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Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]
Nº 227,  30 de abril de 2000

CORTEGIANO JUNIOR, Geraldo. Localización industrial y trabajo en la sociedad capitalista contemporánea. Las relaciones entre la cualificación de la mano de obra y las nuevas estrategias locacionales. Tesis Doctoral dirigida por el Dr. Joan-Eugeni Sánchez, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Barcelona, 2000. 784 p.

Horacio Capel
Universidad de Barcelona



Palabras clave: localización industrial/estrategias locacionales/sociedad capitalista/trabajo/cualificación de la mano de obra.

Key words:industrial location/locational strategies/capitalist society/work/qualification of manpower.


La Tesis que comentamos se ha elaborado en el marco del Programa de Doctorado "Economía Internacional y Desarrollo" del Departamento de Política Económica y Estructura Económica Mundial de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Barcelona, y ha sido dirigida por el Profesor Joan-Eugeni Sánchez Pérez, Profesor Titular de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona.

Se trata de un buen ejemplo de colaboración interdepartamental e interfacultativa en relación con un tema que, efectivamente, tiene a la vez una dimensión económica y geográfica, así como también sociológica.

Geógrafos y economistas han realizado en lo esencial las aportaciones al tema de la Tesis, y aparecen bien citados en la amplia bibliografía de la misma. Desde los años 1920 geografía y economía han desarrollado paralelamente, y a veces en convergencia e influencia mútua, valiosas y variadas perspectivas en el estudio de los problemas de localización, configurando un campo de estudio común, en la encrucijada entre las dos disciplinas diversas; campo muchas veces de colaboración e hibridación intelectual, aunque también de competencia disciplinaria ya que es cultivado por investigadores y docentes integrados en comunidades científicas diferentes.

Dede hace ya más de veinte años el profesor Joan-Eugeni Sánchez está realizando un ambicioso programa de investigación sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y el papel de la formación y la cualificación en la organización del trabajo, sobre el espacio social del poder, y sobre las dimensiones espaciales de la organización social de la economía. A partir de estos problemas generales más recientemente ha pasado a interesarse por el desarrollo de la gran empresa en España, y por los yacimientos de empleo.

A todas estas cuestiones ha realizado valiosas aportaciones teóricas y empíricas, cuyas referencias pueden verse de forma resumida en la bibliografía complementaria de esta nota. Pero también se ha traducido en un programa de investigación que anima en el Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona, desde donde está dirigiendo Tesis doctorales sobre estos temas, y en una importante labor aplicada que se realiza especialmente a través de la Fundación CIREM, de la que ha sido miembro fundador y Presidente de la Junta de Patronos.

Es interesante señalar esa trayectoria del Director de la Tesis, ya que ella permite enmarcar la Tesis que se ha presentado, y que puede insertarse en el marco de un programa de investigación bien perfilado, dentro del cual se realiza la aportación de Geraldo Cortegiano. Las cuestiones esenciales planteadas por la Tesis y que aparecen explicitadas en el mismo título (es decir: la localización industrial, las estrategias locacionales, la sociedad capitalista, el trabajo, la cualificación de la mano de obra) se encuentran ya suscitadas y debatidas en la obra del director desde finales de los años 1970.

En el marco de ese programa, el trabajo que se ha presentado supone una aportación de gran interés. Significa una reflexión teórica de amplio alcance apoyada en la bibliografía internacional más reciente; una bibliografía que en la Tesis incluye unas 600 referencias, en su mayor parte de los años 1990, y con una claro énfasis en la aproximación interdisciplinaria, y especialmente en las aportaciones de la economía y de la geografía.

La Tesis, con un total de 784 páginas de texto, consta de ocho capítulos organizados en dos partes: una primera de carácter general y teórico, y otra de aplicación de los conceptos en ella debatidos al estudio de dos industrias concretas, la automovilística y la textil.

La primera parte presenta el marco teórico más general, con el título "Elementos para una caracterización de los sistemas industriales en el contexto de los nuevos modelos de localización de la producción y de las demandas de cualificación de los recursos humanos", tiene seis capítulos dedicados a los objetivos; al trabajo y la cualificación de los recursos humanos en la sociedad industrializada; a la organización de los sistemas productivos industriales y la distribución de la producción considerados desde la demanda; a la localización y la competitividad; a la segmentación de la demanda de recursos humanos y, finalmente, a la localización de la producción y los nuevos espacios industriales, considerados desde la oferta.

