Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]
Nº 2, 15 de noviembre 1996.

LA CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO RESIDENCIAL EN LA BARCELONA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX. A PROPÓSITO DE UN LIBRO DE XAVIER TAFUNELL.

Mercedes Tatjer


El conocimiento riguroso de la conformación del espacio residencial que permitió alojar a los barceloneses de la segunda mitad del ochocientos ha avanzado notablemente gracias a estudios que se apoyan en una amplia base documental inédita, que hacen servir una rigurosa metodología de análisis y que consiguen excelentes y definitivos resultados. Este es el caso del libro de Xavier Tafunell La indústria de l'habitatge entre 1854 i 1897, que el Ayuntamiento de Barcelona ha publicado en 1994 y que, en palabras de su autor, trata de "la medida de la actividad constructora en el crecimiento urbano barcelonés de la segunda mitad del ochocientos". El tema esencial del libro es la evaluación cuantitativa de la producción de edificios y de viviendas en el que fue hasta 1897 término municipal de Barcelona, a lo largo de un intenso período (1854-1897) de expansión urbana en el que la ciudad pasó de 183.000 habitantes a 333.900; por ello se convierte en una aportación esencial para la historia urbana de Barcelona. Al mismo tiempo, por la metodología empleada, es también una obra de referencia de gran utilidad para todos los que se preocupan por la historia urbana en sus relaciones con la actividad económica general.

El autor, que es profesor de Historia Económica en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, se interesa por la dimensión temporal de la construcción, señalando, mediante un análisis estadístico muy preciso y cuidado, los ritmos, oscilaciones y coyuntura de los indicadores de la construcción (número de licencias, edificios, plantas, viviendas y superficie construida) así como la formación bruta de capital en construcción. El capítulo primero está dedicado a la presentación de las fuentes y métodos y de los resultados mas generales. De las series estadísticas y de los gráficos que ha elaborado -a partir de las fuentes y de los métodos que se describen en el Apéndice A- se pueden detectar los períodos de máxima construcción, y que son especialmente tres: el momento de arranque del Ensanche, entre 1862 y 1865; la década que va de 1870 a 1881, cuando se produce un boom de la construcción debido especialemnte al levantamiento de edificios de planta baja de viviendas unifamiliares, en su mayor parte construídos en el Poble Sec; y los años 1887-1890 en que la construcción de edificios fue sensible a la puesta en marcha de la Exposición Universal.

Los datos reunidos permiten relacionar la actividad constructora con la marcha de la economía catalana, en particular, y española, en general. Muestran de forma clara que la construcción residencial no estuvo al margen de las variables condiciones ecónomicas generales, sino que, al contrario, estuvo estrechamente ligada al funcionamiento del mercado financiero con variaciones que tenían que ver, en una parte significativa y en sentido inverso, con las fluctuaciones de las tasas de rendimiento de la Deuda Pública.

El segundo capítulo se dedica al análisis espacial de la construcción de cada una de las tres áreas que aparecen perfectamente delimitadas en la Barcelona de la segunda mitad del siglo XIX, a saber: la ciudad amurallada, que hoy conocemos con Ciutat Vella; el territorio extramuros sobre el que se proyectó el Ensanche; y las tres barriadas suburbanas localizadas dentro del antiguo término municipal, la Barceloneta, Hostafranchs y el Poble Sec. Las cuantificaciones de Tafunell permiten concluir de manera definitiva sobre la importancia del Ensanche como área receptora del grueso de la edificación, ya que de 1864 en adelante este espacio fue la principal area de construcción, con una hegemonía que se reforzó con el paso del tiempo. Ciutat Vella, por su parte, tuvo una tendencia opuesta, ya que si hasta 1864 reunió una buena parte del volumen construído, a partir de esta fecha redujo espectacularmente su importancia en ese sentido, con la excepción de algunos episodios que se relacionan con la puesta en en circulación del suelo de algunos conventos o del espacio de la antigua Ciudadela. Tafunell señala también la escasa relevancia de las barriadas extramuros, que no llegaron a representar el 10 por ciento del volumen de obra y un 17,6 por ciento de las viviendas construidas; esta afirmación, sin embargo, tal vez se tendría que matizar empleando algún índice corrector, tal como la superficie de estos espacios, lo que sin duda nos daría densidades mas altas que las del Ensanche. Lo cual queda en evidencia se si tienen en cuenta las grandes diferencias sociales que existían entre los diferentes barrios de la ciudad, y que se reflejan en los mismos datos que el autor elabora: mientras que la superficie de las viviendas construidas era de 69,9 m2 en la Barceloneta, 84,7 en Hostafrancs y 93,9 m2 en Poble Sec, en el Ensanche alcanzaban la media de 181,3 m2.

