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Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] 
Nº 286, 22 de marzo de 2001 

MEAZA RODRÍGUEZ, Guillermo  (Dir.). Metodología y práctica de la Biogeografía. Barcelona: Ediciones del Serbal,  2000, 392 págs. (Colección La Estrella Polar nº 22). ISBN 84-7628-337-7

Ana Elisa Peña del Valle Isla



Palabras clave: Biogeografía/ España/ paisaje/ vegetación/ cartografía

Key words: Biogeography/ Spain/ Landscape/ Vegetation/ Cartography


Entre las preocupaciones contemporáneas de las sociedades urbanas, se encuentra la del medio ambiente, la calidad de los recursos naturales y su disponibilidad. Varias disciplinas científicas dirigen una buena parte de sus recursos y talentos en esa dirección. Una de ellas, la Biogeografía, que se define como "el estudio de la distribución y los patrones de plantas, animales y otros organismos a lo largo del planeta", colabora con información sobre las rutas de migración, patrones de asentamiento de los organismos vegetales y animales, así como las bases para la protección ambiental y la comprensión de las relaciones entre la sociedad y el ambiente. Una materia con tales propósitos no escapa a los intereses académicos, sociales, culturales o de gobierno, al mismo tiempo que representa un desafío a las editoriales, para presentar el tema por medio de obras bien editadas e impresas.

Portada de Metodología y práctica de la Biogeografía.
Colección Estrella Polar, nº 22


Este libro constituye sin duda una interesante y valiosa aportación al polémico campo de la Biogeografía. Bajo la coordinación de Guillermo Meaza Rodríguez, profesor e investigador de la Universidad del País Vasco, un selecto grupo de especialistas se ha abocado a la difícil tarea de traducir y explicar la complejidad del paisaje natural en un texto, de casi 400 páginas, de fácil lectura pero de gran rigor científico, ricamente ilustrado con mapas, figuras, cuadros y esquemas que facilitan la comprensión e interpretación de los nuevos "enfoques, reflexiones y propuestas de modos de hacer y técnicas de los biogeógrafos" (pág. 13). La obra conduce al lector por cada uno de los campos del estudio biogeográfico de los seres vivos y su relación en el paisaje. Se incluye el factor social para la valoración de la naturaleza de acuerdo a criterios etnobotánicos, culturales y recreativos, así como la importancia del lenguaje cartográfico en la distribución de la vegetación y de la fauna.

Una de las novedades que rápidamente distinguen la obra esta en los métodos propuestos, la originalidad de las ideas y las reflexiones en torno al paisaje y sus componentes. En palabras de los autores, su estudio tiene como objetivo "facilitar el manejo práctico, profesional y escolar de una ciencia como la biogeografía" (pág. 11). La obra, de esta manera, está dirigida a un amplio público preocupado por el medio ambiente, desde profesionales, estudiantes, profesores y científicos hasta personas sin conocimientos especializados en el tema, invitándolos a adentrarse en el análisis y la interpretación profundos, mas no por ello complicados, de los recursos bióticos de un lugar.

En la introducción se indica uno de los puntos que, a mi juicio, es de los más destacados de la obra: su intención de abordar los estudios biogeográficos desde "una perspectiva geográfica que supera la mera corología de plantas y animales y analizar las relaciones interactivas que se establecen entre ellos y los hábitats" (pag. 13). El colectivo de autores propone en el libro, más que un conjunto de técnicas y métodos para el estudio biogeográfico, la búsqueda de una orientación propia, diferente a la encontrada en otros estudios ambientales, biológicos y/o ecológicos para llevar al lector por una forma de interpretación que se consolida en una estructura metodológica y conceptual fundamentada en la realidad observada con un "interés geográfico".

En el primer capítulo titulado Factores Mesológicos de la Vegetación, Casildo Ferras Chasco explica de manera clara y ejemplificada la conexión entre la multiplicidad de combinaciones que se presentan en los diversos ambientes físicos, con las formaciones y distribuciones características de cada tipo de vegetación, producto de su adaptación particular al medio. Guillermo Meaza menciona sobre el capítulo: "se presta particular atención al complejo ensamblaje entre las bases teóricas y los procedimientos metodológicos en una materia de muy amplio espectro temático y a dotar de perspectiva geográfica al soporte biológico-ecológico" (pág. 14).