Esa primera parte supone, ante todo, una síntesis y una sistematización personal de aportaciones significativas sobre el tema. En cierta manera es un verdadero tratado de geografía económica, que puede ser de gran utilidad para un curso sobre geografía industrial.

A partir de ahí, en la segunda parte (págs. 527-722) -que lleva por título "Cambios estructurales en la industria mundial: la internacionalización de la producción y las nuevas necesidades de localizaciones y recursos humanos"- se realiza un análisis empírico de dos ramas industriales, la del automóvil y la textil, estudiando las relaciones entre trabajo y localización de la producción, como ejemplos de estrategias distintas de localización y uso de recursos humanos a escala mundial.

Los ejemplos de la industria del automóvil y la industria textil

El argumento básico de la Tesis es que hay un uso territorial diferencial de los recursos humanos como factor clave de localización, relocalización o deslocalización de la producción. Los recursos humanos aparecen hoy como el factor de mayor peso en la modelos locacionales actuales. Según el autor, las empresas obtienen ventajas competitivas a partir de las características heterogéneas de los territorios, especialmente las diferencias de coste y cualificación de los recursos humanos.

Es difícil no estar de acuerdo de forma general con esta tesis, aunque sin duda exige muchas matizaciones. Es posible que a escala mundial el mercado, las protecciones arancelarias y las políticas gubernamentales y fiscales sean a veces más importantes que las diferencias en el coste de la mano de obra. En todo país central existen áreas con mano de obra barata; y si ésta falta, se puede fácilmente importar como han hecho y hacen tantos países (por ejemplo, Alemania o Estados Unidos) durante las fases de expansión. A pesar de ello, sin embargo, es cierto que muchas veces las empresas se van al extranjero, pero es posible que en ocasiones se trate sobre todo de buscar los mercados y evitar las barreras arancelarias y políticas.

Una conclusión que puede obtenerse de la lectura de la Tesis es que las estrategias de localización de nuevas plantas en regiones con mano de obra más barata (por ejemplo, en el caso de la industria del automóvil) implican difusión de la industrialización. Dicha localización, que ha sido a veces criticada desde posiciones de izquierda como estrategias del capital, tiene seguramente efectos positivos y beneficios a largo plazo, ya que crea nuevas regiones industrializadas con efectos impulsores sobre la industria y la actividad económica en general.

Así puede decirse que ocurre con la industria del automóvil en Brasil, a la que el autor se refiere ampliamente. En ese país existe una fuerte tendencia a la cada vez mayor dispersión, emigrando las empresas hacia regiones en las que hay menores costes laborales y reducidos índices de sindicalización. Pero el fenómeno es, a la larga, positivo, ya que dicha emigración de la industria automóvil es seguida normalmente por otras actividades industriales. Con el tiempo, sin duda, cuando la industria se consolide puede esperarse que aumentarán los salarios y los costes laborales, y se producirán asimismo procesos de organización y sindicalización de la mano de obra.

Pienso que en todo el debate sobre la industria automovilística tal vez habría que insistir más sobre la dimensión política, y en concreto sobre las consecuencias de las políticas gubernamentales y los incentivos fiscales.

En cuanto a la cadena de producción textil, estudiada en la Tesis como ejemplo de industria tradicional madura, el autor muestra que con frecuencia ha sido trasladada (parcial o totalmente) desde los países desarrrollados en que era tradicional a regiones situadas en el extranjero. Los datos que aporta muestran que efectivamente es así. Aunque tal vez en algunas ocasiones debamos decir que ese traslado ha sido en realidad una captura, apoyada por la política de sustitución de importaciones del país receptor, por las políticas de fomento y desarrollo gubernamental, o por la iniciativa de los empresarios privados del país receptor.