Dentro del Ensanche, el autor distingue tres áreas bien delimitadas: el Ensanche central, es decir, el espacio del recientemente denominado Quadrat d'Or, la Derecha y la Izquierda del Ensanche. Seguramente esta división, normalmente aceptada, podría recibir alguna matización y, en particular, estimo que podría haberse completado introduciendo el Ensanche de Sant Antoni, área de rasgos particulares dentro de la Izquierda del Ensanche, y donde se ubicaron una buena parte de las viviendas de carácter mas popular. Tampoco habría estado de más alguna desagregación territorial dentro de la ciudad antigua que, como el mismo Tafunell señala, no era exclusivamente burguesa, sino que muy al contrario, como otros autores han mostrado ya, estaba muy diferenciada por calles y zonas.

En este mismo capítulo el autor aporta una serie de 13 excelentes mapas en los que cartografía la edificación por períodos a escala de las manzanas del Ensanche. Es en esta parte del libro donde se hace mas evidente la carencia de cartografía y planimetría del último tercio del siglo XIX, y especial, la ausencia del plano de Barcelona de 1877 y del de Garcia Faria de 1891. De la misma manera podemos lamentar que el autor no haya realizado una elaboración cartográfica a partir de las excelentes y desagregadas bases de datos de que dispone a la escala de Ciutat Vella. Los dos tipos de cartografía, la original y la elaborada por él, le habrían permitido afinar el análisis espacial.

El estudio del papel que las instituciones político- administrativas tuvieron en el desarrollo de la actividad constructura ocupa el tercer capítulo del libro. Una buena selección de textos procedentes de las alegaciones de los propietarios, muestra tanto los conflictos entre administraciones, en particular entre el Goberno Civil y el Ayuntamiento, como la ineficacia de la intervención municipal para controlar las infracciones que iban alterando la normativa del Ensanche y emperorando sus condiciones de habitabilidad. En este punto, sin embargo, tal vez sería conveniente añadir el control que ejercieron los grandes propietarios, a la vez grandes industriales, comerciantes y financieros en el seno del Consistorio, especialmente a partir de la Restauración.

El cuarto capítulo, dedicado a los agentes de la construcción, es uno de los mas importantes de la obra y en él el autor muestra su preocupación por conocer el nivel de modernización del sector de la construcción y de la promoción inmobiliaria en la Barcelona de la época. Por esta razón presta mayor atención al grupo de grandes promotores, un total de 101 personas mayoritariamente físicas, que llevaron a cabo durante el período estudiado lo esencial del esfuerzo constructivo, concretamente los que realizaron cinco o mas construcciones residenciales. También investiga la participación de los profesionales de la construcción (albañiles, carpinteros, herreros etc.) en las tareas de promoción. De este análisis se concluye la reducida presencia de sociedades inmobiliarias en el proceso constructivo, ya que solo aparecen reseñadas seis que actuaron en la primera etapa de la construcción del Ensanche.

El análisis de Tafunell permite igualmente evaluar la importancia que los profesionales de la construcción tuvieron dentro del grupo de grandes promotores, llegando a construir el 57 por ciento de los edificios, aportando el 50 por ciento de los capitales invertidos y una cifra semejante de la superficie construida por el colectivo de grandes promotores. Estos actuaron, generalmente, como intermediarios gestionando el suelo y encargándose de la construcción, que era vendida a los particulares interesados en invertir en edificios, en parte para residir en ellos y en parte para alquilarlos.

Dentro del mismo grupo de grandes promotores destaca también la presencia de los capitales de origen americano o "indiano" (Samá, Guell, Girona, Goytisolo, entre otros) en la construcción residencial durante el período estudiado, primero en Ciutat Vella y después en el Ensanche, constituyendo patrimonios inmobiliarios de larga continuidad que, en algunos casos, todavía están presentes en la ciudad de Barcelona.

