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Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VII, nº 398, 15 de septiembre de 2002

EL REAL CUERPO DE INGENIEROS EN CUBA

Rolando García Blanco


Palabras clave: Ingenieros militares, Cuba, siglo XVIII

Key words: militar engineers, Cuba, XVIIIth Century


La institucionalización de los estudios militares en España parte de la Real Ordenanza de 2 de Mayo de 1710 para la direccion y servicio de la artillería, emitida por Felipe V. Según el artículo 15 de la referida Ordenanza, se creaban 4 escuelas prácticas de artillería y bombas en Aragón, Andalucía, Extremadura y Galicia, mientras que en el artículo 16 se establecían escuelas o academias militares en las 3 primeras provincias mencionadas.

Ahora bien, todo parece indicar que estas escuelas tuvieron una breve existencia, pues en la Real Ordenanza e Instrucción de 22 de Julio de 1739 para la enseñanza de las matemáticas en la Real y militar Academia que se ha establecido en Barcelona, se afirmaba que en aquellos momentos no existía institución alguna de esa índole.

Años más tarde, la Ordenanza de 21 de Octubre de 1751 creó escuelas de matemáticas con el título de Artillería en Cádiz y Barcelona, bajo la dirección del Cuerpo de Ingenieros, mientras que la Real Orden de 29 de Octubre de 1762 dispuso el establecimiento en Segovia del Colegio de Artillería, inaugurado el 16 de mayo de 1764.

Con respecto a Cuba, el Cuerpo de Ingenieros tuvo en sus inicios una organización irregular, pues hasta 1773 sólo habían funcionado ingenieros comisionados, que no pertenecían a institución alguna, como fue el caso del italiano Bautista Antonelli, autor de los castillos del Morro y de la Punta, así como de la Zanja Real, encargada del suministro de aguas del río Almendares a La Habana, a partir de 1592.

Así, en 1674, el ingeniero habanero Juan de Ciscara inició las obras del recinto exterior de la capital de la Isla, que fueron continuadas a partir de 1716, en la zona de la bahía, por el primer ingeniero militar destinado al servicio de La Habana: Bruno Caballero Elvira, tras cuya muerte dicha plaza resultó vacante por largo tiempo, y los trabajos eran acometidos por jefes u oficiales enviados expresamente desde México, u otros puntos, para cumplir determinadas tareas concretas.

No sería hasta 1761, cuando las contradicciones con Inglaterra dejaban vislumbrar una intervención armada, en que llegarían destinados a La Habana los ingenieros franceses Baltasar y José Ricaud de Tirgale, con la encomienda de acometer la fortificación de la Cabaña. Sin embargo, la ausencia de recursos para la ejecución de las obras, a lo cual se unió el fallecimiento del primero de los dos hermanos, y la enfermedad del segundo, facilitaron la caída de tan estratégica posición en manos inglesas el 13 de agosto de 1762.

Tras la retirada de las tropas de Gran Bretaña, y a los efectos de encargarse de las fortificaciones de La Habana fueron destinados a esta plaza dos importantes ingenieros: el brigadier Silvestre Abarca y el coronel Agustín Crame, pero sin el auxilio de una oficialidad facultativa, por lo cual se veían obligados a elegirla de entre los Cuerpos militares, e incluso de entre los propios vecinos. El más famoso de ellos fue el habanero Antonio Trebejo, quien llegaría a desempeñar altas responsabilidades en el propio Cuerpo destacado en la Isla.

Tanto los dos jefes anteriormente mencionados, como sus sucesores: Luis Huet y Cayetano Pabeto, tuvieron a su cargo no sólo las obras militares de la Cabaña, del Príncipe, de Atarés y otras, sino que asumieron además los edificios civiles del Estado, a pesar de la escasa oficialidad y de la ausencia de personal de tropa, lo cual obligaba a depender de los recursos humanos que destinaba a tales fines el gobierno.

Con la aprobación de la Real ordenanza de ingenieros, publicada el 11 de julio de 1803, y la creación de un juzgado privativo como el del Cuerpo de artillería, la subinspección de ingenieros de la isla de Cuba adquirió mayor importancia. No obstante, el personal de ingenieros continuó reducido al de la subinspección, hasta que gradualmente se fue integrando una plana mayor con los jefes y oficiales del arma, que procedentes de la Península fueron siendo destinados a la Isla para encargarse de diferentes obras.

