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REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VIII, nº 454, 15 de julio de 2003

EN TORNO A LA DEFENSA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN DURANTE EL SIGLO XVIII

José Omar Moncada Maya
Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México
Universidad de Barcelona


Palabras clave: Yucatán, ingenieros militares, defensa
Key words: Yucatan, military engineers, defense


En muchos sentidos, el Mar Caribe fue el punto de contacto y de conflicto de los reinos europeos en América. Mientras en tierra firme existían fronteras más o menos establecidas y respetadas, en el mar cada país trataba de establecer ventajas y posesiones ante los demás, casi siempre en contra de España. Así, Inglaterra, Francia y Holanda lograron romper la hegemonía sobre las islas caribeñas al ocupar Jamaica, Tortuga, Santo Domingo, Curaçao y otras islas más, estableciendo enclaves de piratas y corsarios, desde donde lanzaron ataques en contra de los virreinatos americanos. En este sentido, la Península de Yucatán fue una frontera más dentro de este espacio en conflicto[1].

Siendo parte del Virreinato de la Nueva España, fue un territorio bastante lejano para las autoridades durante la mayor parte de la época colonial. La falta de caminos permitió que la Península tuviera una cierta independencia respecto al poder virreinal, pero siempre, ante la falta de recursos económicos para defender un territorio tan amplio, que se extendía desde la Isla de Términos, o de Tris, hasta Honduras, debió recurrir al apoyo de la ciudad de México.

Y es que sus mayores problemas fueron, por una parte la continua amenaza de ataques por parte de piratas y corsarios, y por otra, el interés de la corona inglesa por establecer campamentos dedicados a la explotación del “palo de Campeche” y otras maderas, que a la larga le permitieran exigir la posesión de esas tierras, como de hecho sucedió con Belice. Y a ambas tareas, las autoridades de Yucatán, dedicaron su mayor esfuerzo aunque con un apoyo económico limitado, lo que repercutió en la infraestructura defensiva de las principales plazas.

Aun cuando el documento que presentamos no esta fechado, claramente puede ubicarse en el siglo XVIII, pues las referencias que hace al sistema defensivo de la península, incluyen al fuerte de Sisal, construido en el último tercio de dicho siglo. En todo caso, pese a lo breve del texto, cubre todos los reductos defensivos de la península yucateca: Plaza de Campeche, con sus diferentes baterías, varias de ellas también del XVIII; Ciudadela de San Benito en Mérida; Fuerte de Sisal y Fuerte de San Felipe de Bacalar.

Se debe entender este texto, como un resumen comentado del “Plan de defensa para la Plaza y Provincia de Campeche...”, fechado por el Ingeniero Agustín Crame, el 20 de mayo de 1779[2]. El breve informe que se publica, aparece como parte de un documento que lleva por título “Descripción corográfica de la Península de Yucatán”, y que en realidad es un documento incompleto, que inicia con una descripción de la provincia de Yucatán, para después continuar con el texto que presentamos. El documento, aun cuando no tiene autor, podría adjudicarse a alguno de los ingenieros militares que estaban destacados en la península en aquellos años. Conforme a la información que proporcionan Capel et aly Moncada[3] existen muchas posibilidades que el autor sea el ingeniero Juan de Dios González.

El ingeniero militar Juan de Dios González ingresó al cuerpo en 1742, y a partir de ese año y hasta 1753, estuvo destinado en el Peñon de Gibraltar y en la Plaza de Alhucemas. En ese año solicita pasar a Nueva España. De acuerdo con la información que se posee, los casi 30 años que estuvo en América los pasó en la Península de Yucatán, donde realizó todo tipo de proyectos militares, destacando la rica cartografía de toda la península

El documento que publicamos procede del Servicio Histórico Militar, en Madrid, con la signatura 5-3-9-3 Yucatán, en la trascripción se ha respetado la ortografía y puntuación del original.


4 de mayo de 82. Informe a la Junta

La Provincia de Yucatan ó Campeche, consiste en una Peninsula que entra 100 leguas á la mar; su anchura de 25, á 30 leguas proximamente; por la parte de Leste tiene el Golfo de Honduras, cuya costa está guardada por el Castillo de Bacalar, y por la de Oueste se halla el Fuerte de Sisal y la Plaza de S.nFran.co de Campeche: tambien á 12 leguas de la citada costa del oeuste se halla la Plaza de Merida, con una ciudadela exagonal, pero asi esta, como los antedichos Puertos de Bacalar y Sisal y la Plaza de S.nFran.co de Campeche no los considera el Brig.r Crame suficientes para sufrir un ataque formal y por lo mismo funda su defensa de estos en alejar al enemigo y retardarle sus operaciones para hacer el sitio de alg.o de ellos.

A este efecto fixa tres obgetosdhoCrame para que verifiquen su desembarco.