El autor insiste en la importancia de la concentración de mano de obra cualificada en los grandes núcleos dinámicos (áreas urbanas, distritos industriales...). Se trata de algo antiguo, y en realidad podría afirmarse que siempre ha sido así, que las áreas urbanas en general y algunos núcleos dinámicos en particular siempre han tenido ventajas para la actividad económica. Lo que tal vez resulte nuevo es la difusión de la industria hacia las regiones de menor desarrollo para utilizar la mano de obra barata que en ellas existe, un proceso que contribuye a difundir la actividad industrial y la innovación (organizativa, empresarial, social y técnica).

Es cierto que la lógica del desarrollo económico diferencial "contribuye al desarrollo aún mayor de los centros económicos en los países desarrollados y a la expansión de estructuras productivas muy poco desarrolladas en países menos desarrollados" (p. 733). Pero el proceso ha de ser valorado positivamente, ya que seguramente son "poco desarrollados", pero antes de esa difusión industrial lo estaban menos: no había nada -o lo había y fue destruido en la primera fase de la Revolución industral, como en la India o América, por razones políticas o de imposición de productos con formas de presión política.

Un punto importante de la Tesis es que los trabajadores cualificados de áreas centrales competitivas aumentan y mejoran profesional y salarialmente, a la vez que se incrementa la complejidad de los núcleos de innovación centrales. Al mismo tiempo, en la periferia hay una masa creciente de trabajadores poco o nada cualificados con salarios reducidos y pocas posibilidades de mejorar significativamente. Seguramente es cierto, de manera general, pero habría que realizar también algunas matizaciones. Tal vez la incorporación de una perspectiva histórica nos permitiría tener un panorama más matizado de las consecuencias de dichos procesos. Seguramente los trabajadores de esas áreas llamadas periféricas están menos cualificados que los de las áreas centrales, pero están mejorando con esa difusión industrial respecto al pasado, cuando solo tenían cualificaciones rurales o se dedicaban a una artesanía tradicional; ocurre aquí algo similar a lo que sucede con la generalización de las enseñanzas básicas: es posible que los que se escolaricen hoy sepan poco, pero antes eran analfabetos. Y a partir de esa nueva situación tienen posibilidades de mejora real en el futuro, tal como ellos mismos perciben con frecuencia y pueden mostrar los estudios sociales.

El problema seguramente es otro, el de como organizar la vida económica con la automatización y robotización creciente. Y la necesidad de invertir más en educación.

Sin duda "con la automatización e informática cambian las necesidades de recursos humanos". Deberíamos profundizar sobre la relación entre necesidades de mano de obra y automatización creciente. En la Tesis hay datos significativos: la industria automóvil se instala en Brasil porque el coste de la mano de obra es menor; pero al mismo tiempo algunas industrias, como Ford, intensifican más la automatización para reducir costes mano de obra y aumentar más aún la competitividad.

En la Tesis se reconoce que "los territorios también son agentes activos porque desarrollan sus propias estrategias y políticas de localización: promoción y ordenación de las inversiones y procesos productivos (p. 734). Creo que es un punto importante en el que convendría asimismo profundizar. Seguramente es oportuno insistir en la capacidad de incidir a través de la fiscalidad y la política educativa. Como, por cierto, se hace en la conclusión general de la Tesis, donde se dice que "la localización industrial es algo mucho más complejo que la simple elección de emplazamientos por empresas" (p. 734). Una elección basada, efectivamente, en: a) elementos estratégicos que tiene el mundo como espacio de acción y planeamiento; y b) el establecimiento de relaciones durables con las comunidades en que se instalan las unidades productivas (p. 734).

Esa relación, se dice también en la Tesis "es más intensa y de mejor calidad en la medida en que las unidades localizadas sean progresivamente más complejas, dando margen a procesos de innovación tecnológica derivados del intercambio de conocimiento y del aprendizaje colectivo".

La competencia por la atracción de inversiones es cada vez más intensa entre las regiones, y por ello se les dan ventajas financieras, beneficios fiscales e infraestructurales, y se procura preparar un entorno favorable a la producción y que favorezca también la innovación. Las políticas de desarrollo regional tienen hoy en cuenta de forma importante los sistemas económicos y sociales del medio local. Se concede gran valor a los recursos humanos, la remoción de obstáculos burocráticos y otros. Hay pocas regiones preparadas, con esas condiciones. Las políticas de desarrollo territorial dan hoy un fuerte protagonismo a las escala regional y local, y al desarrollo endógeno. Un tema que no ha abordado el autor que -como dijo el director en el acto de la lectura de la Tesis- ha estudiado las empresas que optan por un territorio, y no las que nacen de un territorio y un medio social determinado, pero a lo que conviene conceder atención.

