Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. IX, nº 491, 10 de febrero de 2004

Carlos Acosta Rizo, Nicolás Cuvi, Xavier Roqué, Ciencia entre España e Hispanoamérica. Ecos del siglo XX, Centre d'Estudis d'Història de les Ciències (CEHIC), Universitat Autònoma de Barcelona, 2003, 135 págs.

Elementos de una ciencia federativa: hormigas y hormigueros en la ciencia iberoamericana del siglo XX

Leoncio López-Ocón Cabrera

Instituto de Historia-CSIC

Palabras clave: ciencia iberoamericana, historia de la ciencia, intercambios científicos

Key words: Latinamerican science, history of Science, scientifical exchanges


Las hormigas han fascinado a los naturalistas. Algunos, como le sucedió a Edward O. Wilson con las hormigas del Pacífico, las han elegido como sus objetos de estudio predilectos para sus hallazgos científicos sobre la fabulosa diversidad de faunas y floras en las selvas tropicales. Otros, como John Mason Clarke, las han considerado como el arquetipo del esfuerzo común y del trabajo cooperativo que desarrollan muchos seres vivos en la Naturaleza para sobrevivir.

Pues bien para los autores del libro que comentamos -dos investigadores latinoamericanos, uno colombiano y el otro ecuatoriano, y el director del Centro de Estudios de Historia de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (CEHIC)- los protagonistas de la producción y distribución de ciencia y la tecnología les recuerdan a las hormigas y a los hormigueros en tanto en cuanto que esos insectos trasladan información de unos lugares a otros estableciendo singulares caminos de ida y vuelta. En los senderos que trazan transportan lo que encuentran hasta el interior de sus hogares donde analizan y transforman los materiales que han almacenado. Y en ocasiones exploran territorios ignotos para crear nuevos hormigueros a los que trasladan nueva información para generar "conocimientos" vitales.

Partiendo de este presupuesto los autores emprenden el seguimiento del singular camino realizado por algunas de las hormigas y hormigueros que han protagonizado la historia de los intercambios científicos y técnicos entre España y la América latina a lo largo del siglo XX. Al principio de su reflexión los autores, un tanto escépticos, se preguntan por la pertinencia de tal estudio teniendo en cuenta el tópico de que los países que constituyen la actual comunidad iberoamericana de naciones han tenido y tienen una difícil relación con la ciencia moderna. Al abordar esta cuestión han podido constatar que es cierto que los países que tienen el español -y el portugués habría que añadir- como lengua oficial son aún poco visibles en el sistema mundial de producción y distribución de conocimientos hasta tal punto que según la base PASCAL en 1997 España produjo un 2,6% de publicaciones científicas y la América latina un 2,1% del conjunto del sistema mundial de producción de conocimientos científicos. Pero también han observado que la sociedad española a lo largo de la década de 1990 hizo esfuerzos por abandonar la semi-periferia de la ciencia-mundo pues para ese año de 1997 se había colocado en la undécima posición en relación con la actividad científica mundial y en la sexta en el conjunto de la Unión Europea, y que en el conjunto de la América latina tres países (Argentina, Brasil y México)- que representaban dos terceras partes del número de investigadores (66%), y tres cuartas partes de la inversión en I+D (76%) y del número de graduados universitarios (72%) de la región- empezaban a ser exportadores de tecnología. Y han constatado, manejando abundante documentación, mucha de ella existente ya en el ciberespacio, cómo en la década de 1990 a 2000 se han contabilizado 4.812 copublicaciones de autores españoles y latinoamericanos, con una progresión notable desde las 179 copublicaciones del año 1990 a las 806 de 1999, representando esta cifra el 8,8% de las copublicaciones españolas. Los estudios bibliométricos manejados por los autores muestran que para fines de la década de 1990 España era el primer socio científico europeo de Argentina, Colombia y Cuba, el segundo de Chile, México y Uruguay, el tercero de Venezuela y el quinto de Brasil.

Así pues a fines del siglo XX se produjo un incremento de la intensidad de los intercambios científicos entre España e Hispanoamérica como se aprecia en el aumento de las publicaciones conjuntas entre españolese hispanoamericanos y en la creciente participación hispanoamericana en revistas científicas españolas. De esa revitalización de intercambios es fruto evidente el libro polifónico que comentamos.