El capítulo esta dividido de acuerdo a los diferentes grupos de factores físicos de importancia significativa sobre la vegetación y el paisaje: los factores fototérmicos, hídrico, trofoedáficos; además de el viento, la nieve y el fuego. Para la competencia del análisis biogeográfico, el autor recomienda "comprender el funcionamiento de la vegetación y del paisaje e interpretar adecuadamente su situación actual y sus tendencias" (pág. 23).

De igual forma sugiere algunas metodologías sencillas pero efectivas para cuantificar y/o valorar algunas condiciones particulares del ambiente; para lo cual expone, con gran interés y a manera de ejemplo los métodos aplicados de C. W. Thornthwaite y el de J. L. Montero de Burgos y J. L. González Rebollar (1974) para el calculo del balance hídrico.

En el segundo capítulo titulado Estructura de la vegetación, María Eugenia Arozena Concepción, manifiesta la importancia de individualizar las técnicas geográficas para el análisis de la vegetación y aclara que el estudio de tales técnicas debe estar orientada a la "identificación de las unidades territoriales de vegetación y a su caracterización individual y comparada, de manera que, en función de sus relaciones espaciales, se pueda acometer la descripción y la interpretación del paisaje vegetal resultante" (pág. 79).

En este sentido expone de manera concisa y bien documentada algunos conceptos que siendo usuales en los estudios biológicos, adquieren un interés geográfico al intentar caracterizar la vegetación de un área específica y/o delimitar diferentes pisos de vegetación; entre ellos señala a la fisonomía, como la base de este tipo de estudios, enriquecidos con la composición florística y los requerimientos ecológicos para llegar a la caracterización corológica. Es evidente el interés de la autora por singularizar el conocimiento geográfico de la vegetación de otros de tipo biológico-ecológico, para tal fin, promueve la observación, la identificación y distribución de los diferentes elementos vegetales, a fin de valorar la forma crítica los elementos que componen a un tipo de vegetación. Llama la atención el epígrafe escrito por Pedro M. Holgado, incluido en este capítulo, donde expone algunos de los principales métodos estadísticos utilizados para el estudio de las comunidades vegetales.

El tercer capítulo, escrito por Josep Pinto Fusalba, se titula Dinámica de la vegetación. Este autor, en la línea del "análisis geográfico" del paisaje, propone "describir e interpretar la corología de la vegetación en relación con los factores que la condicionan y hace referencia a la dinámica espacial de la vegetación: la sucesión vegetal" (pág. 149). Asociando diversos conceptos vistos en los primeros capítulos, como los factores mesológicos y la estructura de la vegetación, el autor propone dos metodologías de acuerdo a la escala de tiempo para el estudio: los métodos diacrónico y sincrónico, apoyados por ilustrativos ejemplos de aplicación, de análisis e interpretación de casos reales, como el de la "dinámica de la vegetación después de un incendio en comunidades vegetales mediterráneas: El caso de la sierra de l'Obac" (pág. 156) y el "análisis sincrónico en el estudio de la sucesión vegetal primaria. El caso del volcán Garachico", escrito por Esther Beltrán (pág. 170).

A lo largo del capítulo, Pinto Fusalba se propone abordar "el proceso natural de sustitución de unas comunidades (vegetales) por otras" (pág. 150) y se postula por "la combinación de criterios de interpretación del paisaje vegetal", basados en dos aspectos fundamentales: "la variación espacial de los factores mesológicos" y "la dinámica espacial basada en la sucesión vegetal". Con el objeto de resaltar este último aspecto, el autor se centra en la "interpretación de las unidades básicas del paisaje vegetal y en es sus relaciones espaciales más elementales" (pág. 180). Al mismo tiempo se reconoce que las formas de vegetación son resultado de largos procesos de tiempo por lo que a través de la paleofitogeografía, "se subraya la relevancia geográfica de las herencias y las tendencias en la evolución de las comunidades y paisajes vegetales" (pág. 14).