Al igual que a otro tema importante abordado en la Tesis de forma rápida, el de las desventajas de las áreas altamente industrializadas, como Sâo Paulo. En algunas de ellas las diseconomías (congestión, coste del suelo, contaminación...) superan ya a las economías que se obtienen y la mano de obra se encarece, lo que impulsa a las industrias a desplazarse afuera. Según Cortegiano habría que elevar el nivel tecnológico para atraer otras inversiones (626). Pero esas ciudades siguen atrayendo mano de obra por lo que siempre existe en ellas una oferta que sería atractiva para las empresas, si no existieran otras desventajas.

La racionalidad empresarial

La lectura de un buen trabajo siempre resulta estimulante y obliga al lector a plantearse nuevas preguntas. En esta Tesis son muchas las que uno se va haciendo, y demasiadas también las respuestas que esperaría encontrar, exigiendo implícitamente al autor más de lo que éste se propone ofrecer, y más de lo que es lógico pedirle en un trabajo como el que se presenta. Aludiré a algunas cuestiones que se me han ocurrido al leer el trabajo.

Una de ellas es el grado de control que empresarios capitalistas y políticos llegan a tener sobre la evolución del sistema económico. Concretamente, si algunos aspectos de la evolución (como, por ejemplo, los contratos temporales) es resultado de estrategias deliberadas de los agentes económicos o bien de una evolución económica y política que escapa a su control.

Todavía recuerdo los días que precedieron a la caída del muro de Berlín, y los del golpe de Estado contra Gorbachov, cuando políticos o ex-políticos de las grandes potencias con amplísima información (entre ellos el mismo Henry Kissinger) hacían especulaciones y previsiones que no tenían nada que ver con lo que realmente estaba sucediendo.

Por lo que recuerdo también, la crisis económica de 1973 fue totalmente inesperada. A comienzos de esa década las previsiones (económica, urbanísticas) eran de crecimiento continuado, como demuestran las nuevas ciudades que se estaban diseñando para acoger a las masas de inmigrantes a las ciudades de los países desarrollados. El aumento del precio de petróleo desestabilizó la situación y tuvo consecuencias en cadena que abrieron un período de crisis que, visto en perspectiva, ha tenido gran trascendencia en la reestructuración económica y social.

Sin embargo, en muchas obras se presenta la evolución económica como resultado de una racionalidad máxima de financieros y empresarios. Una racionalidad de la que puede dudarse cuando se conocen -aunque solo sea por la prensa- los comportamientos de muchos empresarios, o se recuerda la parte de irracional que hay en esas organizaciones que son las empresas, el diseño de estrategias por razones no estrictamente económicas, y que se adoptan sin tener toda la información, o la influencia de percepciones y valoraciones en la toma de decisiones económicas.

La cuestión es pertinente en relación con el tema de la flexibilidad, es decir la capacidad de las empresas para adaptarse rápidamente a la creciente inestabilidad del mercado y a los cambios en el nivel y composición de la demanda, es decir, en definitiva, a los cambios del sistema, cuestión abordada en esta Tesis. Podemos preguntarnos si esa flexibilidad es una estrategia bien definida y decidida conscientemente o una adaptación a las nuevas circunstancias que se han producido. Lo que resulta indudable es la capacidad de muchas empresas, como organizaciones, para sobrevivir en situaciones cambiantes. Pero son muchas también las que no sobreviven a esos cambios. Y, en todo caso, no se sabe hasta qué punto las que sobreviven dirigen el proceso.

Las características de la flexibilidad son amplias, tal como se señala en la Tesis (pág. 70). La flexibilidad es un proceso que aparece a veces impuesto por las circunstancias (e incluso beneficioso en ocasiones (como por ejemplo en la industria automovilista de Brasil, pág 73), y otras resultado de estrategias del capital para aumentar sus rendimientos, y que implica también contratos cortos, trabajo informal, descalificación y recalificación, ganadores y perdedores -que incluye también a directivos y técnicos que dejan de tener valor o conocimientos adecuados.