Así, a la altura de 1839, el personal del arma en Cuba estaba integrado sólo por 1 mariscal de campo subinspector, 2 tenientes coroneles, 1 coronel agregado y 3 capitanes, lo cual obligaba con frecuencia a seleccionar de entre los oficiales subalternos de los regimientos, a los más aptos para cumplir determinados encargos facultativos.

Entre las obras ejecutadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en 1846, pudieran mencionarse las siguientes:

- Trabajos realizados en la Calzada de la Infanta para conservar su piso y arboleda, ensanchándola y mejorándola en alguna de sus partes.
- Fortalecimiento del piso de la calle de la Reina, dándole más pendiente a los empedrados de los lados que hacían de cunetas.
- Continuación de las obras de relleno en la Calzada de Belascoain.
- Continuación de los trabajos previstos en el salón O-Donnell.
 -Remozamiento del Teatro principal.
- Obras de conservación y embellecimiento del Palacio del Capitán General.
 -Trabajos de saneamiento de las calles obstruidas por los efectos del huracán.
 -Proyecto de un fanal para la punta de Maternillos.
 -Proyectos de los puentes de Yumurí en Matanzas, Zaramacaguán en Puerto Príncipe, y Mordazo en La Habana.
- Informes de varias obras en el rastro de La Habana y en el de la villa de Güines.
 -Proyectos de mercado y cuartel en Guanabacoa.
 -Informe de varias obras en el edificio de la Real Audiencia Pretorial.
 -Proyectos de calzadas al sur y sureste de La Habana.
 -Informes de las reparaciones de los muelles de caballería y de Neptuno, así como de la construcción de un nuevo tinglado en éste.
- Informe de varias obras en el hospital de San Juan de Dios, y proyecto de uno capaz de 600 camas.
- Informe de los reparos en la fuente de Neptuno y de la construcción de un muelle en el sitio que ocupa el nombrado de Luz.
 -Proyecto de una casa de beneficencia en Trinidad.
 -Proyecto de población en el hato Sibanicú de Puerto Príncipe.
 -Resembrado de árboles en diferentes paseos, calzadas y plazuelas de la ciudad.

Como resultado de sucesivos aumentos de personal, en 1863 la plana mayor de la subinspección de ingenieros estaba integrada por: el general subinspector, 3 coroneles, 5 tenientes coroneles, 14 comandantes y 8 capitanes.

A lo anterior se sumaba la comandancia del arma correspondiente al Departamento Occidental, con sede en La Habana, e integrada por 1 coronel, 1 teniente coronel y otros oficiales, así como la comandancia del Departamento Oriental, radicada en Santiago de Cuba, compuesta por 1 coronel, 1 comandante y varios oficiales. Por otra parte, la comandancia de ingenieros estaba integrada en Matanzas por 1 comandante; en Villa Clara, por otro comandante; en Trinidad, por 1 teniente coronel y 1 comandante; y en Puerto Príncipe, por 1 capitán.

Además del personal anteriormente mencionado, el cual se encargaba de las tareas propias de su instituto militar, existían otros jefes y oficiales del Cuerpo destinados a la dirección de obras públicas, en ausencia de ingenieros civiles para hacerse cargo de éstas.

Por otra parte, el arma contaba en aquellos momentos con 1 batallón de ingenieros, que partiendo del anterior batallón de obreros, había sido reorganizado por la Real Orden de 15 de julio de 1855, quedando integrado por 4 compañías (3 de Zapadores y una de Minadores) de 150 plazas cada una, de la siguiente forma:

- Batallón del arma: 1 Teniente coronel, 1 Primer comandante, 2 Ayudantes, 1 Médico primer ayudante, 1 Capellán, 7 Primeros capitanes, 6 Segundos capitanes, 6 Tenientes y 13 Subtenientes.
- Individuos de plana mayor: 1 Armero, 1 Tambor mayor, 1 Cabo de cornetas y 1 Zapatero.
 -Tropa: 6 Sargentos primeros, 10 Sargentos segundos, 54 Cabos primeros, 48 Cabos segundos, 42 Cornetas, 12 Tambores, 180 Soldados de 1ª clase y 558 Soldados de 2ª clase.