Pero el despliegue de esa malla de interacciones científico-técnicas tiene una larga historia a la que prestan atención los autores mostrando cómo a lo largo de las convulsiones del siglo XX surgieron y se desenvolvieron diversas iniciativas para hacer circular por el corredor cultural trasatlántico, de manera bidireccional, ideas y prácticas científico-técnicas. Entre esas iniciativas cabe destacar el programa CYTED, una de las más significativas propuestas de la política científica de la España constitucional del último cuarto del siglo XX. Los autores, atinadamente a mi modo de ver, definen a ese Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, como un modelo de cooperación eficiente entre hormigueros situados a ambas orillas del Atlántico, puesto en marcha a partir de 1986 al socaire de la conmemoración del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos. Frente a los detractores de la movlización de energías que supuso el programa conmemorativo de esa efemérides quedarán realidades como el programa CYTED que ha favorecido el desarrollo de una comunidad científica iberoamericana, mediante la existencia en el año 2000 de 65 redes temáticas, 85 proyectos de Investigación Precompetitiva y 168 proyectos de innovación IBEROEKA, que permiten no sólo transferir conocimientos y tecnologías entre grupos que trabajan en temas similares en diversos países como cooperar a empresas de diferentes países iberoamericanos a través de proyectos conjuntos

Y remontándose hacia atrás en el curso del tiempo los autores, manejando bibliografía pertinente, recuerdan a otros protagonistas de esos intercambios en otras fases anteriores del siglo XX. Algunos empiezan a ser mejor conocidos, como la proyección de Cajal y su escuela en diversos países iberoamericanos, o el papel de los científicos españoles republicanos que usaron la revista Ciencia para mantener canales de comunicación entre los integrantes de la diáspora republicana dispersos por todo el continente americano y para hacer un seguimiento de la producción científica hispanoamericana. Otros permanecen casi en la penumbra como: la Sociedad de Oftalmología Hispano-Americana creada en 1904 y que en 1934 agrupaba a 300 oftalmólogos iberoamericanos, entre los que había 62 argentinos, y que tuvo como antecedente a los Archivos de Oftalmología Hispano-Americanos, cuyo primer número se publicó en 1901 y se publicó ininterrumpidamente hasta julio de 1936; o la Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas fundada en Madrid en 1899 por el notable médico filorrepublicano Federico Rubio. Con buen criterio los autores no desdeñan relacionar esas dimensiones del hispanoamericanismo práctico de fines de la Regencia de María Cristina y del reinado de Alfonso XIII con saberes y prácticas que cruzaron bidireccionalmente el Atlántico desde los mismos inicios de la empresa colombina alimentando un incesante fluir de conocimientos y experiencias entre América y Europa y viceversa, como lo prueba el "Librillo de las hierbas medicinales de los indios", llamado también "Códice de la Cruz Badiano" o Libellus de medicinabulus, donde dos indígenas mexicanos su autor el médico Martín de la Cruz y su ilustrador Juan Badiano tradujeron al latín en 1552 su conocimiento de las plantas medicinales mesoamericanas.

En fin, este libro puede ser contemplado como el punto de llegada de un plan de trabajo desplegado por historiadores diversos que tuvo un hito en el programa movilizador del CSIC Relaciones culturales y científicas entre España y América, que se puso en marcha para conmemorar el Quinto Centenario del encuentro según unos, encontronazo según otros, entre Dos Mundos. Los estudiosos de la ciencia hecha en el mundo anglosajón hablan de cómo tras la descolonización de los países integrantes de la Commonwealth se desenvolvió en ese ámbito cultural una ciencia federativa entre la ex metrópoli y sus antiguas colonias, o entre las mismas nuevas repúblicas emancipadas, basadas en relaciones de cooperación e igualdad.. Es posible que el trabajo de síntesis realizado con mimo y rigor por Carlos Acosta Rizo, Nicolás Cuvi y Xavier Roqué, ayude a relanzar una ciencia federativa en el mundo hispánico que parece estar germinando, y a la que cabe contemplar como una manifestación de una ciencia mestiza formada por una mezcla de culturas distintas, que dará origen a una nueva, en la acepcióndel Diccionario de la Real Academia Española que ha defendido en su discurso de ingreso en esa corporación el historiador de la ciencia José Manuel Sánchez Ron.

Investigadores con voluntad divulgativa y con afán por llegar al gran público los autores han tenido el acierto de insertar en el ciberespacio los esfuerzos de su trabajo, que con buen criterio financió la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. El internauta lo puede consultar en http://www.uab.es/cehic/proj/fecyt.htm
 

© Copyright: Leoncio López Ocón, 2004
© Copyright: Biblio 3W, 2004.
 

Ficha bibliográfica

LOPEZ OCON, L. Carlos Acosta Rizo, Nicolás Cuvi, Xavier Roqué, Ciencia entre España e HispanoaméricaBiblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. IX, nº 491, 10 de febrero de 2004. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-491.htm]. [ISSN 1138-9796].


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