El autor señala explícitamente que es el entorno en constante mutación lo que obliga a las empresas a adaptarse. Por ello es importante muchas veces empezar por el entorno, y seguir por las empresas, por la historia empresarial, en particular las de las mayores corporaciones. Sería necesario estudiar los documentos internos, las actas de las juntas de accionistas, las negociaciones públicas y reservadas para conocer en profundidad si realmente dirigen el proceso o si, por el contrario, se limitan a reaccionar ante cambios generales e imprevistos cuyo control les escapa.

En el caso de los procesos a los que alude el autor de esta Tesis, tiene especial importancia la crisis del sistema de la organización científica del trabajo. Lo que surge de ello es algo que supone una nueva forma de organización de la producción y del trabajo, que recibe diversos nombres: postfordismo, neofordismo, postaylorismo, especialización flexible, toyotismo, que a veces expresan adaptaciones con matices diferenciales bien definidos.

El autor insiste en que estas formas nuevas de organización fueron resultado de cambios en el entorno, y en especial de los aumentos salariales por encima de la productividad, especialmente desde los años 70. Para luchar contra dichos incrementos salariales se puso énfasis, por un lado, en la intensificación del cambio tecnológico (automatización y robotización), por otro en los nuevos mercados, cada vez más difíciles de encontrar por el aumento del número de potencias industriales; surgiría de aquí la tendencia a la globalización de las empresas, a la búsqueda de nuevos productos y mercados, lo que implicaba generalizar la sociedad de consumo, a menores costes salariales y menores costes sociales; éstos últimos se hacían difíciles de atender por la crisis del Estado del bienestar, relacionada a su vez con la crisis económica de los años 70 que produjo un aumento del paro y de los subsidios de desempleo mientras se mantenían altas exigencias de prestaciones sociales, al mismo tiempo que se reducía la recaudación impositiva.

Algunas de las estrategias adoptadas, se dice, se diseñaron para combatir el sindicalismo. Aunque no está claro que en la destrucción de los sindicatos todo sean ventajas para las empresas, ya que esas organizaciones sociales pueden ser necesarias para la negociación, y permiten un mayor control que el sindicalismo salvaje e incontrolado. No es seguro que el papel decreciente del sindicalismo sea un resultado de las estrategias del capital, al que puede interesar la existencia de sindicatos fuertes y burocratizados; podría ocurrir que la crisis sindical sea simplemente el resultado de una incapacidad de los dirigentes y afiliados para percibir lúcidamente los cambios sociales que se están produciendo, y de unas estructuras burocratizadas que tratan simplemente de mantenerse en el poder.

La Tesis muestra que las críticas a la rigidez del fordismo, a los postulados del taylorismo y de la organización científica del trabajo empezaron pronto. Se citan investigaciones sobre las relaciones humanas en la empresa Western Electric desde los años 1930 y luego de numerosos científicos y técnicos que advertían sobre la conveniencia de elevar el nivel de satisfacción de los trabajadores, sobre la importancia de la participación del obrero en las decisiones y sobre la posibilidad o la necesidad de liberar los distintos potenciales que posee el trabajador, o la gente en general. Si embargo, no parece que haya servido de mucho. A pesar de los estudios, hoy el trabajo es un elemento de recambio, con contratos cortos, sin vinculación permanente ni lealtad a la empresa

Los cambios en el mercado de trabajo

La tesis plantea problemas esenciales que tienen que ver con la evolución del mercado de trabajo y las formas de trabajo. La automatización y robotización en los años 1980 y 90 produce la fragmentación de la cadena de valor (o, tal vez mejor, de producción de valor) y la multilocalización. En la industria la difusión de la automatización, primero, y la robótica, luego, ha supuesto la generalización de un estructura productiva progresivamente diferenciada en la demanda de recursos humanos: las tareas innovadoras de elevado valor añadido, intensivas en trabajo calificado, se han concentrado en áreas urbanas de países centrales; en cambio, las tareas de mano de obra poco cualificada, rutinarias, se distribuyen territorialmente en países con bajo coste de la mano de obra.