Finalmente, dependía del Cuerpo el personal subalterno empleado en las obras, y que en 1863 estaba compuesto por: 1 Maestro mayor de 1ª clase, 2 Maestros mayores de 2ª clase, 2 Celadores de 1ª clase, 3 de 2ª y 5 de 3ª, 14 Maestros de obras, 2 Escribientes y 3 Sobrestantes.

Con respecto al uniforme, éste era similar al utilizado en la Península, aunque con las modificaciones impuestas por el clima. El traje de diario y de campaña estaba compuesto por pantalón de dril listado de azul, blusa con bocamangas de grana y sardinelas blancas, así como sombrero de jipijapa.

En 1895, el batallón se amplió a 6 compañías, distribuidas en 4 de Zapadores-Minadores, 1 de Pontoneros y otra de Telégrafos. Con posterioridad, durante el proceso de la Guerra de Independencia, se organiza otro batallón de Zapadores-Minadores, integrado por 6 compañías, destinado a la construcción de las trochas, así como nuevas compañías de Telegrafía óptica distribuidas por toda la Isla.

El análisis de la importante labor desplegada por el Real Cuerpo de Ingenieros en Cuba, y sobre todo del extraordinario papel desempeñado por esta institución en lo referido a su aporte social en la mayor de las Antillas durante el período colonial, constituye no sólo una sensible ausencia en la historiografía, sino un reclamo actual encaminado a ubicar en su justo lugar a generaciones de ingenieros, quienes ofrecieron lo mejor de sus vidas a la ejecución de obras de especial relevancia, muchas de las cuales han resistido la prueba del tiempo y forman parte del patrimonio cultural de la nación cubana.
 
 
 

Fuentes bibliográficas y documentales

ALVEAR  y LARA, Francisco: La Habana. Desde la batería de Isabel II hasta el Castillo de la Punta, Año 1882, Hoja: 1, Medida: 54 x 32 cm. 18-b-7-11, En: Cartoteca, Servicio Histórico Militar, Madrid, 1972.

Conveniencia de emplear a los oficiales de Ingenieros en los trabajos civiles.  Memorial de Ingenieros. Memorias, artículos y noticias interesantes al arte de la guerra en general y a la profesión del ingeniero en particular, Año de 1876, t. XXVI, Imprenta del Memorial de Ingenieros, Madrid, 1871, p. 9-11.

El Canal de Vento en la Habana. Memorial de Ingenieros y Revista Científico-Militar, Segunda Epoca, t. IV, Imprenta del Memorial de Ingenieros, Madrid, 1878, p. 65-68; 81-83; 97-100 y 121-124.

Memoria General de las Obras Públicas en la Isla de Cuba. Habana: Imprenta del Gobierno y Capitanía general por S. M., 1861.

Memoria sobre la organización de las tropas de ingenieros en España. Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1901, p. 5-24.

Obras Públicas ejecutadas en la Habana por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército durante el año de 1846.  Memorial de Ingenieros. Memorias, artículos y noticias interesantes al arte de la guerra en general y a la profesion del ingeniero en particular, Año de 1847, t. II. Madrid: Imprenta Nacional, Miscelánea, p. 39-43.

PEZUELA, Jacobo de la: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la isla de Cuba, t. II. Madrid: Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863-1866, p. 262-263.

Real Orden de 27 de Enero de 1879, disponiendo que los Jefes y Oficiales de Ingenieros que dirijan obras, se les abonen gratificaciones equivalentes a la mitad de sus sueldos. Memorial de Ingenieros y Revista Científico-Militar, Año de 1879, II Epoca, t. XXXIV. Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1879. p. 44-45.

Resumen histórico del Arma de Ingenieros en general y de su organización en España, por un antiguo Oficial del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que desempeña hoy un alto cargo en otra carrera, t. I. Madrid: Imprenta Nacional, 1846.
 

© Copyright: Rolando García Blanco, 2002.
© Copyright: Biblio 3W, 2002.

Ficha bibliográfica

GARCÍA BLANCO, R.El Real Cuerpo de Ingenieros en Cuba. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, nº 398, 15 de septiembre de 2002.  http://www.ub.es/geocrit/b3w-398.htm [ISSN 1138-9796]



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