Menú principal de Geo Crítica                                                                                             Volver al Índice de Biblio 3W
 
Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Nº 309, 7 de agosto de 2001

BORGES Y LA CIENCIA. UNA MIRADA DESDE LA PRODUCCIÓN GEOGRÁFICA
DE BUENOS AIRES (LA CIUDAD DE BORGES)
Reseña del libro Sara Slapak (coord.) Borges y la Ciencia. Prólogo de María Kodama.
Buenos Aires: Eudeba, Colección CEA N° 23, 1999. (ISBN 950-23-0948-0)

Gustavo D. Buzai
Centro de Estudios Avanzados
Universidad de Buenos aires
buzai@sinectis.com.ar


Palabras clave: J. L. Borges / geografía / ciencia / ciudad / Buenos Aires (Argentina).


La aparición del reciente libro de Horacio Capel (2001) ha representado un importante estímulo para que los geógrafos argentinos puedan avanzar hacia un estudio sistemático de la relación entre el pensamiento del escritor Jorge Luis Borges y la geografía que enseñamos y practicamos en este lugar del mundo.

La relación entre geografía y literatura no es un tema desarrollado en la Argentina, basta presenciar los anales de las reuniones científicas locales para ver el bajísimo aporte que puede venir de este campo, mientras que en los países centrales ya se producen encuentros en los cuales desde la literatura y desde un punto de vista lingüístico se analizan obras de viajaros y de diferentes pensadores.

A partir de estos elementos surgió mi interés por realizar un comentario bibliográfico al libro "Borges y la Ciencia" que seguramente irá mucho más allá del libro e ingresará en los caminos que mostrarán el surgimiento del interés científico por la obra del escritor y su relación con la comunidad geográfica de Buenos Aires, la ciudad que ha acaparado su máxima atención (Zito, 1998).

Del 24 al 28 de noviembre de 1997, el Centro de Estudios Avanzados y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA, la Fundación Jorge Luis Borges y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires llevaron a cabo las Jornadas "Borges y la Ciencia", de la cual participaron científicos de varias universidades nacionales y del exterior, y de la cual no ha participado ningún geógrafo local.

En la publicación Lucila Pagliai de la UBA se pregunta ¿porqué Borges interesa a los científicos? y llega a la conclusión de que la crisis del paradigma positivista en la investigación puede darnos una clave al mostrar muchos aspectos que el escritor considera y que los científicos ven que ha quedado fuera del paradigma tradicional.

Jorge Luis Borges (1899-1986), considerado actualmente el mayor escritor del país y uno de los mayores exponentes de habla hispana, ha obtenido un sinúmero de premios nacionales e internacionales, el doctorado honoris causa de muchas universidades y autor de diversas obras de referencia (Fervor de Buenos Aires, 1923; El tamaño de mi esperanza, 1926; Historia universal de la infamia, 1935; El jardín de los senderos que se bifurcan, 1941; Ficciones, 1944; El Aleph, 1949; El hacedor, 1960; El libro de arena, 1975; El libro de los seres imaginarios, 1978; La cifra, 1981 y Atlas, 1986, en una selección arbitraria) nunca ha recibido el premio Nobel de literatura (a pesar de encontrarse varias veces ternado). Algunos estudiosos de su biografía afirman que su nominación a este premio fue sistemáticamente frenada, supuestamente, por su punto de vista político; principalmente porque con el golpe militar del general Lonardi en 1955 (Revolución Libertadora) accede al cargo de director de la Biblioteca Nacional hasta 1973, año en el que se jubila, y en 1976 apoya el golpe militar (Proceso de reorganización nacional) que lleva a la presidencia al general Jorge Rafael Videla.

Desde 1983, con la caída del último gobierno militar en nuestro país y la vuelta a la democracia a través de las elecciones libres que llevaron a la presidencia al Doctor Raúl Alfonsín, las universidades nacionales se renuevan como así también las autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y particularmente en el caso de la Geografía de Buenos Aires comienza a tomar fuerza como paradigma dominante la radical geography de los países centrales de la década del setenta, que en nuestro país había sido ingnorada a favor de posturas regionalistas en el período autoritario.