Las industrias disminuyen el número de trabajadores, pero requieren que tengan cada vez mayores calificaciones, ya que los menos calificados pueden ser sustituidos por métodos automatizados. Las empresas industriales buscan localizaciones diferentes. Las tareas de dirección, innovación, gestión y control, se concentran en países desarrollados y rícos. Las que suponen la realización de tareas repetitivas y rutinarias, y necesitan mano de obra abundante, barata y poco calificada, se localizan en áreas donde ésta abunda, regiones o países periféricas. Aunaue en ellos también la robotización progresa.

Las estadísticas muestran que los empleos poco cualificados disminuye en los países ricos, al menos en la industria (Cuadro pág. 384). En Estados Unidos el empleo no cualificado ha disminuido en un 20 por ciento entre 1970 y 1994 (pág. 388). Precisamente el director de esta Tesis ha proporcionado datos relevantes sobre la importancia de ese fenómeno en España, donde ha disminuido de forma importante la cifra de trabajadores poco calificados, mientras aumenta la de trabajadores de alta y media cualificación (datos de Sánchez en Cortegiano, pág. 378).

Si cada vez se necesitan trabajadores más cualificados para la industria, aquellos que no la tengan tendrán dificultades insuperables para acceder al trabajo. A los inmigrantes de países pobres y poca calificación les será imposible acceder al trabajo industrial y de servicios calificados, por idioma, cultura y educación. La escolarización es un aspecto básico para la incorporación a la sociedad industrial y urbana. Si no se posee solo se podrá acceder a los oficios más penosos, no calificados.

El tema preocupa ampliamente y es objeto de debate por parte de sociólogos y educadores. Hoy se requiere una formación permamente, flexibilidad, capacidad de comportamiento en situaciones variadas, intervención en la toma de decisiones. Hoy se pone énfasis en la cualificación del trabajo como algo básico, en la especialización flexible y el toyotismo, en el teletrabajo y el trabajo a tiempo parcial (que, se dice, libera al trabajdor de las limitaciones de localización).

La cualificación es un factor estratégico ya que "de los recursos humanos, más que de cualquier otro factor, depende la capacidad de generación de riqueza". El capital humano ya se entiende como algo ligado al entorno, a la herencia histórica, a la acumulación de actitudes, experiencias, comportamientos adquiridos sociaalmente en un entorno dado. La cualificación se entiende hoy como algo socialmente construido.

Hay una necesidad de elevar la cualificación de la fuerza de trabajo (pág. 128 ss), en relación con cambios técnicos que exigen que los obreros apliquen su inteligencia productiva y se reprofesionalicen, se integren en nuevas formas de organización, y adquieran flexibilidad.

Las capacidades que se exigen hoy a los trabajadores industriales y de servicios son diferentes a las que se exigían antes, y a ello alude Cortegiano en su Tesis (pág. 141, págs. 385-391). Las normas internas de las empresas y los cursillos de formación de directivos insisten en la necesidad de estimular la "valoración interior positiva" del directivo y de los trabajadores (VIP, le llaman en el curso de una empresa de ingeniería al que asistió hace poco un amigo), mientras que otros directivos que pasan por innovadores insisten en la necesidad de utilizar denominaciones como la de "Srs. Trabajadores", para valorar su participación en la marcha de la empresa. El trabajador ha de estar preparado para el trabajo en equipo, ha de ser autónomo polivalente, con iniciativa. La recualificación y la formación profesional pasan a ser importantes en las estrategias competitivas de las empresas.

Se trata, sin embargo de un proceso costoso desde el punto de vista personal. Como ha dicho hace poco Wilfried Kruse (en el Encuentro Europeo sobre la Sociedad del Conocimiento, organizado en Barcelona por el CIREM los días 24 a 25 de febrero 2000), hoy todos son responsables, ya no "dependientes" o "encargados". De un ciclo vital segmentado a lo largo de la vida (juventud para aprender, edad adulta para trabajar, y jubilación con la vejez) hoy entramos en una sociedad en la que se puede cambiar constantemente de trabajo. Hay que aprender a aprender. Pero aprender es poner en cuestión lo que se sabe, es decir, la propia personalidad. No es algo plancentero, sino doloroso: aprender no es solo adquirir conocimientos nuevos, sino cambiar la personalidad, la necesidad de realizar una especie de managemet del propio trayecto biográfico. Y además ser capaz de aguantar frustraciones, capacidad para pasar de unas situaciones a otras sin caer en la ruptura y sin la desestabilidad personal, manteniendo la identidad personal.

