Menú principal de Geo Crítica                                                                                  Volver al Índice de Biblio 3W
 
Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VI, nº 323, 12 de noviembre de 2001

LA DEFENSA DE LA ISLA DE MALLORCA EN UN INFORME
DEL INGENIERO MILITAR MIGUEL GERZ, 1774

Marc Lloret Piñol
Licenciado en Geografía



En el siglo XVIII, está sobradamente reconocida la labor de los ingenieros militares en la realización del vasto programa de obras propuesto por los ilustrados españoles 1 . El estudio previo de las obras, dio lugar a una gran producción de informes sobre los proyectos de canales, caminos, puertos, fortificación, etc. El documento que aquí transcribimos 2  fue realizado en 1774 por Miguel Gerz, uno de estos ingenieros militares 3 . El contenido de éste se refiere a las defensas de la isla de Mallorca, sobre la que pesaba la amenaza de la ocupación inglesa de su hermana menor, Menorca.

El archipiélago balear, especialmente Menorca, fue objeto de varias ocupaciones en el siglo XVIII relacionadas con la disputa de Francia e Inglaterra por la supremacía mundial. A pesar de la progresiva pérdida de importancia estratégica y comercial del Mediterráneo por el desplazamiento del comercio al Atlántico, la Guerra de Sucesión Española en 1700 desató los intereses internacionales sobre esta islas pertenecientes a la antigua Corona de Aragón.

Inglaterra, encabezando una alianza antibórbonica europea, prestó su ayuda al pretendiente Carlos III para evitar la unión dinástica entre España y Francia si Felipe V accedía a la Corona. Mallorca y Menorca fueron conquistadas en 1708 en nombre de Carlos III por Inglaterra; la primera fue reconquistada por Felipe V en 1715, y la segunda fue otorgada a Inglaterra por los acuerdos de Tratado de Utrech de 1713, después de que el pretendiente al trono español se convirtiera también en Emperador.

Sin embargo, los intereses internacionales en las Baleares no finalizaron con este episodio, ya que en 1755, Menorca fue conquistada por Francia con la intención de devolverla a España a cambio de su alianza en la guerra de los Siete Años contra Inglaterra. La negativa de Fernado VII hizo que la isla fuera francesa hasta 1763, cuando fue devuelta a Inglaterra por el Tratado de París que ponía fin a dicho conflicto. En 1781 una expedición franco-española recuperó Menorca, gracias a la poca atención de Inglaterra, más centrada en la revuelta de la colonias americanas. Y, finalmente, en 1798, la Balear Menor volvió a estar bajo soberanía Inglesa hasta 1802, momento en el que la Paz de Amiens resolvió su definitiva vuelta a España.

El puerto de Mahón era considerado el refugio más seguro del Mediterráneo; esta situación estratégica atrajo el interés inglés con el objetivo de dominar el mar. A los intereses comerciales hay que añadir los militares; en efecto, la proximidad de la isla al importante puerto francés de Tolón, permitía la vigilancia de la flota francesa. Importancia estratégica acentuada en la Guerra de Sucesión austríaca, para el control de las rutas de abastecimiento enemigas.

Como se puede deducir, Mallorca estuvo todo el siglo XVIII amenazada por las presencias extranjeras en la Balear Menor, lo cual da una idea de la importancia de las consideraciones defensivas de la isla; en este sentido, hay que destacar la intervención del ingeniero militar Pedro Martín Cermeño en un proyecto anterior para la fortificación de Mallorca, citado en el informe de Miguel Gerz. Tampoco se pueden olvidar la importancia del resguardo de los puertos en unos mares amenazados por la piratería berberisca. Por otra parte, Mallorca sirvió de base para el intento de reconquista llevado a cabo en 1741 En definitiva, las Islas Baleares fueron el centro del juego de intereses internacional de las potencias europeas, en particular de Francia e Inglaterra; fueron el escenario de un episodio más de su conflicto particular y se convirtió en un instrumento de éstas en su juego de alianzas, pactos y equilibrio de poder.


Breve descripción de la Isla de Mallorca

Exmo. Sr.