A fin de impedir q.e el desembarque lo verifique en la costa baja y de poco fondo contigua á la referida Plaza de S.n Francisco de Campeche opina se establezcan dos reductos en los parajes señalados en el plano n.o 2.º sobre las lomas de las montañas limites de la mencionada costa y quatrobaterias más abrigadas de ellos, y cuyos fuegos se auxilien batiendo a lo largo de la playa; con lo q.e el enemigo se veria en la necesidad de desembarcar acia Lerma, en cuya costa hay escaso fondo, y esta circunstancia como la fragosidad del terreno en donde deberia abrirse camino p.allegár á la Plaza, proporcionaria á un Governador activo é inteligente, disputarle el terreno á palmos.

Si meditase ir en derechura á la Capital de Meridahabria de hacer el desembarco por Sisal, donde hay un pequeño e indefenso Fuerte, al abrigo del qual obstante, puede un grueso destacamento dilatar al enemigo el desembarco, y aún realizado, disputarle el paso de la cienega, el de la Trinchéra, y demás en q.e ofrece la calidad del terreno alguna ventaja hasta Junacama, distante 6. leg.s de Sisal; y esto daria lugar al vecindario p.a internarse con sus efectos de valor, y p.a preparar la Ciudadela á una regular defensa: y no siendo de presumir q.e el enemigo se empeñe en conducir art.ap.a batirla, respecto á q.e su rendicion no le daria más fruto q.eposeér una mole de ruinas, y un pueblo abandonado, tendriaq.e retirarse, ó dirigirse al sitio de la Plaza de S.nFran.co, en cuyo caso sería tiempo perdido el empleado en desembarcar p.r Sisal.

Si resolviera atacar á Bacalar, efectuaría el desembarco en un yslote distante del Castillo 6 leg.s, y en su marcha se le procuraria detener, impidiendo la abertura del camino.

(Añade Crame la consistencia de los referidos puestos fortificados, los quales son debilesp.a sufrir una ataque formal, y p.r lo mismo funda la defensa de Campeche en alejar al enemigo y retardarle el sitio, p.a lo q.e juzga suficiente los dos reductos y 4 baterias citadas, pues con ellos, y la inteligencia que debe tener el Governador para espiar atentamente los movimientos e intenciones del enem.osabiendose aprovechar de sus descuidos, y ventajas q.e. el terreno presenta para apostar las tropas, le obligará á q.e camine con circunspección y lentitud, malograndole los dispendios, gente, y tiempo, pues la tropa europea no puede sufrir largo tiempo las intemperies de aquel clima.)

En consecuencia soy de dictamen se siga lo propuesto p.rCrame, y q.equanto antes se construyan los reductos con las baterias que proyecta; previniendolo así á aquel Governador como q.ezele no se hagan nuebas veredas, y se cierren las q.e hay abiertas en los paragesasperosq.e indica Crameencargandole observe las demás precauciones qeaquel tanto previera, así en el recinto de la plaza, como en sus contornos, quando a pesar del esmero p.a detener al enem.o, llegue este á atacarla, pues de no hacerlo así, serian sus muchos arrabales obstáculos artificiales que protegeran los trabajos del enemigo.

La artillería dotada para la Plaza de S.nFran.co, la hallo escesiva, juzgando q.e en lugar de las 130 q.e pide, bastaran 120, á saber, 15 de calibre 24; 25 de 18; 40 de 12; 20 de á 8; 20 de á 4; respecto á q.e el sitiador no la ha de atacar por todas partes, y q.e una vez desembarcado y empeñado en venir p.r. Lerma, la art.a del reducto de S.n Miguel, y baterias sobre la costa, puede retirarse en tiempo oportuno, y destinarse por donde conbenganpareciendome bien la señalada á los demás puestos, como la dotacion de tropas y viveres
 

Notas

[1] Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo de la Secretaría de Estado de Educación y Universidades, España, SAB2000-0287.

[2] Ambos textos se localizan en el Servicio Histórico Militar, de Madrid, y han sido estudiados por Victoria Ojeda, 1995.

[3] Nos referimos a las obras: Capel H. et al, 1983: Moncada, 1992.
 

Bibliografía

CAPEL, H., L. GARCIA, O. MONCADA, F. OLIVE, S. QUEZADA, A. RODRIGUEZ, J. E. SANCHEZ y R. TELLO. Los ingenieros militares en España, siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Barcelona: Universitat de Barcelona, 1983.

MONCADA MAYA, J. O. Ingenieros Militares en Nueva España. Inventario de su labor científica y espacial. Siglos XVI a XVIII. México: Instituto de Geografía, UNAM, 1993.

VICTORIA OJEDA, J. Mérida de Yucatán de las Indias. Piratería y estrategia defensiva. Mérida: H. Ayuntamiento de Mérida, 1995.
 

© Copyright: José Omar Moncada Maya, 2003.
© Copyright: Biblio 3W, 2003.
 

Ficha bibliográfica

MONCADA MAYA, J. O. En torno a la defensa de la Península de Yucatán durante el siglo XVIII. Biblio 3W, Revista  Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad  de Barcelona, Vol. VIII, nº 454, 15 de julio de 2003. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-454.htm>. [ISSN 1138-9796].


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