Los datos que el autor aporta pueden ser completados con otros trabajos muy sólidos y de fácil consulta referentes a los profesionales de la construcción, y que, sorprendentemente, no parecen haber sido utilizados en esta obra. Me refiero fundamentalmente a la Tesis Doctoral de Manuel Arranz sobre el sector de la construcción en el siglo XVIII, pero que proporciona datos que son de interés también para el XIX, y, en menor medida, a los trabajos de J. Bassegoda sobre los maestros de obras barceloneses del ochocientos.

Analizada en su conjunto, la actividad constructora de este período fue, como señala muy bien Tafunell, una obra colectiva, en la que participaron los diferentes estamentos de la burguesía barcelonesa: grande, mediana y pequeña. Las tres cuartas partes de la promoción inmobiliaria se realizaron por acciones absolutamente aisladas y esporádicas por parte de pequeños promotores o propietarios que solo construyeron uno o dos edificios y que representaron, respectivamente, el 60,0 y el 12,6 por ciento de un total de 6.690 casas construidas en Barcelona entre 1854 y 1897.

El último capítulo de este libro tiene un carácter comparativo. Los ritmos de la industria de la construcción de viviendas se contemplan en una perspectiva comparada, poniéndolos en relación con variables indicativas de la evolución económica general y de las fuerzas determinantes de la construcción . El afan de situar Barcelona en un contexto internacional -huyendo, seguramente, de un enfoque puramente localista que, de todas maneras, tal vez le hubiera ayudado a entender algunas de las características del sector inmobiliario barcelonés antes señaladas-, constituye una indudable aportación de esta obra. El autor realiza comparaciones con otras ciudades españolas y del resto de Europa; aunque dichas comparaciones resultan a veces un poco forzadas por los diferentes tamaños y funciones de las ciudades, son, sin embargo muy sugerentes. Son destacables en este capítulo las conclusiones del autor sobre la integración de Barcelona en la economía internacional y atlántica por la vía del Caribe. De la misma manera, vale la pena resaltar su conclusión sobre el hecho de que la construcción en las dos grandes ciudades españolas de la época, Madrid y Barcelona, sintonizase en el período estudiado con la de los países del entorno, y en particular con las grandes ciudades de Gran Bretaña.

La lectura de una obra de gran envergadura como la de Xavier Tafunell nos hace avanzar de forma importante en el conocimiento de la evolución de Barcelona, pero nos plantea, como es natural, nuevas preguntas. Una de ellas se refiere a la financiación de la construcción, cuestión a la que el autor alude en varias ocasiones, destacando la importancia del ahorro previo de origen indiano o local, pero que no trata en profundidad. Sin duda ello tiene que ver esencialmente con las limitaciones del tipo de documentación utilizada (los permisos de obras conservados en el Archivo del Ayuntamiento), que proporciona pocos datos al respecto. En el futuro esta dimensión podría ser enriquecida con el uso de la Contaduría de Hipotecas y del Registro de la Propiedad, ya mediante análisis exhaustivos para períodos concretos o ya a través de la realización de muestras significativas.

También será interesante profundizar en la comparación con las formas de urbanización y de construcción en los municipios del Plà que se agregaron a Barcelona en 1897 (Sants, Les Corts, Sant Gervasi, Gràcia, Sant Andreu, Sant Martí de Proven‡als). Estos municipios tuvieron un fuerte crecimiento demográfico a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, y llegaron a reunir un número de habitantes casi equivalente al del total del municipio barcelonés. En efecto, en 1897 dichos municipios sumaban 275.000 habitantes, cifra próxima a los 330.000 de Barcelona, y superaban en mucho los valores demográficos del Ensanche barcelonés, que en esa fecha rebasaba en poco los cien mil habitantes (108.333, según mis cálculos). En esa comparación, que es posible gracias a algunas monografías locales o a trabajos sobre Sarriá, Gràcia i Sant Andreu -que, aunque de carácter local, a veces aportan datos de interés- el autor habría encontrado una explicación mas exacta sobre la localización de la vivienda para las clases populares. La falta de esa perspectiva en este sentido, es, tal vez, la que le lleva a hablar en algún momento, de forma quizás excesivamente simplista, del carácter interclasista del Ensanche barcelonés. Es cierto que éste no era exclusivamente burgués, pero tambien es probable que en el período estudiado se limitara a cobijar las clases medias de menestrales dependientes y algún que otro obrero cualificado.