Muy Sr. Mio: en cumplimiento de la orden de S. M:, que V. Exa. se sirve comunicarme, he formado la Relación adjunta del estado actual de la Isla de Mallorca, en orden a sus utilidades, ventajas naturales, fortificaciones, y de las obras convenientes a su mejor defensa, convinada con aquellas consideraciones políticas y militares, que deben fixar los límites regulares, y prudentes de tan esencial objeto. En el plano, que assimismo incluio a V. Exa., estan demarcads con líneas fuertes las obras de fortificación existentes en la capital; y las líneas de puntos manifiestan el proiecto, que formó dos años ha, el Mariscal de Campo Dn. Pedro Martín Cermeño, y remitió privadamente al Comandante de Ingenieros de aquella Isla, mandándole, que en lo succesivo se arreglase a él para ir poniendo en execución todas las obras que expresa.

Aunque venero como es justo las luces, y talentos del Autor de semejante proiecto; sin embargo no puedo confortarme con su dictamen en este particular, por los motivos, que expongo en la Relación, en donde apunto los inconvenientes, e inutilidad de esse cúmulo de obras segun el sistema actual de la guerra, y progresos regulares de una expedición contra Mallorca.

Bien grande seria mi satisfaccion, si estas reflexiones mereciesen la aprobación de V. Exa.; y maior aun, si con ellas me hiciese digno de ser empleado donde pueda aprender a hacerlas más útiles sobre asunto tan interesante al Rl. Servicio. Espero deber el cumplimiento de mis deseos a la bondad de V. Exa., a cuias ordenes me ofrezco con la más atenta veneración.

Nuestro Señor que a V. Exª. los ms.as. Que le pido para el bien de la Nación. Avila, y Octubre 15 de 1774.

Exmo. Sr.

B: L. M. de V. Exª.

Su más atento subdito, y obligado Servr.

Miguel Gerz

Exmo. Sr. Conde de Ricla.

Brebe descripción de la Isla de Mallorca en que particularmente se expresa el estado de sus fortificaciones con las obras, y reparos convenientes a su mejor defensa.

La Isla de Mallorca, situada a los 20 grados de longitud, y 39 de latitud, dista de nuestra península hacia el este 40 leguas. Su maior longitud es de 10 leguas, y su anchura de 8; de suerte que puede computarse su extensión de 80 leguas quadradas. El terreno de toda la Isla es fértil; pero la agricultura está bastante descuidada, pues no da trigo suficiente para el número de sus habitadores, que ascenderan a 120.000. Las demas producciones se reducen a cebada, avena, legumbres, aguardiente, queso, y aceite: solo de este último genero, por ser el mas abundante, se puede hacer extracción considerable; y assí en el dia es mui limitado su comercio, aunque podria extenderse a otros frutos, y a algunas manufacturas, si tuviessen el fomento correspondiente a la situación, y proporciones de la Isla. Las Rentas Reales, que allí se perciben por los bienes patrimoniales de la corona, contribuciones, aduanas &c, no creo sean suficientes para mantener su dominio, justicia, y buen orden.

La disposición, que tiene la Isla para su defensa, puede considerarse baxo dos respetos: natural, y artificial. La maior parte de sus costas, cuio circuito total sería de 38 leguas, están defendidas naturalmente, pues no ofrecen proporción alguna para desembarcos. La mitad del terreno interior, mui quebrado, desigual, y montuoso, es assímismo favorable a la defensa; y quando la superioridad de fuerzas enemigas obligase a abandonar el restante, puede servir de recurso para esperar nuevos socorros, o aprovechar a favor de él alguna buena coyuntura de las muchas que ofrecen los varios accidentes de la guerra.

A estas disposiciones ventajosas del terreno, y costas, ha añadido el arte las fortificaciones de la capital, que es una plaza de mucha extensión, situada hacia la extremidad occidental de la Isla en la orilla del mar, y cubre un mediano puerto. El recinto de esta plaza tiene 6.800 varas de circuito, y está compuesto de 12 baluartes con sus plazas baxas, una plataforma, un Hornaveque doble con su cortadura interior, dos revellines, foso, y camino cubierto, según lo manifiestan las líneas fuertes del plano. A la distancia de 1.500 varas de la plaza hai una altura que la domina sobre la qual está el Castillo de Belver, fortificado a la antigua: es obra mui reducida, aunque en situación sumamente ventajosa. Más adelante, como a tres quartos de legua de la Plaza, está el Castillo de San Carlos, que es un quadrado de contrucción moderna, pero de cortas dimensiones, con destino a defender la entrada del puerto. Al extremo oriental de la Isla se halla la ciudad de Alcudia, situada en medio de dos puertos: es plaza fortificada con su recinto, y foso; pero parece que está medio abandonada por justas razones, pues se ha reconocido la inutilidad de sus obras para la defensa de los dos puertos. En toda la circunferencia de la Isla hai distribuidas torres, y algunas baterías, con el fin de pasar el aviso quando se descubre embarcación de Moros, y defender las calas, y abrigos, por donde pudieran cometer insulto estos enemigos de la Religión.