Esta es la Geografía con la cual nos hemos formado muchas generaciones de geógrafos de Buenos Aires en el período que va de 1983 a 1990. Jorge Luis Borges, considerado por gran parte de la población como un personaje elitista y con su mirada puesta en Europa, incluyendo su inevitable entusiasmo por las matemáticas (en su biblioteca figuran "tratados de enseñanza de la matemática y la lógica, con los diagramas mágicos de Venn", y que "entre todas las ciencias su mente tenía mayor afinidad con las matemáticas". María Kodama, 1999 p. 10) estuvo ausente en nuestros textos, en los programas de estudio y en cualquier cita bibliográfica que pasara por nuestras manos. La mezcla entre la revolución cuantitativa del cincuenta y todo lo que tuviera lazos con los gobiernos militares fue blanco privilegiado de nuestra Geografía, aunque ya algunas de esas discusiones habían sido resueltas muchos años atrás en los países centrales, por supuesto con largas historias democráticas.

En este sentido no es de extrañar que el capítulo "Espacio y Tiempo en Borges" (pp. 61-73) esté escrito por un astrónomo de la Universidad Nacional de La Plata, Juan Vucetich, quien se refiere al espacio en nuestra acepción de absoluto, contenedor de todos los elementos naturales y antrópicos. Muestra de que manera para Borges el espacio es un ámbito de juego y de imaginación infinita al considerar en "Los dos reyes y los dos laberintos" un espacio libre como una barrera infranqueable y al mismo tiempo, el espacio del campo gravitacional que se curva como en "La geometría de Tlön", en la cual no existen las paralelas.

Una mención especial hacia este trabajo debe venir de su cita de El Aleph, "uno de los puntos en el espacio que contiene todos los puntos" (una pequeña esfera tornasolada de casi insoportable fulgor) que asemeja a la aparición de los agujeros negros descubiertos en los centros galácticos, donde la atracción gravitatoria es tan grande que ni siquiera la luz puede escapar.

La geografía mundial actual y los efectos de la inmediatez en la Geografía de Buenos Aires daría un vuelco paradigmático a comienzos de los noventa. En líneas generales hoy estamos interactuando en un campo de conocimientos tripartito, formado por la Geografía Postmoderna, la Geografía Automatizada y la Ecología del Paisaje, cuyos campos revalorizan desarrollos teóricos ya establecidos en la Geografía del siglo veinte (Buzai, 1999).

Uno de los libros de mayor impacto en la Geografía de Buenos Aires fue el libro del geógrafo de California Edward Soja (1989), quien a través de proclamar la aparición de una "Geografía Postmoderna" intentaba devolverle a la Geografía la referenciación espacial que había sido dejada de lado en estudios críticos que podrían considerarse sociológicos (revalorización del espacio) y al mismo tiempo siguiendo a Anthony Giddens intenta el apoyo hacia la construcción de una teoría social crítica.

Pero, ¿a que viene esta introducción al trabajo de Soja?. Lo interesante es que este autor cita a Jorge Luis Borges en su primera cita textual, y afirma que El Aleph, como un ensayo brillante de visión/localización muestra un espacio ilimitado de simultaneidad y conforma una de las mejores interpretaciones de lo que se podrían denominar las Geografías Postmodernas.

Como en los textos de Stagnaro y Silva (2000) y Julien Aldhuy (2000), las citas a Edward Soja (1989 y 1996) y a El Aleph de Jorge Luis Borges fueron inevitables, sobre todo para los geógrafos progresistas de Buenos Aires que comenzaron a revisar sus marcos teóricos críticos a la luz de los proceptos postmodernos provenientes de California, y encontraron en el autor argentino una fuente de inspiración que estaba tan cerca (en las bibliotecas y librerías) y tan lejos (en el pensamiento) al mismo tiempo.

Nuestro principal escritor entra en la Geografía de Buenos Aires viniendo desde el exterior. Bastara que un geógrafo exitoso estadounidense viera lo que no se percibía aquí para que Borges comenzara a ser una cita obligada. En este sentido Borges con El Aleph (1949) estaría cuarenta años adelantado a las visiones geográficas postmodernas de nuestro tiempo.

