar el saber geográfico entre la burguesía del II imperio". Desde el punto de vista de la ideología y la política, como destaca Sunyer, Reclus y Verne son completamente distintos. El primero, inmerso en el movimiento anarquista; el segundo, un republicano de ideas conservadoras. Mientras Reclus participa en la Comuna, a Verne le indigna por el desorden que introduce en la República. Sin embargo, esto no significa que en la obra de Verne falte la defensa de la utopía por una sociedad libertaria y por la propia individualidad ante cualquier imposición.

En resumen, sólo falta esperar que esta iniciativa de Daniel Hiernaux para difundir esta parte de la obra de Reclus tenga eco en las aulas de los estudiantes, especialmente entre geógrafos e historiadores. Es de lamentar, por último, el escaso diseño y cuidado de los textos por parte de la editorial.
 

Bibliografía complementaria
 

Berdoulay, Vincent. La formation de l'ecole française de géographie. París: CTHS, 1995. 253 p.

Capel, Horacio. Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Una introducción a la Geografía. Barcelona: Barcanova, 1981. 509 p.

Ferras, Robert. Les Géographies Universelles et le monde de leur temps. Montpellier: G.I.P. RECLUS. Maison de la Géographie, 1989. 112 p. (Collection Reclus n.14).

Lejeune, Dominique. Les sociétés de géographie en France et l'expansion coloniale au XIXe siécle. Paris: Albin Michel, 1993. 236 p.

Meyner, André. Histoire de la pensée géographique en France. Paris: Presses Uiversitaires de France, 1969. 224 p.

Ortega Cantero, Nicolás. El viaje iberoamericano de Eliseo Reclus. Eria, Revista de Geografía. Universidad de Oviedo, Núm. 28, 1992, p. 125-133.

Reclus, Elisée. El hombre y la Tierra. Introducción y selección de Béatrice Giblin. México: Fondo de Cultura Económica, 1986, 399 p. [Síntesis de la Tesis de doctorado de tercer Ciclo (Inédita), Université de Paris VIII-Vincennes, 1972. En francés por Maspero, 1982]

Sunyer Martin, Pere. Literatura y ciencia en el siglo XIX: los viajes extraordinarios de Jules Verne. Geocrítica. Cuadernos críticos de Geografía Humana. Universidad de Barcelona, 1988, No 76, 56 p.

Vicente Mosquete, María Teresa. Eliseo Reclus. La Geografía de un anarquista. Barcelona: Los libros de la frontera (Realidad Geográfica/5), 1983. 304 p.
 
 

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