El material reunido por Tafunell, y que él ha podido analizar en la obra en una primera aproximación, podrá dar lugar en el futuro a un cruzamiento mas profundo con otras variables sociales y económicas que permitirán definir de forma mas precisa las diferencias espaciales y reconocer las estrategias territoriales de los diferentes tipos de propietarios y promotores.

En relación con el tema de la vivienda, el amplio y profundo conocimiento que Tafunell nos ha proporcionado sobre el sector formal de la construcción residencial en Barcelona nos deja en la sombra, de todos modos, las formas de vivienda marginal y la parte de la infravivienda que no se sitúa en los edificios "controlados" mediante las licencias de construcción. Estas formas de vivienda, casi nunca recogidas en las estadísticas, fueron resultado tanto de iniciativas de autoconstrucción como de promotores y constructores que actuaban al margen de la normativa urbanística, y en el cambio hacia el siglo XX comenzaron a llenar algunos lugares de la ciudad como Monju‹c, las playas e, incluso, algunas manzanas de la parte izquierda del Ensanche barcelonés.

En su conjunto, el libro que comentamos realiza importantes aportaciones a la comprensión del proceso de construcción en la ciudad de Barcelona, no solo desde un punto de vista urbanístico sino también desde un punto de vista socioeconómico, y nos permite resituar el discurso a veces excesivamente morfológico de la historia urbana en una perspectiva global mas explicativa de las transformaciones de la ciudad. El agradecimiento de todos los investigadores e interesados por la historia de Barcelona a la aportación que realiza este autor no sería completo si no añadiésemos nuestro profundo reconocimiento por los Apéndices estadísticos que aporta. De especial interés es el Apéndice B, que reúne a lo largo de 161 páginas una impresionante base de datos de cerca de 7.500 registros; para cada edificio construido entre 1854 y 1987, y ordenado alfabéticamente por calle y número, se reseñan un conjunto de datos de gran valor: identificación del expediente que contiene el permiso de la obra en el archivo administrativo de la ciudad, la fecha en que se aprobó la concesión del permiso, el nombre del promotor y datos referidos al tipo de obra, la superficie y el número de plantas. Los citados datos proceden de un minucioso y preciso trabajo realizado personalmente por Xavier Tafunell en las fuentes documentales de diferentes archivos publicos (especialmente el Archivo Adminsitrativo del Ayuntamiento de Barcelona, en una época en que no disponia de la excelente organización actual, el Archivo de la Corona de Aragón y el Archivo Notarial) y privados (el Archivo de la Sociedad de Seguros Mutuos contra Incendios). En palabras del mismo autor, se trata de "una tarea tan ingente de recogida y contrastación de los datos que absorbió uno cuantos años de trabajo". Esa tarea permitió aportar la base documental de su Tesis Doctoral que con el título La construcción residencial en el crecimiento económico de Barcelona (1854-1897) fue dirigida por el Dr. Jordi Nadal y presentada en la Universitat Aut•noma de Barcelona en 1988, y ha sido ahora oportunamente publicada ahora por el Ayuntamiento de Barcelona.

El Apéndice B no es, sin embargo la única aportación documental del libro. Otros datos estadísticos son excelentes ejemplos de la ingente labor y del esfuerzo documental en que se basa el libro de Xavier Tafunell. Me limitaré a señalar las siguientes: la tabla 2.1 y 2.2 sobre "Construcción en el Ensanche por Zonas", en las que se dan año por año cirfras absolutas y relativas; la 2.5 "Distribución por calles de las casas construidas quincenalmente en el Ensanche"; las 4.1 y 4.2 en las que se relacionan los principales promotores por volumen de obra y número de casas respectivamente; y el 4.3 en la que se dan datos sobre las profesiones de los principales promotores de la construcción de edificios barceloneses en el período estudiado.

Sin duda la explotación por el mismo autor de la rica base de datos de que dispone, y la utilización por otros investigadores de los resúmenes que incluye en su obra,permitirá en el futuro realizar un buen número de estudios que, juntamente con otras investigaciones realizadas con posterioridad a las suya, como las Tesis de J. C. Sabater o de Pere Giol, entre otras, nos permitirán conocer con mayor profundidad el espacio residencial de los barceloneses de la segunda mitad del siglo XIX.

En definitiva, la publicación del libro de Xavier Tafunell es un hito de especial relevancia en el panorama de la historia económica y de la historia urbana en general, y un instrumento de consulta imprescindible para todos los estudiosos de Barcelona.

Bibliografía

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