En mi último libro (Buzai, 2001:145) describo esta situación: "A partir de la cita del geógrafo de California Edward Soja (1989), Jorge Luis Borges fue reivindicado por los geógrafos de izquierda de nuestro país por pronosticar en El Aleph un espacio contenedor de todos los espacios al mismo tiempo. Los amantes de la globalización lo han visto como anticipador de las tensiones globales-locales de la postmodernidad. De acuerdo a nuestro entender Jorge Luis Borges a modo de "bola de cristal" pronosticó la aparición de Internet y la World Wide Web y de las comunicaciones instantáneas e interactivas en la red. Esto puede ser considerado ya que en otro relato, al final de La Biblioteca de Babel menciona una observación de Leticia Toledo acerca de la posibilidad que tenía un libro de ser un único volumen con infinitas hojas, ya que cada hoja se desdoblaría en otras análogas, anticipándose a las características conocidas del actual hipertexto (Charrúa, 1999). Lo interesante del mundo actual, es que muchos aspectos vislumbrados por los escritores y otros artistas se están convirtiendo en realidad a través de las actuales tecnologías digitales".

Este párrafo se ve apoyado por la afirmación de Horacio Capel (2001:50) para quien "el ciberespacio es el mundo de Borges por excelencia, donde todo o casi todo es posible, donde tiempo, espacio y realidad se confunden, como lo hacen también la realidad y la ficción, ya que (…) cualquier tecnología suficientemente avanzada no se distingue de lo mágico".

Por esta cuestión en "Borges y el problema de conocer. A propósito de ´La busca de Averrores´" (pp. 21-31) escrito por José Töpf de la UBA cabe destacar el camino por el cual la mente puede aproximarse a aquellas cosas que no conoce y que pueda descifrar el mundo real. Y en este sentido vemos las múltiples interpretaciones en múltiples escalas de El Aleph, en un espacio curvo producto del campo gravitatorio, al espacio postmoderno en escala humana, o a cuestiones de mundos psicológicos (Woscoboinik, 1996). Pero básicamente la lectura de un autor como Jorge Luis Borges nos enseña a leer el gran libro de la naturaleza (Capel, 2001) que muchas de las nuevas generaciones de geógrafos, muy empapados por la técnica o la teoría lo vemos de lejos, al considerarse que lo empírico es ingenuo.

Y en este sentido, y desde un punto de vista utilitario, puede ser discutido ciertos aspectos "Del rigor de la ciencia": "… En aquel Imperio, el Are de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y concidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas" (El hacedor). Cita que hoy podemos encontrar en algunas introducciones de Anales de Congresos y libros de Cartografía.

Respecto de los siguientes capítulos debemos mencionar que: el físico Roberto Perrazo en "La lotería en la ciencia" (pp. 75-84) aborda la cuestión de la aleatoriedad y los procesos de irreversibilidad temporal, imposibles de ser vistos en geografía si es que no se utilizan modelos de evolución temporal entre los que hoy se encuentran los fractales; el divulgador científico Leonardo Moledo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA en "La Biblioteca de Babel" (pp. 85-88) afirma que este tipo de escritores empobrecen el mundo, ya que le dan en el papel un brillo superior al real; Humberto Alagia de la Universidad Nacional de Córdoba, en "Indicios" (pp. 89-98) presta atención a las referencias matemáticas en los textos de Borges; el historiador de la ciencia Guillermo Boido en "Pierre Menard, mentor de la educación científica", afirma que en dos diferentes tipos de textos, uno claro y uno opaco, el segundo requiere tal penetración por parte del lector que al finalizar el libro éste puede escribir su propio libro, la obra de Borges en este sentido puede seguramente asimilarse a las imágenes fragmentadas que el mismo autor en uno de sus libros atribuía al estudio de personalidades como Galileo Galilei (Boido, 1996); Marcelo Levinas en "La invención borgeana y la verdad científica" (pp. 115-119) analiza una serie de textos y llega a verificar la relación entre el pensamiento de Borges y las discusiones científicas en diferentes momentos, porque el escritor descubrió verdades absolutas y también ciertas tensiones casi infranqueables; Alberto Boveris de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA en "Borges y el pensamiento científico" (pp. 131-143) considera que el autor respeta cuatro verdades literarias: Buenos Aires, redescubierta cuando en 1921, a los 22 años de edad, Borges vuelve a esta ciudad luego de haber realizado sus estudios de bachillerato en Ginebra y haber vivido en Barcelona y Palma de Mallorca, El tiempo y el espacio en la lógica-matemática, El tiempo y el espacio del laberinto borgeano y el mundo como espacio estético, tres puntos que muestras el evidente referencia de Borges por la ciencia y finaliza mostrando el interés por la obra del escritor en el "Citation Index" entre los años 1970 y 1996, superando claramente a autores masivos como Ray Bradbury. Para finalizar, con el título "Infinitos mundos y un solo Borges" (pp. 145-152) de Oscar Jofré de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA hace referencia a los "mundos matemáticos" que utilizó Borges, a estos desarrollos que permiten conocer el mundo en construcciones arbitrarias sin contradicciones internas. Creo que los científicos sociales, y particularmente los geógrafos, – ausentes en esta publicación – podrían aportar otros mucho mundos posibles a través de interpretaciones realizadas desde nuestro propio campo temático.