Tal es el estado actual de la Isla de Mallorca en orden a sus utilidades, ventajas naturales del terreno, y fortificaciones. Para que éstas llenen todo aquel objeto correspondiente a una defensa convinada con las varias consideraciones políticas, y militares, absolutas, y relativas, que pueden hacerse sobre la Isla, soi de dictamen, que no debe ponerse en execución otro proiecto, sino el de perfeccionar las obras, que están construidas en la capital, pues assí quedaria esta plaza proporcionada a una regular defensa; y aumentar las fortificaciones del Castillo de Belver, cuia ventajosa situacion, ademas de hacerlo de difícil ataque, es sumamente favorable para mantener la dominación del puerto y la comunicación de la Plaza con la parte montuosa de la Isla, que debe ser el último asilo de los defensores. Estas son las únicas obras, que juzgo convenientes para proporcionar en la defensa de la Isla aquellos medios relativos a su situación, y circunstancias, a las máximas de fortificación, y al uso prudente, que puede hacer de ellas un Comandante hábil, y experimentado, a quien se confiase este encargo. Y aunque para formar el plan de una defensa bien convinada, y sabia, sea preciso atender a las operaciones, fuerzas, y designios del enemigo; sin embargo como también deben entrar en consideración los recursos, que el arte ha facilitado a los defensores para servirse de ellos en tiempo oportuno; expondré el sistema de defensa, que parece más conforme a las circunstacias del terreno, y fortificaciones de Mallorca, con el fin de manifestar después, que el proiecto formado para aumentar las obras de la capital, según lo indican las líneas de puntos en el plano, no puede fundarse en ninguna razón sólida, y es opuesto a las máximas políticas, y militares mas generalmente recibidas.

Como la primera operación del enemigo ha de ser el desembarco, se distribuirán las dos terceras partes de la tropa destinada a la defensa en aquellos parages por donde pueda recelarse la invasión, dexando la restante, en la plaza, Castillo de Belver, y puertos inmediatos. Después de haver hecho inútilmente todos los esfuerzos posibles para oponerse a esta empresa, que por ser una de las que presentan más embarazos, y dificultades al que la executa, puede dar ocasión al que está sobre la defensiva, de hacer brillar su talentos, y capacidades, se retirarán las tropas baxo el fuego de la plaza, o dentro de ella, según lo pidiesen las circunstancias, y acaecimientos, y allí mediante alguna posición ventajosa, o de otra manera, arreglando siempre sus movimientos sobre los del enemigo, haran la maior resistencia, hasta que debiendo ceder en fin a fuerzas superiores, y después de haver sostenido con la posible firmeza los ataques de la plaza, se vean en la necesidad de abandonarla, lo que executarían a favor del Castillo de Belver, que puede cubrir bien su retirada a los montes, y mantener la dominacion en aquella parte hasta esperar nuevos socorros, o tomar el partido prudente, que dictase el tiempo, y estado de las cosas.

Esta es la idea, que puede formarse de los progresos regulares, que tendría una expedición contra Mallorca. Veamos ahora que nueva defensa proporcionaría essa inmensidad de obras, con que se pretenden aumentar las fortificaciones de la capital. Dexemos a parte el tiempo, y sumas que son menester para la execución, y entretenimiento de tan vasto proiecto, que no se veria acabado con un millón de pesos, y 30 años de trabajo: no nos detengamos en calcular el crecido número de tropas necesarias para guarnecer un recinto de tanta extensión, ni la cantidad de víveres, y municiones para abastecer un pueblo, que encierra 4.000 personas, y cuio número se aumentaría en la ocasión de un sitio; ni hagamos otras muchas consideraciones, que acreditarían la mala convinación de semejante plan con las facultades, situación, y utilidades de la Isla; cotejemos sólamente la resistencia, que puede hacer la capital perfeccionando las obras construidas en ella, con la que haría después que se executaran las proiectadas, examinando la confianza que puede ponerse en las fortificaciones, según el modo con que actualmente se hace la guerra.