El siguiente capítulo, número 4, titulado Valoración de la vegetación, realizado por Guillermo Meaza Rodríguez y José Antonio Cadiñanos Aguirre, es un diagnóstico de carácter multidisciplinario de los diferentes tipos de vegetación representados en un lugar. Como lo señalan los autores, el objetivo del trabajo es "presentar, desde una perspectiva integradora, una metodología valorativa, coherente, rigurosa y práctica, basada en pautas sencillas, flexibles y claras y que incluye, como documento de síntesis, la expresión cartográfica de los resultados" ( pág. 201).

La propuesta metodológica descansa en dos conceptos: el interés de conservación que analiza valores de interés natural según criterios fitocenóticos, territoriales, mesológicos y valores de interés cultural, como el etnobotánico, el percepcional, el didáctico; y la prioridad de conservación de acuerdo a la presión demográfica, la amenaza a la integridad del lugar por accesibilidad-transitabilidad y/o por inundaciones, fuegos, etc. Apoyados en un estudio de caso en la reserva de la biosfera de Urdaibai (Vizcaya) e ilustrado excelentemente con cuadros y mapas, los autores muestran claramente la forma de valorar los recursos vegetales de una región y proveer las bases para la protección ambiental y el manejo de recursos.

Al inicio del capítulo 5, Cartografía y Representación Fitogeográfica, Josep Mª. Panareda Clopés plantea los diversos elementos para la elaboración de un mapa de vegetación, considerando desde los enfoques y perspectivas para plantear y representar correctamente un mapa y su leyenda, hasta la importancia del trabajo de campo. Más adelante, el autor aclara la importancia de definir el objeto de estudio, el nivel de análisis y la escala. Todo ello básico para una apropiada selección de los procedimientos, métodos y técnicas cartográficos. De este modo, establece valiosas comparaciones entre los sistemas de representación mediante puntos o áreas (manchas); las coordenadas geográficas y el sistema UTM; y las diferentes aplicaciones de los mapas según la escala utilizada. El amplio conocimiento que Panareda Clopés tiene sobre la representación cartográfica sugiere y respalda el uso de una gran variedad de elementos gráficos como esquemas, perfiles, transectos, croquis, entre otros. Todo ello constituye una alternativa para el trabajo cotidiano de diseñar las variables visuales y la imagen espacial de la vegetación.

El último capítulo, sexto, se dedica a la vida animal y fue escrito por Peio Lozano Valencia. Métodos y Técnicas en Zoogeografía, es una introducción al estudio normalizado de la distribución de la fauna de acuerdo a factores mesológicos (cap. 1), y factores bióticos y abióticos. En este sentido el autor aborda brevemente varios aspectos de la relación de la fauna entre sí, con la vegetación y con el hombre, para extenderse posteriormente en la propuesta metodológica del estudio geográfico de la fauna a través de casos españoles.

Esta propuesta sobresale por su gran valor e interés "a partir de las imprescindibles bases zoológicas, de una sistemática marcadamente geográfica de reconocimiento, muestreo, valoración y representación de especies, poblaciones y comunidades faunísticas" (pág. 14). La metodología abarca desde el reconocimiento de especies, las técnicas de muestreo y registro de datos, hasta la representación cartográfica de la zoogeografía, pudiéndose enriquecer con el lenguaje cartográfico y sus variantes expresadas en el capítulo 5.

Conclusiones

Luego de examinar este trabajo, queda la impresión de tener entre las manos una obra no sólo de aporte científico, sino de una sólida presentación pedagógica, cada vez más necesaria en los ambientes universitarios de Iberoamérica. Los ejemplos presentados, a partir de experiencias españolas para cada tema, aumentan la comprensión de los conceptos. En este sentido, La metodología y la práctica de la Biogeografíase enriquece con un trabajo consistente y continuo, hábilmente coordinado por Guillermo Meaza.