Horacio Capel (2001:30) afirma que Jorge Luis Borges construye nuevas geografías, bibliotecas, ciudades o países imaginarios, y hasta convierte el desierto en un laberinto, pero más aún, si lo leyéramos como "actual" encontraríamos enseñanzas como el uso del buen lenguaje, la observación y comparación, tareas que los geógrafos nunca debieron dejar de lado. Lamentablemente la Geografía de Buenos Aires no ha proporcionado un estudio sistemático del autor y ha actuado en una situación de estímulo-respuesta externa con el consiguiente vacío de contenido. La contradicción de una "moda" en la postmodernidad.

Y hoy vivimos una situación en la cual se hace más necesario que nunca poner el pensamiento en acción, porque para salir de la crisis que agobia nuestro país –dentro del contexto mundial- se necesita mucha imaginación, pués como afirmaría Jorge L. Borges (El hilo y la fábula) "el hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora no sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad".

No es fácil, pero el desafío está presente.
 

Referencias bibliográficas

ALDHUY, Julien. "Borges et le géographe". Borges Studies on Line. On line J.L. Borges Center for Studies & Documentation (www.hum.au.dk/romansk/borges/bsol/aldhuy.htm)

BOIDO, Guillermo. Noticias del Planeta Tierra. Galileo Galilei y la revolución científica. Buenos Aires: AZ Editora, 1996.

BUZAI, Gustavo D. Geografía Global. Buenos Aires: Lugar Editorial, 1999.

BUZAI, Gustavo D. La exploración geodigital. Buenos Aires: Lugar Editorial, 2000.

CAPEL, Horacio. Dibujar el mundo. Borges, la ciudad y la geografía del siglo XXI. Barcelona: Ediciones Serbal, 2001.

CHARRÚA, G. "La biblioteca pública de Nueva York", First Millenium, 104.

KODAMA, María. "Prólogo". En: Sara Slapak (coord.), op.cit. pp. 9-10.

PIKENHAIN, Jorge Oscar. Cronología de Jorge Luis Borges (1899-1986). Buenos Aires: Plus Ultra, 1987.

SANTAGADA, Miguel Angel. Cómo leer a Jorge Luis Borges. Madrid: Ediciones Júcar. Guías de Lectura Júcar, 1994.

STAGNARO, Susana C. y SILVA, Miguel A. "Hacia una nueva comprensión de la teoría de la espacialidad a través de Edward Soja y Jorge Luis Borges", Jornadas Platenses de Geografía. La Plata: Universidad Nacional de La Plata. (CD ROM), 2000.

SOJA, Edward. Postmodern Geographies. The reassertion of space in critical social theory. London: Verso, 1989.

SOJA, Edward. Thirdspace. Journeys to Los Angeles and other real-and-imagined places. Oxford: Blackwell, 1996.

WOSCOBOINIK, Julio. El alma de "El Aleph". Nuevos aportes a las indagación psicoanalítica de la obra de Jorge Luis Borges. Prólogo de Marcos Aguinis. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, 1996.

ZITO, Carlos Alberto. El Buenos Aires de Borges. Buenos Aires: Aguilar, 1998.
 

© Copyright: Gustavo D. Buzai, 2001.
© Copyright: Biblio 3W, 2001.


Volver al índice de Biblio3W

Menú principal