Por ello es preciso llegar a una situación en que las personas puedan ser capaces de influir en sus contextos; para vivir como seres humanos debe haber un capacidad de compromiso, de incidir en el contexto. Para conseguir eso, como dijo el mismo Kruse, hoy "la clave no es educar, sino educarse, algo activo y reflexivo".

En todo ese debate se deja de lado a los trabajadores de la economía informal y subterránea, y a esa mano de obra poco cualificada y a veces en situación de ilegalidad, que efectúa los trabajos más duros y penosos que los mas calificados no desean realizar. Tal vez para ellos habrá que organizar sistemas educativos "off ensenyament", como los que imaginaron Els Jutglars en aquella sarcástica e inolvidable serie televisiva Som 6 Millions.

Cuestiones bibliograficas

La bibliografía utilizada para construir la Tesis que comentamos ha sido muy amplia, pertinente y bien seleccionada en lo que se refiere a obras de economía, geografía y sociología. Más reducidas, o a veces inexistentes, son las referencias procedentes del campo de la historia, que seguramente habrían enriquecido el debate que aquí se realiza, especialmente en lo referente al impacto de la primera Revolución industrial y de las otras dos que algunos autores identifican en la época contemporánea. Sin duda, también habría enriquecido el texto la utilización de obras sobre la evolución de la población activa, sobre sociología de la empresa y de las organizaciones, sobre la historia de la ciudad, y las ventajas que supone la concentración para la actividad económica; o sobre las políticas de industrialización que buscaban la sustitución de importaciones en los países iberoamericanos, grandes ausentes de la bibliografía, a pesar de la nacionalidad y preocupaciones del autor y de que existe una amplia literatura disponible. Pero es evidente que no se trata de señalar carencias en una obra que posee ya más de 600 referencias, sino simplemente de indicar caminos que sería útil explorar para un análisis como el que se realiza, y que seguramente el autor tiene ya previsto transitar en el futuro.

Pensando no en esta Tesis en concreto sino, de una manera más general, en otras de este tipo, creo que vale la pena hacer unas consideraciones, sobre el uso de la bibliografía -fáciles de realizar cuando se habla de otros trabajos y difíciles de cumplir por uno mismo.

En la Tesis se van exponiendo las distintas posiciones a partir del resumen y valoración de las obras y autores correspondientes. A veces se citan indistintamente autores que hacen aportaciones básicas, y otros de carácter secundario que a veces se limitan a resumir o comentar a los anteriores (incluyendo manuales universitarios de valor desigual); tal vez convendría jerarquizarlos -especialmente en una tesis que tanto habla de la jerarquización de la información. También se citan algunas veces autores que tienen un significado muy diferente, sin advertirlo suficientemente: los que exponen por primera vez un sistema (Taylor, Mayo...) y científicos sociales que reflexionan sobre el mismo; defensores de un sistema y expositores de posiciones contrarias o alternativas.

Las obras que se utilizan corresponden a un amplio abanico temporal. Se acepta normalmente que obras del siglo XIX o comienzos del XX (como las de Babbage o de Taylor) son lejanas en el tiempo y que conviene contextualizarlas para poder intretarlas correctamente. Pero tal vez debería hacerse lo mismo con autores mas recientes. Para los que tenemos cerca de 60 años el año 1970 parece ayer mismo y no es extraño que se nos escape aquello de "una obra reciente", y se cite una publicada en 1985, con gran sopresa de nuestros estudiantes, que podian tener entonces cinco o seis años. Por ello deberíamos tener cuidado al utilizar indistintamente obras que se han publicado con dos o tres décadas de diferencia; los cambios que han existido en los marcos conceptuales de las distintas ciencias sociales son tan importantes que en ocasiones una obra de los años 1970 e incluso 1980 exige también una contextualización histórica.