Desde que la experiencia ha hecho ver las grandes ventajas del ataque sobre la defensa, y que no hai plaza alguna, que pueda hacer larga resistencia contra un enemigo empeñado en su rendición, los más hábiles Maestros en el arte de la guerra han reconocido los inconvenientes, que hai en acumular sin discernimiento obras sobre obras, y en que las ventajas del arte no estén ayudadas por las de la naturaleza. En las grandes ciudades fortificadas son más visibles estos inconvenientes, pues rara vez han correspondido las sumas empleadas en el establecimiento, reparo, o aumento de sus obras al objeto de una larga defensa, que deben hacer pocos contra muchos, siendo este el principal fin de las fortificaciones. Regístrese la historia Militar de un siglo a esta parte; y los infelices sucesos de más de 40 plazas, en cuia construcción Vauban, y otros Ingenieros célebres havían apurado todos los recursos del arte, enseñaran la circunspección, y prudencia con que debe procederse para ver lo que en esta materia puede ser conveniente, o perjudicial a un estado, o provincia, cuias fuerzas no han de calcularse por el número, y grandeza de sus plazas, pues quando no hai tropas para guarnecerlas, lejos de traer utilidad alguna, vienen a ser gravosas a los mismos pueblos, que han sido sus constructores, y sus Dueños, sirviendo para asegurar las conquistas del enemigo. El dictamen de los mayores Generales es conforme a lo que ha dictado la experiencia; y ciertamente que el voto de los que han sabido conquistar las plazas, debe prevalecer a todas las razones, que pueden alegarse a favor de ellas por los que han dirigido su construcción sin aquellas miras prudentes con que se convinan sus inconvenientes, y ventajas. El Mariscal de Saxonia declama eficazmente contra la manía de fortificar grandes ciudades, si en ellas no concurren aquellas razones, que pueden hacerlas plazas de consequencia para el estado, y trae a este propósito varias reflexiones mui dignas de su talento, genio guerrero, y experiencia. Aún antes, que estubiere decidida tan claramente por repetidos sucesos la superioridad del ataque sobre la defensa, decia el Mariscal de Turena, que si el Rey de España huviese empleado en soldados las sumas gastadas en hacer sitios, y fortificar plazas, sería el más poderoso de todos los Reyes. Otros muchos exemplares, y razones pudieran corroborar el mismo dictamen; pero me contentaré con exponer lo que sobre este asunto dice Mr. Le Blond "Según el sistema actual de la guerra, se emplea tanta artillería en los sitios, que las murallas, y parapetos más sólidos quedan arruinados en mui poco tiempo. Las obras exteriores solo sirven para dilatar algunos pocos días la conquista de la plaza; pero esta pequeña ventaja se suele comprar a buen precio, pues fuera de las grandes sumas, que se emplean en su construcción, es menester que haia un exército dentro de la plaza para disputar el terreno al enemigo, haciéndose de esta manera un consumo considerable de toda especie de municiones; y si la plaza no estubiese provista con abundancia, es necesario rendirla, aún estando enteras sus principales obras. El objeto de la fortificación es, que pocas tropas encerradas en una plaza se hallen en estado de defenderse contra la invasión de muchos..."

Todas estas razones son otros tantos argumentos eficaces contra el proiecto propuesto para aumentar las obras de la capital de Mallorca con 10 Revellines, tres Hornaveques, una contraguardia, y una plataforma, conforme expresa el plano. No serían bastantes 12.000 hombres para guarnecer esta inmensidad de obras. ¿Y que Governador habría tan imprudente, que se encerrase dentro de la plaza con un número de tropas semejante para morir allí de hambre, o quedar prisionero, pudiendo mantenerse en la campaña, y por medio de posiciones ventajosas, y movimientos bien convinados, impedir, o hacer costossísima la entrada de los enemigos en la Villa? ¿Quanto se alargaría la defensa de la plaza con esse cúmulo de obras? ¿Y de que servirían, si no hubiesse tropas para guarnecerlas?

Me parece que no puede haver razones sólidas contra estas, y otras consideraciones; en cuia atención todo el proiecto de fortificaciones de Mallorca debiera reducirse a mantener en buena disposición las obras que estan ya construidas en la Capital, pues de esta manera quedaría en estado de una regular defensa; y a fortificar el Castillo de Belver, haciéndole capaz de contener 800 a mil hombres; y assí tendría la Isla toda la fuerza, que puede darle el arte de fortificar convinado con su situación, proporciones, y circunstancias, para disputar con ventaja la posición de ella al enemigo, que intentase atacarla.