En nuestra opinión, este texto resultará interesante y atractivo para toda aquella persona que se encuentre en la búsqueda de técnicas, enfoques e ideas novedosas en el momento de emprender la fascinante y ardua tarea de "singularizar un espacio por su particular geografía de la vegetación" (pág. 140). Más que una guía técnica, la obra es una invitación a los geógrafos y amplio público sobre un modo de ver y hacer el trabajo biogeográfico.

En cuanto a aspectos puntuales, como el tema de la cartografía, el libro de Meaza proporciona una serie de propuestas cartográficas como la base de inicio y de síntesis de los estudios biogeográficos. En este sentido, la obra utiliza diversas escalas de mapas y gráficas para la localización, la distribución y la clasificación de los diversos tipos de vegetación encontrados por los autores en las regiones españolas. Algo que destaca de la obra es la falta concreta, a través de una sección, de los problemas y aplicaciones habituales de los sistemas de información geográfica en los diferentes casos biogeográficos del territorio.

Otro tema que percibimos de manera limitada es la Biogeografía histórica, poco vista en el capítulo 3 de la obra coordinada por Meaza. La tarea de la biogeografía histórica es "revelar y explicar la historia de las biotas y de sus conexiones históricas". A partir de este concepto, sería importante dedicar un capítulo o sección a la experiencia y estudios terminados en España para conocer nuevas propuestas de la biogeografía histórica.

Respecto a la bibliografía citada en el libro, 122 obras en total (p. 375-381), 73 son de autores españoles y 49 de extranjeros. Conviene advertir que el 60 % (74 obras citadas) proceden del periodo 1905-1989; el 33 % (40 obras citadas) son del periodo 1990-1995 y sólo el 7 % (8 obras citadas) son del lapso más reciente, de 1996 a 1999. Esto indica una relativa falta de renovación en los estudios particulares de la biogeografía española o bien que ha perdido cierto interés práctico entre biólogos y geógrafos en los últimos años.

Al respecto, resulta interesante examinar la investigación biogeográfica realizada por los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se ha efectuado una revisión en la base de datos TESIUNAM (http://www.dgbiblio.unam.mx/). En el periodo 1991-2000 se encontraron 15 tesis con la palabra clave de biogeografía en su registro. De las cuales 13 fueron realizadas por biólogos de la Facultad de Ciencias (7 de licenciatura, 3 de maestría y 3 de doctorado) y 2 tesis elaboradas por geógrafos de la Facultad de Filosofía y Letras (ambas tesis de licenciatura). A continuación se presenta una selección de las tesis:

BUENO HERNÁNDEZ, A. Del centro de origen a las áreas recurrentes de endemismo: desarrollo conceptual de la biogeografía histórica. Tesis de Maestría (Biología). Facultad de Ciencias. UNAM. 1997. 144 págs.

DELGADO CAMACHO, O. Biogeografía Natural y Cultural de México. Tesis Licenciatura (Geografía). Facultad de Filosofía y Letras. UNAM 1995. 171 págs.

ESPINOSA ORGANISTA, D. Fundamentos y métodos de la Biogeografía histórica contemporánea. Tesis Maestría. (Biología). Facultad de Ciencias. UNAM. 1993. 138 págs.

IBARRA MANRÍQUEZ, G. Biogeografía de los árboles nativos de la península de Yucatán. Tesis Doctoral (Biología). Facultad de Ciencias. UNAM. 1996. 189 págs.
 
 

Bibliografía

ANDERSON, L. An ontological dilemma: epistemology and methodology of historical biogeography. Journal of Biogeography. Nº 23, 1996, p. 269-277.

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SCOTT, J. M. TEAR, T. H. GAP analysis: A Geographic Approach to protection of widlifediversity. Wildlife monographs. 123. Supplemented to Journal of Wildlife Monographs, nº 57 (1), 1993.

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SPELLBERG. I. and SAWYER, J, W. D.  An Introduction to Applied Biogeography. Cambridge University Press. U. K. 1999. 243 p.

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VV. AA. Métodos cuantitativos en la Biogeografía. UNAM-Instituto de Ecología. México. 1984. 125 p.
 

© Copyright: Ana Elisa Peña del Valle Isla, 2001.
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