Digo esto porque creo que es de gran interés estudiar diacrónicamente los cambios en las interpretaciones que hacen los científicos sociales. Podríamos citar numerosos ejemplos de dichos cambios. Bastará con aludir aquí a la diferente valoración que se ha hecho de la agricultura a tiempo parcial en los años 1960, cuando se estaba modernizando el campo europeo, y en los años 1980, cuando dicha modernización ya se había realizado y los excedentes agrícolas habían pasado a constituir un grave problema económico para los presupuestos de la Comunidad Europea: si en la primera década citada la agricultura a tiempo parcial aparecía como algo residual, arcáico y negativamente valorada, dos decenios después esa valoración se había modificado, debido a su papel en el mantenimiento del equilibrio del medio natural, y en la reducción de la emigración a las ciudades. De manera similar han podido cambiar las valoraciones que se han hecho de la automatización, de la jornada laboral, del trabajo cualificado, de la economía subterránea, de la dispersion de plantas productivas en otros países, del papel del medio local y regional en el desarrollo económico, de la producción en masa o de la producción "artesanal". Sería sugestivo que algún investigador se dedicara a estudiar sistemáticamente esos cambios históricos en la percepción de un fenómeno social o económico, relacionándolo con los contextos sociales que afectan a la producción de las teórías científicas. Y, además, tal vez habría que prestar más atención a los documentos empresariales, a las declaraciones de los directivos, y de los políticos.

En la Tesis hay una escasa elaboración de estadísticas propias. Algunos datos proceden de obras de 1990 y han sido superados por la evolución posterior. Habría sido interesante continuar las series hasta hoy, con fuentes de la ONU y otras procedencias, incluyendo la información de periódicos o de información general, lo que seguramente tiene intención de hacer el autor con vistas a la publicación. En general no afecta al marco conceptual, pero podría confirmar tendencias o matizarlas.

El autor, cuya lengua materna no es el castellano, ha realizado un importante esfuerzo para redactarlo en este idioma, aunque lógicamente se le escapan algunos giros de la construcción portuguesa. Pero en general el estilo es correcto y claro, aunque a veces algo repetitivo y prolijo.

En conjunto, estamos ante un trabajo ambicioso, con un planteamiento general, con una amplia sistematización de la bibliografía básica sobre el tema. Y que sin duda le sirve al lector para tener un panorama general bien sistematizado, y al autor para asentar sobre bases sólidas un programa de investigación ambicioso que estoy seguro que va a desarrollar en años sucesivos.

La Tesis se defendió el 11 de abril de 2000. El tribunal estuvo compuesto por los Drs. Horacio Capel Sáez, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, como presidente, y como vocales, los Drs. Francesc Solé Parellada, Catedrático de Organización de Empresas de la Universitat Politécnica de Cataluña, Dr. Juan Fernández de Castro Rivera, Profesor Titular de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona, Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle, Profesor Titular de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid, y María Callejón Fornielles, Profesora Titular de Política Económica y Estructura Económica Mundial de la Universidad de Barcelona. Concedió a la Tesis la calificación de Sobresaliente cum laude.
 

Bibliografía complementaria

SANCHEZ, Joan-Eugeni. El desarrollo de las fuerzas productivas: cualificación, organización del trabajo y formación. Sociología del Trabajo, nº 1, 1979, p. 45-73.

SANCHEZ, Joan-Eugeni. La geografía y el espacio social del poder. Barcelona: Los libros de la frontera, 1980.

SANCHEZ, Joan Eugeni. Poder y espacio. Geocrítica, nº 32, marzo 1981, 52 p.

SANCHEZ, Joan-Eugeni. Espacio, economía y sociedad, Madrid: Siglo XXI de España, 1991. 338 p.

SANCHEZ, Joan-Eugeni. Comentarios á división espacial do trabajo e da producción. Minus, 1992, p. 19-26.

SANCHEZ, Joan-Eugeni. La gran empresa en España. Madrid: CES, 1996.

SANCHEZ, Joan-Eugeni y HOMS, Oriol (Org.). Descualificación y sobrecualificación de la fuerza de trabajo: presentación de un debate. Sociología del Trabajo, 1980, p. 211-28.?

SANCHEZ, Joan-Eugeni y HOMS, Oriol (Org.). Debate sobre cualificación del trabajo. Sociología del Trabajo, 1980, p. 29-1358.
 

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