El proiecto propuesto para aumentar las obras de la plaza, según se dixo, y expresan las líneas de puntos en el plano, ha empezado a executarse por el frente, que mira hacia la mar entre los Baluartes B y C, en donde parece, que se quiere construir una plataforma, y dos cortinas. Esta parte necesitaba de alguna defensa, pero siendo la menos expuesta sin tanto gasto se le podría haver dado la conveniente, aprovechando las obras que hai útiles en el referido frente; lo que puede efectuarse todavía, previniendo al Comandante, que en la continuación de las empezadas, atienda a este objeto, sin detenerse en variar la idea señalada en el plano, pues la mejor es la menos costosa, no haviendo recelo alguno de que por allí se tome la plaza.

En orden a la defensa de los dos puertos vecinos a la ciudad de Alcudia, no creo sea necesaria otra precaución, sino establecer algunas baterias en los parages mas ventajosos para quitar esse resguardo a las esquadras enemigas, pues por allí no es regular se execute el desembarco, siendo, la parte de la Isla, que dista más de la plaza, a donde sería mui trabajoso conducir lo necesario para su conquista. Pero estas, y otras obras, que los designios del enemigo pueden hacer precisas en aquellas partes de la costa, por donde intente la invasión, no dexarán de ser útiles, aún quando se difiera su construcción hasta que lo pida la necesidad, pues entonces se convina mejor la elección de los puestos ventajosos, con el número de tropas, que pueden ocuparlos, y con las fuerzas, y conducta del que ataca. Un Comandante activo, y hábil, no necesita mucho tiempo para mejorar las disposiciones naturales del terreno con aquellas defensas, que siendo de uso momentáneo, no tienen mas objeto, que el de determinar las circunstancias, y estado de las cosas.

Este es el plan de fortificaciones, que juzgo adequado, y conveniente a la Isla de Mallorca, consideradas sus proporciones, utilidades, y situación.
 

Avila y Octubre 15 de 1774
Miguel Gerz


Notas

1.Para profundizar en el papel de los ingenieros militares en la España de la ilustración ver SAMBRICIO, Carlos, 1991; CAPEL, Horacio, et. al., 1983; CAPEL, H., 1994.
2. Documento del Servicio Histórico Militar. España. 3-4-10-15. Consta de 8 folios. Hemos respetado la ortografía, aunque se ha modernizado la acentuación.
3. Estimamos que el autor del documento que publicamos, Miguel Gerz, es el Miguel Domingo Ger que se cita en el inventario de los ingenieros militares del siglo XVIII (CAPEL et. al., 1983). Este ingeniero había nacido en Yeste en 1746 en el seno de una familia de origen noble. En 1767 fue ascendido a Alférez y fue destinado en Barcelona y Figueras como Ingeniero Delineante hasta 1768.

Bibliografía

CAPEL, Horacio, TATJER, Mercedes. Dos ejemplos de urbanismo dieciochesco en Menorca: San Luis y Villacarlos. In Miscel.lania Pau Vila. Granollers: Ed. Montblanc-Martín, 1975. p. 209-214.

CAPEL, Horacio, et. al.. Los ingenieros militares en españa. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Barcelona: Publicaciones i Ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983.

CAPEL, H. La invención del territorio. Ingenieros y arquitectos de la Ilustración en España y América. Suplementos Anthropos. Barcelona, 1994. nº43.

SAMBRICIO, Carlos. Territorio y ciudad en la España de la Ilustración. Madrid: MOPT, 1991.

GUAL TRUYOL, Simón. La expedición de Mahón (1738-1741). Primera empresa para recuperar Menorca. Base de partida: Palma de Mallorca. Palma de mallorca: Museo Histórico Militar de Menorca, 1993.

MATA, Micaela. Conquestes i reconquestes de Menorca. Barcelona: Ed. 62 s.a., 1974.

MATA, Micaela. Menorca. Medio siglo de dominaciones estranjeras (1708-1763). España: Institut Menorquí d´Estudis y "Sa Nostra", 1991.

TIRADO, Isabel. Aproximació històrica a les Illes Balears. Barcelona: Ed. de la Magrana s.a., 1999.

XAMENA FIOL, Pere. Història de Mallorca. Mallorca: Ed. Moll, 1978.
 

© Copyright: Marc Lloret Piñol, 2001.
© Copyright: Biblio 3W, 2001.



Volver al índice de Biblio3W

Menú principal